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alacran

peppep Anónimo s.XI
editado noviembre 2009 en Terror
Juan Tomas,apoyo el cañon de su winchester en la pared de piedra,sobre un calcetin lleno de arena,para amortiguar el sonido del metal ,habia comprobado que el cartucho estaba en la recamara y que habia soltado el seguro del disparador. Habia comprobado que ninguna de las piedras del antiguo refugio de pastores,hoy ruinas de un pasado no muy lejano, estaba suelta y podria caerse haciendo que la presa se asustase.

Juan Tomas era joven, fuerte y temeroso de lo que desconoce, como la mayoria de nosotros, tenia 34 años y la caza era su mas destacado hobby.
Esa noche despues de varios dias de observacion, habia decidido que mataria ese ese animal, una bestia que por la profundidad de sus pisadas debia ser inusualmente grande,voraz y violenta en extremo.
Habia matado a tres magnificos ejemplares de caballo español y a dos mastines ,guardianes del ganado,tres caballos que aparecieron destrozados y parcialmente comidos, con marcas de garras y dentelladas, que ni el veterinario local ni el del gobierno autonomico habian podido definir,podrian ser de un leon, quizas huido de una mansion de la zona,o de un circo ambulante, o quizas un oso, pero nada en concreto, ademas estos animales no dejan el tipo de huellas que habia en el suelo,

Juan Tomas, harto que nadie hiciera nada en concreto, mas que certificar muertes de animales, hacer una pequeña batida y cumplir el expediente, decidio seguir las huellas de esa bestia.

Volvio a recordar los dias con su padre siguiendo las marcas de los jabalies,las señales que solo los cazadores saben interpretar y que solo el monte sabe comunicar ,siguio el rastro, camino durante varios dias y muchos kilometros por montes y bosques, sin mas compañia que su revolver, su rifle, un telefomo movil,y viveres para varias semanas.
La verdad es que no se habia alejado muchos kilometros de la zona,pero si se habia adentrado en parajes a los que nunca habia entrado, en zonas donde desde pequeño su padre le conmino a no entrar y mucho menos de noche.
En principio la causa era la cantidad de simas ocultas por las que podria caer, pero la verdad era que habia una multitud de leyendas que hablaban de antiguas gentes desaparecidas entre gritos desgarradores y de antiguos ritos o exorcismos de epocas pasadas.

Pero en pleno siglo 21, el, hombre culto,no hacia eco de dichas supercherias, aunque el recuerdo de su padre, siempre estaba ahi.

Aquella noche Juan Tomas creio encontrar la guarida de la bestia,las huellas de la bestia le conducian despues de muchos rodeos y giros imprevistos, a una vieja ermita en lo alto de un cerro,una ermita conocida desde siempre como la de San Pedro,siempre en ruinas desde casi la epoca de la reconquista...
Ahi se contaba que existia una sima que comunicaba con el mismo infierno, y solo el amparo del santo no dejaba salir al demonio...

Pero a Juan Tomas le podia mas la perdida de sus animales que el miedo al demonio,de echo este no paga facturas.

Juan Tomas llego al cerro de noche, sobre las nueve ya con la luna en cuarto creciente, de una fria noche de invierno, se coloco a contra viento,detras de el una roca, y delante de la puerta de la ermita, a treinta metros,comprobo que el revolver, un magnum del 357 tubiese todos los cartuchos, lo saco de su funda y lo dejo al lado del rifle.
Un Winchester de gran calibre,un 458 magnum, que compro dias antes de iniciar la caza, tenia un 30 06, calibre utilizado en españa para la caza del ciervo,pero, queria algo mas , y se lo encargo al armero que ademas le preparo municon expansiva.

Juan Tomas era buen tirador,tranquilo en el lance y sosegado en el disparo.Y ademas,paciente,muy paciente.

Mientras esperaba a la entrada del animal,estubo escuchando los sonidos del bosque mediterraneo,siempre vivo,siempre lleno de sonidos, que durante la noche se amplifican mas,haciendo que el pasar de una musaraña parezca un elefenta en la sabana...
Pasaban las once de la noche, cuando Juan Tomas empezo a sentirse incomodo.empezo a sentirse inquieto i ansioso,y descubrio, que el silencio era total.

No se escuchaba nada, ni siquiera el pasar del viento por entre las hojas de los pinos,nada absolutamente nada.incluso creyo poder escuchar los latidos de su corazon.La sensacion de soledad era inmensa,agobiante daban ganas de gritar, de decir algo, tal era el silencio que uno podia creer estar muerto,pero Juan Tomas acaricio la culata de su revolver y se reconforto, sabia que el estruendo de sus armas se podria escuchar en varios kilometros a la redonda, y eso le tranquilizaba.
Poco despues el ambiente empezzo a cargarse y una suave nieblina empezo a cubrir la ermita,no habia prevision de esto el cielo estaba despejado, pero la niebla iba en aumento, ya casi no podia ver la puerta de la ermita,.

El silencio continuaba, y cerca de las doce, cuando el silencio mas oscuro era, cuando la blanca niebla mas opaca era, escucho Juan Tomas el alarido mas aterrador que jamas hubiese podido escuchar.
su corazon estubo a punto de salir por la boca,era un grito desgarrador,semejante al lanto de un bebe,pero multiplicado por cien mil veces su estruendo.
Juan Tomas tomo con rapidez y sigilo el winchester , se lo puso en la cara y espero.

































































Juan Tomas espero,estubo escuchando los sonidos del bosque, todos le eran conocidos, todos familiares, el canto de pajaros, el crujir de las ramas bajo el peso de pequeños roedores,...pero pasados unos minutos, cerca de las diez, el silencio envolvio todo el paraje.

Comentarios

  • FridaFrida Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado noviembre 2009
    Hola Pep
    Veo que es tu primera intervención. Bienvenido. Supongo además que te gustará recibir una primera respuesta tan pronto. Hace ilu, ¿verdad?
    Creatividad no te falta y te expresas muy bien. Creo sin embargo que debieras cuidar más la ortografía. Me sorprende no encontrar ni una sola tilde en tu relato. ¿Por qué? Siento gran curiosidad. ¿Es pereza?
  • BohrBohr Fernando de Rojas s.XV
    editado noviembre 2009
    Lo mismo he pensado yo cuando he terminado de leer el texto. No está mal, es original en algunos pasajes, pero, tío, ¿y las tildes?
  • peppep Anónimo s.XI
    editado noviembre 2009
    Tienen ustedes toda la razón del mundo,y no hay mas escusa que la ser un perfecto patán a la hora de teclear,pues de siempre,preferí la escritura manual al teclado. Asi que va mas rapida mi mente que mis dedos y la verdad, tienen toda la razón,me aplicare mas en la acentuación y demas faltas de ortografia, ustedes perdonen.Me gustan mucho sus criticas,sean como sean la verdad, y tendre que practicar mas esto del teclado,segun mis amigos soy un cybertarugo,je je je.

    saludets desde valencia.
  • peppep Anónimo s.XI
    editado noviembre 2009
    Juan Tomas cerró la mano izquierda sobre el guardamonte del rifle y con la derecha acarició el disparador del arma.

    El sorprendente y desgarrador alarido le habia trastornado,jamás en toda su vida habia escuchado nada igual,tan estridente,tan agudo.El sonido de semejante grito aun resonaba en su cabeza,el vello de todo su cuerpo se erizó, y el sudor empezó a asomar por su frente.Un sudor frio,gelido,que hizo que Juan Tomas, empezara a temblar.

    A Juan Tomas,la adrenalina le salvó,su cuerpo reaccionó al miedo como solo algunas personas pueden hacerlo.Ignorandolo, y Juan Tomas, tubo el valor de no salir corriendo,y perderse en el bosque.

    Aguantó,y esperó,se mordió el labio inferior,e intentó controlar su respiración,sus sentidos volvian a estar alerta, como mil veces antes lo habian estado aguardando a la caza en el monte,y al recuerdo de su primer trofeo se aferro.

    La niebla estaba quieta,no se movia, era densa,muy densa y escasamente podia verse a mas de tres metros,Juan Tomas escudriña la niebla con ojos de cazador,pero no ve nada,pero sabe que algo esta ahi, nota la presencia de algo, algo que desprende miedo,algo que se mueve despacio,sigilosa,entre aliagas y secas matas del monte,escucha el debil quebrar de las pitas cuando un sigiloso animal recorre el campo.

    Juan Tomas, se encara el rifle,la correa porta fusil alrededor del brazo izquierdo,el dedo ya descansa en el disparador, y entre las miras abiertas del arma espera que aparezca la bestia, su mente, siempre logica y racional,comienza a repasar todas las bestias que sabe que pueden pasar,desde un Leon hasta,quizas,un dragon, una de estas bestias traidas de contrabando para adornar mansiones de dudoso gusto y que cuando comienzan a dar problemas son abandonadas.

    La niebla entonces comienza a moverse,Juan Tomas ve como ,si del mismo Moises se tratara al abrir el mar Rojo,la espesa lechada comienza a dejar paso a una sombra oscura como el mal,de forma indefinida,tan solo ve una sombra, que se desplaza,no se arrrastra,parece que no tiene patas,pues su moviemiento no es propio de un animal que camine, no tiene el balanceo propio de un cuadrupedo,ni un bipedo.

    Juan Tomas ahora no tiene miedo,si se mueve sea como sea,esta vivo, y si esta vivo se puede matar.Ahora lo que tiene es curiosidad.sigue observando,mas relajado,pero sin dejar el arma descansar,intenta descubrir donde tiene la cabeza,si no sabe donde tiene el corazón si sabe que disparando a la cabeza el animal caera.

    Pero Juan Tomas no esta preparado para lo que ve, y esta vez si, el terror se apodera de el,ni el frio contacto de sus manos aferradas a la mas potente arma de caza del mundo pueden devolverle a la tranqulidad.

    La bestia es un alacran de medidas semejantes a las de un caballo,que lo monta un jinete vestido con una tunica blanca ,un jinete con la cabeza descubierta, que mira con blancos ojos sin iris,un jinete que no lleva riendas, ni estribos ni nada con lo que dominar semejante cabalgadura,

    Un jinete que baja del alacran y abre la niebla, crea un circulo donde el centro es el y su bestia, donde del suelo comienzan a brotar pequeñas nubes de humo que van conformando formas humanoides, todas formas indefinidas,pero de claro trazo humano,son veinte y comienzan a dar vueltas alrrededor del alacran y su jinete.

    Juan Tomas esta palido,la imagen del alacran le a dejado en un semi shock,pero la curiosidad le puede,relaja un poco sus musculos contraidos por el miedo,y escudriña.

    Las veinte formas vuelan alrededor del jinete,que descarga de su diabolica cabalgadura,media res, horrosamente descuartizada y la lanza al suelo.Las veinte formas se abalanzan sobre la masa y entran y salen de ella,su vaporosidad antes blanca inmaculada comienza a teñirse de rojo, sus formas antes indefinidas comienzan a definirse y poco a poco de la desgraciada res tan solo queda una misera pieza, acaso mas grande que un perro.

    El jinete se lo da su bestia, y esta con tranquilidad se lo va comiendo entre gritos y alaridos de las formas humanas,

    El jinete levanta su brazo derecho y las formas se juntan en el suelo,este les habla con voz suave pero Juan Tomas no alcanza a entender que idioma hablan ,no pueder identificar palabra alguna.

    Las formas gritan, se retuerzen de dolor y de espanto, y entre alaridos empiezan a desvanecerse, a desaparecer entre la tierra,ellas no quieren,algunas se resisten a fundirse de nuevo entre las piedras, pero el jinete les sigue hablando, parece que a cada palabra su sufrimiento es mayor,algunas son ahora sombras que se van disolviendo,pero queda una casi intacta,que parece resistirse a las ordenes del jinete,

    Es una forma femenina,que se enfrenta la jinete, pero este no retrocede,y la figura,comienza a dar alaridos ,a gesticular lo que deberian ser brazos,vuela de manera frenetica,alrededor del jinete, pero este tranquilo,levanta las dos manos, y esta vez si la forma se queda quieta, sumisa, y comienza a desaparecer entre el suelo.


    Juan Tomas, a visto todo,y piensa que lo mejor es callarse y esconderse hasta que la figura y su bestia desaparezcan.Por eso mientras su mano agarra el revolver y lo mete en su funda,cuando se levanta de su refugio y comienza a caminar hacia el alacran y su jinete, su mente le reclama a gritos que vuelva.Pero Juan Tomas que sabe que esta loco,que deberia salir corriendo,se planta en el borde del circulo, mirando a la espalda del jinete, y con la bestia a su izquierda,el arma apoyada en su brazo y grita al jinete.
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