Como el viento que se lleva las hojas.
Un día como cualquiera me he levantado sin ganas de levantarme. Me he bañado y he salido de la ducha seco. Me he puesto las gafas y cerrado los ojos. Bostezo y miro la cama. No importa cuanto duerma, me levanto con sueño, sin fuerzas.
El transporte es un caos, no mejora con los días, se vuelve cada día peor. El calor es insoportable. El olor de todo me irrita. Estoy en medio de la gente, pero entre la soledad. A mis oídos llegan todos los sonidos, pero no escucho nada.
En el trabajo no es mejor. Mi jefe me regaña por enésima vez. Mis compañeros mi ignoran y me llaman raro a mis espaldas.
En la casa, cada habitación tiene una pantalla. Lo suficiente para que nadie me moleste. Tomo la cena en la cama y me despido de los animales que fueron sacrificados para darme sus proteínas.
Sin importar cuando duerma, estas ganas de quedarme acostado todo el día no se me quitan.
Comentarios
Yo soy ave de la noche, o sea todo un búho. Puedo estar hasta las tres o cuatro de la mañana escribiendo y con las pilas a tope.
Pero cuando me levanto, me siento como cucaracha fumigada. Echo mano de mi cafecito para reanimarme un poco, me doy un baño, y cuando llego a la Editorial, en la cafetería de la empresa, ya me espera mi desayuno.
Te mando un abrazo fuerte, amigo. Te leo.
@CharlyElvisRocker, la "cucaracha fumigada" me hizo reír
Cuando salgo de trabajar y no me reúno con amigos y amigas para convivir, manejo rápidamente hacia mi casa para encontrarme con mis escritos.