¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

[LISTA] Zirisia


CONTEXTO: Aldre, a quien le encargaron recolectar armas, regresa al fuerte con un par de prisioneros. El nuevo rey, furioso porque no cumplió su misión, le da una oportunidad de explicarse antes de ordenar su ejecución. Aldre en su lugar le ofrece agua al desnutrido prisionero, afirmando que se trata de una leyenda de la guerra conocida como Meriito. Todos lucen escépticos, pero en cuanto Meriito se hidrata, desata su poder contra la guardia del rey y solo otro guerrero reconocido consigue detenerlo.
------------

—Así que dices ser el Meriito que escapó del vacío de Almena y arrasó con la corte otoriana. Los rumores no mencionan que seas tan joven… —El general Zeo acarició su barba mientras estudiaba al chico que gimoteaba de rodillas perdiendo musculatura—. No hay duda de que eres alguien de su nivel. Pero si es cierto, explícame entonces cómo un grupo de meros exploradores consiguió capturarte.

El ambiente quedó tan silencioso como un sepelio. Los soldados heridos recuperaban el vigor de sus brazos, mientras que Meriito volvía a parecer una momia muy delgada. Pasó un momento, pero el chico no respondió.

—Es por el agua, mi señor —intervino Aldre, aún agitado por la situación—. Los kretnia nos capturaron en el mismo campamento. Allí me confesó que sin agua perdería el conocimiento y me pidió proteger a la princesa. Por alguna razón no puede tocarla; está enferma y necesita atención urgente. Dijo que haría cualquier cosa por salvarla, así que los traje hasta aquí. Si Reviere la puede curar, el Meriito podría para nosotros a cambio, mi señor.

Zeo volvió a examinar al prisionero con la mano en el mentón.

—¿De verdad estás dispuesto a cualquier cosa por ella? —preguntó. El muchacho se restregó los ojos con la muñeca y asintió lentamente; Zeo sonrió de oreja a oreja—. Justo cuando empezaba a resignarme. ¡Buen trabajo, Aldre! Mandaré a traer a Reviere en la mañana, pero no lucharás para mí. Ya tengo a los mejores guerreros de mi parte y no me arriesgaré a enviarte con ellos. Verás, me he estado preparando para una invasión que ponga fin a todo este... conflicto. Pero para ello hace falta más que fuerza. Sí, la información sobre tus viajes será la pieza final que necesito para mi ataque. Quiero saberlo todo, hasta el más mínimo detalle. Me contarás lo que es cierto sobre tu mito, entre tanto que ha llegado a mis oídos.

—Es una larga historia... —advirtió Meriito con una voz débil. No era la primera que alguien se interesaba por sus secretos.

—Moveré mis tropas en un mes, tienes todo ese tiempo para contarnos tu historia mientras Reviere sana a la princesa.

—No es que me queden opciones... —Fulminó a Aldre con la mirada—. De acuerdo, contaré lo que sé con una condición: deben curar a la princesa aquí, frente a mis ojos. Y me darás tu palabra de que nadie le hará daño. —Entonces se puso de pie resistiendo el látigo enrollado en su brazo—. Nadie más debe pagar por mis pecados.

—¿Asesinaste a sus padres y ahora pretendes protegerla? —A Zeo le pareció gracioso—. Está bien, puedes soltarlo, Echanseki. Mis guardias instalarán una tienda para la chica aquí adentro, así la vigilarás mientras nos cuentas tu leyenda. Pero dejemos claro algo, muchacho: si descubro que nos mientes, guardas información o que no eres quien dices ser, la mataré sin contemplación, y tú serás el siguiente. —El Echanseki a su lado interrumpió para susurrarle algo al oído, pero Zeo le restó importancia con un gesto de la mano. Caminó de espaldas hasta su trono, llenó una copa con vino y se sentó complacido—. La famosa «bestia de los caminos», estoy intrigado. Vamos, cuéntanos cómo te convertiste en un engendro.

—Necesitaré más agua —advirtió el muchacho palpando la marca del látigo en su muñeca.

—¡Traigan agua y comida! —demandó Zeo acariciando al león—. ¡Y algo para sentarse!

Los guardias de inmediato le acercaron un banco, una vasija con agua, un cuenco de plata vacío y varios platos con carne y verduras. Meriito se sentó y bebió un poco más de agua. Observó cómo Aldre recostaba cuidadosamente a Deliquia en un muro a su izquierda donde los soldados hacían espacio para levantar la carpa, y sus ojos se llenaron de pena. Echó un vistazo por la ventana detrás del altar y pudo ver parte del abismo que rodeaba el fuerte, luego pasó la mirada por las joyas relucientes que adornaban las columnas agrietadas, y finalmente puso la vista en el trono, donde el nuevo rey se rascaba la barba con parsimonia.

—¿Y te sentarás a escuchar una historia mientras tu pueblo combate?

Zeo levantó una ceja.

—¿Sabes cuál es la diferencia entre mi hermano y yo? Él fue un rey temerario, siempre acompañaba a su ejército en el campo, ya ves cómo terminó. Yo, por otra parte, entiendo que hay muchas maneras de hacer la guerra. Ahora mejor preocúpate por contarme tu historia, desde el principio. Quiero saber qué clase de abominación eres, si de verdad eres quien dices ser —amenazó entornando los ojos.

El muchacho simplemente exhaló un suspiro; el calor volvía a invadir la sala.

—De acuerdo. Entonces, empecemos.





Comentarios

  • Capítulo 2:

    Primero quisiera aclarar que Meriito no es mi verdadero nombre, sino un título que me gané en uno de mis largos viajes; sí, esos viajes de los que tanto se habla últimamente. Pero antes de la fama, existió un joven humilde, inocente y dispuesto a cualquier cosa por ayudar a otros. Una verdadera lástima, porque ese altruismo que antes nos liberó, mañana nos traerá la ruina, ya que cargué con nuestra causa en mis manos, y al condenarme, nos condené a todos.

    Solo pido a los presentes que no me escuchen codiciando mis secretos; mi historia no es una guía para obtener poder, sino una oportuna advertencia, de que siempre se debe escuchar al corazón, y de jamás jugar con fuerzas desconocidas.

    Respecto a mi verdadero nombre, seguro que mis padres me habrán dado uno muy bonito; jamás lo sabremos con certeza. Fui abandonado cuando era un bebé y solo puedo evocar unas cuantas escenas de mi infancia temprana. Todo lo que sé sobre esa época es lo que otros me han contado, así que tendrán que creer en mis palabras como yo tuve que confiar en las de ellos. De modo que, si todo es cierto, mi historia inició una agitada noche oscura:

    Una mujer llamada Preya escapaba de una tormenta cuando escuchó un desesperado lloriqueo cerca de un río. Intrigada, se dejó caer por la cuesta pedregosa del cauce, pero le costó ubicar el origen del llanto con la lluvia picando sus ojos y oídos. Una violenta ventisca la sacudió de un lado a otro hasta la orilla, y de repente pudo escuchar mis quejidos con claridad. Movió unas cuantas rocas y allí me encontró, llorando a moco tendido en la espalda de una tortuga, a la que estaba amarrado con múltiples sogas.

    Se apresuró a intentar desatarme, pero el agua había complicado los nudos y el río seguía creciendo a su lado. Recogió una piedra y la frotó con ímpetu contra una de las cuerdas hasta que los hilos se soltaron; pero aún quedaban muchas otras y el estrépito de la corriente le decía que no había mucho tiempo. Preya movió la cabeza buscando ayuda, pero no hubo señales de otra persona alrededor; debía hacer algo rápido. Entonces se amarró el cabello, flexionó las rodillas y, enterrando con firmeza sus dedos bajo las ataduras, alzó con todas sus fuerzas a la tortuga en su espalda, aun conmigo afianzado al caparazón.

    Juntos pesábamos tanto, que a Preya le flaquearon las piernas de inmediato. Su intención era alejarnos de la orilla, pero no contaba con que los feroces vientos le impidieran moverse con libertad. Peor aún, estábamos atrapados entre las dos paredes del lecho, y ella no tenía otra opción más que seguir recto por el sendero de grava hasta hallar un camino por el que subir a la planicie. Pero solo había avanzado un poco cuando oyó un chasquido, una capa húmeda cubrió sus tobillos, y al girarse vio cómo el voraginoso río se nos vino encima. Fuimos tragados en sus aguas oscuras y revolcados sin piedad en una turbulencia que finalmente silenció mi llanto. Preya se sujetó a la tortuga y como pudo metió un brazo bajo las cuerdas, echó un vistazo a mi pálido rostro, y mis ojos serenos fueron lo último que vio antes de desmayarse.

    Despertó escupiendo el agua que había tragado hasta que pudo volver a respirar. Se encontraba tendida en una superficie blanda, aunque el aire alrededor era denso y húmedo. Fuertes tronidos sacudieron la tierra, pero ella no llegó a ver los rayos. Tampoco pudo percibir la luna. De hecho, lo único que alcanzaba a vislumbrar era una tenue luz azul a la distancia, desde donde se escuchaba una corriente fluyendo como una cascada. Entonces entendió que el torrente la había arrastrado hasta una gruta con una pequeña isla rodeada por el agua que discurría del río. También dedujo por el estruendo que la tormenta seguía arreciando afuera, y no había mucho que pudiera hacer al respecto. El cuerpo le pesaba una tonelada, así que cerró los ojos y un momento después ya había caído en un profundo sueño.

    Quién sabe cuánto pasó hasta que espabiló de nuevo. Se incorporó ahogada, mareada y con un intenso dolor de cabeza. De fondo se escuchaba un lloriqueo constante que le recordó de inmediato al responsable de su padecimiento. Se levantó tambaleando y dio unos pasos siguiendo mis lamentos desesperados hasta que me halló, aún atado al enorme reptil. Buscó a tientas una estalagmita con la que finalmente pudo cortar las ligaduras una por una. Tanteó mi cuerpo en busca de heridas y no encontró más que las marcas que las sogas dejaron en mi piel. Me tomó en sus brazos y me meció suavemente intentando calmarme, pero un rato después ya estaba segura de que mi llanto, al igual que la tormenta, no iba a detenerse pronto.

    Por mucho tiempo ignoré de dónde sacó el calor o el alimento para mantenernos con vida durante los seis días que duró la tempestad, pero lo más importante es que en honor a esa catástrofe en la que nos conocimos, Preya me dio mi primer y más preciado nombre: Torva, que significa remolino de lluvia. También le debo a la tormenta haber descubierto aquella cálida gruta, que aunque no era el sitio ideal para un niño sin padres, terminó por convertirse en mi hogar.


  • Confieso que tuve que leer dos veces el escrito para pillar el hecho de que el segundo capítulo es un flashback del primero, cuando Meriito cuenta su historia.

    Me quedé con las ganas de saber en qué lugar capturan al protagonista. No se si lo pillan en una pradera, una ciudad abandonada, un camino intermunicipal... Ni siquiera se si lo atrapan de día o de noche. Considero que a la hora de escribir fantasía, siempre se me hace necesario la descripción del lugar, ya que eso me permite transportarme al mundo donde la historia se desenvuelve.

    Entiendo que al tener un límite de palabras podrías sentirte constreñido, pero créeme, eso te ayudará a mejorar tu estilo, ya que te permitirá aprender a ir al grano sin ser parco en las descripciones.

    Por otro lado, desde el capítulo segundo puedo ver que quieres llevar a Zirisia al rumbo de lo trágico, de como no se debe jugar con fuerzas que uno no comprende. Confesaré que esta forma de concebir el poder se diferencia diametralmente de mi enfoque, ya que me gusta la idea de que el poder no es bueno ni malo, sino las personas que lo usan. No obstante, es tu estilo y quedo a la expectativa de saber más de este mundo que nos muestras y la historia de Meriito.

    Recuerda, trabaja más en las descripciones del lugar de los hechos. 
  • Gracias por tu comentario, Gary. Efectivamente, las descripciones fueron parte de lo que tuve que cortar del capítulo uno y el prólogo; en este último se menciona que Meriito fue capturado en unos manglares, a donde Aldre se dirigió desobedeciendo órdenes. Toda esta escena se desarrolla al borde de un risco, en un templo en ruinas oculto en un desierto.

    Y captaste perfectamente que pretendo hacer una tragedia. Tengo la visión de que ningún humano debería jugar a ser dios sin consecuencias. Eso no quita que, como dices, algún día pueda llegar una persona que le de un mejor uso.

    Gracias de nuevo por la lectura! :)
  • He leído con atención una segunda vez. En primer lugar me gusta como fluye al historia y la manera sencilla de escribir. Ello hace que no cueste trabajo leer hasta el final y todo se va entendiendo bien a pesar de que la acción ya ha empezado cuando "aparecemos" en el relato. Yo también he echado mucho de menos las descripciones, que no tienen que ser largas, a veces con un adjetivo basta para hacernos una idea.

    Yo te animo a seguir escribiendo, creo que manejas bien los tempos y desarrollas bien la acción. Me da un poco de pena que abandones la lista pero cada uno tiene que seguir su camino. Lo que decidas bien estará.

    Un cordial saludo, compañero.
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


     Por alguna razón no puede tocarla; está enferma y necesita atención urgente. Dijo que haría cualquier cosa por salvarla, así que los traje hasta aquí. Si Reviere la puede curar, el Meriito podría para nosotros a cambio, mi señor.

    Un comentario, relativamente ajeno a la obra en sí. La misma inclinación de siempre y en todas las épocas y culturas: no se cataloga a la persona como ser humano, sino por su posición en la sociedad. ¿Estaría dispuesto Aldre a hacer lo que fuera por salvar la vida a cualquiera que no perteneciese a la alcurnia, o es una promesa, un compromiso consigo mismo por haber asesinado a sus padres?


    Este texto puede ser mejorado por ti mismo si echas mano de matices complementarios hasta llegar a que lo hagan más atrayente. En cualquier caso, observo que estás sobrado de imaginación. Supongo que seguirán más capítulos, los cuales no los podremos leer porque ya has anunciado que te retiras de la LISTA.

    En general, me han gustado esos dos capítulos publicados, pero no me han atrapado. Suerte en tus nuevos proyectos

     :) 




  • GadesGades Garcilaso de la Vega XVI
    Un saludo, @AdrianHK.

    Primero lo que me gusta. Imaginación, intriga, tensión. Eso lo has creado muy bien. Atrapas. 
    Ahora lo que se puede mejorar.
    Algunas cosas las encontrarás tú mismo si revisas el texto leyendo despacio, pero como si leyeras algo desconocido. Verás que te comiste algún verbo y algún determinante. Chorraditas pero chorraditas que dificultan la lectura.

    Coincido en que me gustaría tener más descripción en la primera parte. Me sentí un poco perdida. A parte de que en algún momento no sabía qué personaje hablaba ni a quien. 

    En la segunda parte mezclas lo que sería un flashback con la narración de un recuerdo. Me explico. Si lo que haces es poner en palabras de Meriito la narración del recuerdo, sobran las explicaciones de cómo se sentía su salvadora o de sus gestos, sobran detalles que él, no recordaría. y si lo que pretendes es hacer un flashback, Debes cambiar la persona del narrador.

    Besos mil.
    Ana
Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com