Apague todas las luces. Túmbese boca abajo en el suelo hasta notar que una mano helada se posa sobre su nuca. Busque un insecto cualquiera (esto será realmente difícil porque usted está a oscuras y tumbado). Si no encuentra ninguno, podría valer un oso, un caballo o un tigre. Sea cual sea su animal, intente que atraviese el cristal de la ventana sin romperlo. Si no lo consigue, déjelo ir sin llorar por ello más de tres minutos.
Vístase, salga a buscar un ejemplar en una librería y haga lo que pueda. Si da con un libro en un idioma que usted conoce todo será más fácil. O no.
Y deje en paz las escaleras, por favor. No son para usted. No sabe cómo se utilizan.
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