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La confesión

evilaroevilaro Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
editado noviembre 2019 en El oficio de escribir

La confesión

 

 

¿Me permíte hablárle un moménto?

   

La que se dirigía a mí éra úna mujér muy jóven, tal vez menór de edád, que como éra muy guápa, y considerándo que yo soy féo y póco interesánte, pués supúse que venía al bar en donde yo estába a vendér sus servícios y no por ligár.

 

        Yo, ya ántes de que élla comenzára a hablár, estába pensándo, en realidád repasándo, los ciéntos de manéras que téngo pára decír que no.

       

—Quisiéra que me escuchára, —Hízo úna páusa—, quiéro contárle álgo que núnca se lo contaría a nádie, péro necesíto hacérlo, ustéd núnca me ha vísto, yo núnca había venído ántes por aquí, nádie me conóce, y si no lo cuénto, reviénto.

       

Cuántas véces ésto me ha pasádo, que yo, un hómbre tan reservádo, he tenído la mísma necesidád de explicár cósas que no contaría a nádie, ni al mejór de mis amígos, ni a mi família, ni a un confesór (que no téngo).

       

Había imaginádo múchas véces ésta mísma situación, péro también en sítios en donde no sería conocído, en un táxi, en un viáje en autobús, quizás en un vuélo, o en un ascensór averiádo. Posíblemente pára quedár descargádo de la história, o símplemente pára oír la reflexión del que me óye.

       

—Le escúcho —Díje yo—

   

—Adóro a mi abuéla, duránte áños me ha cuidádo más que mi mádre, y además, con ése caríño especiál que sólo las abuélas sáben dar. La de hóras y días que ha estádo a mi ládo, cuando he estádo enférma, la de cuéntos que me ha leído, cuando por la nóche he tenído miédo. La de dinéro que les ha dádo a mis pádres pára ayudár a pagár mi educación. No, no me malinterpréte, no es que me quéje de que mi mádre no me quiéra, péro el amór de mi abuéla por mí, quedará grabádo en mi corazón como el mayór recuérdo de sacrifício, ternúra y devoción de lo que un ser humáno puéde hacér por ótro. ¡Cuánto la quiéro!

   

Por desgrácia, désde háce únos cuantos áños su salúd ha ído desmejorándo rápidamente y mi mádre se ha volcádo en cuidárla de úna manéra que núnca pensé que lo pudiése hacér.

   

Ayér cumplí los 18, y como mayór de edád, mi mádre me indicó que ahóra yo también debía ayudár un póco más en su cuidádo. Como duránte los próximos días, éllos, mis pádres, se deberán ausentár, yo débo encargárme de élla.

   

Ésta semána, yo téngo el tan esperádo viáje de fin de cúrso, que con tánto caríño he preparádo y planeádo.

   

Quiéro aclarárle que no voy a permitír que ningúna situación que a mí me moléste, puéda hacér cambiár el gran aprécio y recuérdo que téngo de élla o entúrbie su memória.

   

Así, anóche subí a su habitación y pára que ésto tan desagradáble que es el perdérme únos días con mis amígos no vuélva a pasárme, o me dé úna rabiéta y desmejóre la tan buéna opinión y recuérdo que téngo de mi abuéla, cogí un cojín y la asfixié.

   

Como la entiérran mañána, y he puésto la excúsa de hacér el viáje pára recobrárme de tan enórme pérdida, créo que podré írme con mis amígos y pasárlo bién. Qué gran recuérdo téngo de élla y ni siquiéra su muérte tan trágica lo va a cambiár.

   

Buéno, pués ya está, me voy, necesitába contárselo a álguien.

   

—Un moménto por favór, confesión por confesión, me permíte la mía y así quedámos a la par. No sábe lo que me ha emocionádo su reláto, la de cósas secrétas y no explicábles que yo también he hécho y que siémpre he deseádo podér contár. Así, a su manéra, con tóda libertád y sin vergüénza y que después, no quéde rástro, ¡qué idéa tan maravillósa ha tenído ustéd! La felicíto.

   

—Vále —Sonrió élla—, hízo un gésto que indicába que se sentía tranquíla y a gústo y pidió úna bebída.

   

—Sábe, yo soy ladrón, buéno, en realidád no exagerémos, sólo un vulgár carterísta. Al entrár ustéd y dejár su abrígo, yo salía del servício que está al ládo del guardarrópa y le robé su cartéra. Extráje el póco dinéro que llevába (me dejará que la invité a la cópa) y tiré la billetéra con su documentación en un sítio que me permitirá que no se lo díga.

   

Yo también téngo úna abuéla a la que quiéro muchísimo, tánto como lo ha hécho ustéd.

   

Así es que sólo me résta llamár a la policía, decírle dónde está la billetéra con sus documéntos y relatárles lo que me ha contádo.

   

Sólo tiéne únos pócos minútos pára buscár la cártera, hásta que llégue la policía, si la encuéntra… que páse un buén fin de semána. Adiós.

   

* * *

F I N

 


Comentarios

  • Y entonces, rompió la confianza de la chica que con tan buena voluntad  le confeso el amor tan grande por su abuela, por que para no querer defraudarla y darle el pase al mas allá, tiene que ser un amor que no le cabía en el cuerpo, prefiero que no me quieran tanto, dentro de lo trágico me pareció divertido B)
  • evilaroevilaro Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    Pienso que hay confesiones que nunca se deberían hacer.
    Nunca se sabe, el oyente puede ser un policía ;)
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    evilaro dijo:
    Pienso que hay confesiones que nunca se deberían hacer.
    Nunca se sabe, el oyente puede ser un policía ;)

    Aquí, un escribiente policía. ¿Qué ocurre? 


  • Solo un asesinato por amor y como el amor todo lo perdona, pues la abuela se fue feliz para el otro lado :'(
  • IgnoriaIgnoria Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado noviembre 2019
    Hola, evilaro.

    Confieso que, al comienzo de la lectura, me sentí desconcertada por las asombrosas tildes en casi toda palabra (desconozco la causa de su uso). 
    Pero
    me ha encandilado, tanto, pero tanto, el cinismo de la chica, la introducción que haces del muchacho y, en definitiva, todo el texto de arriba a abajo y al revés, que sería capaz de leer felizmente mil páginas tildadas por ti.

    Conecté bastante con tu forma de contar. Mucha historia encajada, justa y precisamente, en pequeño espacio. 
    Felicidades. 
  • evilaroevilaro Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado noviembre 2019

    Ignoria:

    Considerando que dentro de un momento me voy a enterar del resultado de las elecciones :'( , tus amables palabras me darán ánimo y me arreglarán el día ;)

    Muchas gracias por tus comentarios, me alegra que te haya gustado.

    Y pocas veces puedo complacer tanto a una solicitud. Como tengo tres novelas y unos 150 relatos gratuitos en mi página Web, TODOS tildados... pues me siento como el portador del cuerno de la abundancia.

    http://www.evilfoto.eu


    Por si deseas conocer las razones del tildado, puedes leerlo aquí en este ensayo.
    http://www.evilfoto.eu/pagina_cuentos/cuentos_21.htm

    Una vez más, muchas gracias.

    Emilio



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