Que no

Que no. Que yo no quiero.
Que no me hagas quererte.
Que me muero de miedo.

Que no.
Que mi corazón está cansado.
Que no, no le hagas dar vuelcos.

No despiertes mis sentidos
Por favor...
Me llevó tanto tiempo
tenerlos dormirlos...
Que no, guarda silencio,
No hagas ruido.
Que mi alma está exhausta
Y no soporta más latidos.

¿No ves el dique de mis ojos?
¿No ves la máscara de mutismo?
¿No ves que sólo soy piedra?
¿No ves que sólo hay arena en la estatua en que me he convertido?

No invoques a mis demonios;
No pronuncies bonitas palabras;
No toques el cuero de mi piel;
No hables con mis fantasmas.

Hice con ellos un trato,
Se llevarían mis lágrimas.
Pero algo tuve que dar a cambio
Y se llevaron mi esperanza.
Y cesó la fuente de llanto.
Y el miedo a tu ausencia.
Y se alejó mi alma.

Que no,
Que no quiero quererte
Que me costó mucho
que no me ignoraran
que el diablo viera mi límite,
Y me rescatara.

Que no.
Que renuncié.
Que tiré la toalla.
Que no quiero más guerras,
Ni mentiras endulzadas,
Ni asomarme a tus ojos
para acabar condenada.

Que no,
que salgas de mi pecho,
De mis sueños.
No susurres en mi almohada.
Que salgas de mi mente,
no camines por ahí descalzo.
No dejes tus recuerdos
En las celdas en las que ando.
No pongas música,
Deja el polvo en el piano.

Que no,
que se despierta el alma.
Y volverían los demonios.
Y me traerían mis lágrimas.

Que no,
que no quiero quererte.
Que no,
que estoy cansada.
Sal de mi pensamiento
en suspiros
No toques mi ventana.
Que no,
Aléjate de mi y déjame olvidar
que te ya te quiero...
...y que he perdido la batalla.