SÍMIL
Así es, querido árbol.
Durante tus primeros años cuidaré de ti.
Cada una de tus tiernas hojas será para mi un grato mensaje de bienestar.
Acompañaré tu crecimiento hasta que puedas sostenerte solo, hasta que estés firme sobre la tierra, robusto, frondoso.
Y, entonces, gozaré de tu sombra, comeré tus frutos.
Le hablaré a mis hijos sobre la importancia de los árboles, de cuidarlos lo suficiente para poder luego sacar provecho de ellos.
Y así pasarás tus años sirviéndome, dándome cobijo y alimento.
De vez en cuando parte de tu cuerpo alimentará el fuego.
De tus gajos provendrá la continuidad que repetirá el ciclo.
En el final de tus días nada tuyo se desperdiciará. Serás madera para la leña o el mueble.
Ese es tu destino, árbol: ser un instrumento al que primero hay que cuidar un poco para luego servirse para siempre de él.
Ese es el destino, árbol, de casi todos los hombres.
Daniel Adrián Madeiro
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Comentarios
"ser un instrumento al que primero hay que cuidar un poco para luego servirse para siempre de él."
Realmente piensas que somos un instrumento??
un abrazo,
Es bonito ver àrboles a los que no le sacaremos fruto alguno, y solo nos deleitan con su existencia, ojala que su simil humano despierte en nosotros iguales sentimientos.
Un abrazo