El tema de la lectura infantil toma un tono realmente curioso en la sociedad actual.
Para saber utilizar los cacharritos electrónicos que les ponemos hoy en día en las manos para tenerlos distraídos y en silencio, no necesitan tanto saber leer como saber reconocer determinados iconos o símbolos. Eso y acordarse de los gestos necesarios para el manejo.
Por eso, lo más importante que podemos hacer por ellos actualmente es animarles a la lectura desde el mismo momento en que tengan conocimiento del lenguaje hablado.
Aunque algunos métodos de iniciación a la lectoescritura estarían en contra de romper el ritmo natural y la curiosidad de los niños, a menudo es interesante dejarles la oportunidad de descubrir la lectura lo más a mano posible.
Muchos adultos de hoy aprendieron a leer por su deseo de servir de ayuda a un ser querido. Y esta es una de tantas triquiñuelas a las que antes se recurría para darnos un incentivo para aprender a leer cuanto antes y lo mejor posible.
Por ejemplo, me llama la atención el caso de esos abuelos que se hacen los ignorantes voluntariamente para que sus nietos aprendan a leer los carteles y las señales de la calle.
Recuerdo que en uno de mis viajes en Galicia, encontré una tienda preciosa llamada el Pozo de los tres deseos. Al principio pensé que era una tienda de juegos, pero adentro descubrí que era una librería para niños y además, contaba con actividades de lectura para los pequeños.
¿Recuerdan esa escena en la película Tienes un e-mail? donde Kathleen se disfraza para leerle cuentos a los niños en su pequeña librería de barrio.
Pues estar allí es viajar a eso. Una curiosidad que particularmente a mí me parece genial, porque cada vez vamos perdiendo esa magia por los libros y la lectura, y hasta entonces nunca había visto algo así, y creo, y estoy segura que esto puede ser un buen incentivo para que los pequeños se animen desde temprano por la lectura.
Sin embargo, hoy en día los padres tendemos a dejar la iniciación en manos de sus profesores (o de equipos de estimulación temprana, en algunos casos). Y cuando están en casa, el tema de la lectura varía enormemente de un hogar a otro.
No es poco frecuente el chiste sobre las dos madres que coinciden en el tren con sus respectivos hijos: una tiene al suyo con el móvil y el suyo propio en sus manos, y le pregunta a la otra que cómo lo hace para que su niño lea libros… A lo cual, la otra simplemente levanta su libro y sigue leyendo. Efectivamente su hijo que está al lado también lee.
Y no es solamente un chiste, esta situación, la hemos visto muchas veces cuando estamos en la calle.
Afortunadamente, al estar basadas en el lenguaje escrito principalmente, las redes sociales, las páginas web y las herramientas de comunicación como el WhatsApp exigen determinado nivel de dominio de la lectura y la escritura. Al menos si quieres comunicarte de una manera asertiva y clara.
Pero también se puede recurrir al sencillo y expeditivo método de enviar vídeos y audios… Por lo cual podemos decir que estamos perdiendo algo en el camino de esta evolución digital que estamos viviendo y del que nos sentimos tan orgullosos.
En casa no teníamos un menor desde hace muchos años, y ahora que estamos estrenando bebé y que ya está empezando a hablar, y vemos que siente curiosidad por las letras, lo que dicen los libros y lo que ve en la calle, va siendo un momento ideal para ir promoviendo esa curiosidad por leer y comprender lo que ve.
Yo tengo claro que más que regalarle juguetes quiero regalarle libros y mejor aún leerle aventuras fabulosas que hagan que su imaginación vuele y empiece a sentir curiosidad por la vida misma.
¿No te gustaría que tu hijo en vez de estar pegado a un televisor o una tablet tuviera en la mano un libro?
Yo sé de muchas personas que sí lo desearían, y para que esto sea posible hay que empezar a predicar con el ejemplo.
Si tu te la pasas en el móvil y no lees, ellos van a querer hacer lo mismo. Así que luego no te andes quejando de por qué tu hijo no lee, no sabe, no aprende, no quiere estudiar…
Conclusión, la lectura infantil es importante promoverla y empezar nuevamente a incentivarla, y nosotros desde este pequeño espacio queremos decirte que aunque parezca increíble, existen lugares estupendos donde podemos llevar a nuestros pequeños, en caso de que nosotros no tengamos tiempo para ello o que no nos guste leer.
Si queremos un mundo mejor y diferente, empecemos a cambiar nuestro pequeño mundo.
Muchos coinciden en que se debiera incentivar la lectura en los niños. Pero, si con programas y campañas no se ve un resultado, ¿dónde está el problema?
La respuesta casi automática culpa a los sistemas modernos de comunicación, mas, ¿será tan simple la respuesta?
Puede que los niños no lean porque no ven leer. Esto no quiere decir que solo porque vea leer, un niño corra a tomar un libro, pero es evidente que la posibilidad de que ocurra es mayor que si en su casa ni siquiera hay libros.
Creo que la lectura en voz alta, de un libro interesante para el niño, puede incentivarlo a leer. Pero hay un problema adicional, no podrá formar lectores una generación que no lee, y esa es la actual, incluyendo a los docentes, a quienes se da la, tarea de incentivar la lectura siendo ellos mismos no-lectores.
Complejo asunto, yo lo veo como un camino sin salida. La lectura se mantendrá, por supuesto, pero en un círculo pequeño, cada vez más pequeño…
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Cuanta razón tienes tus palabras y también mucha tristeza, porque es una realidad que cuesta ver y aceptar, sobre todo. Nos toca tener fe y sobre todo cambiar las cosas en nuestros entornos más cercanos, quizás así cambien las cosas 🙂
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