La selectividad ya es fuente de temores, ansiedad, estrés y poco sueño por lo normal entre los estudiantes españoles. Razón por la cual muchas personas buscan profesores particulares para clases de lengua y de otras asignaturas.
Y con una situación tan excepcional como la que vivimos este 2020, cabe pensar que sería incluso peor, ¡pero no tiene por qué!
Con unos sencillos consejos puedes adaptarte a esta circunstancia y rendir igual de bien que siempre, o incluso mejor, en tus pruebas de acceso a la universidad.
Soy Sergio Melich, pedagogo 3.0 y especialista en formación autodidacta y comunidades de aprendizaje virtuales.
Quiero darte los consejos que me ayudaron a conseguir una media de 7,49 (11 sobre 14 con las ponderaciones de especialidad) en la selectividad. Todo ello sin pasar noches en vela, matarme a estudiar ni perder la salud en el proceso.
Si los usas bien, no me cabe duda de que podrás aprobar la selectividad incluso por encima de tu media habitual. ¡Vamos al lío!
Antes de comenzar, relativiza toda la situación
En serio: tu situación, la situación de tu entorno y la situación del planeta dan absolutamente igual. Lo que importa es cómo gestionas por dentro lo que generan en ti.
Y para que esto se entienda mejor, te comento que estudié más de una noche desde una habitación en el hospital. A veces como paciente, a veces acompañando a un familiar.
He tenido periodos de exámenes en momentos durante los cuales mis familiares y yo mismo tuvímos que pasar por quirófano por accidentes o lesiones severas, o estábamos convalecientes de aquello.
Incluso tuve que examinarme pocos días después de que muriese mi abuela. Y te confieso que la mayor preparación que hice esa vez fue leerme los apuntes de camino al examen.
A riesgo de sonar insensible, te diré lo que dice Gabriel Iglesias, uno de mis cómicos favoritos: “Si no soportas que yo suba el tono, imagínate lo que te espera al adentrarte sin preparación en un mundo al que no le importan una mierda tus sentimientos.”
La vida sigue girando. Se trata de que encuentres los momentos para todo lo que es necesario. Cuidar de ti, compartir con los tuyos, cumplir tu deber y divertirte.
Relativizar te permite aclararte y emprender acciones pertinentes
Cuando todo parece tan grave dan ganas de rendirse y recogerse dentro de ti. Lo comprendo, porque lo he sentido. Pero te animo a que no te apartes por completo.
Importante: si no puedes acudir al aula o no recibes recursos suficientes, busca tutorías online. Y para la parte de tu bienestar personal, busca terapia o apoyo especializado.
Si mantienes la compostura y te dejas ayudar, esa forma de disciplina y autocuidado te será muy útil en el futuro. Fue así como descubrí lo que estoy a punto de contarte ahora.
Que es, ni más ni menos, el secreto para hacer un esfuerzo inteligente que te baste para aprobar con la nota que quieras aunque el mundo se derrumbe a tu alrededor… Porque conoces las reglas del juego y sabes jugarlo a tu favor.
Las reglas fundamentales son dos. Así que vamos a repasarlas juntos. ¿Te parece?
Primero ten claro para qué sirven las pruebas de selectividad
Te va a chocar que te digan esto a estas alturas, pero atiende: en nuestro sistema educativo no quieren loritos de repetición. Quieren personas que sepan manejar correctamente la información.
Eso significa que debes centrarte en saber investigar un tema, discernir las partes clave del mismo y saber comunicarlas. En ser capaz de emitir un mensaje claro, sintetizado, bien estructurado y lo bastante completo.
Si te limitas a vomitar sobre el papel un texto aprendido de memoria te estás quedando corto. No importa lo bien que memorices, porque no te van a puntuar la parte de elaboración. Y encima irás con más estrés al examen, con lo que rendirás peor de lo que puedes.
Por supuesto que no dejar detalles clave sin contar también importa, pero si la forma de contarlos es una mierda, los profesores que te corrijan lo harán a vuelapluma. Y eso perjudica tu nota, te lo garantizo.
Después, conoce cómo funcionan las pruebas de selectividad
Tus profesores ya te habrán facilitado modelos de examen de años anteriores y te habrán comentado la estructura de las pruebas. Ahí es donde empieza el esfuerzo inteligente.
Pondré mi propia selectividad como ejemplo.
Me centré en saber cumplir los ejercicios aplicados de las asignaturas. Es decir, el análisis morfológico y sintáctico en Lengua Castellana y Literatura; o los climogramas, el análisis y descripción de paisajes a través de su fotografía, las pirámides de población y otros en Geografía… Y así con todo. ¿Sabes por qué?
Si estabas pensando en que quise asegurarme entre un cuarto y la mitad de la nota total del examen, estamos en sintonía. ¡Y es que es así de sencillo!
De hecho, cuando daba clases particulares las centraba en este aspecto.
En todos los exámenes que hagas hay partes fundamentales que demuestran tus competencias y, por tanto, significan una gran porción de la nota total.
Son estas actividades las que te salvan si no se te da muy bien el manejo de información para las partes de reproducción (responder a las preguntas de teoría, vaya).
Esas dos son las claves que te permiten aprobar sin asesinar tu paz mental
Como dicen que dijo Bill Gates en su día: dale el trabajo más difícil a la persona más vaga y encontrará la forma más sencilla de hacerlo. La cita cambia según donde busques.
En mi caso lo admito sin reparos: soy un estudiante muy perezoso, y al mismo tiempo, alumno de altas capacidades (que es como llaman ahora a los superdotados).
Por ejemplo, soy capaz de leer a un ritmo de 1.600 palabras por minuto, pero me bastaría con una octava parte de eso para seguir estos consejos. Porque mi superdotación da igual. Recuerda: mi situación personal es relativa. Y la tuya también.
El sistema educativo no distingue tu capacidad si tú no demuestras tu competencia. Por eso me centré en una forma eficiente de estudiar. Por eso te digo que te centres en ella también.
Prefiero dedicar ese alto rendimiento a cosas que disfruto más que preparar un examen. Videojuegos, cómics, libros de fantasía épica… Y seguro que tú también tienes algo que prefieres a empollar.
Así que pon a prueba estos consejos, y después, si quieres, me escribes para que celebremos juntos tus merecidos aprobados.
Deja una respuesta