Yo siempre me imagino que todos los que escribimos formamos una legión, como los opositores que luchan por una plaza. Toda la vida de Dios ha habido una multitud que se agita con sus escritos en busca de renombre.
Unos lo conseguirán pues su ingenio así se lo permite pero otros vagaremos en la soledad del que escribe a media tarde.
Y tú, ¿eres legión o eres de los elegidos por la fama?