Cuando me preparaba para irme, ya en la puerta de casa, Elisa, la señora Loconte, salió a despedirse. Me agradeció cálidamente y me rogó que volviese algunos días después para concluir el tratamiento de su marido, quien seguramente por entonces estaría ya más aliviado, y porque ella también deseaba un nuevo masaje, pues se había sentido liberada y renacida tras mi tratamiento. Volví tres días después, por la tarde. Era un día fresco de final de verano así que me puse un vestido de algodón gris perla abotonado por delante y una chaqueta fina de punto, también gris. Los Loconte me esperaban, cada uno en su habitación. La casa estaba en penumbra, las ventanas entornadas. Saludé a Aldo que seguía en su dormitorio, tendido sobre la cama como la otra vez. Me saludó sonriéndome mientras penetraba con los ojos más allá de los botones de mi vestido. Procedí al masaje de Elisa. Llevaba un camisón ligero de raso azul, con tirantes. Estaba relajada esperando el contacto de mis manos sobre su piel. Cuando empecé noté su respiración algo agitada pero ella se mostraba tranquila. Esta vez casi no habló y mantuvo los ojos cerrados, concentrada en el efecto que mi masaje le procuraba. Me gustaba su piel blanca, perfumada que cedía bajo el calor de mis palmas. Cuando terminé al cabo de un rato, abrió los ojos sonriendo. Tenía una nueva luz en la mirada. Sin decir nada me cogió la mano y se la llevo a su sexo. -Sigue ahí, me dijo en un susurro, por favor. Empecé a acariciarla con la yema de los dedos. Tenía los labios tersos y calientes, el clítoris endurecido. Se bajó el tirante del camisón para mostrarme su seno pequeño pero firme. Mientras seguía masajeandole rítmicamente el clítoris, le lamí con la lengua el pezón sonrosado y mórbido. Su sabor me excitaba, pensé en el orgasmo que le procuraría y empecé a estremecerme y a empaparme. Llegó rápidamente al ápice, sin moverse, con apenas un suave gemido de placer. Tras agradecerme y yo despedirme de ella, la tapé con la sábana. Se dio media vuelta, y se quedó dormida, totalmente abandonada y aliviada. Aldo me esperaba ya excitado. Le dije que debía primero curarle la espalda, luego veríamos. Una vez tendido boca abajo conseguí hacer contacto con su zona lumbar donde la inflamación ya había casi desaparecido. Al terminar, se dio la vuelta y se incorporó sentado sobre la cama, la cabeza apoyada sobre la almohada doblada. Esta vez tocaba a él llevar el juego: -Quítate la ropa, me dijo con voz profunda, cargada de deseo. Desabroché lentamente todos los botones del vestido hasta cayó deslizándose a mis pies. Me miraba sin hablar mientras se acariciaba el pene enarbolado bajo la sábana que lo cubría hasta la cintura. Me quité el sujetador para mostrar mi grueso pecho redondo y lleno. Me hizo subir a la cama, sobre su cabeza y empezó a lamerme con foga el clítoris. Me apoyé con las manos a la cabecera, él me cogía los muslos con sus manos. No paró hasta que me oyó gemir de placer y sintió que el fluido que salía de mi vagina, corría por mis piernas. Entonces me tendió supina y empezó a recorrer con la boca hambrienta y las manos curiosas todo mi cuerpo. Me lamía los gruesos pezones erizados, perdía su cara entre mis pechos para bajar después sobre mi vientre y entre los muslos húmedos. Sin más esperar, se colocó sobre mi y con un rápido movimiento de su pierna, abrió las mías e introdujo de golpe en mi vagina deseosa, su miembro túrgido y poderoso. Arremetió con fuerza, golpe tras golpe. Con mis piernas enlazadas a su espalda, lo sentía en lo más hondo y su ardor me hacía vibrar por dentro. Mantuvo el ritmo durante un tiempo, acometiendo con el mismo ímpetu repetidas veces hasta que los dos nos libramos al cúlmine de un placer voluptuso, intenso, entre gemidos quedos y apagados. Quedamos así, entrelazados durante unos instantes.
Antes de irme, Aldo me dio una tarjeta: -Es la dirección de un amigo mío, también necesita un masaje para el lumbago...
Tranquilo, ya tiene tu dirección en la tarjeta...ja,ja,ja.;)
¿Cómooorrl...?
(Oh, señor... )
:eek:
Tengo que pedir hora, raudo y veloz, al Stetician Center.
(esto se avisa antes, Shaianti, por favor)
Y comprar alguna delicatessen. Por si le apetece comer algo. Y un buen vino!!! Habría que cambiar también esas cortinas. Están demodé. Una veneciana grande, mejor. La que llevo tiempo diciendo que pondré y nunca pongo. Hóstitú..., montón de cosas que tengo ahora en la cabeza... Hay que adecentar todo esto en condiciones. Más aún, si cabe.
Marcando el número estoy ya. Que lo sepas. El del Overlook Stetician Center, eh. Para estar hecho un pincel. Pica un poco, sabes, pero te dejan como a John Galliano.
(maldita sea, estoy hecho un manojo de nervios.)
Cuando venga, todo estará en perfecto estado de revista. TODO, TODO, TODO. Lo prometo. ¿Le gusta el salmón ahumado? (a mí me encanta). ¿Un poco de marisco?.
Adelante, pues, Shai. En tus manos me pongo.
¿Dónde tengo que firmar? :):):):):)
PD.: Pero vendrá, ¿eh?. No me engañes. Estoy dispuesto a lo que sea.
(por fín algo con estilo, joder!!!)
Oye, que si no hay inconveniente, se apunta también Aigoul. Vete preparando la bañera... :rolleyes:
Bueno, pues otra vez será. Anularé hora en el Steticien.
Voltaren, Destination Calabria, un poco de aceite Johnsson's para evitar irritaciones, y a dormir.
(mi gozo en un pozo)
Jamás comparto el amor con terceros.
Que se hagan una paja o se peguen un cabezazo en la pared.
No hombre, Aigoul viene después del masaje, para hacerte el baño relajante. Ahora está libre, la que está más ocupada es la asistente Agnese, en el hotel...
No hombre, Aigoul viene después del masaje, para hacerte el baño relajante. Ahora está libre, la que está más ocupada es la asistente Agnese, en el hotel...
Ahora me pongo seria, va... Mira que la mayoría de la literartura erótica me suele gustar de poco a nada, casi siempre le veo de menos o de más, pero este relato me gusta, me parece muy bien llevado y en su punto.
Pobres masajistas, por Dios!!! Si ya sólo nos falta ponernos un cartelito... Snif!!!
Fuera de bromas, en la realidad siempre aparece algún listillo que piensa conseguir un "completo" por el precio de una espalda (obviamente más barato que acudir a profesionales), y la situación se puede volver francamente incómoda.
Ojalá también en la vida real todo fuera tan... agradable!
Comentarios
¿Cómooorrl...?
(Oh, señor... )
:eek:
Tengo que pedir hora, raudo y veloz, al Stetician Center.
(esto se avisa antes, Shaianti, por favor)
Y comprar alguna delicatessen. Por si le apetece comer algo. Y un buen vino!!! Habría que cambiar también esas cortinas. Están demodé. Una veneciana grande, mejor. La que llevo tiempo diciendo que pondré y nunca pongo. Hóstitú..., montón de cosas que tengo ahora en la cabeza... Hay que adecentar todo esto en condiciones. Más aún, si cabe.
Marcando el número estoy ya. Que lo sepas. El del Overlook Stetician Center, eh. Para estar hecho un pincel. Pica un poco, sabes, pero te dejan como a John Galliano.
(maldita sea, estoy hecho un manojo de nervios.)
Cuando venga, todo estará en perfecto estado de revista. TODO, TODO, TODO. Lo prometo. ¿Le gusta el salmón ahumado? (a mí me encanta). ¿Un poco de marisco?.
Adelante, pues, Shai. En tus manos me pongo.
¿Dónde tengo que firmar?
PD.: Pero vendrá, ¿eh?. No me engañes. Estoy dispuesto a lo que sea.
(por fín algo con estilo, joder!!!)
Bueno, pues otra vez será. Anularé hora en el Steticien.
Voltaren, Destination Calabria, un poco de aceite Johnsson's para evitar irritaciones, y a dormir.
(mi gozo en un pozo)
Jamás comparto el amor con terceros.
Que se hagan una paja o se peguen un cabezazo en la pared.
Lo siento.
Soy heteromacho.
Uuupss!!! Es verdad!!!
(dió mío)
La confundí con alguien (masculino) con un nombre muy, muy, muy similar!!!!
(hóstitú)
Absoluto lapsus mental!!!
Perdónperdónperdónperdónperdón.....
(no me ves, pero tengo ahora mismo la cabeza hundida entre dos cojines)
Gracias por una nueva experiencia relajante!!!!
Quiero más.
Ahora me pongo seria, va... Mira que la mayoría de la literartura erótica me suele gustar de poco a nada, casi siempre le veo de menos o de más, pero este relato me gusta, me parece muy bien llevado y en su punto.
Pobres masajistas, por Dios!!! Si ya sólo nos falta ponernos un cartelito... Snif!!!
Fuera de bromas, en la realidad siempre aparece algún listillo que piensa conseguir un "completo" por el precio de una espalda (obviamente más barato que acudir a profesionales), y la situación se puede volver francamente incómoda.
Ojalá también en la vida real todo fuera tan... agradable!
Si te la imaginas a tu sui géneris, es más divertida la parte final