¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

Insospechada doble vida

antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


Insospechada doble vida

¡Por fin viernes! Creía que nunca iba a llegar este finde. Menuda semana llevo. En mi trabajo, tanto currar para nada porque, por las deudas que tienen con mi empresa, llevo ya cuatro meses sin cobrar mi sueldo. Pero quiero pensar que esto es algo pasajero, ya que siempre ha sido una empresa seria y siempre ha mirado por todos sus empleados.

La gente no para de celebrar lo que sea todos los días, sobre todo la que tiene pasta. ¡Cómo no! Esta gente sí que pasa de crisis, de deudas, de problemas económicos y de todo. Qué le vamos a hacer. Bueno, mientras no me falte trabajo a mí, me puedo dar por satisfecha.

Además, nos llevamos de puta madre mi pareja y yo; mi novio es un tío que siempre me complace en todo, igual que yo a él. Formamos un magnífico dúo. No para de decirme "me gusta todo de ti". A diario hacemos el amor y lo pasamos chachipiruli. Cupido ha hecho un buen trabajo con nosotros.

Pero en días como hoy echo de menos mi Sevilla de mi alma. Seguro que mis amigos de allí tendrán sus planes para pasar un buen finde, y más en invierno. En fin, no me queda de otra que regresar a mi casa y estar con mi Pepe, que así se llama mi novio, y después, si se tercia y el tiempo no empeora, salir un con él de bureo, acompañados de Rosa, Mar y sus chicos. Ellos forman mi trocito de Sevilla aquí en Madrid.

Pasados diez minutos llego a mi casa; mi pequeño apartamento en Sol me encanta. Meto la llave en la cerradura y entro. Me extraño al ver la tele apagada. Son casi las tres y Pepe debería estar ya aquí desde hace más media hora. Dejo mi bolso y mi paraguas sobre el sofá, saludo a Balú, mi chuchito, y cojo el móvil. El de Pepe no da señal y parece que está apagado, por lo que me asusto más. ¿Le habrá pasado algo? Bah, seguro que se ha quedado sin batería.

Voy a nuestro dormitorio, para cambiarme y ponerme cómoda. Al abrir el armario no está la ropa de Pepe. Me asusto. Abro los cajones de la ropa interior; no hay nada suyo, y entonces me siento un nudo en el estómago. Rápidamente voy al mueble de los zapatos: nada, ni botines deportivos ni zapatos de trabajo ni zapatos de calle; nada, absolutamente nada.

No sé qué hacer ni qué pensar. Lágrimas brotan solas de mis ojos. Ni un papel ni un mensaje. Sin una previa conversación, sin explicación alguna... Nada.

Se largó sin decirme ni pío. Me ha dejado. Pero… ¿por qué? Nos llevábamos bien, salíamos juntos a todas partes, siempre que podíamos, hemos pasado este verano quince días de vacaciones en Punta Umbría. ¿Qué es lo que he hecho mal?

Me dejo caer al suelo y me pongo a llorar, como una niña. Balú se me acerca y no para de lamerme. Nota que me siento mal. Tengo un chuchito mu listo. Me tomo un tranquilizante y me tumbo en el sofá, hasta quedarme medio dormida.

Me despierto sobresaltada por los ladridos de mi Balú, me levanto cuando escucho el timbre de la puerta, repetidas veces. "¡Es él!", pienso.

"Ha vuelto, tiene que ser Pepe", voy diciéndome en voz alta mientras corro hacia la puerta y la abro, pero me desilusiono cuando veo a Rosa y a Mar.

Ven sufrimiento en mi cara y mis ojos hinchados por tanto llorar.

-¿Qué te pasa? -me pregunta Rosa, mientras cierra la puerta, e inmediatamente después me acurruca en sus brazos.

Vuelvo a llorar, y ahora desconsoladamente mientras me abraza.

Mar imita a Rosa. Me abrazan las dos y entonces lloro más. Las tres nos sentamos en el sofá, con mi Balú sin apartar sus ojos de mí, como queriendo consolarme.

-Pepe se ha ido -respondo con voz débil, entre sollozos.
-¿Quéééé? ¿Habéis discutido? ¿Qué ha pasado? -me tri pregunta Mar, mientras me aparta pelos de la boca.
-No sé. Llegué de trabajar y me encontré el armario sin sus cosas. No ha dejado ninguna nota, ni nada; además, tiene el móvil apagado -digo con un hilillo de voz.
¡Menudo hijoputa es ese Pepito de los cojones! ¡Los tíos guapos no son de fiar! ¡Te lo he dicho muchas veces! -grita Rosa, enfadada.

Y eso que Rosa es muy difícil que se enfade; es la típica mujer que no se enfada ni se molesta por nada. Todo le parece bien. Con todo está conforme. Siempre se está riendo. Nunca la había visto enfadada, hasta hoy.

-No lo comprendo. Estabais bien, ¿no? -me pregunta Mar, moviendo la cabeza de un lado a otro, como no explicándose la situación.
-Yo estaba bien con él, pero al parecer él no lo estaba bien conmigo, aunque si fuese lo contrario, lo disimulaba de puta madre, el muy cabrón –respondo y evito volver a llorar. Y lo consigo.
-Tú no te hundas, cariño. Ahora mismo te arreglas como nunca y nos vamos a cenar y después de fiesta. ¡Venga, ya estás tardando!

Rosa se levanta tras decirme esto y me coge del brazo y me mete en mi dormitorio.

-Te queremos lista en media hora. Mar y yo vamos a nuestras casas a ducharnos y a acicalarnos. ¿Vale?
-Vale -respondo como puedo.

Me ducho, con más voluntad que ganas, me visto y me acicalo todo lo mejor que me permite mi estado de ánimo, pero no dejo de pensar... “siempre es maravilloso el tener amigas. Y eso que dicen que las mujeres somos menos amigas entre nosotras que amigas de los hombres”.

SOLO ESCRITOS DE DESAMOR Dobe_v10

Antonio Chávez López
Sevilla septiembre 2001

 B) 





Comentarios

  • isabel veigaisabel veiga Garcilaso de la Vega XVI
    editado diciembre 2021
    Me ha recordado lo que le pasó a una amiga. Un día, el marido le dijo que se iba. Tampoco había habido discusiones ni nada que diese pistas de que él no estaba a gusto.

    Una de las cosas que me ha gustado ha sido la pregunta «¿Qué es lo que he hecho mal?» porque es tan habitual echarnos la culpa, pensar que la otra persona se va por nuestra culpa. Hasta que pensamos con lógica y nos damos cuenta de que no se trata de lo que hacemos o dejar de hacer; se trata de lo que la otra persona quiere. Bueno, hay de todo, claro.
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    Me ha recordado lo que le pasó a una amiga. Un día, el marido le dijo que se iba. Tampoco había habido discusiones ni nada que diese pistas de que él no estaba a gusto.

    Una de las cosas que me ha gustado ha sido la pregunta «¿Qué es lo que he hecho mal?» porque es tan habitual echarnos la culpa, pensar que la otra persona se va por nuestra culpa. Hasta que pensamos con lógica y nos damos cuenta de que no se trata de lo que hacemos o dejar de hacer; se trata de lo que la otra persona quiere. Bueno, hay de todo, claro.

    Por suerte o por desgracia, este tipo de cosas ocurren a diario; o él o ella se va de casa sin decir ni pío. Pero, ojo, no es siempre por culpa de una tercera persona. La vida es complicada, pero nosotros mismos la hacemos más complicada. Para mí, el amor es fundamental en todo lo que decimos y hacemos.

    Feliz salida y entrada de año, Isabel

     :) 
Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com