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No obstante se trabaja mejor con el estómago contento, y esta premisa la cumplía a raja tabla: un buen desayuno, en el cual no podía faltar la leche de oveja, casera evidentemente, como tampoco podían faltar los panecillos de leche qué hacía su mujer, María. El inconfundible aroma del pan recién horneado inundaba toda la casa, y el sabor, ¡oh qué decir de su sabor!, solo de pensar en mojar aquel panecillo dorado en la leche de oveja, calentita evidentemente... una delicia.
Tras el delicioso desayuno, Ramón se despidió de forma cariñosa de su familia, y después de abrigarse con un gran chaquetón de loneta gris, abandonó su humilde casa para dirigirse al valle. Parece complicado tener que manejar a casi medio millar de ovejas, sin embargo el hombre tenía ayudantes: Zar, Yira y Rex, sus tres mastines. Sin sus fieles amigos Ramón no sería capaz de conducir al rebaño a través de los senderos de las montañas, como tampoco sería capaz de proteger a las ovejas de los lobos, los cuales sabían de buena mano que aquellos perros pastores no se andaban con chiquitas.
El descenso por aquellos caminos de cabras duró prácticamente toda la mañana, y para evitar traspiés o caídas tontas, el ovejero se ayudaba de su fiel compañera, una robusta vara de roble la cual había heredado de su padre. El pastor llevaba buen ritmo, ya que su buena forma física se lo permitía. Éste no era muy alto, pero tenía unas piernas fuertes y entrenadas a base de una infinidad de largas caminatas por las montañas. Ésto le permitía recorrer grandes distancias sin tener que parar a descansar.
Sin embargo, esa mañana Ramón se encontraba más fatigado de lo normal, algo que sus perros intuyeron sin necesidad de certificado médico, llamadle sexto sentido o inteligencia superior, pero los canes no se separaban de él y lo miraban con cierto gesto de tristeza. Unos sudores gélidos recorrían la piel de aquel rostro sofocado, y sus ojos estaban hinchados, le palpitaban. Su respiración era dificultosa y las náuseas eran constantes... algo no marchaba bien.
Justo antes de llegar a la entrada del Bosque Negro, bautizado así desde tiempos inmemoriales debido a su densidad y su espesura, Ramón comenzó a notar que aquel cansancio tan poco habitual en él no era una nimiedad. La visión de sus ovejas desfilando hacia el gran bosque de robles y pinos se comenzó a difuminar. Sus piernas empezaron a fallar, perdiendo el equilibrio en cuestión de segundos, con el fatal resultado de la caída final. Su frente se golpeó contra una enorme piedra incrustada al borde del camino, y el musgo de la misma se fundió con la propia sangre de aquel pobre hombre. Poco a poco la oscuridad comenzó a apoderarse de su mente y sus párpados cedieron ante la fuerza de la gravedad...
Mas, la luz volvió al instante, o al menos esa fue su percepción, y con cada leve pestañeo el pastor logró recuperar la consciencia.
—Dios santo... que dolor de cabeza
Dijo el pastor, agarrándose la cabeza con ambas manos mientras intentaba incorporarse.
—¿A dónde vas Ramón?, ¿qué pretendes?
Susurró una voz de tono metálico y de textura áspera.
Al pastor se le erizaron los pelos de la nuca, cuando sus ojos del color de la miel corroboraron quién había pronunciado tales palabras.
—¿Eres la muerte?, ¿verdad?
Dijo el hombre con gesto de tristeza.
—Soy la parca, Ramón, y he venido a llevarte al reino de los muertos.
Dijo el espectro, a la vez que de su manto azabache sacaba una gran guadaña.
—¿¡He muerto!?
Exclamó el hombre con el gesto descompuesto, a la vez que se ponía de rodillas en frente al gran espectro.
Éste lo miraba a través de aquel rostro cadavérico, frío, y desde aquella boca, de labios finos y de dientes sin encías, expulsaba un vaho que hacía marchitar la vegetación del suelo.
—Todavía no Ramón, pero lo estarás. Mas has de saber que no suelo dar trato de favor a ningún mortal, pero tú... tú eres distinto. Envidio tu bondad, tu honestidad y tu generosidad. Deseo tu vida mortal y el amor de tu humilde familia. Tus ovejas te quieren y tus perros te aman, ¿acaso no puedes morir en paz con todo lo que has hecho en tu vida?
—Te suplico, mi señora de la muerte, no me dejes ir, pues tengo tres hijos pequeños y una mujer que mantener.
Dijo el pastor entre llantos y sollozos ante la mirada de satisfacción de la parca.
—Déjame pensar... es posible que pueda hacer algo por ti.
Señaló el espectro con un tono de voz cuanto menos sospechoso, aunque el pastor no tenía tiempo para cábalas... el mal que lo atenazaba lo estaba consumiendo y le quedaba poco tiempo de vida.
—De acuerdo. Voy a curar el mal que te está matando. Voy a darte la vida eterna y podrás ver crecer a tus hijos. Es el premio que mereces por una vida ejemplar.
Comentarios
—¡Oh, gracias mi señora! ¡rápido señora de la muerte!, pues noto como la vida se apaga en mi ser.
Exclamó el pastor con el rostro lleno de lágrimas de emoción y de agradecimiento a la muerte. Algo que a la parca debió de satisfacerla, ya que de su boca demoníaca surgió una sonrisa repleta de dientes afilados, y tan agudos, como las fauces de un tiburón.
—Perfecto Ramón. Aquí te ofrezco este trato. ¡Toma mi mano y vive!
La mano cuasi esquelética de la muerte se acercó hacia el pastor, el cual alzó su cabeza y no dudó en estirar la suya. Ambos dedos índices se tocaron levemente, y al hacerlo, una vorágine de rayos iridiscentes engullió a las dos partes. Ramón perdió el conocimiento de nuevo, y cayó al suelo sin poder hacer nada al respecto.
Unos segundos después de aquel fenómeno de luz, el cuerpo de Ramón comenzó a dar señales de vida. La parca lo miraba con cierto desconcierto, como si aquel trato no hubiese sido el acordado.
—¿¡Qué ocurre aquí!? ¿¡Qué hago yo ahí!? ¡Me has engañado!
Exclamó la Parca, aunque en esta ocasión su tono de voz era mucho más limpio y menos demoníaco. Ramón parecía haberse puesto de pie, y sonreía con satisfacción ante su nueva y recuperada energía.
—Estúpido infeliz... no te he engañado. Yo te ofrecí la inmortalidad, y tú firmaste el trato. Ahora serás la muerte eterna, y sabrás lo que es que nadie te quiera. Comprobarás como se siente al ser odiado, al ser temido, y cumplirás con tu cometido, cumplirás con el ciclo de la muerte.
Tras sus palabras, el nuevo Ramón se despidió de la Parca, y con una sonrisa de oreja a oreja, se dispuso a adentrarse en el bosque para seguir a su rebaño de ovejas.
Mas la cólera invadió el cuerpo de la nueva Parca, y una maldad desconocida surgió desde lo más profundo de su ser. Entonces cayó en la cuenta de que entre aquellos miserables y esperpénticos dedos sostenía una guadaña.
—¡Me las pagarás malnacido!
Exclamó el espectro a la vez que volaba como una centella hacia su antiguo cuerpo.
Justo cuando logró alcanzar al pastor, la Muerte alzó su guadaña, y sin dudarlo dos veces, la bajó con todas sus fuerzas para rebanar el cuello de aquel estafador de vidas. No obstante, el resultado no fue el esperado, ya que el filo de la guadaña no cortó la carne de aquel hombre, sino que al entrar en contacto con la misma, la atravesó sin apenas llegar a rozarla.
—¡¿Qué clase de broma es ésta?! Soy la muerte, ¿mas no puedo matar?
Risas y carcajadas brotaron de la garganta del pastor impostor.
—Amigo mío, tú no puedes matar a los vivos, tú solamente podrás acompañar a los muertos al Más Allá.
Tras las burlas del nuevo Ramón, la Parca se resignó, y con gesto entristecido, aquel bosque en penumbra abandonó.
Esta es la triste historia de Ramón.
Éste es el cuento de La Muerte y el Pastor.
Me ha maravillado tu relato-cuento, galleguiño Nacho
Un escrito que, por el título, parecía dramático, lo has ido convirtiendo poco poco en casi romántico. Un texto impecable, y ahora vamos al cuento que es... más impecable aún, que además traspasa los límites de esas inventivas de las llamadas normales.
Eres un buen escritor, pero, a mi parecer, eres mejor poeta-escritor que escritor (no es redundancia). Por todos lados asoma tus dotes de trovador rapsoda. Cuidas los detalles, no, mimas los detalles con la aquiescencia que le das en todo momento a tu pluma. El hecho de uses más la conjunción adversativa "mas" que la "pero", le da al texto más aire poético, si cabe.
Eres uno de los últimos que se ha incorporado a este foro, y, desde luego, bordas todo lo que plasmas. Además que se te ve por todos los hilos, con unas ganas inmensas de colaborar. Voy a tratar de buscar a Ramón y a ver si soy capaz de hacerlo amigo mío.
Esta es la triste historia de Ramón.
No la veo triste.
Enhorabuena.
¡VIVA EL FORO DE LITERATURA POR ANTONOMASIA!
Que buen relato, me parece interesante como realizaste la redacción.
Al ser un cuento un poco “tétrico” (por tener una historia oscura) al principio lo sentí como cuento infantil y con el desenlace de la historia vas notando que el relato no es nada infantil. Sin embargo, en ningún momento el cuento se sintió pesado más bien se sintió muy pulcra y tranquila.
Metiéndome en un tema general, está chulísimo que pudieras especificar cada cosa muy bien sin sentirse como relleno para tu historia. Me gustó que todo era lo justo para que no se volviera tediosa, muy pocos relatos me dan ganas de leerlos completos, muchas veces solo.
Todo está muy bien escrito, se ve que si te apasiona escribir ya que tu trabajo está muy bien realizado. Sigue así, tienes bastante talento.
Yo la verdad a lo que más me dedico es a leer, me encanta leer de todo y una vez intenté escribir un relato de unos viajes con amigos, pero la verdad fue desastroso. Así que desde ese entonces solo leo y hace unos meses descubrí este foro con gente muy maja que escribe genial. Me hacen adentrarme muchísimo en las historias y relatos.
“Justo antes de llegar a la entrada del Bosque Negro, bautizado así desde tiempos inmemoriales debido a su densidad y su espesura, Ramón comenzó a notar que aquel cansancio tan poco habitual en él no era una nimiedad. La visión de sus ovejas desfilando hacia el gran bosque de robles y pinos se comenzó a difuminar. Sus piernas empezaron a fallar, perdiendo el equilibrio en cuestión de segundos, con el fatal resultado de la caída final. Su frente se golpeó contra una enorme piedra incrustada al borde del camino, y el musgo de la misma se fundió con la propia sangre de aquel pobre hombre. Poco a poco la oscuridad comenzó a apoderarse de su mente y sus párpados cedieron ante la fuerza de la gravedad...”
Algo más que quisiera añadir es que esta parte en específico del relato fue mi favorita, solo con dos palabras describiste muy bien el bosque, se sobre entiende cómo es. Das a entender que Ramón está teniendo un problema de salud y es magnífico como (a mi parecer, porque sentí que fue así) termina muriendo por el fuerte golpe que se dio en la cabeza con la piedra. ¡Joder tío! Que fue la parte con más drama en el relato, no sabía si en realidad había muerto en ese momento o si solo tal vez había sido un golpe sin tanta importancia, ya que bueno muchas veces exageran los golpes para más dramatismo.
Espero seguir leyendo tus relatos y que sigas así, podrías hasta sacar tu propio libro ¿No sería muy guay? Mucha suerte y un saludo. Ojalá salga la venganza de Ramón pronto jajaja no sería mala idea, tipo volverse una mala persona y estar vigilando a su familia cada vez que está en el mundo de los vivos.
¡QUE VIVA EL FORO DE LITERATURA!
En verdad, ya escribí una novela, pero está a años luz de ser apta para el público; pues, por aquel entonces, no disfrutaba de escribir, no lo saboreaba. Ahora intento pasarlo bien con cada manuscrito que hago, y esa es mi primicia; aunque si puedo llegarle a alguien, ¡pues mejor que mejor!
Espero que te animes a escribir y a mostrarnos lo que llevas dentro, porque ningún escrito es malo, y solo se pule la escritura de una forma: escribiendo.
Un abrazo @Selena
He visto por aquí y por allí algunas faltas de ortografía mínimas, como un qué acentuado donde no lo debería estar.
Dos cosas te digo que me parece que merecen ser cambiadas o revisadas para hacer el cuento mejor aún:
En los diálogos, yo buscaría la manera de poner la frase y quien la dijo en la misma oración. Tú las separas con punto aparte y para mí eso le quita ritmo.
Segundo, usas pasado imperfecto ("comía") junto con pasado indefinido ("comenzó") y en mi opinión eso también le quita unidad al relato. Aunque sea cierto que todas las mañanas comía un cierto desayuno, si el resto del relato usa pretérito indefinido, lo usaría también para el desayuno. NOTA: Me gustaría escuchar comentarios sobre este punto de los otros excelentes escritores y correctores del grupo.
Realmente, muy buen relato, muy buen trabajo, ¡gracias por compartirlo!
Lo de los diálogos, personalmente te digo que los acabo de releer, y con todos mis respetos, no me parece que le quiten fluidez; no obstante, en otros textos los pongo tras guión. También espero que algún sabio me ilumine y diga si está bien o mal.
Muchas gracias por tu buena crítica @chclau
El manto invernal teñía de blanco las viejas montañas gallegas, y aquel tímido sol iluminaba con su amanecer el bello paisaje de la Sierra de los Ancares; riachuelos parcialmente congelados; valles de hierba verdina maquillados elegantemente con la magia del polvo de nieve; bosques de robles, castaños y pinos con sus follajes ataviados por majestuosos mantos perlados; ésto (Se te coló esa tilde, compañero) era exactamente lo que Ramón podía llegar a ver desde su pequeña casa situada en lo más alto de la montaña. Y os preguntaréis, ¿quién demonios es este tal Ramón?, pues no es nadie más que nuestro humilde protagonista. Digo humilde porque de hecho así era él: un humilde pastor, esposo de una buena mujer y padre de tres niños, qué (Supongo que este es el “qué” que te decía Clau), como todas las mañanas, se dirigió hacia el valle con su rebaño de ovejas. (Una preciosa descripción con epítetos muy bien usados. Me encantaron las tres formas diferentes de mostrar el paisaje blanco. Aquí un detalle llamó mi atención por poco común, que el narrador se dirija directamente al lector. Esperé verlo más adelante repetido, pero no fue así. Igual que buscaste tres formas para ese blanco, quizá fuera conveniente buscar tres para ese humilde.)
No obstante (Aquí falta una comita de nada) se trabaja mejor con el estómago contento, y esta premisa la cumplía a raja tabla: un buen desayuno, en el cual no podía faltar la leche de oveja, casera evidentemente, como tampoco podían faltar los panecillos de leche qué hacía su mujer, María. El inconfundible aroma del pan recién horneado inundaba toda la casa, y el sabor, ¡oh qué decir de su sabor!, solo de pensar en mojar aquel panecillo dorado en la leche de oveja, calentita evidentemente... una delicia. (Jo, me ha entrado hambre. Entiendo que es con toda la intención esa reiteración en “no podía faltar” y “evidentemente”, pero creo que, si repites el sentido, pero no las palabras quedaría mejor)
Tras el delicioso (Terminaste el anterior párrafo con “delicia”) desayuno, Ramón se despidió de forma cariñosa de su familia, y después de abrigarse con un gran chaquetón de loneta gris, abandonó su humilde (Modesta, sencilla)casa para dirigirse al valle. Parece complicado tener que manejar a casi medio millar de ovejas, sin embargo (Falta coma) el hombre tenía ayudantes: Zar, Yira y Rex, sus tres mastines. Sin sus fieles amigos Ramón no sería capaz de conducir al rebaño a través de los senderos de las montañas, como tampoco sería capaz de proteger a las ovejas de los lobos, los cuales sabían de buena mano que aquellos perros pastores no se andaban con chiquitas.
El descenso por aquellos caminos de cabras duró prácticamente toda la mañana, y para evitar traspiés o caídas tontas, el ovejero se ayudaba de su fiel compañera, una robusta vara de roble la cual había heredado de su padre. El pastor (Creo que no es necesario reiterar en este caso que te refieres a él) llevaba buen ritmo, ya que su buena forma física se lo permitía. Éste no era muy alto, pero tenía unas piernas fuertes y entrenadas a base de una infinidad de largas caminatas por las montañas. Ésto le permitía recorrer grandes distancias sin tener que parar a descansar. (Tengo un conflicto tremendo con las tildes de los demostrativos. La RAE recomienda no tildarlos. A mí me tienta hacerlo. Cuida al menos en casos que así sucede hacerlo siempre igual, o siempre tildados o nunca tildados. Me refiero a los que sustituyen al objeto y no a los que lo acompañan, claro)
Sin embargo, esa mañana Ramón se encontraba más fatigado de lo normal, algo que sus perros intuyeron sin necesidad de certificado médico, llamadle sexto sentido o inteligencia superior (instinto es lo que me viene a mía la mente), pero los canes no se separaban de él y lo miraban con cierto gesto de tristeza. Unos sudores gélidos recorrían la piel de aquel rostro sofocado, y sus ojos estaban hinchados, le palpitaban. Su respiración era dificultosa y las náuseas eran constantes... algo no marchaba bien.
Justo antes de llegar a la entrada del Bosque Negro, bautizado así desde tiempos inmemoriales debido a su densidad y su espesura, Ramón comenzó a notar que aquel cansancio tan poco habitual en él no era una nimiedad. La visión de sus ovejas desfilando hacia el gran bosque de robles y pinos se comenzó a difuminar. Sus piernas empezaron a fallar, perdiendo el equilibrio en cuestión de segundos, con el fatal resultado de la (me chocó porque este artículo me hace pensar q en que yo ya debería tener noticia de esta caída anteriormente. De hecho, volví atrás por si había leído algo por encima sin enterarme) caída final. Su frente se golpeó contra una enorme piedra incrustada al borde del camino, y el musgo de la misma se fundió con la propia sangre de aquel pobre hombre. Poco a poco la oscuridad comenzó a apoderarse de su mente y sus párpados cedieron ante la fuerza de la gravedad... (Yo misma uso mucho los puntos suspensivos. Creo que demasiado. Aquí o eliminaría la conjunción “y” que tienes previamente y pondría coma, o en vez de puntos suspensivos pondría punto final)
Mas, la luz volvió al instante, o al menos esa fue su percepción, y con cada leve pestañeo el pastor logró recuperar la consciencia.
—Dios santo... que dolor de cabeza (Como te ha comentado Clau, yo también pondría aquí a continuación la acotación que sigue. Valga esta nota para los demás diálogos. Además pondría signos de admiración a las palabras del pastor y en ellas omitiría “de cabeza”)
………
La mano cuasi esquelética de la muerte se acercó hacia el pastor, el cual alzó su cabeza y no dudó en estirar la suya. Ambos dedos índices se tocaron levemente, y al hacerlo, una vorágine de rayos iridiscentes engullió (errata, es engulló) a las dos partes. Ramón perdió el conocimiento de nuevo, y cayó al suelo sin poder hacer nada al respecto.
……
Justo cuando logró alcanzar al pastor, la Muerte alzó su guadaña, y sin dudarlo dos veces, la bajó con todas sus fuerzas para rebanar el cuello de aquel estafador de vidas. No obstante, el resultado no fue el esperado, ya que el filo de la guadaña no cortó la carne de aquel hombre, sino que (Falta coma) al entrar en contacto con la misma, la atravesó sin apenas llegar a rozarla.
….
Una vez que el relato aumenta su ritmo, o se reducen los errores del tipo de los mencionados o a mí me cuesta más verlos.
Me ha gustado mucho. Admiro tus descripciones y ese lenguaje poético, que ya te ha mencionado Antonio, sin caer en el exceso.
Un saludo.
Ana
En lo referente al pronombre demostrativo y su acentuación, pues tienes toda la razón. Es el perfecto ejemplo de por qué hay que estudiar la ortografía y sus actualizaciones. De hecho, lo acabo de mirar y se recomienda no acentuarlos en ninguno de sus ámbitos.
En lo que respecta a narrar en tercera persona y dirigirme al lector, pues en alguna ocasión me gusta hacerlo. Ya sé que esto es un arma de doble filo, porque si se hace mal, puede estropear el ritmo de lectura; no obstante, si se hace bien engancha al lector.
Besos mil.
Entonces intentaré hacerlo más a menudo.
Muchas gracias por el cumplido, Gades; eres un sol. 🌞
La historia es entretenida e intrigante y el giro del final agarra al lector desprevenido.
Lo único que cambiaría un poco, sería la personalidad de Raúl. Se nos muestra como el típico hombre de campo, humilde, tranquilo, trabajador, un señor de familia. Sin embargo, en el momento decisivo de la historia, saca un lado "astuto" o "malévolo" que nunca habíamos visto y es capaz de engañar a la propia muerte. Esto choca un poco con la imagen que tenemos de él, en mi opinión. Tal vez, si lograras mostrar este aspecto más "maquiavélico" de Raúl en algún pasaje previo, de manera sutil para que el giro final siga teniendo el mismo efecto, le agregaría algo más de realismo al personaje.
Por lo demás, solo me queda felicitarte.
Yo hubiese empezado con algo mas trepidante, que enganche desde el comienzo. Daría alguna pista en ese principio de que la salud del pastor no era la idónea para que el giro resulte natural. Por último, el argumento me resulta familiar, no se si del genio de la lámpara de Aladín, que buscaba quien le relevara.
Mis propuestas son muy personales y quizás no sean las adecuadas a tu estilo pero es lo único que te puedo sugerir. En el tema ortográfico, ya hay compañeros mucho mas formados que yo para comentarlo.
Enhorabuena!
En lo referente a comenzar con una acción trepidante, podría hacerlo, pero cambiando el argumento de la historia. Pues este humilde pastor lleva una vida feliz y rutinaria, hasta que se encuentra con la Parca. Pero todo es posible si se mira desde otra perspectiva.
Muchas gracias por leerme y por tus aportaciones. 😁
Para empezar; como se nota cuando alguien tiene talento para la escritura y además se percibe que la historia ha sido trabajada, pulida y mimada. Sólo con leer el primer párrafo, esa descripción que roza el lirismo, ya me has cautivado. Como te han dicho otros foreros al cuento ni le falta ni le sobra una palabra.
Las descripciones están en su lugar y la trama del cuento fluye suave. Se nota que tienes un vocabulario amplio y preciso y la historia no se hace en ningún momento ni densa ni pesada.
Dices que tienes escrita una novela, yo también tengo una pero coincidimos en que nos faltan tablas aún para escribir algo decente. Aunque, por otra parte, si tu novela está redactada como este cuento (redactas muy bien) y con ese estilo tan, digamos, adictivo podrías hacer como estoy haciendo yo. Cuando es mi turno de colgar un texto pongo un capítulo de mi novela para que los foreros la valoren (siempre lo hacen con tacto y respeto) y puedo decirte que gracias a las correcciones que recibo he aprendido muchísimo y he podido pulir muchos aspectos de ella.
Me gustaría poder hacer alguna aportación en relación a tu cuento, pero, a pesar de haberlo leído tres veces no le veo ningún fallo que merezca la pena mencionar.
Por cierto. Tu cuento me ha recordado a un relato que leí hace años que trataba de un hombre que buscaba empleo y encontraba en el campo a un hombre segando con una guadaña lo que parecía ser trigo o paja (no lo recuerdo bien). El segador le ofrecía trabajar a cambio de un techo y comida (el desempleado tenía mujer y tres hijos) y este aceptaba encantado.
Cuando al día siguiente el hombre comenzó a trabajar segando empezó a tener una extraña sensación que cada día se hacía más tangible. Finalmente el antiguo segador le confesó que al tomar el empleo se había convertido en la representación de la muerte y que cada vez que segaba lo que hacía en realidad era quitar vidas y que solo podría salvarse de ese destino si otro tomaba su lugar.
No me quiero extender mucho más pero bueno, al final la casa se incendiaba quedando dentro su mujer y sus hijos pero cuando se disponía a segar sus vidas los reconocía y era incapaz de matarlos. Pero su mujer y sus hijos habían quedado en una especie de trance y no se movían... estaban esperando la muerte. Finalmente "la nueva muerte" segaba las vidas de su familia y se quedaba solo, día tras día esperando que alguien le relevase de su carga.
(lo he resumido mucho pero estaba muy bien escrito)
Bueno, que ya estoy divagando. Me ha encantado tu cuento y si no te atreves a colgar aquí esa novela yo me comprometo a leerla si quieres saber mi opinión.
Un saludo afectuoso.
En lo referente al cuento que has resumido; realmente tiene muchas similitudes con mi manuscrito, y me agrada que lo compares con otro buen relato que recurre al tópico del dios que anhela la mortalidad; la Parca que desea escapar de su amargor infinito; el rey que quiere convertirse en plebeyo para vivir la vida con mayor intensidad y menor seguridad... al final, todas esas temáticas están ligadas y orbitan alrededor de la misma idea. De cierta forma, lo único que cambian son los escenarios o los personajes, pero el concepto sigue intacto, un ser divino/superior quiere abandonar su soledad y formar parte de la vida de los mortales/plebeyos.
Respecto a mi novela y a la posibilidad de subir los capítulos a La Lista. Yo tengo que posicionarme del lado de Antonio. Respeto a la gente que sube su novela e intenta mejorar sus capítulos con las críticas correspondientes; no obstante, yo pienso que se puede mejorar la técnica, y mucho más, escribiendo cuentos y micros, todos ellos coaccionados bajo una norma que limite el número máximo de palabras. Al final, me di cuenta de que esta norma no es un mero capricho, es una forma de buscar lo conciso, lo breve y lo dinámico, para llegar finalmente al mismo punto que, por ejemplo, con el doble de palabras. Para mí, subir un relato de 1500 palabras, significa que, dentro de ese límite tengo que escribir un relato con su introducción, nudo y desenlace. Creo que se disfruta más escribiendo y leyendo de esta forma, no obstante, es mi humilde opinión.
Finalmente, te agradezco tu interés por mi novela, sin embargo, tengo que decirte que cuando la escribí, empecé la casa por el tejado; y es por eso que la considero no apta para el lector. Digamos que la escupí y no tenía las herramientas adecuadas ni puse la calma necesaria (escribí 180 hojas en un mes).Tiene partes buenas y una temática potencialmente atractiva; pero, tengo que ponerme manos a la obra, reescribir mucho y pegarle un repaso de campeonato. Ahora bien, te digo que no estoy preocupado, pues lo haré cuando lo crea oportuno; no voy a obligarme porque así las cosas no salen bien.
Bueno @sinuhe perdona por el testamento, y te digo que cuando tenga la novela a mi gusto, si te apetece te la paso en pdf. Mientras tanto nos leemos por aquí, que es la magia del foro.
Un saludo. 🙂
Entiendo que es más gratificante idear un relato corto con sus tres partes pero si entré en este foro es porque necesitaba que alguien leyese mi novela, por eso me he ofrecido a leer y comentar la tuya. Leyendo tu post (perdona es que soy un adicto al análisis de la redacción) me he dado cuenta de que posees muchas herramientas (aunque digas que no) que te serán de utilidad al escribir, y si dices que la temática es potencialmente atractiva yo no me lo pensaría.
Pero no quiero ser pesado, aunque mantengo mi promesa de leer tu novela si al final decides darle forma. Si te apetece o te aburres mucho puedes buscar capítulos de la mía que deben andar por aquí. El nombre de la novela es "Lluvia en Medianoche".
Gracias de nuevo por tomarte la molestia de contestar mi post y sigue así. Un afectuoso saludo.
Buscaré los capítulos y los leeré para ponerme al día con tus subidas de La Lista.
En cuanto tenga la novela al gusto, te prometo que la subo.
Bill se ofrece ayudarle a descifrar la clave y Dipper acepta hacer un pacto: "te ayudaré a descifrar esa laptop, si me das una marioneta que manipular".
Lo que Dipper no sabía era que la "marioneta" que quería Bill era su propio cuerpo, dejando el alma de Dipper a la deriva. Al final, el pacto fue para nada, ya que Bill destruyó la laptop y Dipper queda sin cuerpo.
Moraleja de la historia: no hacer pactos con entes sobrenaturales, a menos que tengas un as bajo la manga.
Por otro lado, me ha descolocado que este relato sea muy diferente a los otros que te había visto, centrados en la ciencia ficción. No obstante, eso no desmerita en lo absoluto tu obra, la cual de hecho terminó por dejarme boquiabierto.