Marinero,
si elegiste como puerto
la ensenada de mi alma,
ven con calma,
ven certero.
No es fácil ni breve la ruta
que no hallarás en los mapas.
Tú navega.
Yo te espero, Marinero.
Yo te espero
donde el cielo se recuesta
sobre el mar y se acarician,
en esa curva imposible
en que se pierde tu vista,
allá donde duerme el día
y el sol apaga su fuego
bebiendo en mi boca encendida,
allá donde nacen las brumas
que nos sirven de cortina,
y te envuelven,
y te embrujan,
y te obstinas
en hallarme entre sus sombras
escondida.
Marinero,
tú navega,
yo te espero.
No permitas que se distraiga
el rumbo de tu velero
con los cantos de sirenas
que no sabrán como yo
darles forma a tus deseos.
Y en esas noches más negras
en que la soledad te atosigue,
tú confía
y no dejes de buscarme en las estrellas.
Evita esas corrientes de aguas frías
que te mienten sobre mí
y el motivo de mi risa.
No te rindas, Marinero,
cuando los vientos helados de mis palabras
te empujen lejos,
cuando la tempestad de mi mente
levante frente a ti murallas
de olas imposibles de cruzar
que amenacen con hundirte en el océano,
porque de la más profunda sima de mi ser,
con tal que sigas surcando
las aguas temblorosas de mi piel
en pos de los confines de mi cuerpo,
mi amor, te rescataré.
No te rindas, Marinero.
Ven con hambre.
Ven sediento.
No amarres en otros puertos.
Llega exhausto hasta mis labios,
sin aliento,
pues solo yo saciaré
hasta el límite tus ansias,
sin límite tus anhelos.
Marinero,
si elegiste como puerto
la ensenada de mi alma,
no te rindas.
Tú navega.
Yo te espero,
Marinero.
Comentarios
Lo escribí hace meses, pero es que hace mucho más tiempo que no pongo poemas por aquí. Y anoche no había manera de dormir.
Besos mil.
Cuánta pasión literaria en cada letra, en cada palabra, en cada estrofa... ¡En la totalidad! Amiga Ana, tienes carne, sangre, músculos y nervios de poeta, ya pude comprobarlo en tus versos plasmados en "Grupos de Lectura, allá por 2016 o 2017, no recuerdo bien el año. ¿Te acuerdas? Me ha encantado tu marinero y su velero, y la imagen seleccionada es preciosa.
Un abrazo
Me alegra que te guste mi marinerito.
Besos mil
¡Qué bien que te guste!
El buen humor nada empaña.
Hasta pronto
Un hombre se encuentra una lámpara mágica pero al cabo de mucho frotar, sale de mala gana un genio que con muy malos modos le espeta:
-Te concedo sólo un deseo, piénsalo bien. No quieras hacerte el avispado y decir que tu deseo son muchos deseos porque no te concederé ninguno. Recomendación de la casa: Pídeme mil millones de dólares. Con esto te comprarás todo lo que quieras.
-¡Un momento, un momento! Si tengo sólo uno quiero aprovecharlo bien...
Luego de unos minutos, el hombre comienza:
-OK, tengo miedo a volar y...
-Pues te lo quito.
-¡Aléjate de mi cabeza, no quiero que me quites nada de allí, todo es parte del paquete que soy yo mismo! Ya he pensado lo que quiero. Siempre quise visitar Nueva York desde Europa y me da miedo volar, y también navegar, dicho sea de paso. Quiero que me construyas un puente hasta Nueva York y así cuando me plazca yo voy de paseo hacia allí con mi...
-¿Tú estás loco o qué? ¿Crees que nadie notará que tan tremendo puente ha aparecido de la nada? No puedo hacer algo que sea evidencia tan palpable de la existencia del mundo sobrenatural. Y la cantidad de cemento que se necesitará, los problemas de seguridad, ecológicos... Anda, diez mil millones de dólares, aquí mismo. Incluso depositados en varias cuentas si así lo quieres...
-Que no. Pues bien. Nunca tuve éxito con las mujeres. Quiero saber en qué piensan, qué las motiva, cómo satisfacerlas, en una palabra, entenderlas como ellas piden que hagamos...
-¿Y de cuántos carriles querrías el puente?
@chclau
Yo diría, que si se trata de una pregunta con opciones, te conviene marcar las dos casillas.
Muy bueno.
Es que con las mujeres en general es complicada la comunicación, y con algunas en particular... mejor no hablar.
Y eso lo dice un casi octogenario (un servidor)), que se supone que sabe algo (todo es una utopía) de lo que conlleva la palabra "relación".
Me alegra que te guste.
Es lo último decente que escribí. Debo retomar la pluma o se me va a oxidar.