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(LISTA) Elementorum - Capítulo 2 (II)

Capítulo 2 (I): https://www.forodeliteratura.com/f/discussion/37147/lista-elementorum-capitulo-2-i

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Los ruidos de las ollas y el olor a fruta fresca lo despertaron animado. Los encargados de la cocina tenían el desayuno listo para su deleite. Tardó en levantarse y recobrar la compostura. Tenía la sensación de no haber disfrutado en absoluto las horas de sueño y, de haber podido elegir, le hubiese gustado continuar su descanso hasta que el sol se encontrase en su punto más álgido. Este deseo fue interrumpido por una dura patada en las costillas por parte de Gavril.  

—¡Levántate idiota! ¿¡Qué piensas!? ¿¡Que vamos a darte la comida en la boca!?

Rick lo miró enfurecido, pero no se atrevió a decir nada, sabía que eso empeoraría las cosas. Se levantó con dificultad y se sentó en la silla más alejada de la extensa mesa que estaba dispuesta en el centro del navío. El tablón, con sus cuatro patas de palo, estaba rodeado de decenas de asientos, algunos ya ocupados por algunos de los comensales. Tres puestos más allá, juntos, como era de costumbre, se habían ubicado Lyssa y Arisio, quienes lo saludaron amablemente al verlo llegar. Replicó el gesto a la distancia, emulando una sonrisa que resultó demasiado exagerada, como si llevase un cartel en la frente que dijera «Por favor, necesito amigos». 

En uno de los bordes se sentaba el capitán John Wander, el único adulto presente en la expedición. Por sus pintas, no era de extrañar que asiduamente lo confundieran con un pirata de poca monta. Con su característico parche en el ojo izquierdo, su pierna de palo y su viejo bastón de un color marrón verdoso, era uno de los marineros más legendarios de todo el mundo. Sus incontables historias sobre sus aventuras en alta mar eran consideradas absolutas leyendas a lo largo de la ciudad. Desde encuentros con crackens, cetáceos y anguilas, hasta descubrimiento de tesoros antiguos, lo convertían, por defecto, en una de las personas más interesantes que uno pudiese conocer. 

Sin embargo, no todos los presentes daban crédito a sus grandes hazañas. Algunos opinaban, con cierto recelo, que sus relatos provenían de su absurda imaginación y que eran producto de una creciente e inevitable demencia senil. Su aspecto tampoco lo ayudaba demasiado. Su pelo rubio y despeinado, su sonrisa maniática y su ropa andrajosa, lo dejaban en una posición poco favorable. 

Gravil, por su parte, le gustaba adoptar una actitud sarcástica y burlona frente al viejo John, como si aquello se tratase de una lucha de egos. Más aún si podía valerse de la complicidad de sus dos amigos. En aquella ocasión, decidió interrumpir la silenciosa comida para dirigirle una pregunta inquisidora.

—Ey jefe, ¿Has escuchado el nuevo rumor que anda recorriendo las calles de nuestra querida ciudad? 

—Todos los días escucho rumores, niño, y la mayoría son pura basura. ¡Intenta ser más específico!— respondió el capitán con rudeza. 

—He escuchado que algo terrible le ha podido suceder al señor Pinsel Van Nielsen mientras realizaba uno de sus habituales trabajos en el desierto de Sarabia.  Desde que partió a esas tierras, ya hace varios meses, nadie más lo ha vuelto a ver. No ha dejado rastro alguno, como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra. Me gustaría saber qué opina usted. Siempre parece estar más actualizado que todos nosotros... 

Pinsel era uno de los cuatro miembros del consulado que gobernaba el mundo actual, consulado del cual su padrastro Viktor también era parte. Convertirse en cónsul era el cargo más alto al que un hombre pudiera llegar a aspirar. Ser el guardián de uno de los cuatro elementos y uno de los responsables máximos de mantener el equilibrio de las cuatro fuerzas principales de la naturaleza, debía ser tan fascinante como exigente. 

John, sin siquiera tener la decencia de mirar al joven a los ojos, respondió —Oh sí, he escuchado exactamente los mismos rumores—. El cuchicheo ensordecedor se calló bruscamente al escuchar la respuesta de aquel viejo. Todos dejaron lo que estaba haciendo y apuntaron sus oídos hacia el capitán, quien continuó con su habladuría. —Déjenme decirles algo y espero que esto les quede grabado en sus minúsculos e inocentes cerebros—. Al decir esto se paró de la silla, valiéndose de su pata de palo y escudriñó selectivamente a cada uno de ellos, con una mirada tan desafiante como intimidatoria. —Si lo que se está diciendo sobre nuestro querido mandatario llega a ser cierto, y espero por los dioses que no lo sea, significa que la amenaza que se cierne sobre nosotros es gravísima. Solo una fuerza de proporciones inimaginables podría ser capaz acabar con un cónsul. He visto a ese hombre derrotar a un ejército entero él solo. Piensen un poquito en eso, piensen seriamente lo que esto significa…

 Se llevó el dedo a la sien y entrecerró los ojos mientras repetía una y otra vez la misma palabra «piensen, piensen, piensen». Nadie se tomó en serio las palabras del anciano, aunque tampoco se atrevieron a contradecirlo. Algunos rieron en silencio, otros continuaron comiendo como si nada hubiese sucedido. Rick, en cambio, no pudo tragar un solo bocado más. Si a lo que acababa de escuchar debía sumarle las palabras recientes de Aliope, las cuales sonaban extrañamente similares, el horizonte que se abría era terrorífico o, como mínimo, poco prometedor. 

El resto del día había transcurrido sin demasiados sobresaltos. El barco zarpó ni bien habían acabado el desayuno. A la mañana siguiente, ya era posible divisar, aunque aún a lo lejos, la isla de Antrum acercándose lentamente. Al principio solo parecía una roca insignificante flotando perdida en el océano, pero, con el pasar del tiempo, fue posible dimensionar toda su majestuosidad. Era perfecta, tallada sobre el mar cual si fuera una obra de arte. Sus playas resaltaban con un amarillo brillante, haciendo un hermoso contraste con las nubes blanquecinas. A lo largo de toda la orilla, la cual contaba con una longitud de más de 300 kilómetros según registros oficiales, se distribuían de forma ecuánime decenas puertos, cada uno con sus respectivos muelles. 

Justo en la hora que arribaron, la actividad comercial gozaba de su máximo apogeo. Algunos barcos zarpaban repletos de tripulantes, otros llegaban con mercancías provenientes de todas las regiones del mundo. Una vez allí, solo restaría cruzar los puentes de piedra caliza, ingresar por algunos de los accesos custodiados por las torres de vigilancia fortificadas, atravesar el muro exterior y adentrarse de lleno en la ciudad. Cada uno de los caminos desembocan, indefectiblemente, al corazón de la metrópoli, formando así una estructura similar al de una noria, pero de proporciones colosales. 

Aterrizaron en uno de los muelles del norte. Con la ayuda de los estibadores fueron bajando cada uno los cargamentos. La multitud se había agrupado esperando con ansías la llegada de los viajeros. Se trataba de decenas de familias y amigos ansiosos por ver nuevamente a los suyos. 

A Rick lo recibieron las mismas tres personas de siempre. Una de ellas era alta, cubierta con ropa de seda azul, larga hasta los tobillos, colmada casi hasta el hartazgo con adornos y medallas brillantes. Al muchacho no le hacía ninguna gracia volver a ver a aquel hombre. Esas facciones toscas y frías, esa barba dura y puntiaguda, no le traían los mejores recuerdos. Al lado de su padrastro se hallaba parado el infaltable Alejandro Sila, su fiel escudero. Se trataba de un soldado de más dos metros de alto, fornido, cubierto con su malla y su armadura fabricada a base de oro fundido. Era un sujeto de lo más curioso. Hablaba poco y nada, y dedicaba su vida entera al solo propósito de cuidar al comandante. 

Comentarios

  • El único que se alegró verlo fue su hermanito pequeño. Con sus rulos desprolijos, sus cachetes regordetes y su sonrisa ensanchada, lo esperaba mostrando una postura intranquila. Ya con trece primaveras en su haber, aún no había terminado de perder del todo sus rasgos de inocencia. Para Rick, Carl todavía era aquel bebé que había sostenido en sus brazos en tiempos de antaño. Al encontrarse, ambos se abrazaron con un apretón casi eterno.

    —¿¡En qué momento has crecido tanto!? Parece mentira que me he ido solo por dos semanas.

    El niño se rió dulcemente. 

    —Ricki, ¿a que no te imaginas?. Papá me ha construido un nuevo tablero para que podamos jugar al dominarius. ¿¡Podemos probarlo hoy!? ¿¡Por favor!?

    «Ricki» había sido la primera palabra que el niño había dicho cuando comenzó a hablar. Nadie más lo llamaba así y, a decir verdad, tampoco le gustaba demasiado ese apodo, pero a aquel chiquillo le permitía todo. 

    Le acaricio su rizado pelo y le contestó —¡Claro que sí, me muero por estrenarlo! Ve a mi habitación y espérame allí, yo iré en cuanto termine.

    El pequeño le hizo caso. Corrió de regreso a la ciudad hasta perderse detrás del muro central. Rick procedió a saludar a su padrastro con un simple apretón de mano. Este lo observó por unos instantes con una mirada minuciosa, con los brazos cruzados en torno a la espalda y las cejas fruncidas en forma «V». 

    —Veo que ha ido bien en la expedición, me alegro, sin duda las provisiones serán de mucha utilidad. Espero que no hayas sido una carga demasiado pesada para nuestro querido John. Es un buen hombre—. Su voz era grave, directa y amenazante.

    —No, señor, claro que no. Todo ha ido de maravilla—. Sus palabras, en cambio, sonaron más dubitativas de lo que le hubiese gustado. Intentó mantener su mirada firme y el mentón en alto, pero la presión que ejercía esa mirada de ojos negros le hizo agachar la cabeza. Le costaba admitirlo, pero aquel hombre lo intimidaba y, mientras más intentaba disimularlo, más difícil le resultaba. Su garganta se secaba, sus manos temblaban como hojas bajo el viento de otoño y su piel comenzaba a sudar como un cerdo a punto de ser rostizado. 

    —Mmm bueno, eso lo veremos— respondió el comandante. —Por cierto, hoy al atardecer necesito que te acerques a mi despacho, es menester hablar contigo. Hay una pequeña charla que tenemos que llevar a cabo tu y yo. Ahora ve a jugar con Carl, pero procura no llegar tarde, conoces bien las consecuencias.

    —Sí, padre, ahí estaré… disculpe, quise decir cónsul.

  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    —He escuchado que algo terrible le ha podido suceder al señor Pinsel Van Nielsen mientras realizaba uno de sus habituales trabajos en el desierto de Sarabia.  Desde que partió a esas tierras, ya hace varios meses, nadie más lo ha vuelto a ver. No ha dejado rastro alguno, como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra. Me gustaría saber qué opina usted, que siempre parece estar más actualizado que todos nosotros...

    Quizás quede más enlazada esa última oración añadiéndole el pronombre relativo "que". ¿No crees.


    John, sin siquiera tener la decencia de mirar al joven a los ojos, respondió Oh sí, he escuchado exactamente los mismos rumores—. El cuchicheo ensordecedor se calló bruscamente al escuchar la respuesta de aquel viejo. Todos dejaron lo que estaba haciendo y apuntaron sus oídos hacia el capitán, quien continuó con su habladuría. —Déjenme decirles algo y espero que esto les quede grabado en sus minúsculos e inocentes cerebros—. Al decir esto se paró de la silla, valiéndose de su pata de palo y escudriñó selectivamente a cada uno de ellos, con una mirada tan desafiante como intimidatoria. —Si lo que se está diciendo sobre nuestro querido mandatario llega a ser cierto, y espero por los dioses que no lo sea, significa que la amenaza que se cierne sobre nosotros es gravísima. Solo una fuerza de proporciones inimaginables podría ser capaz acabar con un cónsul. He visto a ese hombre derrotar a un ejército entero él solo. Piensen un poquito en eso, piensen seriamente lo que esto significa…


    - Oh sí, he escuchado exactamente los mismos rumores.

    - Déjenme decirles algo y espero que esto les quede grabado en sus minúsculos e inocentes cerebros.

    —Si lo que se está diciendo sobre nuestro querido mandatario llega a ser cierto, y espero por los dioses que no lo sea, significa que la amenaza que se cierne sobre nosotros es gravísima. Solo una fuerza de proporciones inimaginables podría ser capaz acabar con un cónsul. He visto a ese hombre derrotar a un ejército entero él solo. Piensen un poquito en eso, piensen seriamente lo que esto significa…

    Cuadraría mejor sacando del párrafo esas tres respuestas de diálogo.


    El resto del día había transcurrido sin demasiados sobresaltos. El barco zarpó ni bien habían acabado el desayuno.

    No bien o tan pronto.

    —¿¡En qué momento has crecido tanto!? Parece mentira que me he ido solo por dos semanas.

    Sé que los países hispanos de Sudamérica, es costumbre anteponer la preposición "por", con la idea de matizar un dicho. No veo eso ni bien ni mal; es decir, ni correcto ni incorrecto.

    El niño se rió dulcemente. 

    Rio, pasado del verbo reír, antes llevaba tilde (rió) y hoy algunos lo ponen (porque la consideran bisílaba) pero la Academia afirma que es un monosílabo y que no necesita tilde. 29 mayo 2012


    Kantos, te lo he dicho en varias ocasiones, pero te lo repito ahora: posees buenas dotes de narrador. Además, se ve que eres ordenado en tu escritura, cuidas bien los pequeños detalles, que, en realidad, son los que hay que cuidar, más incluso que los destacados, por la sencilla razón de que son más destacados. Noto progreso de un capítulo a otro de tu "Elementorum", y no solo me refiero al avance de tu imaginación, sino en las sintaxis, guardando perfecta relación con las sintagmas.

    Un afectuoso saludo

      
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII

    Kantos

    ¿De cuántos capítulos se compone tu "Elementorun"?


  • Gracias Antonio por tu comentario y por tus elogios, los valoro mucho. Debo decir que mi progreso no es completamente mérito mío, sino que va de la mano con la ayuda que me han ido ofreciendo todos los foreros desde que estoy aquí.
    cehi dijo:

    Kantos

    ¿De cuántos capítulos se compone tu "Elementorun"?


    Son un total de 21. 

    Un cordial saludo.
  • JanoJano Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    Sigues en tu línea, tus descripciones son minuciosas, te ayudan a meterte en la historia.
    Aparecen nuevos personajes, falta por ver el peso que tendrán en la historia.
    Has conseguido engancharme. Seguiré con interés las continuaciones.
  • JanoJano Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    Edito mi comentario:

    Sigues en tu línea, tus descripciones son minuciosas, te ayudan a meterte en la historia.

    Sin embargo, los diálogos parecen, a veces, un poco forzados, poco naturales, tal vez algo recargados. aunque eso tal vez solo sea una apreciación personal, (cuestión de gustos, supongo),no digo que esté bien ni mal.

     Aparecen nuevos personajes, falta por ver el peso que tendrán en la historia.
    Has conseguido engancharme. Seguiré con interés las continuaciones.
  • JanoJano Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    Por cierto, te comento lo mismo que a gary,

    Al estar fragmentado, se hace difícil de seguir y, a veces, tengo que repasar capítulos anteriores para situarme.

    Por eso me gustaría ver en esta LISTA más relatos cortos, pero comprendo que algunos participantes prefieran historias más largas.

    Un saludo.
  • Hola, leo este texto con sentimientos encontrados. Algunas descripciones me gustan, como esta:

    "Replicó el gesto a la distancia, emulando una sonrisa que resultó demasiado exagerada, como si llevase un cartel en la frente que dijera «Por favor, necesito amigos»"

    Por otra parte, en otras descripciones la cantidad de adjetivos me parece un poco exagerada.

    "Los encargados de la cocina tenían el desayuno listo para su deleite" -> yo hubiera quitado "para su deleite"

    "la extensa mesa que estaba dispuesta en el centro del navío. El tablón, con sus cuatro patas de palo, estaba rodeado de decenas de asientos"

    Se entiende que si está rodeada de asientos es extensa.

    Lo lamento si la crítica suena muy dura, creo que haces descripciones muy buenas y por eso mismo me parece que deberías limitar los adjetivos a los lugares donde hacen falta. Y tratar de no reiterar demasiado.

    "Cada uno de los caminos desembocan, indefectiblemente, al corazón de la metrópoli"

    El adverbio suena a forzado.

    Esta otra descripción, por otro lado, también me parece excelente

    "Sus palabras, en cambio, sonaron más dubitativas de lo que le hubiese gustado. Intentó mantener su mirada firme y el mentón en alto, pero la presión que ejercía esa mirada de ojos negros le hizo agachar la cabeza"

    Saludos
  • Jano dijo:
    Edito mi comentario:

    Sigues en tu línea, tus descripciones son minuciosas, te ayudan a meterte en la historia.

    Sin embargo, los diálogos parecen, a veces, un poco forzados, poco naturales, tal vez algo recargados. aunque eso tal vez solo sea una apreciación personal, (cuestión de gustos, supongo),no digo que esté bien ni mal.

     Aparecen nuevos personajes, falta por ver el peso que tendrán en la historia.
    Has conseguido engancharme. Seguiré con interés las continuaciones.
    Gracias Jano por tu comentario. Revisaré los diálogos para intentar darle más naturalidad. Saludos.

    chclau dijo:
    Hola, leo este texto con sentimientos encontrados. Algunas descripciones me gustan, como esta:

    "Replicó el gesto a la distancia, emulando una sonrisa que resultó demasiado exagerada, como si llevase un cartel en la frente que dijera «Por favor, necesito amigos»"

    Por otra parte, en otras descripciones la cantidad de adjetivos me parece un poco exagerada.

    "Los encargados de la cocina tenían el desayuno listo para su deleite" -> yo hubiera quitado "para su deleite"

    "la extensa mesa que estaba dispuesta en el centro del navío. El tablón, con sus cuatro patas de palo, estaba rodeado de decenas de asientos"

    Se entiende que si está rodeada de asientos es extensa.

    Lo lamento si la crítica suena muy dura, creo que haces descripciones muy buenas y por eso mismo me parece que deberías limitar los adjetivos a los lugares donde hacen falta. Y tratar de no reiterar demasiado.

    "Cada uno de los caminos desembocan, indefectiblemente, al corazón de la metrópoli"

    El adverbio suena a forzado.

    Esta otra descripción, por otro lado, también me parece excelente

    "Sus palabras, en cambio, sonaron más dubitativas de lo que le hubiese gustado. Intentó mantener su mirada firme y el mentón en alto, pero la presión que ejercía esa mirada de ojos negros le hizo agachar la cabeza"

    Saludos
    Gracias chclau por pasarte a leer. No te preocupes, no es una critica dura, estos son los tipos de comentarios que más ayudan a uno a mejorar. Entiendo lo que quieres decir. Siempre he encontrado cierta atracción en escribir descripciones largas, aunque a veces ese "estilo" si no está del todo pulido, puede resultar contraproducente, como bien has marcado. Revisaré cada uno de las descripciones para intentar decir lo mismo que se estaba diciendo pero de forma más concisa o más precisa.
    Un saludo.
  • Jano dijo:
    Edito mi comentario:

    Sin embargo, los diálogos parecen, a veces, un poco forzados, poco naturales, tal vez algo recargados. aunque eso tal vez solo sea una apreciación personal, (cuestión de gustos, supongo),no digo que esté bien ni mal.

    @Jano por cierto, podrías citarme un ejemplo de esto, si es posible. De esta manera, podré verlo de manera más clara y sabré que cuestiones debo corregir o mejorar. Gracias de antemano.
  • JanoJano Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado febrero 2021
    Kantos dijo:
    Jano dijo:
    Edito mi comentario:

    Sin embargo, los diálogos parecen, a veces, un poco forzados, poco naturales, tal vez algo recargados. aunque eso tal vez solo sea una apreciación personal, (cuestión de gustos, supongo),no digo que esté bien ni mal.

    @Jano por cierto, podrías citarme un ejemplo de esto, si es posible. De esta manera, podré verlo de manera más clara y sabré que cuestiones debo corregir o mejorar. Gracias de antemano.

    Por ejemplo, tú escribes:

    —He escuchado que algo terrible le ha podido suceder al señor Pinsel Van Nielsen mientras realizaba uno de sus habituales trabajos en el desierto de Sarabia.  Desde que partió a esas tierras, ya hace varios meses, nadie más lo ha vuelto a ver. No ha dejado rastro alguno, como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra. Me gustaría saber qué opina usted. Siempre parece estar más actualizado que todos nosotros...


    Yo lo dejaría más o menos así:

    —He escuchado que algo terrible le ha podido suceder al señor Pinsel Van Nielsen.
    Desde que partió al desierto de Sarabia nadie más lo ha vuelto a ver. Me gustaría saber que opina usted.

    El resto me parece redundante, pero, como dije, tal vez sea solo una apreciación personal.


  • Jano dijo:
    Kantos dijo:
    Jano dijo:
    Edito mi comentario:

    Sin embargo, los diálogos parecen, a veces, un poco forzados, poco naturales, tal vez algo recargados. aunque eso tal vez solo sea una apreciación personal, (cuestión de gustos, supongo),no digo que esté bien ni mal.

    @Jano por cierto, podrías citarme un ejemplo de esto, si es posible. De esta manera, podré verlo de manera más clara y sabré que cuestiones debo corregir o mejorar. Gracias de antemano.

    Por ejemplo, tú escribes:

    —He escuchado que algo terrible le ha podido suceder al señor Pinsel Van Nielsen mientras realizaba uno de sus habituales trabajos en el desierto de Sarabia.  Desde que partió a esas tierras, ya hace varios meses, nadie más lo ha vuelto a ver. No ha dejado rastro alguno, como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra. Me gustaría saber qué opina usted. Siempre parece estar más actualizado que todos nosotros...


    Yo lo dejaría más o menos así:

    —He escuchado que algo terrible le ha podido suceder al señor Pinsel Van Nielsen.
    Desde que partió al desierto de Sarabia nadie más lo ha vuelto a ver. Me gustaría saber que opina usted.

    El resto me parece redundante, pero, como dije, tal vez sea solo una apreciación personal.


    Se entendió perfecto, gracias por el ejemplo.

    Un saludo grande.
  • editado febrero 2021
    Este mundo empieza a ensancharse, aparecen nuevos personajes, las descripciones son excelentes. Me gusta ver este tipo de historias de fantasía, donde podemos darnos una idea de como luce ese mundo que nos muestras. 

    Estuve recordando que Elementorium tenía sus bases en la historia de Arkantos de Age of Mythology, pero que quisiste darle un toque más original. Veo que es aquí cuando este mundo empieza a tomar vida propia. 

    Me quedo con las ganas de saber qué es lo que el cónsul Viktor quiere decirle a Rick. Mi teoría es que tiene que ver con la desaparición de Pinsel, no se porqué, pero es mi corazonada.

    Tengo tres dudas: ¿este gobierno de los cónsules es a escala mundial? ¿cómo una persona se convierte en cónsul? y ¿hay zonas del planeta que no están bajo la autoridad del consulado?
  • Gracias por tus palabras Gary, me alegra que la historia te este gustando y que te generen preguntas de lo que está por venir.

    Estuve recordando que Elementorium tenía sus bases en la historia de Arkantos de Age of Mythology, pero que quisiste darle un toque más original. Veo que es aquí cuando este mundo empieza a tomar vida propia. 

    Al principio me costó separarme de la historia original del juego, lo tenía muy presente en mi cabeza a medida que iba escribiendo. Sin embargo, excepto por el inicio, busqué que el resto del libro fuese totalmente diferente, con sus propias tramas, con sus propios personajes y con otros elementos nuevos que se van a ir agregando en los próximos capítulos. 


    Me quedo con las ganas de saber qué es lo que el cónsul Viktor quiere decirle a Rick. Mi teoría es que tiene que ver con la desaparición de Pinsel, no se porqué, pero es mi corazonada.
    Diría que lo que Rick y Viktor tienen que hablar es incluso más interesante que la desaparición de Pinsel. Igual no estás muy errado con tu teoría, ya que Rick, en su camino para encontrarse con Viktor, escucha una conversación que no debería escuchar y ahí se entera nuevas cosas sobre el caso de Pinsel (pequeño spoiler).
    No estoy seguro si llegará ese momento en la próxima entrega, por el tema del límite de palabras y porque pasan otras cosas de por medio, pero no está muy lejos.


    Tengo tres dudas: ¿este gobierno de los cónsules es a escala mundial? ¿cómo una persona se convierte en cónsul? y ¿hay zonas del planeta que no están bajo la autoridad del consulado?
    Exacto, el gobierno de los cónsules es a escala mundial. Los 4 cónsules son las personas más poderosas de la tierra. Sin embargo, hay muchas zonas que no están bajo su control o que directamente no han sido exploradas. El desierto de Sarabia, por ejemplo, que vendría a ser gran parte de lo que hoy es Rusia, es una zona totalmente salvaje, sin un gobernante ni rey. Ahí es donde desapareció Pinsel y va a tener un protagonismo más grande en el futuro de esta saga. Y después, todo lo que hoy conocemos como América y la mayor parte de África se encuentra inexplorada.
  • @Kantos

    Ooooh, ¡pero qué interesante! Ahora me han dado más ganas de ver el siguiente capítulo. Lo esperaré con ansias.
  • GadesGades Garcilaso de la Vega XVI
    Llegué. 
    Te dejo primero las correcciones y comentarios hechos sobre la lectura. Luego alguno general.


    Los ruidos de las ollas y el olor a fruta fresca lo despertaron animado. Los encargados de la cocina tenían el desayuno listo para su deleite. Tardó en levantarse y recobrar la compostura. Tenía la sensación de no haber disfrutado en absoluto las horas de sueño y, de haber podido elegir, le hubiese gustado continuar su descanso hasta que el sol se encontrase en su punto más álgido. Este deseo fue interrumpido por una dura patada en las costillas por parte de Gavril.  (Estamos viviendo el momento desde los ojos de Rick, quizá estaría bien que en vez de decirnos directamente que Gavril le ha dado una patada, estaría bien decir que fue interrumpido por un fuerte golpe en las costillas o por el dolor producido por un golpe… y después comprueba que ha sido Gavril)

     

    —¡Levántate idiota! ¿¡Qué piensas!? ¿¡Que vamos a darte la comida en la boca!? (A veces menos es más. ¿Cómo te suena “¡Levánta idiota! ¡No vamos a darte la comida en la boca!”?)

     

    Rick lo miró enfurecido, pero no se atrevió a decir nada, sabía que eso empeoraría las cosas. Se levantó con dificultad y se sentó en la silla más alejada de la extensa mesa que estaba (en mi opinión sobra) dispuesta en el centro del navío. El tablón, con sus cuatro patas de palo, estaba rodeado de decenas de asientos, algunos ya ocupados por algunos de los comensales. (Intento imaginar ese tablón con solo 4 patas pero decenas de sillas alrededor y lo veo muy combado por el peso) Tres puestos más allá, juntos, como era de costumbre, se habían ubicado Lyssa y Arisio, quienes lo saludaron amablemente al verlo llegar. Replicó el gesto a la distancia, emulando una sonrisa que resultó demasiado exagerada (Eliminaría “demasiado”. Creo que “Exagerada” ya da una idea suficiente) , como si llevase un cartel en la frente que dijera «Por favor, necesito amigos».

     

    En uno de los bordes se sentaba el capitán John Wander, el único adulto presente en la expedición. Por sus pintas, (Tu lenguaje oscila entre lo culto y lo vulgar de forma llamativa a veces. Ante utilizaste el vocablo “deleite”. Si pensamos que lo que estamos leyendo es fruto de una misma mente, quizá habría que definir un poco más su lenguaje. ¿Va a ser más culto y decir deleite y aspecto, o más vulgar y decir placer y pintas?) no era de extrañar que asiduamente lo confundieran con un pirata de poca monta. Con su característico parche en el ojo izquierdo, su pierna de palo (Demasiado tópico. Una cicatriz en la cara y una ostensible cojera por ejemplo pueden dar una idea y no parecer tan topicazo. La del pirata cojo con pata de palo, con parche en el ojo… ¿con cara de malo? Jaja Disculpadme los gallos, canto mal) y su viejo bastón de un color marrón verdoso, era uno de los marineros más legendarios de todo el mundo. Sus incontables historias sobre sus aventuras en alta mar eran consideradas absolutas leyendas a lo largo de la ciudad. Desde encuentros con crackens, cetáceos y anguilas, hasta descubrimiento de tesoros antiguos, lo convertían, por defecto, (¿Cuál es la intención de esta especificación? A mi modo de ver le resta valor al interés del personaje. Interpreto que solo es interesante porque no hay otros que interesen en el entorno y no por mérito propio) en una de las personas más interesantes que uno pudiese conocer.

     

    Sin embargo, no todos los presentes daban crédito a sus grandes hazañas. Algunos opinaban, con cierto recelo, que sus relatos provenían de su absurda imaginación y que eran producto de una creciente e inevitable demencia senil. Su aspecto tampoco lo ayudaba demasiado. Su pelo rubio y despeinado, su sonrisa maniática y su ropa andrajosa, lo dejaban en una posición poco favorable.

     

    (Me falta una A) Gravil, por su parte, le gustaba adoptar una actitud sarcástica y burlona frente al viejo John, como si aquello se tratase de una lucha de egos. Más aún si podía valerse de la complicidad de sus dos amigos. En aquella ocasión, decidió interrumpir la silenciosa comida para dirigirle una pregunta inquisidora.

     

    —Ey jefe, ¿Has escuchado el nuevo rumor que anda recorriendo las calles de nuestra querida ciudad?

     

    —Todos los días escucho rumores, niño, y la mayoría son pura basura. ¡Intenta ser más específico!— respondió el capitán con rudeza.

     

    —He escuchado que algo terrible le ha podido suceder al señor Pinsel Van Nielsen mientras realizaba uno de sus habituales trabajos en el desierto de Sarabia.  Desde que partió a esas tierras, ya hace varios meses, nadie más lo ha vuelto a ver. No ha dejado rastro alguno, como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra. Me gustaría saber qué opina usted. Siempre parece estar más actualizado que todos nosotros... (En este punto quitaría parte de la información que da porque es fácil pensar que son datos que todos conocen. Añadiría esa información en el párrafo siguiente ya que das explicaciones sobre dicho personaje. De común, en los diálogos se omiten muchos datos. Por ejemplo, aquí solo diría su nombre o su apellido y el nombre completo en el siguiente párrafo. Tal que así: “He escuchado que algo terrible le ha podido pasar al señor Van Nielsen en el desierto de Sarabia. Desde que partió a esas tierras nadie más lo ha vuelto a ver. No ha dejado rastro, como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra..)

     

    Pinsel era uno de los cuatro miembros del consulado que gobernaba el mundo actual, consulado del cual su padrastro Viktor también era parte. Convertirse en cónsul era el cargo más alto al que un hombre pudiera llegar a aspirar. Ser el guardián de uno de los cuatro elementos y uno de los responsables máximos de mantener el equilibrio de las cuatro fuerzas principales de la naturaleza, debía ser tan fascinante como exigente.

     

    John, sin siquiera tener la decencia de mirar al joven a los ojos, respondió —Oh sí, he escuchado exactamente los mismos rumores—. El cuchicheo ensordecedor se calló bruscamente al escuchar la respuesta de aquel viejo. Todos dejaron lo que estaba (estaban) haciendo y apuntaron (orientaron mejor, salvo que tengan orejas puntiagudas)  sus oídos hacia el capitán, quien continuó con su habladuría. —Déjenme decirles algo y espero que esto les quede grabado en sus minúsculos e inocentes cerebros—. Al decir esto se paró de la silla, valiéndose de su pata de palo y escudriñó selectivamente a cada uno de ellos, con una mirada tan desafiante como intimidatoria. —Si lo que se está diciendo sobre nuestro querido mandatario llega a ser cierto, y espero por los dioses que no lo sea, significa que la amenaza que se cierne sobre nosotros es gravísima. Solo una fuerza de proporciones inimaginables podría ser capaz acabar con un cónsul. He visto a ese hombre derrotar a un ejército entero él solo. Piensen un poquito en eso, piensen seriamente lo que esto significa…

     

     Se llevó el dedo a la sien y entrecerró los ojos mientras repetía una y otra vez la misma palabra «piensen, piensen, piensen». Nadie se tomó en serio las palabras del anciano, aunque tampoco se atrevieron a contradecirlo. Algunos rieron en silencio, otros continuaron comiendo como si nada hubiese sucedido. Rick, en cambio, no pudo tragar un solo bocado más. Si a lo que acababa de escuchar debía sumarle las palabras recientes de Aliope, las cuales sonaban extrañamente similares, el horizonte que se abría era terrorífico o, como mínimo, poco prometedor.

     

  • GadesGades Garcilaso de la Vega XVI

    El resto del día había transcurrido sin demasiados sobresaltos. El barco zarpó ni bien habían acabado el desayuno. A la mañana siguiente, ya era posible divisar, aunque aún a lo lejos, la isla de Antrum acercándose lentamente. Al principio solo parecía una roca insignificante flotando perdida en el océano, pero, con el pasar del tiempo, fue posible dimensionar toda su majestuosidad. Era perfecta, tallada sobre el mar cual si fuera una obra de arte. Sus playas resaltaban con un amarillo brillante, haciendo un hermoso contraste con las nubes blanquecinas. A lo largo de toda la orilla, la cual contaba con una longitud de más de 300 kilómetros según registros oficiales, se distribuían de forma ecuánime decenas puertos, cada uno con sus respectivos muelles.

     

    Justo en la hora que arribaron, la actividad comercial gozaba de su máximo apogeo. Algunos barcos zarpaban repletos de tripulantes, otros llegaban con mercancías provenientes de todas las regiones del mundo. Una vez allí, solo restaría cruzar los puentes de piedra caliza, ingresar por algunos de los accesos custodiados por las torres de vigilancia fortificadas, atravesar el muro exterior y adentrarse de lleno en la ciudad. Cada uno de los caminos desembocan, indefectiblemente, al corazón de la metrópoli, formando así una estructura similar al de una noria, pero de proporciones colosales.

     

    Aterrizaron (¿No iban en un barco? Será “Atracaron”) en uno de los muelles del norte. Con la ayuda de los estibadores fueron bajando cada uno los cargamentos. La multitud se había agrupado esperando con ansías la llegada de los viajeros. Se trataba de decenas de familias y amigos ansiosos (Ansias/ansiosos. Repetición)  por ver nuevamente a los suyos.

     

    A Rick lo recibieron las mismas tres personas de siempre. Una de ellas era alta, cubierta con ropa de seda azul, larga hasta los tobillos, colmada casi hasta el hartazgo con adornos y medallas brillantes. Al muchacho no le hacía ninguna gracia volver a ver a aquel hombre. Esas facciones toscas y frías, esa barba dura y puntiaguda, no le traían los mejores recuerdos. Al lado de su padrastro se hallaba parado el infaltable Alejandro Sila, su fiel escudero. Se trataba de un soldado de más dos metros de alto, fornido, cubierto con su malla y su armadura fabricada a base de oro fundido. Era un sujeto de lo más curioso. Hablaba poco y (Yo pondría “o”) nada, y dedicaba su vida entera al solo propósito de cuidar al comandante.

     

     

     

    El único que se alegró (de) verlo fue su hermanito pequeño. Con sus rulos desprolijos, sus cachetes regordetes y su sonrisa ensanchada, lo esperaba mostrando una postura intranquila. Ya con trece primaveras en su haber, aún no había terminado de perder del todo (Reiterativo. Terminar de perder o perder del todo, pero no ambas) sus rasgos de inocencia. Para Rick, Carl todavía era aquel bebé que había sostenido en sus brazos en tiempos de antaño. Al encontrarse, ambos se abrazaron con un apretón casi eterno.

     

    —¿¡En qué momento has crecido tanto!? Parece mentira que me he ido solo por dos semanas.

     

    El niño se rió dulcemente.

     

    —Ricki, ¿a que no te imaginas?. Papá me ha construido un nuevo tablero para que podamos jugar al dominarius. ¿¡Podemos probarlo hoy!? ¿¡Por favor!?

     

    «Ricki» había sido la primera palabra que el niño había dicho cuando comenzó a hablar. Nadie más lo llamaba así y, a decir verdad, tampoco le gustaba demasiado ese apodo, pero a aquel chiquillo le permitía todo.

     

    Le acaricio (Falta tilde) su rizado pelo y le contestó —¡Claro que sí, me muero por estrenarlo! Ve a mi habitación y espérame allí, yo iré en cuanto termine.

     

    El pequeño le hizo caso. Corrió de regreso a la ciudad hasta perderse detrás del muro central. Rick procedió a saludar a su padrastro con un simple apretón de mano. Este lo observó por unos instantes con una mirada minuciosa, con los brazos cruzados en torno a la espalda y las cejas fruncidas en forma «V».

     

    —Veo que ha ido bien en la expedición, me alegro, sin duda las provisiones serán de mucha utilidad. Espero que no hayas sido una carga demasiado pesada para nuestro querido John. Es un buen hombre—. Su voz era grave, directa y amenazante.

     

    —No, señor, claro que no. Todo ha ido de maravilla—. Sus palabras, en cambio, sonaron más dubitativas de lo que le hubiese gustado. Intentó mantener su mirada firme y el mentón en alto, pero la presión que ejercía esa mirada de ojos negros le hizo agachar la cabeza. Le costaba admitirlo, pero aquel hombre lo intimidaba y, mientras más intentaba disimularlo, más difícil le resultaba. Su garganta se secaba, sus manos temblaban como hojas bajo el viento de otoño y su piel comenzaba a sudar como un cerdo a punto de ser rostizado.

     

    —Mmm bueno, eso lo veremos— respondió el comandante. —Por cierto, hoy al atardecer necesito que te acerques a mi despacho, es menester hablar contigo. Hay una pequeña charla que tenemos que llevar a cabo tu y yo. Ahora ve a jugar con Carl, pero procura no llegar tarde, conoces bien las consecuencias.

     

    —Sí, padre, ahí estaré… disculpe, quise decir cónsul.
  • GadesGades Garcilaso de la Vega XVI
    Me van resultando interesantes e intrigantes los nuevos personajes. Me apetece descubrir como es este mundo que creas. Me genera muchas preguntas, pero no quiero que me las respondas. Me gusta que la información vaya apareciendo poco a poco. No le des al lector todo hecho. Y te recomendaría cuidar cuando quieres dar información. Procura no hacerlo como en el diálogo que te comento que queda artificial.

    Sigo atenta a la próxima entrega.
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    Es un lujo tener como miembro de la LISTA a Gades (Ana)

     :)

     
  • Gades dijo:
    Me van resultando interesantes e intrigantes los nuevos personajes. Me apetece descubrir como es este mundo que creas. Me genera muchas preguntas, pero no quiero que me las respondas. Me gusta que la información vaya apareciendo poco a poco. No le des al lector todo hecho. Y te recomendaría cuidar cuando quieres dar información. Procura no hacerlo como en el diálogo que te comento que queda artificial.

    Sigo atenta a la próxima entrega.
    Gracias nuevamente por los comentarios, @Gades, tomaré nota de todos ellos. Me alegra que te esté resultando interesante la novela, siempre es bueno saber que consigue su objetivo principal: atrapar al lector.

    cehi dijo:


    Es un lujo tener como miembro de la LISTA a Gades (Ana)

     :)

     
    Totalmente de acuerdo, son muy completas sus devoluciones. A mí me ha ayudado a darme cuenta de errores que ni me había percatado que estaban allí.

    ¡Saludos a los dos!
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    Kantos dijo:
    Gades dijo:
    Me van resultando interesantes e intrigantes los nuevos personajes. Me apetece descubrir como es este mundo que creas. Me genera muchas preguntas, pero no quiero que me las respondas. Me gusta que la información vaya apareciendo poco a poco. No le des al lector todo hecho. Y te recomendaría cuidar cuando quieres dar información. Procura no hacerlo como en el diálogo que te comento que queda artificial.

    Sigo atenta a la próxima entrega.
    Gracias nuevamente por los comentarios, @Gades, tomaré nota de todos ellos. Me alegra que te esté resultando interesante la novela, siempre es bueno saber que consigue su objetivo principal: atrapar al lector.

    cehi dijo:


    Es un lujo tener como miembro de la LISTA a Gades (Ana)

     :)

     
    Totalmente de acuerdo, son muy completas sus devoluciones. A mí me ha ayudado a darme cuenta de errores que ni me había percatado que estaban allí.

    ¡Saludos a los dos!

    Sin duda alguna, Gades (Ana) a mí me ha ayudado grandemente a ir perfeccionando mi escritura. Por ejemplo, me remito a sus comentarios constructivos que hacía de mi libro Atormentado cuando voy a morir, que lo sometí a debate en el apartado "Grupos de Lectura". Esta chica es una magnífica correctora. Además, posee la habilidad de reparar en detalles que pasan desapercibidos a muchos otros lectores.

     :) 


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