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Magdalena - Novela web quincenal

Creo que si un escritor se dedica únicamente a un proyecto, al menos al inicio, los lectores lo van a tener difícil para sentirse salpicados por su literatura. Con esto en mente, comienza Magdalena, una novela web de publicación quincenal que viene a revolucionar el mundo de las publicaciones.

Toda la información en mi página web (https://hectpm.blogspot.com/2021/01/magdalena-prologo-y-capitulo-i.html). Si os suscribís, os llegará cada nueva entrega al correo. Además, en el enlace se detalla el cómo vamos a ir viendo las dudas y "sneak peeks" entre semana, aumentando las ganas de seguir leyendo y evitando que se acumulen las páginas no leídas.

Para mí supone un desafío, ya que estoy inmerso en la corrección y preparación de El Caballero Verde, y una vez esté lista, ya tengo otro proyecto caliente, pero... ¿Qué sería de mí, como escritor, si tienen que pasar años entre cada obra que logro publicar? Magdalena es un trabajo añadido para dar respuesta a mi ansia creativa y al acercamiento con los lectores.

Os dejo el prólogo, pero aquí, con más fuerza que nunca, os pido que entréis directamente al enlace para poder disfrutar al máximo de la narrativa. En el enlace también tenéis el primer capítulo

Prólogo

 

La puta policía lo había echado a patadas de aquel cajero.

“Desalojen la zona”, decían. “Peligro inminente”.

A él le daba igual. Le habían pillado mientras se masturbaba, y tres cartones de vino después, las ganas no se le habían quitado. Encima Maribel, la prostituta, no recorría la calle de siempre aquella noche. ¿Con quién diablos iba a desahogarse ahora? Seguir realizando su solitario acto sexual en algún callejón, mientras se pinchaba, era una tentación que no podía desechar del todo, pero las durezas de su mano derecha no eran ni comparables a la humedad de un cuerpo femenino.

Las calles de la ciudad estaban más transcurridas de lo que acostumbraban a aquellas horas. Serían las tres o las cuatro de la mañana, pero todos los ciudadanos que se habían visto obligados a dejar sus hogares por la Bruma estaban buscando un nuevo refugio donde pasar la noche.

“Pamplinadas”, pensó el borracho. “Quizá entre una de estas golfas encuentre a mi nuevo amor”.

Los años que llevaba viviendo en la calle le habían enseñado que en esos menesteres, no debía de ser muy escogido. “La que caiga, caerá”, era uno de los lemas que compartían entre mendigos.

Al fin y al cabo, lo único que buscaban era “vaciarse los huevos” mientras sobrevivían un día más.

Le parecía imposible recordar que un día él fue ingeniero. Las malas inversiones y un poco de mala suerte habían hecho que lo perdiera todo y que se viera arrastrado al vacío de los sin techo, un pozo sin fondo del que era prácticamente imposible salir.

Encima, los tiempos en que podían ocupar pisos sin muchas repercusiones habían acabado. La policía y los militares no preguntaban, sino que directamente disparaban a aquellos insensatos que buscaban un techo que los protegiera de los elementos, siempre y cuando no estuviera pagado por su bolsillo.

El Gobierno Central necesitaba fondos. La guerra contra aquel enemigo invisible se estaba cobrando cientos de vidas, y detectar donde iba a aparecer la próxima vez, era casi imposible.

A él le daba igual. Día a día solo pensaba en tener el estómago lleno y si tenía suerte, los huevos vacíos. Cuando se permitía soñar, también apostaba por un techo sobre el que dormir.

Alguna farola alumbraba de forma tenue aquel barrio de la Colmena. Los animales, que eran los primeros en notarlo, habían desaparecido. Únicamente los perros que eran llevados por sus familias se atrevían a ladrar, empujando enérgicamente hacia cualquier sitio que los alejara de allí. Ni los gatos maullaban, ni las ratas asomaban sus hocicos.

Las sombras y la poca luz que alimentaba una luna en cuarto creciente hacían del paisaje urbano una escala de grises.

Una chica solitaria torció a la izquierda en un cruce de caminos. Tendría entorno a veinte años, de estatura media y finas piernas cubiertas por un pantalón vaquero. A su espalda llevaba una mochila, y apretados contra su pecho, un par de libros. Su pelo era castaño y rizoso.

“Tal vez quiera ser mi novia esta noche”, pensó el mendigo.

Él no tenía más que sus ropas roídas, ya que el último cartón de vino había caído vacío junto al asfalto. Tomó el desvío a la izquierda y comenzó a seguirla.

La muchacha alertó al individuo y aceleró el paso, pero él hizo lo mismo. Aterrada, cambió de acera, pero el hombre la imitó. Tenía la barba canosa y sucia, aunque la oscuridad de la noche camuflaba los restos de comida y migas que descansaban sobre ella.

Cuando no pudo más, gritó:

- ¡Detente! ¡Deja de seguirme!

El varón, lejos de sentirse intimidado, comenzó a correr hacia ella. Aunque intentó huir, en cuestión de segundos su cuerpo golpeó el frío suelo urbano. Los dos libros que llevaba en brazos, tomos gruesos de historia y filosofía, cayeron a pocos metros de ella.

- ¡Te lo suplico, detente! – gritó al mendigo.

Sus manos intentaron zafarse del hombre que se había sentado sobre su espalda, pero apenas llegaban a tocarlo por culpa de su mochila.

- ¿No es demasiado tarde para andar sola por aquí? No te hará mal un poco de compañía – dijo el borracho, y su aliento desprendió un hedor putrefacto que no hizo más que aumentar el asco de la mujer.

Con una mano apretó su cuello contra el suelo y con la otra la agarró de los vaqueros por la cintura, intentando bajárselos. Sus bragas comenzaron a asomar: eran de tonos ocres.

- Siempre me han gustado las pijitas como tú – dijo él.

Ella consiguió girarse y pateó al hombre, impactándolo en el pecho y haciéndolo caer de espaldas.

Intentó levantarse, pero sintió unas manos frías y duras agarrándola por las muñecas. Lo siguiente que notó fue un cabezazo, y el dolor de su propia espalda al caer sobre su mochila.

- Por favor… detente… - dijo desorientada.

Una niebla verdosa comenzó a emanar desde las alcantarillas.

- Deja de resistirte y seguro que los dos lo pasamos bien. No quiero hacerte daño.

El hombre dejó caer su peso sobre ella y terminó de bajarla los pantalones. Ahora la tenía frente a frente. Se soltó la cuerda que hacía las veces de cinturón y sacó su sucio y peludo pene.

Aquellas bragas ocres eran la última frontera entre el violador y su víctima.

La niebla comenzó a ser más densa, hasta cubrirlo todo con su cortina de tonos esmeralda.

El primer zarpazo cercenó el pene del violador, y ante el shock del mismo, las fauces de la criatura hicieron el resto.

A la mañana siguiente, los servicios sociales únicamente encontraron el cadáver descuartizado de un mendigo y dos libros en el suelo: “Historia Antigua de Badgdylon” y “Credo de los Antiguos Caminantes”.



Comentarios

  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


     Nunca vi un prólogo de un libro o novela con dialogo.


  • cehi dijo:


     Nunca vi un prólogo de un libro o novela con dialogo.


    Hasta ahora yo tampoco había escrito uno con ello, pero me vi obligado a hacerlo para representar la escena como quería ya que era necesario escribirla antes de la narración de la novela. Hoy acabo de publicar el siguiente capítulo, aunque ya llevo 6 escritos, pero la corrección del caballero verde me está llevando muchísimo tiempo.
  • isabel veigaisabel veiga Garcilaso de la Vega XVI
    editado enero 2021
    Creo que lo que Cehi quiere decir -de una manera muy amable- es que lo tuyo no es un prólogo, según lo que explican en este vídeo.

  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    texas dijo:
    Creo que lo que Cehi quiere decir -de una manera muy amable- es que lo tuyo no es un prólogo, según lo que explican en este vídeo.


    Más o menos quise decir eso, pero también que supuso para mí una sorpresa al ver un prólogo con diálogo. Nunca lo vi antes, y eso que he leído y sigo leyendo todo libro de sinopsis tentadora, de diferentes temáticas y autores, que cae en mis manos. Pues sí, Isabel, soy un lector empedernido, pero desde mi adolescencia. El viajar, que he viajado bastante, y el leer, es lo que te puede proporcionar una vasta cultura, que en mi caso es vastita  :)

    Ese vídeo es interesante, y esa chica, Lorena Amkie que, al parecer, es escritora, explica perfectamente bien todas las partes de las que se compone un libro. Sin embargo, no dice nada acerca de diálogos en los prólogos.



    LECTOR EMPEDERNIDO

    HAY QUIEN LEE LAS ESTRELLAS,
    LA PALMA DE LA MANO,
    LAS HUELLAS DACTILARES,
    LAS HERIDAS DEL AMOR,
    LOS POSOS DEL CAFÉ,
    LA SONRISA EN LOS LABIOS,
    LAS CARTAS DEL TAROT,
    LAS VÍSCERAS DE UNA RATA,
    LAS PÁGINAS EN BLANCO,
    LOS ADITIVOS ALIMENTARIOS,
    LOS LUNARES, LAS UÑAS,
    EL IRIS O EL OJO ENTERO.

    HAY QUIEN LEE EN UN AUTOBÚS,
    EN UNA PLAYA O EN UN BAR,
    SUBIDO A UNA FAROLA,
    METIDO EN LA BAÑERA,
    EN BRAILLE O EN ESPERANTO,
    CON LUPA O CON PRISMÁTICOS,
    CON EL CULO AL AIRE,
    CON BUFANDA Y PARAGUAS,
    E INCLUSO ENTRE LÍNEAS
    Y CON LA LUZ APAGADA,
    O EN EL LUGAR DE SU TRABAJO
    Y HASTA EN UNA BIBLIOTECA.

    Y DESPUÉS DE TODO SU EMPEÑO,
    NUNCA SE ENTERA DE NADA.



     :) 



  • isabel veigaisabel veiga Garcilaso de la Vega XVI
    Porque los prólogos no tienen diálogos. A veces, se confunde “prologo” con “introducción” o presentación de la historia.
  • isabel veigaisabel veiga Garcilaso de la Vega XVI
    Muy cierto lo que dice el poema. Yo digo lo mismo para la gente que viaja, pero que no abre la mente.

  • cehi dijo:
    texas dijo:
    Creo que lo que Cehi quiere decir -de una manera muy amable- es que lo tuyo no es un prólogo, según lo que explican en este vídeo.


    Más o menos quise decir eso, pero también que supuso para mí una sorpresa al ver un prólogo con diálogo. Nunca lo vi antes, y eso que he leído y sigo leyendo todo libro de sinopsis tentadora, de diferentes temáticas y autores, que cae en mis manos. Pues sí, Isabel, soy un lector empedernido, pero desde mi adolescencia. El viajar, que he viajado bastante, y el leer, es lo que te puede proporcionar una vasta cultura, que en mi caso es vastita  :)

    Ese vídeo es interesante, y esa chica, Lorena Amkie que, al parecer, es escritora, explica perfectamente bien todas las partes de las que se compone un libro. Sin embargo, no dice nada acerca de diálogos en los prólogos.



    LECTOR EMPEDERNIDO

    HAY QUIEN LEE LAS ESTRELLAS,
    LA PALMA DE LA MANO,
    LAS HUELLAS DACTILARES,
    LAS HERIDAS DEL AMOR,
    LOS POSOS DEL CAFÉ,
    LA SONRISA EN LOS LABIOS,
    LAS CARTAS DEL TAROT,
    LAS VÍSCERAS DE UNA RATA,
    LAS PÁGINAS EN BLANCO,
    LOS ADITIVOS ALIMENTARIOS,
    LOS LUNARES, LAS UÑAS,
    EL IRIS O EL OJO ENTERO.

    HAY QUIEN LEE EN UN AUTOBÚS,
    EN UNA PLAYA O EN UN BAR,
    SUBIDO A UNA FAROLA,
    METIDO EN LA BAÑERA,
    EN BRAILLE O EN ESPERANTO,
    CON LUPA O CON PRISMÁTICOS,
    CON EL CULO AL AIRE,
    CON BUFANDA Y PARAGUAS,
    E INCLUSO ENTRE LÍNEAS
    Y CON LA LUZ APAGADA,
    O EN EL LUGAR DE SU TRABAJO
    Y HASTA EN UNA BIBLIOTECA.

    Y DESPUÉS DE TODO SU EMPEÑO,
    NUNCA SE ENTERA DE NADA.



     :) 



    Esa mujer es una excelente creadora de contenido, tiene videos de todo tipo relacionados con la literatura. Cuando yo empecé a escribir, me ayudo mucho a corregir ciertos errores. La recomiendo realmente, mas que nada para aquellos que recién se inician en esto.
  • @HectPM

    Antes que nada, yo esperaba que esta fuese una historia de tipo policiaca con el malo siendo una especie de Jack el Destripador, solo que más pervertido, con el hábito de violar prostitutas en vez de matarlas. No obstante, el hecho que el violador haya quedado muerto, me muestra que esto más bien va por el rumbo de la fantasía urbana, lo cual, a mi parecer, me engancha más.

    Tengo una duda para los entendidos del tema: si el prólogo no lleva diálogo ¿como se le llama al capítulo introductorio lleno de diálogos?
  • texas dijo:
    Porque los prólogos no tienen diálogos. A veces, se confunde “prologo” con “introducción” o presentación de la historia.
    ¿Si? Vaya, ya podías habermelo dicho aquí:

    https://www.forodeliteratura.com/f/discussion/36662/lista-prologo-dayana
  • isabel veigaisabel veiga Garcilaso de la Vega XVI
    Aquí os dejo otro vídeo que habla de las diferentes partes del principio. 
  • isabel veigaisabel veiga Garcilaso de la Vega XVI
    Iramesoj dijo:

    Perdón, no me di cuenta. Puede que fuese directamente al texto sin leer que era un prólogo. Si no está publicado, sólo es cambiar la palabra "prólogo" por otra o, incluso, por un título. Prestaré más atención. 
  • isabel veigaisabel veiga Garcilaso de la Vega XVI
    Aunque Teo Palacios dice en el vídeo que el prólogo se puede entender -en ocasiones- como un prefacio, no es lo habitual. Por eso, no encontramos el principio o la introducción de la novela en los prólogos.
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