Saludos a todos los que lean estas líneas. Que estéis leyendo o participando en un foro de literatura dice muchas cosas positivas de vosotros.
Me presento: soy Elmirarcansado, aunque también uso el seudónimo de Danfer. Estoy comenzando una lucha contra los anglicismos innecesarios. (Soy un Quijote embistiendo contra el Bigben en lugar de los molinos). Porque está habiendo una invasión de anglicismos, eso patente. Esto es debido a que la gente hoy aprende nuevas palabras más que por los libros por la red donde muchas cosas no se traducen o, directamente se consumen videos y textos en inglés.
Y esto tiene unos efectos
Los anglicismos están empobreciendo nuestro vocabulario, porque junto con la palabra que sustituyen se llevan por delante también sus sinónimos. Y al empobrecerse el vocabulario, se empobrece la forma de pensar.
La lengua que hablamos es algo más que una identidad cultural o nacional: nuestro idioma es el vehículo de nuestro pensamiento.
Y un idioma empobrecido, empobrece nuestra forma de pensar.
Esto ya está escrito en la novela 1984. Pero parece que lo que se recuerda de todo el texto es el ojo del hermano mayor que nos vigila.
Y hay otro problema subyacente: cuando se pierde vocabulario se pierde la capacidad de comprender los libros. Por tanto, se pierde la capacidad de leer.
En fin, ardua lucha es combatir los anglicismos.
Para tal tarea, sustituiré a Rocinante y a la lanza por un ordenador e internet.
Todo el apoyo y sugerencias bienintencionadas que me deis serán bienvenidas. Gracias por leerme.
PD: Para acabar, repito que hablo de los anglicismos innecesarios. Hay otros como güisqui o golf que sí vienen a enriquecer nuestra lengua, porque denomina cosas que no existían en nuestro país.
Comentarios
Bienvenido al foro y, si es tu gusto, sigue dándole leña a los anglicismos
Cuando dejé el coche en el parking, y después de haber pasado por el casting del porqué de mi protesta por tantos anglicismos (por cierto, había en la sala un pésimo servicio de catering), me fui a mi holding de empresas
Por otro lado, ya que estoy en proceso de terminar el capítulo mensual de la precuela de mi libro, no voy a echarle enseguida una mirada a tus enlaces. no obstante, ten la seguridad de que voy a hacerlo.
Ya entré en tu enlace y, como no podía ser de otra manera, me fui flechado a "Típicos Tópicos Patéticos Andaluces", dado que soy andaluz (sevillano de Sevilla capital para más señas) y, lógicamente, todo lo relacionado con mi tierra me interesa, a la vez que me emociona, ya sea positivo, ya sea negativo. Lo realmente importante es que se hable.
En el vídeo tan solemne en el que apareces y hablas de Andalucía y del comportamiento de los andaluces para afrontar el fatídico Covid-19, hay opiniones en las que estoy de acuerdo y en otras rotundamente NO. Pero prefiero expresarte mis explicaciones en tu "Bitacora de Danfer", sobre todo, por respeto a este foro y, por ende, a sus componentes. Sólo te adelantaré que he podido observar algunos comentarios inconexos, nada que no se pueda aclarar, que igual el inconexo soy yo.
Como una simple anécdota, voy a ampliar mi peculiar forma de apoyar esa cruzada en contra de los anglicismos. Ahí va...
"Cuando aparqué el coche en el parking, y después de haber pasado por un singular casting que determinaba quien era el ganador de las protestas por tantos anglicismos (por cierto, había en la sala, donde se celebró el evento, un pésimo servicio de catering), me fui a mi holding de empresas, en el que esa misma mañana se sometía a debate el marketing y el merchandising a llevar a cabo en la próxima campaña".
Elmirarcansado
"Semos" es más propio en la raza gitana, nosotros, los sevillanos (incluso los andaluces en general), decimos "somo" y nos comemos la "s".
Al dialecto andaluz, yo le llamo "idioma practico". Ahorramos palabras.
Por ejemplo, en andaluz: "tesquillá"
En ortodoxo castellano: "te quieres ir ya".
Y muchas otras que harían demasiado extenso este comentario.
Ahora viene a cuento este peculiar escrito:
El Andalú
Hoy estoy guarnío. Y lo que más me gusta de estar guarnío es poder decir que estoy guarnío. Es una expresión que me encanta, como tantas otras tan andaluzas. Cuando te hartas de comer, acabas engoñipao. Cuando riegas mucho las macetas, las dejas enguachinnás. Nunca pido churros, pido calentitos. De niño nunca iba a las atracciones, sino a los cacharritos o a las cunitas. A los pesados se les dice jartibles, y cuando no iba al cole, lo que hacía era rabona, ¡qué coño peyas, ni peyas! A lo largo de mi vida he conocido a apollardaos o gilipollaos, no a tontos, y a más ennortaos más despistados, y a ningún antipático, sino a malajes o desaboríos. La mentira no es mentira es engañifa. Aquí lo mucho es una jartá, o una pechá, y lo poco es una mijita, y la gente no pasea, da vuerta. Lo que está muy sucio está empercochao y lo que limpias muy bien lo dejas escamondao. Si se te va la olla te quedas majarón, y si das la lata te llaman pejigueras. Los borrachos, que son papaos, no caminan, dan camballás, y la gente no odia la mentira, sino el falserío. Lo roto está descuajaringao y lo pasado de fecha revenío, los cobardes son jiñaos, y lo muy visto está muy manío. Por estas expresiones y miles más, cada vez me gusta más mi andalú, y quien diga que no sabemos hablar, que aprenda a entendernos, y seguro que le coge gustito. Ah, que conste que una tontería es una chuminá.
Te aconsejo le eches un vistazo al vídeo de ahí abajo. Habla un sevillano, catedrático de La Lengua y La Literatura Española, de la diferencia del andaluz como lengua y dialecto