A ver como lo explico,yo, por ejemplo, digo: Cuentanos aquella vez que luchaste contra a un ejército de monos enrabietados y los venciste con una canica.
Ahora alguien tiene que inventarse una historia, con él de protagonista ,contando lo que pasó,y por supuesto, cuando lo haya escrito,hacer una nueva propuesta de Cuentanos aquella vez que...
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No harían falta cárceles porque la gente se volvería inocente y bondadosa...los pederastas de mierda dejarían en paz a los niños, y los violadores y asesinos verían que es más bonito hacer el bien y dar la vida que quitarla. No se maltrataría a los animales, al contrario....permitirían que los animales estuvieran con nosotros en todas partes, con respeto.
Los terroristas llorarían por todo lo que han hecho y nunca más sentirían odio.
Ah, cómo aquel día estaba super inspirada, y vomo soy genial...:cool: también me inventé una pastilla para hacer que vuelvan a la vida aquella gente que murió por culpa de la maldad humana. Todos vivos, y la gente desaparecida apareciera!! y ver la cara de las familias reencontradas!!! volver a ver a la niña Maryluz por ejemplo...
Bufffffffffffffff ojalá. Luego me desperté porque me había quedado dormida haciendo la cama...
Ahora tú, cuéntame aquella vez que...;)
Sucedió un día cálido de verano, igual que hoy, nada mas levantarme.
Como todas las mañanas me disponía a desayunar mi vaso de leche con cacao, cuando al empezar a removerlo sucedió algo increíble. En un principio, no me di cuanta, la verdad, porque al estar todavía medio dormido, pues no miraba otra cosa que no fuera el remolino de leche con virutitas de cacao formando un pequeño remolino en el vaso, pero al levantar la vista del la taza y fijarme en la jaula Pippe, mi periquito amarillo, me di cuenta que este estaba suspendido en el aire.
Rápidamente dejé la cuchara encima de la mesa y me fui corriendo a verlo mas de cerca, pero al acercarme, el pájaro se encontraba estupendamente, y me dedicó un gracioso graznido, dándome los buenos días a su manera.
-Me habré quedado dormido y lo habré soñado.-Me dije. Y continué con mi rutina, volviendo a remover. Esta vez, volví a fijarme en Pippe, el cual se había vuelto a quedar congelado, esta vez cabeza abajo.
Pero Pippe no era lo único que se había quedado de piedra. Petra, el galápago de mi hermano, también estaba mas quiero que de costumbre, y tras unos segundos de observación, comprobé que también estaba congelado.
Solté la cuchara y me di cuenta que nada mas hacer esto, todo volvía a la normalidad. La volví a coger para comprobarlo y nada ocurrió.
-Qué extraño!-Me dije. Volviendo a batir la leche, y viendo como se volvían a quedar petrificados, tanto Petra como Pippe.
-Interesante.- Dije sacando la cuchara de la taza sin parar de moverla, para comprobar como todo seguía inmóvil.
Sin dejar nunca de moverla, corrí las cortinas del ventanal de la cocina, y lo que vi me dejó sin aliento:
Una señora mayor, con un bastón y un pañuelo negro en la cabeza, se había quedado parada en medio de la carretera, como si fuera un policía encargado de regular el tráfico. Dos pájaros habían quedado suspendidos en el aire mientras volaban alegremente el uno junto al otro, mientras, justo debajo de ellos, unas niñas saltaban a la comba, solo que la acción se había congelado en mitad de uno de los saltos. Todo estaba detenido, como en una fotografía, y todo volvió a fluir al cesar de mover la cuchara.
Increíble, ¿verdad?. Pues eso no es nada, porque ahora va a venir un amigo para contarnos el día en el que cruzó un océano en una cáscara de un pistacho.
Pero sucedió tal como lo voy a narrar:
Estaba paseando en el crucero por todo el oceáno pacífico, con mi marido, con el cual estábamos de luna de miel, asi que todo era idilico y parecía estar flotando en el aire, no me cambiaba por nadie, cuando pasó lo increible y es algo que aún no me cabe en la cabeza haber visto, pero sucedió, sino no estaría contando el cuento, pues que de entre el océano vi aparecer una hermosa visión, era un chico alado y transpartente que me hacía señas de que lo siguiera por el agua, la curiosidad pudo más que la prevensión y yo me lance al agua, cayendo en una cáscara de pistacho que el ser irreal me puso al bajar al agua, coguiéndome de la mano, fuímos andando encima de las aguas, como la historia de la biblia, donde Jesús andaba encima de ellas, no sentí ningún temor de caerme, yo seguia embelesada a este ser de otro mundo, con curiosidad de saber a donde me iría a llevar, atravesamos todo el océano caminando o más bien flotando, pero la cáscara de pistacho seguía pegada a mis pies, cuando de pronto me despertaron los ronquidos de mi marido, ahh, que despertar tan desagradable, me provocaba cogerlo a golpes, no se vale que salga del paraiso para caer a la rutina diaria donde no había crucero ni nada:eek::eek::eek:
Cuéntanos aquella vez..........cuando fuiste a la Luna
-a ver hijo de puta, tú no me vas a arruinar la puta navidad imbécil
y lo empecé a seguir, pero el árbol obviamente era mágico y salió volando, volando, volando hacia la luna y yo dije:
- Estúpido pino diabólico, no te vas a librar hijo de puta!!
Y yo naturalmente salí volando tras él (con la gracia de un unicornio)... y lo seguí, y lo seguí, y lo seguí hasta que llegamos a la luna (estúpida luna deforme ¬¬) y ahí lo atrapé... y me lo fumé... pero como estaba muy ebria no me hizo bien y vomité (la mancha quedó en forma de conejito)... decidí quedarme un rato para espiar a Menzies y luego volví a casa...
Cuéntame de la vez que ganaste las elecciones presidenciales de tu país....
Resulta que me lance para la presidencia, sin prometerle nada a nadie, sólo que votaran por mi y entre todos gobernaríamos, ahí mismo recibií el apoyo unánime de toda la población, primera vez que tendrían la libertad de cada uno gobernarse asi mismos, y yo feliz, pues era mucha la carga que me quitaba de encima, no tenía que cargar con ninguna responsabilidad, la idea era que trabajaran ellos, mientras yo sólo aprobaba todo lo que dijeran, el pueblo siempre tiene la razón.;)
Fueron 4 años espectaculares de bonanza y prosperidad, pues cada uno miraba por su bienestar, para todos había, la platica no se perdía en ninguna parte, mientras llegaba a su destino, pues todo era repartido equitativamente, las carreteras fueron arregladas con premura y en mi gobierno no quedó ni un hueco sin tapar.:)
En 4 años no hubo desastres naturales, las inundaciones y los derrumbes fueron abolidos de tajo.:rolleyes:
La guerrilla y los insurgentes soltaron a todos los secuestrados, liberándose ellos mismos de tantos años de cautiverio, pues ahora si tenían quién los escuchara y con quién dialogar sus problemas, era una armonía y una paz que la gente ya se moría era de felicidad, no por balas perdidas ni plomonía.:eek:
Fué tan buena la idea y dió tan buenos resultados que querían que siguiera indefinidamente en el puestico, reclamaban mi reeleción una y otra vez, pero no acepté, no es bueno acaparar el poder:):):p:D
Cuéntanos de la vez que fuiste de paseo y te encontraste con tu antiguo novi@:):)
La última vez que me encontré con mi antiguo novio, él venía por la vereda de enfrente en dirección opuesta a la que yo llevaba, o sea, que en sólo unos minutos iba a tener que decidir si miraba hacia la pared, buscaba unas monedas en el monedero o me arriesgaba a mirarlo para comprobar si él también me miraba, o justo en ese momento recibía un mensaje en su móvil, o estaba interesado en mirar los jardines de las casas. Aunque parezca increíble, ninguna de esas cosas llegaron a ocurrir, porque en ese momento apareció mi amiga Rosita como caída del cielo (nunca supe si fue mi poder de convocatoria o el destino quien la trajo) y nos pusimos a conversar animadamente. Cuando quise mirar, ya mi viejo amor había seguido de largo y casi doblaba la próxima esquina, así que me quedé con las ganas de saber si ese encuentro podía haber cambiado mi vida haciendo resurgir de las cenizas lo que la vida quiso llevarse. Fin.
¿Qué hiciste el día en que tu nombre apareció escrito en todas las paredes de la ciudad, justo debajo de tu foto?
Me sentía un poco rara al ver mi foto en cada poste, en cada puerta de cada casa, cuando se desteñía por el agua y el sol, ahí mismo la cambiaban por otra, nunca me vi mal tenida en ninguna parte, las poses eran variadas, cada quien escogía la que más le gustaba.:p
Como que luego de terminar el periodo presidencial, la próxima profesión era la de modelo, me dí cuenta que era bastante foto génica.:):):p:D:D
Cuéntanos que pasó el día que te dejaron plantad@ en la puerta de la iglesia......
Todo empezó a torcerse a eso de las doce de la mañana. Yo llevaba como tres horas intentando meterme en un esmókin alquilado. Casi lo había conseguido a fuerza de tensar las costuras cuando llamó Marisa.
Marisa era mi novia, casi mi esposa. Podría haber sido la mujer perfecta si no hubiera sido por un mal humor crónico.
- Oye, ¿qué coño estás haciendo?, -me soltó de buenas a primeras- que todavía tienes que pasar a recoger a tu madre. Que falta media hora y sigues en casa.
Colgué lo más rápido que pude con un "sicariñosalgoparaallátequiero" para que no tuviera tiempo de endosarme una bronca. Bueno, también lo hice porque me había explotado la costura del sobaco de la chaqueta.
Había quedado con el Micaelo para que me llevara hasta la iglesia, pero como llevaba tanto tiempo preparándome, el Micaelo se había dedicado a darse lingotazos de ginebra para no aburrirse. Ahora todo lo que quedaba de él era un continuo y desequilibrado concierto de canciones populares.
- Fale tio, que guapos tás, machio, paeces una modcilla buggos, -me soltó cuando bajé al salón-. Hala famos p´allá, codegui, que tu dchati sestadá gasando ya con odro.
El Micaelo sereno es un conductor pésimo, borracho es un conductor suicida. Mientras cruzábamos a toda velocidad la ciudad iba sacando la cabeza por la ventanilla cada dos por tres para soltar un -quitaos odtias, que lledo prisa-, o -mariconaso, pohque llefo tadde, sino te comías dos odtias-.
Perdimos mucho tiempo metiendo a la fuerza a mi madre en el coche. Casi había conseguido convencerla diciéndole que me hiciera ese último favor, que a partir de entonces ya me aguantaría otra, cuando el Micaelo sacó una botella y le dió un trago enorme. Tuve que atarla en el asiento trasero con dos cinturones de seguridad para que no se me escapara.
Además, con la última bronca se me había abierto del todo la zona de la bragueta del esmókin. Bueno, mientras caminara un poco agachado no se me notaba casi nada.
- Andando - le dije a mi bebido chófer.
Como la entrada de la iglesia estaba llena de gente, el micaelo intentó esquivar al gentío con la mala suerte de que al hacerlo, se empotró contra el audi a8 de mi futuro suegro.
- Zuznommales, mia que afandoná er buga pod la nochie sin luced ni ná, -siseó mientras se quedaba dormido-.
Por el cristal divisé a mi Marisa. Me intentaba decir algo pero los gritos de mi madre no me permitían oírla bien, así que bajé la ventanilla. Hice mal, creo, porque la Marisa intentó estrangularme.
Bueno, no quiero aburrirles más. Ya supondrán que no hubo boda. A partir de ese día juré no casarme jamás. A menos que sea sin esmókin, claro.
Ah, se me olvidaba, cuéntame cómo hiciste para llenar todo el cielo de nubes.
Cogí mi Jet privado y me remonté más allá de la nubes que se veían a simple vista, entonces en una bolsa grande de papel cogí las nubes que andaban desperdigadas y perezosas retozando un poco separadas de las demás, las eché en la bolsa y luego las fui dejando en los espacios donde no habían nubes, hasta conseguir que el cielo quedara toda llena de ellas y desde arriba parecían motas de algodón, daban ganas de dejarme caer encima como si fuera una mullida cama, que espectáculo más bonito se veía y que reconfortante pensar en estar acostada encima de ellas, por poquito y lo hago, sino es porque pensé que podría dañar lo bien acomodadas que me quedaron:p
Cuéntanos de aquella vez que te fuiste de vacaciones:
Así pues, cogi una mochila y meti literalmente cinco cosas: dos camisetas, un vaquero largo, mi pasaporte, una novela de Danielle Steel y 5000€
Tomé el viejo ascensor impaciente, y me crucé en el descansillo con Conchita, la esposa de Mariano, el vecino del 5º.
Más segura que nunca, salí a la calle y tomando aire fresco emprendi camino al aeropuerto. El trayecto se hizo algo pesado, y el taxista no paraba de mirarme a través del espejo retrovisor, eso me incomodaba, asi que le saque tema de conversación al cuál extrañado contestó.
Aterrizamos a las 13:00 horas, el clima era muy diferente y la gente parecía molesta con todo el mundo. Pero yo tenía una mision y no podia andar parandome a ver el mercado o las tiendas de souvenirs. El rey de Bulgaria me esperaba en el palacio.
**Cuentanos aquella vez que ... entraste en una tienda de artículos de magia**:eek::-D:o:-O:D:rolleyes2:
**Cuéntanos de cuando olvidaste que olvidabas
¿Y cómo fue cuando les abriste la puerta del recibidor y viste que entre ellos venías tú?
Dejando la multitud salí a comer con la policía bancaria, mientras llegaba armado afuera del Banco para asaltarlo. Con el cuerpo de policía comiendo alrededor mío, ni podrían acusarme de aquel asalto. Desgraciadamente, los mismitos que acompañaban mi gastronomía en la fonda, se encontraban defendiendo al banco: me arrestaron sin botín, sin terminar mi platillo y fuimos a dar con la misma celda, al mismo tiempo.
Ahora, cuéntanos de aquella vez que te crecieron los cuernos:
Entonces tuve una inspiración divina. En mi mente se apareció la IDEA. Esa IDEA que impulsa a los moteles de mala muerte y a los jóvenes garrafoneros. La IDEA era multiplicar la cantidad de vino añadiendo agua. Todo parecía perfecto hasta que hablé con mi colega Jesús, que me soltó un sermón del copón sobre la bondad. El caso es que, mientras le atendía, estaba echando el agua y...me pasé, lo que hizo que se derramara el vino y solo quedara agua.
Así las cosas no nos quedo otra que dividirnos el pescao y beber vino aguao, que no era más que agua.
Cuentanos aquella vez en la que fundaste tu propio partido político.
Cambié súbitamente de idea y me fui a Viernes. Ya conocía yo Viernes, pero desde siempre ha sido más divertido que Martes, y ni que hablar de Lunes. Viernes es como esa tarta de cholate, nata y caramelo que espera un niño de 5 años el día de su cumple.
Chocolate, quise escribir. Estos correctores están más locos que este hilo.
Ahora tienes que proponer otra situación.
En ese caso, me vas a permitir que pluralice el nombre de ese planeta jajaja. Gracias
Como no quiero ser un metepatas y estropear el juego, voy a enrollarme un poco respondiendo a tu: "Cuéntanos aquella vez en que viajaste a Marte por primera vez" .
Resulta que no comprobé el nivel del depósito de gasolina de mi moto, y por eso, sólo por eso, la moto se caló, quedándose a10 o 15 metros de Marte. Pero como soy un hombre ingenioso y de ideas rápidas, dejé la moto a su suerte y yo buceé en el espacio hasta agarrarme a los pies de Marte.
Marte sintió unas cosquillas al final de sus extremidades inferiores y enseguida empezó a sacudirse los pies, pero yo iba ya por las rodillas y no me afectaron las vibraciones. Por fin arribé en el ombligo de Marte, que no del mundo. Hice noche allí, o día, porque no sé cómo es el ciclo horario. El caso es que me quedé profundamente dormido. A la noche o al día siguiente, me fui en busca de algún souvenir, pero no. Para regalárselo a nadie, sino para demostrarle a mis amigos que mi menda había estado en Marte.
Intenté ligarme a una que parecía dispuesta, pero cuando mis labios se iban acercando a los suyos... ¡¡¡Riiinnng... riiinnng... riinng!!! Mi cabrón despertador cumplía con su obligación...
Cuéntanos aquella vez que hiciste el ridículo del siglo
El ridículo del siglo
Así lo etiquetaron en todos los medios de comunicación y redes sociales del mundo. Y me sucedió a mi, en el marco incomparable de la Ópera de Sidney.
Como todos sabéis, mi voz era mundialmente conocida. Cientos de mis canciones se esparcían por las ondas, por las olas de internet, en millones de descargas ilegales, etc. Todo el mundo alababa mi voz sensual y grave, llena de matices, y las letras tan cargadas de significado existencial.
Hasta que un día me invitaron a cantar en la Ópera de Sidney, junto a la Orquesta Sinfónica. Me atavié con un caro vestido negro creado por un famoso diseñador francés. Salí al centro del escenario, rodeada por focos deslumbrantes y un público entregado.
Cogí el micro, abrí la boca, y nada. Carraspeé. Volví a abrir la boca, hice un esfuerzo y salió de mi garganta una especie de graznido. La gente empezaba a murmurar. Tosí un par de veces, di dos pasos hacia tras, luego tres y poco a poco llegué entre bastidores, con la cara roja como sangre y perseguida por una letanía de silbidos del respetable público.
Cuéntanos aquella vez que te despertaste y no sabías dónde estabas