Una leyenda se cierne sobre la casa de los Hoffman. Concretamente en una de sus habitaciones. La mansión, era de estilo colonial y se alzaba a media hora a coche de un pequeño pueblo. Perdido entre montañas y arboledas en Inglaterra.
Hoy día la casa, ha sido restaurada por un aficionado a las casas coloniales y al misterio del señor Hoffman a pasado a manos del señor Albert Gilbert el anfitrión de la casa.
Albert Gilbert un hombre ya mayor y cansado, da los últimos retoques a la casa, mira el reloj inquieto. En breves sus comensales llegaran para cenar.
Piensa en los largos años en los días funestos y algunos menos grises. Piensa en el recorrido que ha hecho por el mundo que le vio nacer. Se pregunta cual de los comensales pasará la prueba, pero eso poco importa.
Se anuda la corbata y repasa mentalmente los eventos que tiene preparadas para esta noche.
Sonríe travieso. Acude hacia la puerta. Esperando ver a las limusinas aparecer.
Comentarios
Algo va a pasar, y pronto. Una reunión, tal vez; algo acerca de un pasado oculto, algo acerca de un castillo aislado. Una casa, tal vez; y tal vez cinco invitados... Sintiendo que la carta también le hablaba acerca de la posibilidad de un viaje, David dejó la carta sobre el mazo de Tarot, en la mesa, y se dispuso a abrir los sobres que se habían acumulado durante su ausencia. Cuentas, propagandas, una postal de su tía, y finalmente... una invitación.
Soltó una suave risa, y se llevó los dedos a la frente. Estaba muy cansado. Armaría su equipaje por la mañana.
Aceptó de buen gusto, eso sí. Los paseos en limusina siempre le habían resultado placenteros; tenían una marcha suave y tranquila, y eran muy cómodas, además. David estuvo listo aquella tarde, con su traje favorito para cocktails, y un pequeño bolso con todo lo que pudiera llegar a necesitar. La limusina llegó a horario; la invitación era para una cena, pero el viaje les llevaría tiempo, y debían pasarlo a buscar temprano.
David se subió a la limusina, se sentó y se dispuso a disfrutar del viaje. Repasó mentalmente tener todo lo que fuese a necesitar en el bolso; una muda de ropa, por las dudas; su estuche de aseo personal donde tenía la afeitadora, peine, alicate, desodorante y demás; una lupa, que a veces le eran necesarias; su teléfono celular con el cargador; y pañuelos, de tela eso sí. La billetera y el mazo de Tarot (envuelto en un paño de terciopelo púrpura) los llevaba consigo, en el traje.
Transcurridas unas horas, durante las que se durmió un par de veces, la limusina finalmente se detuvo. El chofer se bajó, y abrió la puerta; David se tardó un momento en reaccionar, ya que la vista era muy bonita, a pesar de estar anocheciendo ya. Otras limusinas ya estaban llegando. David se preparó para, una vez más, conocer gente nueva.
Nunca en su vida se había sentido tan ilusionado por algo.
Salió a su encuentro.
Se encontró cara a cara con un hombre de aspecto muy pulcro.
El primero en llegar, muy puntual.
-Buenas noches, bienvenido a mi casa. Mi nombre es Albert Gilbert ¿Usted es Mr. David R. Adam-Walker? ¿Puedo llamarlo David?
No podía faltar ya que el anfitrión su íntimo amigo la había llamado personalmente ya hace una semana para invitarla.
Realmente necesita algo de descanso y aventura. Días después de su confirmación. Le informan que la recogerá una limusina en el aeropuerto que la llevará sin problema hasta la casa donde es la reunión, algo que le parece extraño teniendo en cuenta la ubicación del lugar. Ella quería llegar manejando, pero teniendo en cuenta que tenía todos los gastos pagos, decide irse en avión y llegar en la limusina que el anfitrión ofrece, así se evita conducir, aunque su mejor amigo y pareja estará en la aldea más cercana a la casa donde ella esta invitada, nunca se separan realmente.
Mientras espera que los coches avancen por la entrada, ella se encuentra revisando su correo electrónico en el móvil, ha conseguido buena información del lugar y del anfitrión Albert Gilbert. Definitivamente esta iba a ser una noche muy interesante, piensa, mientras mira por la ventanilla y ve a dos hombres (el anfitrión y otro señor muy guapo) estrecharse la mano, tras ella vienen otros carros, así que rápidamente y con ayuda del chofer, se baja del coche y comienza a subir las escaleras para presentarse al anfitrión y al apuesto caballero que de momento le acompaña.
Les conducirá en principio a una sala donde podrán dejar sus objetos personales y sus abrigos, y después pasaran al salón. En principio, les cuenta que la casa cuenta con tres plantas. Pero que todo cuanto necesitan se encuentra en esa misma planta y que si desean algo no tienen más que comunicárselo, dicho esto pasan a un comedor donde podrán sentarse señalado por una nota que contiene su nombre y él se sienta a la cabeza de la mesa.
-¿Bien, por que no hacemos las presentaciones como es debido? Mi nombre como ya sabreís es Albert Gilbert, pueden llamarme Albert y soy arquitecto y si se me permite la expresión un estudioso. ¿Quien desea ser el siguiente en presentarse?
-Buenas a todos, mi nombre es Clara, un gusto compartir con ustedes la mesa,soy psiquiatra, pero les advierto que estoy de vacaciones en este momento.(Evita comentar por ahora la relación que la une con Albert como un mecanismo de defensa para evitar algún tipo de recelo en alguno de los invitados.
-Así es, encantado de conocerlo!, Por supuesto, por supuesto que puedes llamarme David,- respondió a Albert.
Saludó entonces a la señorita que acababa de llegar, pero no alcanzó a presentarse; en seguida se encontró siguiéndole, junto a el grupo de recién llegados, hacia el interior de la casa. Dejó su valija en la primer habitación; luego, en el comedor, tomó asiento en el lugar que tenía su nombre escrito en una nota.
Albert se presentó. Luego se presentó Clara; David creyó que había algo más entre ellos, que no eran dos extraños sino que ya se conocían desde hacía rato y que había afecto entre los dos. Supuso que serían parientes, pero a eso ya lo puso en duda. No siempre su intuición estaba en lo correcto.
Aclaró la garganta, y se puso de pie. Sonrió nuevamente, y mirando a los invitados, se presentó:
-Buenas, muy buenas tardes. Yo soy el señor David Adam-Walker, encantado de conocerlos a todos. Siéntanse libres de llamarme simplemente David- agregó. Una sonrisa especial le iluminó el rostro cuando mencionó su oficio:- Soy Tarotista y amante de la buena vida. A vuestro servicio- concluyó, y se sentó, asintiendo a todos y dirigiendo la mirada al próximo en presentarse.
-Yo soy Doctor Karl Humbold, el famoso psiquiatra, aunque eso supongo que ya lo sabían, a menos que sean unos ignorantes en el mundo de la ciencia. Desconozco el motivo por el que he sido citado. Para ser sincero, en un primer momento había pensado que se trataba de algún tipo de certamen de Medicina o que iba a ser premiado por alguno de mis méritos. Pero no veo a Su Magestad, ni siquiera al primer ministro británico. Todo lo contrario: unos aficionados a Dios sabe qué...
El doctor hace una pausa para repasar el rostro de los invitados que lo observan, algunos de ellos con indignación.
-Pero me quedaré a pesar de mi lumbalgia y de mis obligaciones en Chicago. Solo espero que entiendan que no gozo de la salud ni de la paciencia necesaria para ocuparme de jueguecitos.
El doctor vuelve a sentarse y saca una pipa de su bolsillo para cargarla y fumarla.
Ps: lo siento, en dos mensajes anteriores me he hecho llamar doctor Meier erroneamente.
-Bien, es un placer, Clara, David, doctor Humbold.
¿Por cierto doctor, cree usted en las cosas sobrenaturales? Os he traído para poner a prueba sus maravillosas habilidades y recompensar al mejor. Por cierto, no se preocupe por su salud. -Una mujer se acerca desde las sombras, al parecer nadie se había percatado de su presencia. Le sirve al doctor una extraña bebida.
-Beba, eso aliviara por completo sus dolores, es algo que encontré en uno de mis viajes.-Después se vuelve a los demás.
-¿Y que hay de ustedes?
La sirvienta:
PD. Quien pueda ver fantasmas sabrá que es uno de ellos.
Sonríe forzosamente y le dice a su colega
-Le propongo señor Humbold que no se precipite ni se altere. Nuestra carrera si bien lo sabe nos enseña a cultivar ante todo la paciencia, a escuchar y luego analizar, me parece que no es cortés de su parte tratar a los demás invitados de esa forma. Porque si bien nuestra Majestad la Reina sería uno de los mas privilegiados invitados no puede subestimar al resto.
Y beba la infusión que le prepararon, tal vez en la mañana no este tan alterado...
Luego se dirige al anfitrión-Lo sobrenatural no esta hecho para la medicina Albert.
(Esa afirmación no se la cree ni ella pues en toda su vida a mantenido estas experiencias pero no se quiere precipitar a contar y se lo reserva, recordando que años antes se lo había comentado a un respetado Decano de la Universidad y este se echo a reír a carcajadas. Desde esa vez jamás se lo contó a nadie más. Esperaría un tiempo prudencial para analizar a sus compañeros de mesa para ver si podía confiar en alguno.
“Lamento haberme demorado, era una llamada importante”. Se sentó en su puesto y poniendo su cara más deslumbrante se dirigió a todos: “mi nombre es Angelina White. Soy la heredera del imperio White y no tengo profesión alguna. Salvo disfrutar de la vida y dirigir la empresa de mis padres. Es un gusto para mi estar aquí con ustedes” mirando al doctor Humbold le dijo: “espero doctor Humbold que su salud mejore en las próximas horas, pues me encantaría hablar con usted sobre sus investigaciones en psicología regresiva. Es un tema que me apasiona realmente” dio por terminada su presentación y tomo un vaso de agua que había en su puesto.
-No tiene porque excusarse, si la llamada era importante. Bien, creo que ya nos hemos presentado todos. Doctor, insisto en que beba este atípico elixir, sus males se extinguirán y ya que hablamos de
La mujer de cabellos rosados y traje de sirvienta sirvió la cena en silencio, con elegancia y rapidez.
Para el asombro de todos, cada uno contaba con su plato favorito y la bebida que en aquel momento hubiese querido degustar.
-Espero que os guste la cena. Mientras quiero relatarles una vieja historia.
A fuera, los truenos y relámpagos empezaron a restallar el cielo como si Zeus estuviera lanzando sus rayos de forma incesante.
-El señor Hoffman construyó esta casa para su mujer y los hijos que pudiesen tener, pero por algún motivo, no podían engendrar ningún hijo.
Cuando más desesperados estaban, el señor Hoffman contrató a un jardinero. Este, conocía de remedios contra ciertos males y le aseguró al señor Hoffman que le prepararía un elixir capaz de hacer que su mujer engendrara a un hermoso retoño. Y así fue.
Sin embargo, con el paso del tiempo el señor Hoffman sospecho de la fidelidad de su esposa y la espió durante meses. Al no encontrarla culpable, decidió confiado hacer un viaje de negocios. Sin embargo, al regresar, su mujer y el jardinero habían sido brutalmente asesinados y el hermoso infante había desaparecido.
A pesar de que he dedicado un año entero a restaurar la casa, todavía se puede apreciar la esencia de la familia Hoffman.¿ No creen?
PD. ADIVINACIÓN: Una habitación de bebe, una mujer sonriendo a su pequeño, cogiéndolo en brazos, desde la ventana, un hombre vestido de jardinero, que adecenta el jardín los observa absorto. Mientras , un hombre, pálido y de aspecto señorial e impecable escribe en un extraño libro negro. Ajeno a la escena.
Continúe con la historia... qué fue de ese chiquillo? algo debe de haber investigado o le deben de haber dicho cuando la adquirió...?
Clara se detuvo de golpe...no sabía si era su mente que le jugaba una mala pasada o había escuchado el llanto de un bebé. Lo cierto es que hace unos años ella había perdido un embarazo de 5 meses y por largas noches luego de lo acontecido tenía la misma pesadilla. El sueño era que un hombre con barbijo le cortaba el vientre y le extraía al niñ@...
Una ventana que se abre de golpe por el viento la trae a la realidad de sus pensamientos y espera a ver si alguien más se percata del llanto...
Pero ni bien tomó el tenedor, una imagen se le cruzó por la mente. Fue instantáneo; al ver su mano con el cubierto, vió en su lugar a una mano extraña (por no ser la suya), pálida y con varios años más que la popia, sosteniendo una pluma de escribir... David quiso ver qué escribía, pero no pudo ver más que el color del libro. Negro. La ráfaga de viento y el ruido lo sobresaltaron, y, mirando nuevamente a los demás comensales, David soltó una risa silenciosa, pensando que ya estaba haciendo el ridículo por sobresaltarse así...
Escuchando atentamente la historia, David empezó a comer. Encontró los tallarines deliciosos, como sólo su tía sabía hacerlos.
P.D Intentad dar vuestra opinión desde el campo en el que habéis estudiado trabajado. Consejo de interpretación;)
-Pero mi estimado Albert,- dijo, sonriente- para responder eso debería hacer una lectura con la Cartas... Desean que haga eso ahora?-preguntó, dirigiéndose también a los demás.
Hace una pausa para ingerir la bebida que el ha ofrecido el anfitrión:
-Y en cuanto a su brebaje, debo decirle que confío infinitamente más en la medicina convencional que en la homeopatía. Pero al menos tiene un gusto aceptable.
“Bueno, yo debo decir que creo, he visto muchas cosas “sobre naturales” y aunque también he leído mucho de ciencia y algunas religiones, creo que hay algo que va mucho más allá de nuestro entendimiento, que no podemos comprender y mucho menos descifrar.” Haciendo una pequeña pausa prosiguió: “En cuanto a la lectura de cartas, ¿qué tal si preguntamos si de verdad hay algún enigma por descifrar en esta casa?
problemas de personalidades múltiples. Una vez atendí una mujer que tenía catorce personalidades, despertaba en un hotel con peluca y ropas que desconocía sin recordar como había llegado ahí, ella veía a su abuela muerta hace años. Por suerte esta curada en la actualidad siguiendo terapia química y psicológica.
Soy aséptica a todo lo sobrenatural pero me encantaría que el caballero desplegara sus cartas...
Tal vez nos de los números de la lotería... nunca se sabe.
Clara no se comía ninguna de las palabras de que no creía en lo sobrenatural pero aún no estaba preparada a compartir sus experiencias hasta encontrarse con algunos de los seres que habitaban en la casa además de su amigo Albert y comunicarse con ellos acerca de lo que sucedió con el niño...eso le repicaba en la mente desde que le contaron la historia de la familia que habitaba esa mansión.
Tal vez David al tirar las cartas le anticipaba algún movimiento a tomar...
-En todo caso, me gustaría que me disculpaseis. Debo ir al servicio.
Sin esperar respuesta, marchó cerrando la puerta. Sonriente de que al parecer sus invitados estuviesen mostrando interés.
La sirvienta le salió al paso mientras le acompañaba al servicio.
-Espero...no tener compañía al otro lado.-Susurró ella de forma silenciosa.
-Son inteligentes. Se las apañaran. No creo que la casa sea tan cruel de fastidiarnos la cena. -Desgraciadamente, en ese preciso momento, la puerta del comedor a sido bloqueada, es irrompible, y sin que sus invitados se enteren, la habitación se esta empequeñeciendo.
De repente en la sala un extraño frío se expande desde la chimenea. No hay ventana. y ademas del resultado de las cartas, el frío
PD. Las cartas revelan: Un misterio, tres asesinatos pasado presente y futuro.
Dos revelaciones más para aclarar que sucedió con el niño.
PDD. El doctor tiene curadas todas sus enfermedades físicas. Se siente como un chaval de 20 años.
PDD Alguien tiene claustrofobia?10 cm cada minuto. La sala es de 30 metros cuadrados. echad cuentas... empieza el juego!
Desplegó el paño, se concentró, y comenzó a mezclar las cartas.
-Bueno, -comentó, mientras mezclaba, con aquella sonrisa que pone la gente cuando está muy segura acerca de algo- permítanme decir que no es necesario preguntarle a las cartas acerca de la existencia de fantasmas. Personalmente, estoy muy convencido acerca de su existencia, y eso que jamás he visto uno...
Respiró profundo.
-A ver qué nos revelan.
Tomó tres cartas desde el fondo del mazo, y las puso del revés sobre el paño, una al lado de la otra, en una hilera. Miró con una sonrisa de anticipación a los demás invitados. Es que usar las cartas siempre le resultaba emocionante.
Dió vuelta la carta del medio; era la carta de la luna. David dejó escapar un ''hmmm'' mientras, trantando de comprender su significado, dió vuelta lentamente la carta de la izquierda. Era el nueve de oros. Dió vuelta la tercer carta, la de la derecha. El tres de espadas; esto ya no le agradó mucho.
-La luna; un misterio, relacionado con emociones ocultas que emergen... Esta carta indica también nuestro momento presente. Estamos, de hecho, intentando resolver un misterio...- se dió vuelta, tratando de encontrar a Albert. Al no verlo, prosiguió:- Esta otra carta, en cambio, habla de un pasado casi dorado podría decirse, de opulencia y armonía... pero esta otra-dijo, señalando la última- esta carta aquí claramente indica que en un futuro no muy lejano alguien... aquí.. se sentirá terriblemente mal. Puede ser un ataque al corazón,... o un asesinato... Pero si vemos a las tres cartas como parte de una historia, que sería el pasado, entoces, me atrevería a decir que hubo un motivo, probablemente relacionado con alguna cuestión emocional, que motivó a alguien a causar un gran daño... Sí definitivamente son muertes, tres muertes, señoras y señores. Ahora debo sacar tres cartas más para saber si estas muertes son solamente del pasado...
David miró a todos, muy sombríamente.
-...O si hay alguna que esté por ocurrir.
-Bueno David prosiga, pero no sería más adecuado si esperamos a que vuelva el señor Albert?
Miro de un lado a otro y noto algo raro en la habitación, en una esquina de la habitación al oscuro parecía que había un hombre vestido de negro mirándolos, busco en la mesa si no se trataba de su colega que se hubiese parado pero su colega estaba sentado justo enfrente de ella...
-Oiga señor puede servirme un vaso de agua- pidió al hombre pensando que se trataba de algún sirviente. Lo cierto es que no era un sirviente...
-¡Dios! ¿Qué está pasando?
-Vais a morir...ya maté una vez, y una segunda...y tú me recuerdas a ellas...tu perfume es delicioso. La casa acabará contigo y podre torturarte cuando cruces al otro lado...toda la eternidad.
Este hombre, viste de negro, elegante, sin ir de traje. Aparenta unos 35 años. Afeitado, pelo oscuro y peinado hacia atrás, ojos azules intensos.
Es un fantasma. Después se desvanece.
La habitación ha encogido 10 cm.
Albert no parece regresar.
¡Suerte!
PD El tarotista sabe que es el hombre que asesinó a la sirvienta y a la joven desconocida. Es uno de las tres muertes presentes.
PDD Espero que sea quien creías que era Clara, no tenía pensado meterlo tan pronto, pero...muy buena jugada! Ahora te quedan por encontrar a la joven fantasma desconocida. Y evitad que os maten...
-No nos queda tiempo-les advirtió a los compañeros de la reunión.-debemos hacer algo.
-Usted David sintió lo que viví hace instantes? El hombre de negro que me susurro al oído? -Vació una copa que había en la mesa, pidió que la ayuden a despejar la superficie- los participantes la miraban extrañada- ya mismo alguien que me preste un lápiz o lo que sea- saco una hoja de su agenda de la cartera que llevaba consigo y los miró con aire de prisa...
*Juego en el cual se colocan letras del abecedario en círculo y la copa se dirige a una letra por vez para comenzar a redactar lo que quiere expresar el espíritu.
Fue entonces cuando sintió el frío, y tuvo la sensación de que algo no estaba bien. Enseguida notó cómo Clara comenzaba a desesperarse.
-Hombre de negro? Qué hombre?- preguntó, un poco extrañado y un poco asustado también. Miró nerviosamente a los demás allí presentes, y luego volvió a dirigirse a ella- Qué está por hacer? Se siente bien?
Miró al mazo, que todavía sostenía en su mano.
-Aún me quedan seis cartas por desvelar...- dijo, y, soltando una risita un tanto nerviosa, debido a la situación, dispuso las seis cartas restantes, cara abajo, sobre el paño, en dos prolijas hileras debajo de las tres cartas que ya estaban del derecho. - No les interesa saber qué hay en ellas?
-¿ Estáis todos bien? No puedo abrir la puerta, ¿la habéis cerrado? O...-Era la voz de Albert.
-Dios mio, la casa...se ha activado, esa habitación se estará empequeñeciendo...por favor salid de ahí o todos moriréis! Trataré de buscar ayuda.-Se escucharon unos pasos alejarse.
Inmediatamente se pone a recortar cuadraditos de papel para escribir las letras del abecedario.
-Rápido alguien que comience a escribir las letras en cada uno de los papeles, debemos invocar algún espíritu de esta casa que venga en nuestra ayuda.
Mira a los demás para ver si recibe ayuda...