Hacía ya bastante tiempo que el trabajo estaba sobrepasando mis capacidades laborales. Una de las razones era el rechazo que percibía contra todos mis colegas y jefe aparentemente sin causa justificable, lo que originaba que no pudiera concentrarme en mis labores administrativas como corresponde a una persona normal, cada día me fui marginando más y más de ellos, estaba convertido en un monstruo silencioso sentado en una esquina de la gran oficina, detrás de un computador, ese era mi submundo. Lo que más me molestaba era la risa, esa risa estúpida de mis colegas que me provocaban la sensación de que se estuvieran burlando de mí. Cada vez que reían, yo los miraba disimuladamente y me daba la impresión, o probablemente era real, que, al ellos observarme, aumentaban sus carcajadas y más me retraía como un caracol que se esconde dentro de su caparazón. Otra de las situaciones que me incomodaban era la música - que - como trabajábamos en su solo ambiente, estaba obligado a escucharla todos los días. El problema era que el estilo de música que a mí me agrada es el jazz, rock progresivo y música clásica, pero no, estaba obligado a escuchar todos esas relamidas y majaderas canciones de “amor”, que de amor no tienen nada, más bien son los mismos temas estúpidos presentados con diferentes melodías pobres y repetitivas. Hay algunas canciones en nuestra lengua que sí me agradan, pero son escasos, como por ejemplo; Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel, Ismael Serrano, Pancho Puelma, en fin. Un día en que llegué en malas condiciones a trabajar, de un solo manotazo, boté la radio al suelo. Todos quedaron paralizados observándome, pero había conseguido mi objetivo, el cual era silenciar esa maldita radio y esa mierda de música. Recuerdo que una de las emisoras que a mis colegas les agradaba escuchar era FM2, cuyo slogan era: “FM2, la radio de los dos”, donde un locutor, entre tema y tema, hablaba puras imbecilidades relacionadas con el “amor”. Finalmente debí pagar la radio que había destruido y - de pasada - aumentaba mi odio en contra ellos. Me levantaba temprano y a las seis de la mañana salía desde mi casa y ya estaba tomando el colectivo o el microbús que me llevaba a mi ocupación por lo que a las siete de la mañana ya estaba laborando, mientras, mis colegas comenzaban a llegar a las ocho de la mañana como era lo normal. La razón del porqué llegaba tan prematuramente era, exclusivamente, no tener que entrar saludándolos uno por uno ya que esto era para mí era una situación estresante y humillante a la vez. Esta situación hizo que me fuera marginando cada día más del personal que laboraba conmigo en la misma oficina, esta relación casi marginal produjo que cometiera un error administrativo. A raíz de ese desacierto se me notificó que se llevaría a efecto un Sumario Administrativo.
Fue esta situación la que gatilló la crisis, la cual relataré:
Un día desafortunado, después de haber descubierto el error administrativo que cometí, me convocó mi jefa a su oficina anunciándome que se llevaría a efecto una investigación sumaria, sin antes exponer latamente y en detalle todos los errores que yo estaba, presuntamente cometiendo, incluyendo la forma como me estaba relacionando con ella y mis colegas, ya que esa situación me estaba llevando a un aislamiento total de todo el personal de la oficina. Obviamente traté de persuadirla que no lo hiciera, pues había sido un error involuntario debido al exceso de trabajo que tenía, aún así ella insistió. Después de dar por terminada la conversación con mi jefa me retiré de su oficina en dirección a la cocina (había allí una cocina que utilizaba todo el personal) a buscar un cuchillo, allí encontré un cuchillo cocinero. Mientras lo tomaba con mis manos temblorosas, todo mi cuerpo temblaba, temblores similares a convulsiones epilépticas, percibía que mis piernas flaquearían en cualquier momento y me iría al piso, por mi rostro y mi cuerpo sentía cómo se deslizaban heladas gotas de agua, que en realidad eran producto de la traspiración excesiva que exudaba mi organismo a raíz de la estresante situación por la que estaba pasando y que se traducía en mi mente en un alevoso ataque a mi jefa con esa tenebrosa arma.
Mientras tanto, en la cocina, cuchillo en mano, analizaba los efectos de tamaña empresa. Todo debe haber transcurrido en unos pocos minutos. Pensé en mi familia, mi esposa e hijos, mis hermanos y hermanas, todo lo analizada desde la siguiente perspectiva: que el hecho de cometer un crimen de esa magnitud significaría un proceso judicial que, lo más probable, terminaría con una sentencia de cárcel, cadena perpetua pensaba yo, en ese crítico momento. Percibía yo fuertes dolores de cabeza, náuseas, temblaba entero y continuaba sudando en exceso. La confusión mental que sufría en ese momento era tal que, no sé si lo imaginé o fue real, escuchaba voces en mi cabeza o mejor dicho en mi cerebro, unas me decían: ¡atácala!, ¡mátala! y otra voz que me decía ¡no lo hagas!, ¡piensa en ti!, ¡en tu futuro!, ¡en tu familia!, ¡piensa en la familia de la persona a la cual quieres matar!, ¡en sus hijos!, ¡su esposo!. De pronto las voces eran tan confusas que no atinaba a nada, creo que grité, pero nadie me escuchó, o probablemente no lo hice, no sé, todo era confusión, caos y anarquía en mi cerebro. Las ideas y voces que pasaban como bólidos por mi mente me llevaron a la conclusión – posteriormente – de que los pensamientos, en ciertas situaciones, no se pueden medir en unidades de tiempo tradicionales como; horas, minutos, segundos, ya que, en ese breve tiempo había recorrido, prácticamente, mi vida entera mentalmente.
Con el fin de controlar un poco mi estado de salud, saqué de mi bolsillo un sobre con Migratán (normalmente me tomo de cuatro a ocho tabletas de este medicamento diariamente), con los cuales intento controlar mi jaqueca, jaqueca que – generalmente – no logro dominar, extraje cinco tabletas y me las tomé con agua, acto seguido saqué un frasco de un antiespasmódico en gotas, Viadil creo que se llamaba, lo llevé hacia mi boca y me lo bebí completo, creo que estaba casi lleno o probablemente lleno. Tenía y tengo aún tan destrozadas las paredes de mi estómago por lo cual no tengo otra alternativa que ingerir antiespasmódicos cada tres o cuatro horas.
En ese momento mis piernas temblaban, mi cabeza estaba próxima a estallar y con náuseas que me tenían a punto de vomitar. En unos segundos de lucidez, dejé el cuchillo sobre la mesa, salí de la cocina, en el momento en que me encontraba saliendo de ella, aún escuchaba voces que me decían ¡mátala!, ¡mátala! Cubría mis oídos con mis manos para no oírlas, pero éstas eran verdaderos estampidos en mis oídos. Me encontré horas más tardes en una camilla del consultorio, el cual se encuentra a un costado de la oficina, somnoliento, un médico a mi lado preguntándome cómo me sentía. Nunca supe cuántas horas o días habían pasado desde el hecho que me llevó a esta situación extrema.
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Últimamente sigo escuchando las mismas voces, es difícil explicar, pero tengo la sensación de que esas voces no vienen desde fuera, desde el exterior, sino que están dentro de mi cerebro o mente[FONT="], es como si dos enanitos o entes incorpóreos con actitudes contrapuestas - los que para mí representan el bien y el mal - pero a la vez poderosos, me dieran instrucciones y, a la vez, discutieran entre ellos con respecto a mi situación intentado decidir por mí[/FONT][FONT="]. [/FONT][FONT="]Afortunadamente, hasta el momento, siempre se ha impuesto ese ser bueno, el del bien, quizá debido a la lucha mental extenuante que estoy dando con la finalidad de que no se apodere de mí ese otro ser malvado que lo único que pretende es mi destrucción moral. Hasta el momento percibo,[/FONT][FONT="] a veces, que tratan de dominarme por completo, pero yo estoy aquí pendiente de ellas e intentado evitar que me dominen hasta anularme y convertirme en una marioneta más de ellas. Pareciera que esas voces salen del subconsciente o inconsciente, es como si fueran mi sexto sentido, algo así como una especie de intuición. Estas son las mismas voces que siguen insistiendo en que ataque a mi jefa nuevamente, pero, aparentemente, ya las tengo dominadas. Creo que la mejor terapia, aparte de los medicamentos[/FONT][FONT="],[/FONT][FONT="] es leer y escuchar música. Después de lo sucedido estuve más de un año con licencia médica, hasta que decidieron los médicos que no podía seguir trabajando en esas condiciones. Y aquí estoy jubilado por invalidez (setenta y cuatro por ciento de invalidez) a tan temprana edad. Pero con el veintiséis por ciento restante, intento ir relatando mis vicisitudes, hasta que ya no me queden más fuerzas y complete el cien por ciento de discapacidad, cosa que ojalá no se produzca[/FONT][FONT="] tan pronto[/FONT][FONT="]. [/FONT][/FONT]
Comentarios
Ya te dije que la escritura era terapéutica, además del valor intrínseco que tienes, pues de ella se deduce que eres persona culta y dotada. El hecho mismo de escribir hace que analices los acontecimientos, que los destripes y comprendas, incluyéndote en ellos y no sólo como mero expectador. Hace que los sientas.
La música es otro buen medicamento, de los mejores, porque remueve los sentimientos y te ayuda a sacarlos a flote.
Otra ancla que tienes y que en su momento te permitió y te permite agarrarte a la razón, es tu familia y tus hijos. Ténlos siempre presentes como ellos hacen contigo.
Felicidades rey,por conseguir,una vez más,llevarnos hasta tu mente sin que nos parezca algo aberrante o expeluznante,esas voces.De alguna manera,aparte de ayudarte,nos estás ayudando a nosotros a,por lo menos, en una mínima parte,intentar entender esas mentes,que en ocasiones decimos que son orates,y no son más que mentes con una inteligencia fuera de lo normal,pero descontrolada.Me alegro que estés algo mejor y no pierdas nunca esa capacidad de relatar,pues,por lo menos en lo que a mi respeta,me és muy grato leerte y de paso,talvez egoístamente,me ayudas en mi trabajo.Un abrazo enorme y un beso desde el sur.
Hasta ahora no había leído nada tuyo, pero me ha impresinado profundamente.
¡Sigue haciéndolo!
Un saludo
Hola Shaianti, gracias por tus elogiosos comentarios, Primeramente decirte que deseo que estés bien. Por mi parte no ha sido de la misma manera ya que tuve problemas gástricos a raíz de tanto medicamento, las úlceras gástricas comenzaron a sangrar y, por esa razón me alejé temporalmente de este foro que es como una terapia más. Estuve hospitalizado por una semana, aproximadamente y, como si fuera poco, sin poder medicarme. Así es que el problema fue por partida doble - como decimos los administradores.
En lo relacionado a tu comentario, aunque el relato es "brutal", me alegro que lo hayas tomado a bién desde el punto de vista literario y clínico.
Un psiquiatra que me vió hace pocos días me recomendó que siguiera leyendo y escribiendo, pues la mente para los que sufrimos esta enfermedad, tiene un deterioro más rápido que lo normal, además me pidió que en la próxima sesión le lleve los escritos, ya que según él serían un aporte enriquecedor para su especialidad. Actualmente estoy escribiendo "El orate" (Capítulo V), el cual espero publicar uno de estos días.
Y con respecto a mi familia, como tú lo planteas, "son mi razón de ser". Con eso te digo todo.
Muchas gracias por leer mi relato.
Hola, yo nuevamente. Deseo hacerte una consulta técnica, pues me percaté que hay modificaciones en el foro:
Aparte de tu comentario, el cual ya te respondí, hay dos comentarios más, a saber: Dragon y Acelcar, pero cada vez que trato de responderles, me apareces tú nuevamente en el editor de textos y no el mensaje de Dragon, por ejemplo. Qué puedo hacer para responder los otros mensajes?
Muchas gracias acelcar, la verdad es que los relatos que escribo los hago con el objetivo de dejar un testimonio de lo complicado que es esta enfermedad. Pero lo que más me interesa, es crear consciencia en la sociedad de lo difícil que es poder controlar nuestra mente que a veces nos puede jugar una mala pasada. Por otra parte intento disminuir - en lo posible - la discriminación de que somos objeto las personas que las padecemos, discriminación que va profundizando aún más este tipo de enfermedades. Estoy tratando de controlar estos seres intangibles que habitan en mis pensamientos y pretenden con sus macabros piolines controlar mi mente y, junto con ello, privarme del libre albedrío.
Gracias por leer mi relato. Ya veré los tuyos y dejaré mi opinón.
Gracias Dragon. Como podrás leer en los otros mensajes estuve retirado un tiempo de este foro por motivos de salud. Bueno en cuanto a lo que mencionas, a lo de egoístamente me refiero, te pido por favor que no lo veas desde esa perspectiva pues lo único que pretendo es aportar, con un granito de arena, a la sociedad y - en especial - a todos los que sufren junto con sus familiares este mal tan abyecto.
Gracias por leer, ya me daré el tiempo para leer tus relatos.
Hola:
Primeramente, gracias por tus palabras Amparo. En realidad hace pocos días me dieron de alta de la clínica. Pero aquí estoy, tratando de avanzar cuesta arriba lo que es bastante difícil, pero no imposible. A pesar de toda la discriminación que tengo que vivir, sigo tratando de salir adelante. Y muchas gracias por el apoyo y ayuda que me brindan.
Adios, que estés muy bien.
Me parece estupendo que utilices la escritura para canalizar tu problema, además tienes toda la razón puedes decir que tienes úlcera, catarro, varicela e incluso cáncer y no pasa nada, pero a la gente parece que le siguen dando miedo las enfermedades mentales, y eso no puede seguir así, lo que tú haces ayuda a comprenderlo. Gracias
Tienes toda la razón Acelcar, así sucede en este mundo. En el lugar que te encuentres se dará esta situación.
Me gustaría que pronto comenzaras a escribir y si puedo aportar en algo, no te quepa la menor duda que así lo haré. Te recomiendo que leas bastante, ojalá lo hagas un hábito, en lo posible novelas en nuestro idioma, no traducidos.
Comienza pronto. La escritura es una de las cosas más hermosas en la vida.
Felicidades.
Pero no escribo, quizá por pereza y falta de tiempo, normalmente me siento más cómoda dibujando que narrando, pero me encanta leer.
De todas formas, todo se andará, gracias por tus ánimos
Bien, en resumidas cuentas estás inmersa en el mundo del arte. Aquí va algo del Siglo de Oro:
PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO
Madre, yo al oro me humillo,
Él es mi amante y mi amado,
Pues de puro enamorado
Anda continuo amarillo.
Que pues doblón o sencillo
Hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Nace en las Indias honrado,
Donde el mundo le acompaña;
Viene a morir en España,
Y es en Génova enterrado.
Y pues quien le trae al lado
Es hermoso, aunque sea fiero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Son sus padres principales,
Y es de nobles descendiente,
Porque en las venas de Oriente
Todas las sangres son Reales.
Y pues es quien hace iguales
Al rico y al pordiosero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
¿A quién no le maravilla
Ver en su gloria, sin tasa,
Que es lo más ruin de su casa
Doña Blanca de Castilla?
Mas pues que su fuerza humilla
Al cobarde y al guerrero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Es tanta su majestad,
Aunque son sus duelos hartos,
Que aun con estar hecho cuartos
No pierde su calidad.
Pero pues da autoridad
Al gañán y al jornalero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Más valen en cualquier tierra
(Mirad si es harto sagaz)
Sus escudos en la paz
Que rodelas en la guerra.
Pues al natural destierra
Y hace propio al forastero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Veo que conseguiste responder a todos. Efectivamente se han hecho cambios, al parecer una actualización de la versión, de los cuales ya ha habido algunas quejas (yo la primera, cuando desaparecieron las "plumas" de reputación y en su lugar pusieron los "quesitos del trivial". Ja,ja,ja). Saludos
Shaianti: Me gustaba más el sistema anterior donde uno podía ver los comentarios y a la vez determinar si había escrito la respuesta. Probablemente ya se solucionará ese porblema. O, puede ser, que todavía no me acostumbro a las modificaciones.
Muchas gracias.
No se que decirte más que no te hayan dicho los/as demás.
Me ha impresionado mucho tu escrito y tu valentía.
Me alegro que aquel día, tu lado bueno (que seguro que es tu yo verdadero) triunfara y que no cometieras algo que podría haber sido el "final de tu vida", como persona. Tu preciosa vida.
Has sabido encontrar un camino de paz (cosa que no todos podemos decir) en la escritura y en la música. Me alegro muchísimo. Te animo a que sigas así. Y nunca pierdas la esperanza, quizás encuentres cura alguna vez.
Diste un paso importante venciendo aquella situación, seguro que con el tiempo vencerás a todo lo que te propongas. Y si no, vive el día a día con esa valentía que te caracteriza y disfrutando con lo que haces.
Un abrazo
Gracias mi estimado amigo Ralph. Agradezco tus palabras, de eso se trata precisamente esta enfermedad definida como esquizofrenia. De acuerdo a lo que me explicó un doctor, esquizofrenia significa - desde el punto de vista etimológico - "mente escindida", es decir, mente dividida. Pienso que todos tenemos, en cierto modo esta división mental, pero en el esquizofrénico esta división es exacerbada - quizá por el stress - a tal punto, que tiende a dominar tu mente y decidir por ti. En otras palabras, el enfermo pasa a ser un mero espectador desde el punto de vista mental, de los diálogos y decisiones que estos "misteriosos seres intangibles", que lograron horadar y penetrar tu mente, toman por ti. Pienso que esta situación, que presento a guisa de relato, fue el detonante de mi enfermedad, que no el origen. Estos seres, siempre están ahí, al acecho, en potencia, como la serpiente que - mimetizada - espera el momento oportuno para dar su zarpazo ponzoñoso.
Pero, esos seres intangibles no lograrán dominar mi libre albedrío, pues estoy - cuan guerrero, premunido de capa y espada - preparado para dar la batalla hasta rendir mi vida, por mi libertad de decisión.
Y esa "capa y espada" no son otra cosa que mi Fe, mis hijos y mi esposa quienes son mi razón de vivir.
Agradezco tus motivadoras palabras de apoyo Ralph, palabras motivadoras, que son un estímulo que contribuyen a alzarme ante los obstáculos que se presentan en mi camino, que no son otra cosa que mi enfermedad y la aterradora discriminación.
Un gran y afectuoso abrazo.
Ánimo, jubilarse es lo mejor que le puede pasar al ser humano moderno.
Te seguiré leyendo. Un saludo!