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Tributo

PedritoPedrito Pedro Abad s.XII
editado septiembre 2009 en Narrativa
TRIBUTO

El olor de los lirios de los valles me recuerdan a ella, este olor le gustaba. Qué le gustaba además? No me acuerdo.
Voy a Friburgo a la clínica de la universidad, recién terminaron mis clases, quiero visitarla.
Poco tráfico, mediodía, pienso en ella.
Compro cerezas en el camino, a ella le gustaban mucho esas frutas, entro en su pieza, está sola, se ve pálida.
Pongo las cerezas sobre el velador, pero no toma ninguna, participa poco de mi visita, no me mira ni habla.
Espero que me diga cómo se siente, pero ninguna reacción.
Está tendida y parece que nada le interesa ni preocupa.
Varias veces trato de empezar una conversación, pienso qué podría interesarle.
En fin, me rindo.
Hay silencio en la habitación, los rayos del sol entran por la ventana, junio, escucho pasar una ambulancia.
La miro y pienso en todo lo que no hice, que a lo mejor me preocupé poco de ella, hablé poco con ella, sé poco de ella.
Después de un rato toma mi mano, la aprieta, me mira y dice que me vaya, mañana podría venir otra vez.

He vuelto, un día caloroso, está todavía sola en su pieza.
Ella tiene sed, la enfermera me ha dicho que no debe tomar nada.
Mojo un pañuelo, le humedezco sus labios y paso mi mano por su rostro.

Estoy en mi casa en Siensbach en la cocina, una llamada de mi cuñado Berthold:
"Tú mamá ha muerto!"
Me siento solo, lloro, la primera vez en tantos años, por tremenda rabia y profunda tristeza.
Murió con 65 años, sin recibir el primer sueldo como jubilada!
Se sacó la cresta por sus hijos, para pagar las cuotas del liceo, trabajando día y noche, primero agujerear botones en su casa con una máquina antigua para una fábrica, después como lectora en un diario y más tarde como vendedora en una librería!
No se quejó nunca!

Todavía me extraña que en sus últimos días en el hospital no preguntó por mi hermana Regine, su hija, de la cual siempre se había preocupado mucho .
Recuerdo cuando ella fue dar luz a mi hermana Ursula, hablaba mucho conmigo, que tendría que cuidarla como hermano mayor si a ella le pasara algo.
Quizás todo eso no tenía importancia para ella, ya había pisado otro camino.

Berthold y mi hermana Ursula habían pintado su apartamento para que viviera como jubilada contenta, bonita, un poco feliz. En vano!
Nunca vivió contenta, bonita, nunca pudo conseguir por lo menos un soplo de felicidad!
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