Aquella tarde de Junio hacia un calor axfisiante, en la calle no había nada interesante, me la encontré en una esquina preguntando por una calle:
-Perdona chico ¿me puedes decir dondé esta esta calle?, estoy algo perdida
-Claro amiga, ven conmigo me cae de camino
Estubimos hablando , recuerdo que me contó algúna historia, era preciosa, melena castaña al viento y unos rasgos muy femeninos, un cuerpo tan bello como un cielo estrellado; hicimos buenas migas, tomamos un café, sabiendo que no nos volveríamos a ver, charlamos la conversación fué de lo mas interesante, nos despedimos con dos besos y de vuelta a casa pensé en ella, su cara jamás se me olvidaría.
Dos tardes más y me la volví a encontrar, tenía prisa, le pedí el movil y le dije que la llamaría y así lo hice; quedaríamos algúnas tardes de aquel calido verano; María se llamaba, su humor era una bendición, tenía una gran capacidad de conversación, quedamos como amigos, al poco tiempo se marchó de la ciudad, cambió de movil, y nada supe de ella nunca más, pasarón 20 años, y la ví desde la ventana, en una esquina, preguntando por una calle, su cara jamás se me olvidaría.