El alivio de saber que estás sanando es confortable, pero aveces para alguien como yo puede ser desgarrante, porque no se sabe cuántas heridas más se puedan abrir en el cuerpo que ya está lleno, como una pintura con tantas manchas y dibujos que ya se ha llenado, aveces tengo miedo de lo que pueda venir, estoy en estos momentos en dónde comenzar otra vez es estar en medio de la nada, sin rumbo ni brújula, estar entre tantos caminos y saber que el que elijas ya no tendrá vuelta atrás, dónde ya no existe la culpa ni el arrepentimiento, en dónde lo que sueñes ni tiene porqué avergonzar, y sobre todo, dónde el amor nace como una flor en el jardín en dónde abunda el sol y las lluvias, me siento así este 1 de enero, dónde solo pude sentarme a mirar el sol caer con el chico con quién estoy intentando algo real y serio, no sé bien qué somos, sólo sé que me hace sentir muy feliz y espero no volver a decepcionarme el resto del año, hoy estaría cerrando cada herida y secando cada lágrima para elegir usarlo como tinta para estas poesías como el primero del año, solo desearé tener muchos más atardeceres en los que tengo suerte de llorar.