Cuando esos días en mis que carezca de estabilidad emocional, en los días que tenga a mis familiares como desconocidos, que los que me hagan sangrar sean los de mi misma sangre, cuando quiera ir a lo que realmente merece llamarse "casa", y no sienta tu piel dormir, cuando llame a tu nombre y no tenga respuesta; entonces, secare mi campo y sembrare rosas, me pondré el labial que me regalaste, frunciendo mis labios para no dejar salir a los gritos, dejando que el brillo hable por mi, esperando callada a que pueda volver a mi casa, en la que no me tratan como huérfana, y entre ese sabor de moras silvestres, tu sabor también se funde allí.