El lunes 24 de julio de 2023 falleció Marc Augé, a los ochenta y siete años. Durante su observación del sujeto de la sobremodernidad, creó el concepto de «no-lugar» como parte de un corpus más extenso.
Pero, ¿qué es un «no-lugar»? Augé afirma que «si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un “no-lugar”». En otras palabras, un «no-lugar» es un espacio de flujo, de circulación, que limita con lo fugaz, lo transitorio, «estructuras móviles, variables, desmontables…» (Jean Baudrillard). Un «no-lugar» es un ambiente sin memoria, efímero, de ocupaciones temporales, sitios donde entretejemos nexos y correspondencia perecederos.
Sin ánimo de inclinarme hacia los extremos, confieso que en ciertos momentos llegué a percibir desdibujado el «lugar antropológico» que antes encarnaba mi oficina de corrector de textos: un espacio estable y fijo, asiento de identidad, historia y relaciones comerciales; un lugar de intercambio amistoso con el escritor y de repetidos encuentros.
«Te envío tres fotos de mis últimas “oficinas”», me escribe un colega. Las imágenes muestran un banco en el parque, la orilla del río y la mesa de un bar que comparte con un cliente. Son «oficinas» a las que quizá nunca vuelva o lo haga de manera esporádica; oficinas de «tránsito», no habitadas ni recorridas, sin construcción en su imaginario. Estas «oficinas» se asemejan, en cierto modo, a los «no-lugares».
«… El “no-lugar” se ha convertido en el contexto de todo lugar posible. Estamos inmersos en un mundo con referencias totalmente artificiales, incluso en nuestra casa, el espacio más personal: sentados ante la tele, mirando a la vez el móvil, la tableta, con los auriculares… Estamos en un “no-lugar” permanente, llevamos el “no-lugar” encima. Un espacio efímero y provisional solo puede producir relaciones efímeras y provisionales, y todo lo efímero y provisional está destinado a desvanecerse en el aire».
Ariel García
Comentarios
Por ejemplo: Israel. Fuí a hacer negocios con una empresa que hace rollos de papel de impresión y conocí los cedros del Líbano, donde se extrae la materia prima. A los judíos les compramos el papel que usamos en la Editorial.
Es difícil, aunque no imposible, que regrese a ese país, y cuando lo haga, ese 'no lugar' se convertirá en un 'lugar', por haberlo visitado otra vez.
Hoy en dia puedes ir a cualquier centro comercial de España, que todos son iguales, es decir, encuentras las mismas tiendas, los mismas firmas, las mismas colecciones. De hecho da igual que los visite en madrid que en malaga ¿ Por que? pues basicamente por ese concepto de no-lugar, se da una impersonalizacion de los especios, se estandarizan, se " industrializan" y hacen que la percepcion sobre ellos siempre sea la misma, porque todo esta absolutamente dirigido con objetivos concretos. El tema está que lo que provoca, tambien es una despersonalizacion de espacio, ya no lo haces tuyo, ya no vives la experiencia de descubrir nada nuevo y entonces ya te da exactamente igual ir a uno de Madrid, Malaga, o Barcelona. Aleja al ser humano del lugar, y lo coloca en un mundo o un espacio que no es tangible; y me refiero a hecho del mundo virtual que no esta en ningun sitio pero que nos coloca.
Si viajas por el mundo, lo que queda es el lugar que has estado, las sensaciones vividas, el saber que has estado en un lugar que no es el tuyo, no te pertenece y que por eso mismo, te atrae y lo disfrutas. Sales de tu vida, de tu centro comercial, de tus cultura y te sumerges en otro especio que tenga el reflejo de otra cultura. Esto esta desapareciendo; basicamente por la globalización, y por esta estandarización de los niveles de calidad que en si mismo pervierten , desde mi punto de vista, la principal cualidad de lu un espacio; su autenticidad .
Tambien se puede llevar a la arquitectura, casas brutales , grandes ventales, seriadas y vendidas como escaparates de la modernidad o postmodernidad que ahora tanto se habla. Eliminan lo humano y se " seriarizan".
Llevemoslo a las ciudades, atacadas por la globalización del turismo, donde la idea queu viajar es un derecho casi natural y no un lujo, transforma ciudades al completo, que se caracterizaban por tener su propio espacio y ser un lugar, a parques tematicos de ocio donde se diluye precisamente todo lo que le daba encanto. Ejemplo Venecia.
Lo llevamos a la decoración de espacios, ahora todos con el minimalismo, y las tendencias, espacios seriados, impersonales donde hasta los detalles que pretenden dejar una huella humana no son mas que intenciones proyectadas de una hilera de gestos repetidos e intencionados que precisamente solo consiguen espacios falsamente humanos , no- lugares.
¿ que sensación recibe un ser humano que tal vez por su juventud no ha conocido aun lo anterior? Se trata de no conocer lugares, ( con todo su valor interior) sino ambiguedad.
Que por supuesto, llena a esta gran industria de ocio.
Las calles de silicia se identifican por sus cordeles que cruzan calles donde las mujeres con sus mandiles tendian la ropa y hablaban a gritos de su vida. Las calles de Lisboa y su barrio tipico y su tranvia por el ir y venir de los trabajadores... Málaga, por los bodeguitas tipicas gerenciadas por familias...
Ahora todo son no´-lugares que puedes visitar, sin que nada de lo humano te sorprenda, desde tu casa aplicando imagenes Lisboa. Entonces desaparece las ganas de viajar, ya lo has visto todo, porque al llegar tampoco se encuentra el encanto que lo hacia encantador.
VAmos que aplico lo que siempre he dicho; " un hombre es atractivo hasta que empieza a creerselo", pero para los espacios.
¿ Esta seria la aplicación en la realidad de este concepto? ¿ Va por ahi los tiros?
¡Hola, Sarasvati! No, la «posmodernidad» y la «sobremodernidad» no son lo mismo. Mientras que la «posmodernidad» se suele asociar con la idea de ruptura, diversidad y pluralidad, la «sobremodernidad», en este contexto, se define como la intensificación y radicalización de la modernidad, marcada por excesos en eventos, espacio y la figura del individuo.
El término sobremodernidad, según la perspectiva de Augé (y en cierto modo, también la de Althusser), se refiere a la aceleración y multiplicación de factores en la modernidad actual, en contraste con la posmodernidad, que algunos consideran como algo completamente diverso. La sobremodernidad se caracteriza por la superabundancia de eventos, la unificación del espacio a través de la tecnología y la singularización extrema de la experiencia individual, mientras que la posmodernidad puede ser vista como una noción más descriptiva y menos analítica.
Según mi parecer, ambos términos comparten ciertos elementos de crítica a la modernidad, se utilizan para describir fenómenos distintos y presentan enfoques conceptuales diferentes.No solo estás en la dirección correcta, has acertado en la diana.
Aprecio tus palabras, Nacho; también tu dedicación y esfuerzo en Literanoicos.
Gracias, Charly, Sarasvati, DIODAMA y Nacho, por sus comentarios y aportaciones, tanto en este tema como en otros.