Es menester valorar la procedencia de nuestros recuerdos, especialmente aquellos que se repiten con recurrencia, ya sea tomando forma a través de un luminoso protagonismo en el discurrir de nuestro tiempo o como destino que marca el camino al que nos queremos dirigir, hallándose toda la tripulación del navío envenenada más por la sensación de aquello que recordamos que de la imagen del recuerdo en sí. La procedencia del primer tipo pareciese ser la memoria, en el segundo, la imaginación haciéndose pasar por memoria. La imagen de lo que fue arrebatado por la fortuna, tras habernos convencido de que pudo llegar a pertenecernos en algún momento, se convierte en un lienzo del cual es difícil apartar la mirada. El problema nace en la exposición constante a la fragancia de la pintura con la cual el lienzo tomó vida. Inhalada nubla el buen juicio que nunca se tuvo, mostrando que la labor de Perseo pudo no ser realizada en un mundo como en el que vivimos, convirtiéndonos en espectadores de un alma que se va tornando en piedra, que anhela sus orígenes y es por ello que los persigue bajo el incesante deseo de devolverse al polvo.
El segundo tipo responde al mas vil tipo de mentira: aquella de la cual no solo somos forjadores, si no también cuerpo cerca de convertirse en cadáver tras ser atravesados por el filo creado en la herrería de nuestro inconsciente. Romantizamos e idealizamos lo ocurrido, y cada vez que manifestamos un recuerdo de lo que fue o fuimos este tiende a deformarse un poco más que la anterior vez, acercando la relación con nuestros recuerdos a la esencia del juego del teléfono roto. Tendemos a creer el pasado como más bello de lo que realmente fue, y tratamos de justificar tiempos futuros a través de esa belleza para olvidar el presente, pues la comparación con lo que inevitablemente es respecto a lo que creemos que fue es odiosa. La risa se oye a más distancia que el llanto, pues no hay más doloras lágrimas que aquellas que nunca llegan a brotar de los ojos, ya que lo hacen dentro de nosotros, inundando nuestro corazón y apagando la llama de la inquietud por la vida, del asombro. El frío trae consigo hastío e indiferencia, y la indiferencia que tiene por causa el dolor pesa tanto como mil soles.
Recordatorio: Desarrollar teléfono roto.
Recordatorio: Recordar recordatorio.
Comentarios
Abrazo.
Acuérdate que en la buena filosofía, los que comentan deben de conocer primero al filósofo antes de debatir dsus pensamientos.
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No, los recuerdos no tienen porque estar idealizados, tampoco tienen que estar constituidos por brechas que rellenamos con lo que hubieramos querido para acomodarlo a un recuerdo mas llevadero que evocamos de constante, tampoco, tienen que responder al inconsciente... porque si este no se puede saber ¿ como es posible otorgarle una existencia que condicione nuestros recuerdos? ... seria como decir que lo que no existe marca tu existencia.
Puedo hablar en primera persona, como me han negado desde fuera, bajo estos criterios mi memoria, y aseguro que es uno de los procesos mas dolorosos que existen. Cuando un otro, ante su ceguera posiblemente existencial y limitada, asegura, que no puedes recordar o que lo recordado nada tiene que ver con lo real, y que se toma pequeñas cosas que vamos rellenando de lo que nos interesa. Evidentemente, hay una base cientifica general para asegurar que no podemos recordar por debajo de los cuatro años; y no, no es cierto, porque personalmente he dedicado tiempo y esfuerzo a asegurarme que mis recuerdos por debajo de esta edad sí con rotundidad corresponden a la realidad y algunos por debajo de los tres años y medio. Me gustaria que algunos profesionales de la salud mental llegaran a meterse sus opiniones y desvaloriaciones, subidos a sus podiums, por el mismisimo horto para hablar de una forma mas internacional . Sus cortas miradas, solo me han provocado confusiones, y sufrimiento.
No, creo que un recuerdo puede atenerse a hechos reales, y que tales hechos reales sean bonitos y por tanto deseables. La belleza de alguien reside en la mirada de quien mira, y tal vez habria que preguntarse que ha visto la un persona para recordar, sin triquiñuelas " memoriles" y gustarle lo que vio, sea cual sea el motivo. Asi que no corresponde a ninguna mentira referida en el primer caso.
Respeto a la segunda mentira, tampoco tiene porque darse; tal vez. Se vuelve a culpar a la persona como de una inutilidad vital para saber que quiere y que no y que le gusta y que no, alegando que solo es la construccion sobre una base repetidas veces en una acto de masoquismo voluntario. Discrepo. Se puede saber que alguien fue verdadero capullo, y a la vez comprender que no puede ser de otra forma, y a la vez darse cuenta de otros atributos deseables y a la vez, querer olvidar a todos porque un capullo no debe entrar en la vida de nadie. No se trata de la creacion de una ideal sino todo lo contrario, seria la realidad dura, cruel, y paradojica que no tendria solucion satisfactoria en ningun caso.
Ejemplo : si alguien en el pasado te hace un mal, pero a la vez puedes ver otrs facetas de esa persona que si te gustan, ¿que deberia prevalecer? tal vez el recuerdo ( la memoria) no es precisamente una idealizacion repetida sobre otra idelizacion repetida, ni muchos menos, ni tampoco un autoengaño de mirar al futuro sobre esa idea, todo lo contrario. Se trata de la mirada real y legitima, basada en actos reales y en daños reales, sin ningun tipo de deformacion, vamos una una jodienda perpetua de tener que renunciar a una parte porque otra no seria favorable. Creo que no hay nada mas lejano que esto de una idealizacion y por supuesto, con las consiguientes repercusiones que pueden traer al presente de cada quien ante la toma de decisiones de ¿ que hacer con el daño y como podria resarcirse? y sobre todo ¿ ante que tipo de persona se esta?
Lo que si me llama poderosamente la atencion, seria la mirada de quien puede analizar absolutamente todo: alejado de un sentir, y por supuesto, lleno de una necesidad imperiosa de verdad que se traduce en control. Quien necesita manejar la esencia de las cosas o de lo existencial no es mas que aquel que tiene una imperiosa necesidad de controlar todas las posibilidades porque no es capaz de abandonarse a la incertidumbre del no saber.
Esta postura, mas que colocarlo en la libertad del saber y del amor por la sabiduria ( esto seria en referencia al otro comentario) se coloca en el lugar del esclavo, porque nadie, absolutamente nadie, tiene el poder del sentir del otro, ni de sus causas, ni motivos. Y esto, quien lo intente, si que se puede nombrar como un intento de despotismo emocional o intelectual, que coloca a un otro en el lugar de ser una mera rata de laboratorio.
Me pregunto lo siguiente ¿ que memoria tiene la persona que hace tal cosa? ¿ de que esta llena? ¿ de que la llena? ¿ y hasta donde llegaria su responsabilidad en la memoria del otro? .
Si me ha gustado, lo de recordar el recordatorio. Cuenta muchisimo de usted, el ser humano no es mucho mas que logica, y precisamente eso es lo que nos hace humano, y el resto, son intentos fallidos.
Yo personalmente, eligo estar en la memoria de los otros para rellenar buenos momentos, conscientes o inconscientes, me importa un soberano carajo la diferencia, lo triste seria el deseo de dejar otra huella diferente en el otro y encima disfrutar o vanagloriarse de ello, eso si que os alegaria del ser humano y nos colocaria en la utilidad de las matematicas, que pueden explicar el universo pero que carecen de ojos para admirarlo. Vamos que no vale pa na.