Anoche soñé contigoY no es nuevo el hecho de que soñara contigo,
pero no quiero que se rompa esta bonita tradición.
Y sabemos que éramos tú y yo los que aparecíamos en mi sueño.
Vi tu imagen, y tú sabías que no era tu sueño.
A pesar de eso, me cogiste de la mano;
y no sólo me cogiste de la mano,
además, acariciaste mis mejillas con tus delicados dedos,
y me miraste con tus expresivos ojos,
y me sonreíste, y te mordiste el labio inferior,
sí, esos tus rosados y carnosos labios.
Y yo te envolví entre mis brazos.
Y había complicidad en tu mirada,
y yo sabías que cuando despertase
me acordaría de lo soñado y pensaría en ti.
Porque sabes que sigues en mí aquí,
conmigo, a mi lado, a pesar de tú allí y yo aquí.
Y en mi sueño había amor, deseo y pasión,
Y tú también me buscas así en tus sueños,
con las mismas intenciones que yo en los míos.
Pero, esta mañana, despierto ya,
la realidad es la que es:
que cada uno se halla en su ciudad
que cada uno está en su casa,
que cada uno se acuesta en su cama;
pero, eso sí, pensando ambos en los mismos sueños.
Desde que nos conocemos nos pertenecemos,
pero sabemos que vivir juntos diícilmente podremos,
más allá de nuestros sueños "sabrosos y amenos".
Aunque luchemos, en realidad no los transformaremos.
Antonio ChávezSevilla nov 2023
Comentarios
Verdad, hija. Pero los sueños, sueños son, según decía Calderón (Don Pedro Calderon de la Barca, célebre dramaturgo español del siglo XVII).
"Una ilusión,
una sombra,
una ficción.
Y el mayor bien es pequeño,
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Pues el delito mayor del hombre
es haber nacido".
Sublime reflexión del maestro Calderón