El formalista ruso Víktor Shklovski, considerado el introductor del concepto «extrañamiento» («ostranenie») en la teoría literaria, sostiene que la cotidianidad y la repetición nos llevan a percibir las cosas de forma automática y funcional.
El «extrañamiento» o «desfamiliarización» es el recurso que introduce situaciones, temas o palabras de forma deliberada para romper con la monotonía del hábito. Lo grotesco, la exageración o el absurdo, entre otros medios, suelen emplearse para crear el efecto y presentar lo cotidiano «como si se estuviera viendo por primera vez». Shklovski sostiene que solo tornando desconocido lo conocido, volviéndolo «extraño», se obliga al pensamiento a renunciar a las rutinas automáticas de reconocimiento. Aristóteles, en el año 335 a.C., ya había observado que «parte del poder de la poesía radica en su habilidad para volver extrañas las cosas familiares».
En «Instrucciones para subir una escalera» de Julio Cortázar, el uso del lenguaje brinda una nueva perspectiva, permitiendo al lector «ver» la escalera de forma inusual; pero me gustaría ofrecer un ejemplo más complejo: un relato de Marco Denevi donde el extrañamiento funciona de otra manera.
«El precursor de Cervantes» presenta el descubrimiento de un libro que antecede al Quijote de Cervantes por cuarenta y dos años. En esta versión, que recontextualiza elementos clave de la obra conocida, es Aldonza Lorenzo quien ha perdido la razón por leer numerosas novelas de caballería, se hace llamar Dulcinea del Toboso y ha inventado un galán al que nombra don Quijote de la Mancha. El cuento se caracteriza por su intertextualidad (relación que un texto establece con otros), y es precisamente en el modo en que «sucede» ese vínculo explícito donde el extrañamiento adquiere o completa un valor dual. Irrumpe con una recreación menos idealizada de Dulcinea y, además, permite mirar con nuevos ojos al viejo Quijote cervantino, al menos por unos instantes; tal vez para siempre.
Ariel García
Comentarios
Como no tengo formación literaria desconozco muchas de las técnicas y teorías que se manejan en literatura.
Saludos.
Sí, Diodama, en cierto modo está relacionado con el «extrañamiento» y es muy buena tu aportación. Para ampliar el tema, dejaré un fragmento de un artículo que escribí hace tiempo; se trata de una experiencia personal que podría aclarar más el concepto:
«Hacía unos meses que no regresaba al bar céntrico, frente al viejo colegio. Todo estaba en su sitio, pero el bar era diferente, parecía más chico. Me senté en la silla de madera y miré por la ventana, hacia la calle. La escalinata de la escuela me trajo un hecho gracioso acaecido una mañana lejana, allá por 1976, cuando una compañera y yo, apurados porque llegábamos tarde al salón, nos caímos, nos partimos a carcajadas y, por primera vez, nos dimos un beso; sí, allí en el suelo, un beso tirados en la vereda. Me llamó la atención que la moza, una chica a quien había visto muchas veces, llevara tapabocas. El café olía diferente y la morena parisina del cuadro, ubicado tras la barra, me recordó a la hija de un amigo que se fue con la pandemia.
No tardé en descifrar lo sucedido; estaba experimentando el efecto que los formalistas rusos llamaron «extrañamiento». Deshabituado de la experiencia casi diaria, había dejado atrás las ideas preconcebidas sobre el entorno. Mi percepción, renovada, me ofrecía otra visión del contexto».
¡Saludos y gracias por la lectura!
Cuando un programador está inmerso en el proceso de desarrollo de algo tiende a entrar en una rutina que le impide ver el conjunto de lo que está haciendo , lo normaliza. Así, cuando prueba su código, lo hace sobre lo que ya conoce sin ser capaz de valorar los posibles errores que hay fuera de su punto de vista, sin salir de su camino. Uno de los métodos para evitar esto es hacer que las pruebas las realice una persona que no conozca nada de lo que se está desarrollando. Otro método es hacer que los programadores prueben cada uno lo que ha desarrollado otro, así ve desde su experiencia parcial la experiencia parcial del otro programador y empiezan a salir las incoherencias. Si no tienes nadie externo ni compañeros en tu equipo, vamos si estas solo, hacemos lo que llamamos la prueba del patito de goma. Se trata de poner un patito de goma (vale cualquier muñeco) para personalizar el público objetivo, delante de ti y contarle en voz alta lo que debe hacer y como debe funcionar tu software y hacerle una demostración. Eso principalmente lo que hace es crear extrañamiento, te hace ver la aplicación desde el punto de vista del que debe usarlo.