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El Pintor

editado junio 2023 en Terror

"Será como abandonar un vicio, 

como contemplar en el espejo

el resurgir de un rostro muerto,

como escuchar unos labios cerrados.

Mudos, descenderemos en el remolino"

Cesare Pavese


El Pintor

En serio, perdóneme por contar repetidas veces la historia del pintor en Place du Tertre. Recuerdo el ritmo perdido de mis pasos, podría enseñarle como era en éste preciso momento.
Mira, por aquel entonces, Tertre no era como es hoy en día. Aquella pequeña plaza, hospedaba a los pocos que gustaban formar parte de ella y de sumergirse en la mugre de un Paris grisáceo oscuro.
Yo me tomaba una copa de vino frente a la rue.
La terrible quietud de ese río de piedras, me dividía del pintor. Más allá, en la parte más oscura, con un pincel furioso, asesinaba un lienzo sin atril.
Pensé en Antonio, en como me hizo esperarlo una hora y media en la estación del metro. Salaud! Va te faire foutre! No me avisó y yo tampoco me avisé que terminaría a la una de la mañana encendiendo un cigarrillo frente a la Place. Me había puesto el vestido amarillo con la espalda descubierta y me peiné con unas hebillas de plata, que me obsequiaron hace muchos años. La desastrosa velada, a solas con los faroles, el humo de los cigarros y ese hombre.
Me miró. Por momentos me miraba, miraba a su alrededor y luego seguía con su trabajo. No fue mi intención ser testigo, pero inclusive me hubiera gustado acercarme a ver mejor y preguntarle qué estaba pintando.
De un instante a otro, salió corriendo en dirección a la iglesia de Sant Pierre y me encontré sola nuevamente. Mi asombro hizo que casi me cayera de la silla intentando seguir visualizándolo a distancia. No volvería a verlo nunca más.
Mis ojos buscaron el sitio que el pintor había ocupado durante nuestra reunión. Empecé a recordar, a pensar en lo extraño de la secuencia que acababa de contemplar. Tenía dudas, muchas dudas y no recordaba al pintor corriendo con su pintura o con algún objeto en las manos. Por lo menos, su silueta oscura en mi memoria no me dejaba verlo con exactitud.
Me acerqué al banco, despacio pero decididamente di un paso tras otro. También podría recrear ese caminar si pudiera. Aún cuando cierro los ojos puedo oír el sonido de mis zapatos apoyándose en las piedras de la calle.

La piel del lienzo blanco, tan puro y sucio a la vez. Con los pelos de los pinceles dorados oro y dos residuos circulares de óleo marrón, oscuros y secos, plasmados en el centro de una paleta, empapada de carmín y de los rojos más intensos.
Los árboles, el refugio de la muerte, y el deshilachado bulto de telas del color de mi vestido. Ahí, volví a sentir el filo de las cerdas rozándome el cuello, como el agudo punzante de un violín desafinado.



Comentarios

  • Un relato muy Lovecraft, echo de menos este terror tan sutil, ahora es todo sustos y charcutería.
  • Desde luego, sutil es. La ambientación, eso sí, la veo bien lograda.
  • Muchas gracias por los comentarios, lo hice cuando tenía 17 años y después escribí alguna que otra poesía pero no mucho cuento. Me encantan éste tipo de historias cortas, voy a seguir con eso. Agradezco mucho la lectura y la buena onda.
  • editado noviembre 2023
    Precioso estilo, al menos en cuanto a mi gusto se refiere. Sin duda, como comentaban antes, hay un toque de narrativa gótica elegante y nada forzada, la combinación resulta muy agradable.

    Saludos...
  • Ese tipo de narrativa, tan dark, tan gótica y tan Lovecrafniana, hace falta en el foro.
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