No puedo ser tuyo, mujer
Amores se han perdido,
porque, sin razón,
se ha olvidado la pasión,
muriéndose en el olvido.
El alma sin sexo se apaga,
el sexo sin erotismo también,
el erotismo sin amor se paga
y se pierde del deseo la miel.
¿Por qué temer a las ganas
si en nuestra piel
Dios puso toda su fe
con amor y sin desganas?
Sensibilidad que emana
del regocijo y del placer
en un cuerpo tan hermoso,
que nos llena de alborozo
un buen cuerpo de mujer.
Flores bellas y lozanas
florecieron en nuestro jardín,
y nunca puso Dios un fin
a una sexualidad humana.
Y ahora yo pensando:
¿por qué cubres tu belleza,
si es un regalo de la naturaleza,
para qué la vayas ocultando?
No me engañes, mujer,
que para mi corazón
es necesaria una pasión
que me haga estremecer.
Si no lo puedes hacer,
deja mi sentir ardiente,
aléjame de tu mente,
no puedo ser tuyo, mujer.