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Aborto provocado

antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
editado febrero 2023 en Narrativa


Aborto provocado

Por su cuenta y riego se encaminó hacia el hospital de beneficencia de su ciudad. Estaba asustada, muy asustada, expuso en la recepción su caso y enseguida la enviaron al departamento de ginecología, sentada en una silla de ruedas, impulsada por una de las enfermeras, precisamente la menos humanitaria de la plantilla de enfermeras.

—¿Qué es lo que te ocurre, guapa muchachita?

Ese fue el amable saludo de unos de los ginecólogos.

—Mire, doctor, usted sabe que este es uno de los riesgos de ser mujer: un hombre puede hacer al amor todas las veces que le dé la gana, pero con un preservativo no le ocurre nada, pero nosotras, las mujeres, podemos quedar embarazadas; pensé que la píldora arreglaría este problema, pero, según una expresa analítica que me han hecho hace más de un mes, pagada con mis pocos ahorros y con un dinero prestado por una buena amiga y mintiendo de que era huérfana en la vida, no puedo tomarlas.

Le dijo la pobre chiquilla, de tan solo 16 años, al ginecólogo de turno, el cual hacía una seña a la enfermera.

—Pero sí tenemos algo que puedes tomar.

Escribió unas letras en su bloc de recetas y después añadió:

—Esto te ayudará a tranquilizarte. Es muy importante para tu estado que en estos momentos estés lo más relajada posible.

—¿Puedo acudir ya, ahora mismo, a mi trabajo?. Es que necesito trabajar para poder ayudar en la casa de mis padres.

—No. Tienes que esperar unos días más, porque puedes tener perdidas abundantes. La enfermera te llevará ahora a una sala compartida con otras chicas y yo te veré mañana por la mañana y de nuevo te inspeccionaré.

La enfermera cogió, de malas ganas, el papel escrito y sobre la marcha comenzó a empujar la silla. Transpusieron la puerta de vaivén y, a través de un largo pasillo, llegaron al ascensor; pulsó un botón y a la vez le dijo a la paciente:

—En realidad, no ha sido tan horrible, ¿verdad, niña caliente?

La muchacha miró con rabia a la enfermera, pero, educadamente, aunque rotunda, le respondió:

—¿No le parece a usted demasiado horrible ya el hecho de que por temor a mis padres y por las penurias económicas haya dado mi consentimiento para que maten a mi bebé?.

En cada mejilla de la adolescente apareció un reguero de lágrimas, que, una vez dentro del ascensor, se sumaban a más lágrimas de la grosera e imprudente enfermera, y eso que era madre.


Antonio Chávez López
Sevilla enero 2023

 :(
 

Comentarios

  • IMPACTA por la desfachatez de la enfermera.
    ¡Muy bien desarrollado!
    Shalom amigazo
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    betobrom dijo:
    IMPACTA por la desfachatez de la enfermera.
    ¡Muy bien desarrollado!
    Shalom amigazo

    Los servicios sanitarios en España son excelentes, y gratuitos además, pero con todas las personas que acudan a ellos, sin racismos, ni clases sociales ni estúpidas reconversiones pero siempre hay, en todos los gremios, gente desaborida, antipática, que se comporta así en todos lados, y en su trabajo es uno de ellos.

    Gracias por leerme y por colaborar.

     :)

     



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