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La Listeza - La Inteligencia
Ahondando en ello, para iniciarme en este looping, resumo en una frase lo siguiente:
El listo es más torpe que el inteligente, y el inteligente es más listo que el listo, porque tiene la Inteligencia de la que carece el listo y porque se da el gusto de ceder la Listeza al listo, precisamente por su calidad de inteligente.
Parece un trabalenguas, pero no es tan difícil de entender. Si no, reléelo. Y si necesitas ayuda, escríbelo, que así harás más bueno el dicho: “escribir es como leer dos veces”.
El listo es intuitivo, capacitado para lo difícil, por enrevesado que sea o parezca; retentivo y de rápidas reacciones, brillante en las concepciones y certero en las definiciones, más todo lo relacionado con esta línea y las deducibles. Y el inteligente, además de lo anterior, es estudioso, estratega, hábil previsor del cuándo, cómo y qué, y no es necesario que se prepare un guión, porque a su llegada a lo que sea, e incluso en el peor de los momentos, se percata ipso facto de todo lo que se esté tramando, sin temor a confundirse en su apreciación, además del poco esfuerzo que necesita para poner en clara vía tan magnánimas virtudes, que para una persona de un coeficiente normal puede representarle un mundo, sencillamente por no estar a su nivel. A bote pronto puede decirse que el listo es quien evita el problema y, en caso de producirse, el inteligente lo resuelve.
El inteligente que además sea listo, es el no va más, porque poseer estas dos joyas es un privilegio y obligatoriamente letal para el duro caminar. No es frecuente encontrar a gentes así, pero las hay, que, por lógica, ocuparán puestos destacados y percibirán cuantiosos salarios. Pero de sus oficios y de las remuneraciones no voy a hablar, toda vez que solo lo analizaré conceptualmente, en evitación de injerencias que puedan extrapolarme.Empero, les hago saber que hay que tener precaución con el poder con este doble don, porque si lo emplea para hacer el bien, de una forma altruista, bienvenido sea, pero si hay abuso o intenciones malévolas, aviados vamos y estamos. Aunque, repasando mentalmente, me da que no existen mandatarios con semejante dualidad en el panorama político universal, más bien dirigentes mediocres.
Aunque suene a incongruencia, no es bueno, ni siquiera estético que se asigne para sí, arbitrariamente, alguien este doblete para un mismo fin. Es más, seguro estoy de la conveniencia de que solo sea uno, porque más sería un obstáculo para lo que se quiera lograr. Al igual que hay una jerarquía para todo, incluso tácita, en esto no debe haber excepción y así se evitarían enfrentamientos de consecuencias imprevisibles, que se ocasionarían, sobre todo, por los intereses creados de aquellos que se erijan con conceptos contrapuestos.
Básicamente tiene que imperar un canon según conocimientos y capacidades para ocupar una cabeza rectora. Porque quien actúe a su libre albedrío, no hace sino evidenciar falta de masa gris. Por lo tanto, es necesariamente obligado que haya “uno que mande y el resto que reme”, pero en favor de una misma corriente, para así fortalecer decisiones que solo redunden en beneficio común. En ese paquete se entienden incluidos esos fatuos sabelotodo, que creen que, por suplantar enmendando planas, son más aptos; los mismos que, irónicamente, se “sorprenden” de los posibles resultados negativos.
La Inteligencia está por encima de las vicisitudes encontradas. Me explico. La Inteligencia sabe emular a la Listeza en igual medida que ésta lo hace. O sea, desempeña un cometido de inteligente, consistente en no pasarse de la aptitud reconocida a la Listeza, porque, si se pasa, podría causar confusionismo, el cual aturdiría a ambas virtudes juntas, incluso por separado. Es por ello que el inteligente tiene un rol doblemente crucial: “por poseer tanta excepcionalidad junta y por un exhaustivo control, con buen fin, de situaciones concretas, de casos previstos y de casos surgentes”, pero siempre desde la perspectiva de sentirse y de ser un ser superior.
La Inteligencia es de más valor que la riqueza, y aunque a veces se vea relegada por ésta, por la deslumbrante aureola que lleva y sobrelleva, tarde o temprano ocupará el puesto que le corresponde, que no es otro que el primero. Es evidente que todo lo material se puede perder, pero la Inteligencia jamás. Naturalmente, me refiero a personas que estén en pleno uso de sus facultades mentales.
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Comentarios
El inteligente, siempre ha tenido más en cuenta al intelectual que al capitalista, y aunque sabe que la riqueza material es la gran demoledora, también sabe es torpe. La riqueza puede comprar personas. Cierto. Pero la Inteligencia puede persuadir para lo contrario, que no es menos cierto. Es decir, doctrinar hasta el punto de hacer ver que lo material no es lo único, que solo es eso: material. La Inteligencia demuestra con esto que mientras se le profese fe, nos dispondríamos a fortalecer una de las grandes piedras filosofales de la vida.
Desde la iniciación de la historia del mundo, existió, ahora existe, y en adelante existirán personas expertas y no expertas. Y siempre hubo, hay y habrá listos, inteligentes y torpes, y un lugar para todos. Desde los tiempos arcaicos, se crearon, hoy se crean y en un futuro se crearán jerarquías reconocedoras de las aptitudes de la persona. Y así lo entendieron, lo entienden y lo entenderán los seres humanos como lo más acertado para un mejor engranaje de la humanidad. Es por ello que se debe admitir, sin paliativos, la necesidad trascendental de una jerarquía que distinga a inteligentes, listos, regulares, mediocres y nulos. Y no digo “malos” para no confundir.
Se me ocurre hacer un símil, algo como de andar por casa, que define mi enfoque sobre la Listeza y la Inteligencia. Y es que el listo, un decir, es el que inventa, y el inteligente puede modificarlo, pero sin herir susceptibilidades, que para eso tiene inteligencia. El bueno digiere y dirige el cotarro, el regular hace el trabajo, lo mejor posible; el mediocre ayuda en la medida de sus posibilidades, y el que denomino como nulo completaría el censo, sin obligaciones concretas, para que haya de todo, y no falte de nada.
En todo caso, símil rocambolesco aparte, en la escala de los valores y en los méritos a alcanzar, siempre será lícito y además encomiable un afán de superación en todas las personas, siendo además justo y necesario, pero será imposible de lograr la exención de inteligente o listo o ambas juntas, porque esta gracia no se obtiene ni se mantiene con constancia, esfuerzo y trabajo, sino por Otorgación Divina (para los creyentes), u Otorgación natural (para los no creyentes), y no a todos, a la vista está, nos concedió Dios o la Naturaleza este don o dones.
LOS QUE SIEMPRE LLEGAN ANTES,
Y SUS DESTREZAS Y SUS OBJETIVOS
SON SUS DOTES MÁS BRILLANTES.
LA INTELIGENCIA ES UNA POTENTE LUZ
QUE SOLO POSEEN ALGUNOS CEREBROS,
Y ES TAN EXTRAORDINARIA SU MAGNITUD,
QUE DESLUMBRA EN TODO MOMENTO.
LA LISTEZA Y LA INTELIGENCIA APUNTAN
QUE SON DOS IMPRESIONANTES PROEZAS,
Y COMO ACTÚEN LAS DOS, Y JUNTAS,
SERÁ IMPOSIBLE DERRIBAR ESA FORTALEZA.
Antonio Chávez López
Sevilla octubre 1994
Interesante texto, diferencia la inteligencia de algo que por aquí (en Perú) se puede llamar "viveza" o quizás yo le diría "agudeza mental".
En mi país ocurre un fenómeno socio económico llamado "informalidad".
El informal abre una ventana de su casa y empieza a venderle comida a la gente, no tributa, no paga licencias. Para el informal el estado no existe, solo existe el y su necesidad.
Hay gente que empezó un negocio así, hizo dinero y luego hizo mas dinero y luego hizo mas dinero y se tuvo que volver formal.
¿Qué relación tiene lo que digo con tu texto?
Los informales son los "listos" de tu texto, los inteligentes son los que lograron ir a la universidad y consiguieron graduarse.
Una vez un gerente me dijo algo que nunca olvidé:
"Lo informales por naturaleza son poco instruidos (la mayoría) y sus negocios los hacen sin considerar los riesgos. Es difícil ver a alguien instruido haciendo algo informal porque a medida que su preparación académica crece su evaluación de riesgos crece y se acobarda".
Saludos