'The Man Who Never Was' es el título de un libro escrito por Ewan Montagu en 1954.
Y trata sobre eso, una persona que no existió; y con dos grandes misterios.
¿Qué misterios...? Uno, la verdadera identidad del 'donante' ( y digo 'donante' porque este hombre inexistente tuvo un cuerpo de carne y hueso; cada tanto salen documentos aquí y allá diciendo que su identidad fue tal o cual...); dos, por qué llevaba el reloj que llevaba.
Posiblemente a ustedes no les interese saber sobre este hombre inexistente, o sobre su reloj. Pero por alguna razón que se me escapa (o que no es tan obvia, ya que me gustan los relojes mecánicos) creo que este artículo puede llegar a ser una lectura interesante en un fin de año plagado de profundas y alegres sensaciones futboleras.
Este hombre que no fue se llamó William Martin, nació ( aunque no ) en Cardiff en 1907 y era capitán ( en realidad no lo fue... porque no existió ) de la Royal Navy durante la II Guerra Mundial.
Esta persona ha sido una construcción, un engaño; y ese engaño cumplió el objetivo de distraer tropas nazis en Sicilia y arrastrarlas a Grecia y Cerdeña para que el porcentaje efectivo de bajas en las tropas aliadas fuese lo menor posible durante la invasión a Sicilia. Todo este armado y puesta en escena se llamó Operación Mincemeat.
Por supuesto el capitán mayor William Martin tuvo un cuerpo (el famoso 'donante').
El libro escrito por uno de los oficiales intervinientes, Ewan Montagu ( el cerebro conductor de la Operación Mincemeat y autor del libro que traje a colación ) no da detalles de quién ha sido el cuerpo que le presto sustancia a la creación del Capitán Martin. En algunos lugares de la web se especula con un nombre u otro. Pero a falta de prueba documental fehaciente lo dejo con signos de interrogación.
Sigamos...
Corrían los primeros meses de 1943.
Y los aliados habían decidido invadir Sicilia.
Pero había un problema: en Sicilia estaban apostados algunos de los mejores batallones nazis. Por lo cual el MI5 empezó a estrujarse los sesos en busca de cómo convencer a los nazis que no invadirían esa isla.
La solución vino por parte del equipo de Montagu: crear a un alto oficial de enlace de viaje al norte de África con cartas secretas (no tanto, ya que estaban escritas para que se las leyese el enemigo) dirigidas a almirantes y generales aliados avisándoles de la inminente invasión de Grecia y Cerdeña.
La creación del capitán mayor William Martin cubrió todos los aspectos: se le inventó novia, billetes de espectáculos a los que asistió, facturas de compra de artículos, cartas personales y secretas, documento de identidad, artículos personales y un reloj pulsera.
Un hecho fortuito hizo que se decidiera que el cuerpo de este hombre que no existió fuese tirado al mar frente a Huelva: un avión aliado caído al mar frente a costas españolas dio el toque justo para que el cuerpo del capitán no sembrase sospechas cuando emergió en las playas de Huelva. Huelva, en aquellos años, tenía un muy activo espía nazi que rezumaba reputación y experiencia. Pero toda su experiencia no sirvió para darse cuenta que William Martin era un impostor (¿o sí?).
El cuerpo de X ( insisto en no poner la supuesta identidad dado que aún genera controversia sobre cuál ha sido la real identidad del donante involuntario ) fue vestido, arropado y muñido con todas las cartas, documentos y credenciales imaginables y convincentes, se lo embutió en un cilindro de conservación y fue subido al submarino HMS Seraph, que lo depositó finalmente frente a las costas de Huelva.
El cuerpo, una vez llegado a la playa fue encontrado, examinado, meticulosamente fotografiado y estudiado por el espía nazi ( él y toda su documentación ) que dio por sentado que el oficial era una persona real, en misión ultra secreta y cuyo valor en cuanto información era incuestionable. El cuerpo, por supuesto, fue reclamado por el Reino Unido. Y solemnemente sepultado con honores. Descansa aún hoy en el cementerio de Huelva este Capitán William Martin que no existió.
Luego de la guerra se ha sabido que los altos mandos nazis creyeron firmemente en esos documentos que atestiguaban falsamente que la invasión aliada sería llevada a cabo en dos frentes: Grecia y Cerdeña.
La verdad es que la Operación Mincemeat tiene cientos de detalles en su preparación y ejecución con los que no los quiero marear: desde la conservación del cuerpo en el cilindro, la elección del nombre, rango y posición del capitán en la Royal Navy; la confección de las cartas apócrifas, la novia ( de nombre Pam; estaban comprometidos según la fantasía de Operación Mincemeat ) y familia seleccionada y también falsa; la misión del capitán en África del Norte, sus gustos personales que no existían, su paso falso por clubes de caballeros y estudios en universidades y círculos de amigos imaginarios.... en fin. James Bond queda hecho un poroto en comparación con el capitán Martin. Y ya que lo nombré a James Bond: Ian Fleming formó parte de la Operación Mincemeat, y él mismo ha declarado que su paso por los servicios secretos británicos dieron el puntapié inicial a su carrera como escritor de novelas de espías y ser el padre de Bond, James Bond.
Para finalizar, deseo comentarles que esta historia tiene un costado relojero (que ya anticipé al principio), y es quizás aquí donde deseo detenerme.
Si el espía nazi hubiese mirado mejor y con más atención el reloj, se hubiese dado cuenta que no era reloj de dotación de oficiales británicos y que no estaba confeccionado por ninguna de las casas relojeras que proveían a la Royal Navy con relojes de dotación.
Es más: el reloj tenía (tiene) forma rectangular y su diseño es Art Decó. ¿ El oficial nazi no se dio cuenta que ese tipo de reloj no era el usado por oficiales de su majestad...?
Pues aquí les dejo el misterio final...
Gracias por haber leído, y hasta la próxima.
(Artículo ya publicado por mí en otros medios impresos y digitales).
Comentarios
Saludos.
Oh, no había visto este texto, y será, digo yo, porque en este apartado de "Histórica", entro poco, sólo inserté hace algún tiempo una noticia extraída de Internet que hablaba de "Felipe II tenía dificultades para amar".
Magnífico relato este tuyo; que, incluso, me atrevo a decirte que supera a la realidad. Conocía esta historia, pero me la has hecho rememorar con todo lujo de detalles.
Le has imbuido desde el principio una intrigante curiosidad, que es, en definitiva, una de las cosas que engancha al lector. Bien contado, señora escritora MrBones. Mis felicitaciones.
Un saludo cordial
A mí también me gusta mucho esa historia, y tengo varios libros sobre el tema. Es una historia que sigue al 2023, pues hay muchas contradicciones en cuanto a los relatos de los protagonistas, lo revelado en documentos desclasificados del servicio de inteligencia británico, y lo que, desde el lado alemán, se hizo al respecto.
A pesar de lo que digan los británicos, hay evidencia que sugiere que los alemanes no se comieron este 'pescado' sino que hicieron como que sí lo creyeron (pero en realidad, no).
Todo es un intricado juego de espías...
Saludos muy cordiales, compañero.
Y muchísimas gracias.