Una mujer puede dejar calvo al tío que echa canitas al aire
Cerrando los ojos, he dibujado mentalmente su cuerpo escultural desnudo.
Son ahora las siete de la tarde y él acaba de salir rumbo a mi casa.
Tres horas revolcándose conmigo, solo sexo, pero sexo de 24 quilates.
Antes me llamó y me pidió que lo esperase lo más sexy que pudiese.
Aun haciéndole caso en eso anterior, jugué con sus sensaciones en nuestra conversación, tumbados el sofá verde de mi casa porque supuse -como si no me conociera- que le cuesta imaginarme así; a mí, que jamás he "repetido" con ningún tío, ¡que nunca he aceptado un amante único, vaya!
Peo minutos antes de que llegase a mi casa me tomé tres latigazos seguidos de whisky. Quería estar suelta, muy puta, que en eso radica mi éxitos con mis nueve amantes.
Él se fue satisfecho, y yo con la vagina llena quedé.
Condujo, feliz, dos horas hasta su esposa, seguro que tarareando una copla. Así lo imaginé cuando, al final, reposaba unos minutos mientras yo admiraba su cuerpo cachas y su miembro eléctrico.
Después de irse me tomé dos latigazos más.
El despecho iba colmando mi vaso hasta hacerme aceptar nuestras condiciones: "sólo sexo".
La última gota me dice que ahora que son las nueve y acaba de llegar a su casa de Sevilla. Recibo un whatsapp de él y me parecen peligrosos esos dos iconitos de besos y corazones al final del texto.
Finjo, para mis adentros, tranquilidad, serenidad, sosiego. Me tapo las tetas, la vagina, las nalgas y el culo, solo con la idea de cubrir mis vergüenzas. Eso era lo que acordamos. ¡Maldito acuerdo!
Bueno, pensando, la verdad es que no me harto de esta situación. ¿O sí?
¿Me estoy enamorando de él o de su miembro? Pues... no sé, pero para para enamorarse de un pene de un tío, sin ser una profesional del sexo, una puta; primero te tienes que enamorar de su persona. Aunque hay mujeres que se enamoran de un hombre por como se "porta con ellas en la cama".
¡Joder, qué disyuntiva tan difícil de resolver!
Bueno, lo mío es lo mío, y lo mío es seguir "entreteniéndome" con mis numerosos amantes. No me quiero meter ahora a filosofar sobre lo que me conviene o no me conviene. Porque, al fin y al cabo, yo no me acuesto con nadie por dinero, simplemente por placer y por valorar el placer que me da cada tío.
Pero, ¡me cachis!, me acuerdo de él, y lampando estoy por que me telefonee o me envíe un mensajito anunciándome que viene camino de mi casa.
Sí, creo que estoy pillada por él, que, para mí, es el único ÉL...
