¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

No renunciamos a nuestra promesa

antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


No renunciamos a nuestra promesa

Sinceramente, sería incapaz de expresar con palabras lo que siento en este instante. Solo sé que camino perdida y solitaria, vagando por un angosto camino, oscuro y siniestro. Mi cuerpo tiembla horrorizado y a la vez invadido por un sentimiento de desolación. Mi mente y mi alma se encuentran más conectadas que nunca porque ambas quieren una misma cosa; recuperar la paz en el suave y dulce calor de tus labios

Pero, por desgracia, eso no volverá a repetirse nunca más. En mi interior, escucho tu nombre, lo susurro una y otra vez, casi queriendo que aparezcas frente a mí, como si todo hubiera sido un sueño.

El aire sopla con fuerza, como manifestándose ante mí y compartiendo mi furia y mi agonía. Mi melena violácea se agita con él, envolviéndose. Mis pies, desnudos, se humedecen en esta fría arena, y caminan lentos hasta la orilla. En ese momento, reaccioné y sin darme cuenta llegué a ese hermoso lugar donde compartíamos ratos que nunca olvidaré.

De mi mirada exhausta, brotan súbitas lágrimas. De pronto, mi mente empieza a tomar conciencia de que eso era lo único que me queda de ti: tu recuerdo. Miré a la Luna, buscando una calma para mi alma. Pero era inevitable; el destino se había interpuesto ferozmente entre nosotros. Ya no había vuelta atrás. Yo misma pude cerciorarme de ello.

Estaba frente a ti y no correspondías a mi mirada. Estabas frío, sin pulso y con la tez pálida. Fue en ese momento cuando me invadió un llanto incontrolable, me aferré a ti con fuerza dejando caer fluidas lágrimas sobre ti. Me sentía sola, desorientada y conmovida por un hondo sentimiento de un amor absoluto. Y ahí, en medio de mi desgracia, comprendía algo.

Desde ese día, quedaría marcada para siempre, y asimismo condenada a sentirme incompleta para los restos; mi otra mitad yacía junto a mí. No solo desapareciste tú, sino que también en mi interior algo murió, como mis ganas de seguir luchando, mis ganas de reír, porque, si mi vida eres tú ¿qué vida siniestra y sin sentido me espera sin ti? ¿Quién podrá saciar mi alma? ¿Quién cogerá mi timón? Eras tú mi fiel compañía, el que estaba siempre a mi lado de una forma desinteresada.

Busqué consuelo en el frío mar, nadando y nadando sin cesar. Sumergida en el agua, buceé con cara abatida. Cerré los ojos e imaginé que tú nadabas junto a mí. Nuestras manos se rozaban, nuestras miradas eran intensas, profundas, desbordaban placidez y felicidad. Esbocé una sonrisa y sucumbí a la ternura de tus labios. Nos besamos envueltos en un infinito placer. Lo sentía tan real, tan intenso, que de repente parpadeé y vi, asombrada, que te tenía frente a mí. Me cogiste de los brazos y subimos juntos hasta la superficie. Mi incesante deseo de estar a tu lado hacía que te materializases de pronto.

Y ya arriba, rodeados por el bravo mar, pero custodiados por la Madre Luna, cumplimos nuestra promesa de permanecer juntos para toda la eternidad


MI BLOC QUE NO BLOG - Pgina 31 ImagesqtbnANd9GcTgNJlj7_uP-Q4exDJUGDzmu_UJhkorTvil3Cg3qHGnCvevq47g9w
Antonio Chávez López
Sevilla octubre 1998

 <3 

Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com