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Posverdad

Ariel GarcíaAriel García Gonzalo de Berceo s.XIII

Los pibes del barrio jugábamos a la pelota en La Carpita, un club modesto, sin lujos, al que nunca llamamos Deportivo Unión Central. En el lugar había también una biblioteca: «Amor a la Verdad».

Con «Amor a la Verdad», los fundadores habrían querido imprimir la convicción de que en los libros, o en la suma de sus lecturas, el socio hallaría los criterios para definirla, para definir «la verdad», quiero decir, o al menos las claves para emprender la búsqueda.

«Amor a la Verdad» suena, ahora, un tanto romántico y pasado de moda; más aún en tiempos de la posverdad, donde las opiniones y argumentaciones trazadas por los sentimientos pesan más que los hechos. Cuando las emociones actúan en nombre del espíritu crítico, lo falso puede admitirse como verdadero porque «así lo sentimos».

En el universo de la posverdad, contrastar el mensaje pasa a segundo plano, siempre y cuando lo que se afirme en él concuerde con nuestras convicciones. La objetividad se ve afectada por la sobreabundancia de información, un torrente imparable de verdad, ficción y sinsentido. En la cultura de la posverdad, el insólito argumento de un terraplanista, afirmando que el mundo es un disco plano y una sarta de disparates que no quiero apuntar aquí, encuentra la fuerza necesaria para negar la revolución copernicana y el sistema heliocéntrico, el trabajo experimental de Galileo, la ley de gravitación de Newton y los cientos de volúmenes que un grupo de vecinos soñó reunir, cuando se animó a edificar «un lugar para la verdad» entre los muros de una biblioteca popular.

A propósito del término posverdad, por el prefijo pos no debiéramos suponer que la verdad ha muerto, significa que su rol se ha devaluado, que el papel de la verdad ya no es fundamental.


Comentarios

  • Marcelo_ChorenMarcelo_Choren Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    Ni más ni menos.
    Pensar, pensar por uno mismo, está devaluado. Peor, está mal visto.
    La tribu terraplanista, por agruparlos a todos, funciona así: nadie puede demostrarme nada contrario a mi creencia, la ciencia es una falsedad orquestada por poderes ocultos, etc.
    Creo que esto funciona por que es lo más fácil. Cualquier niño puede creer que las estrellas están todas a la misma distancia, necesitará razonar para comprender que no es así. ¿Razonar? ¿Para qué? Si con creer alcanza y sobra.
    Si esta es la evolución, yo me quiero bajar. Y hago mía esa frase de meme "no nos extinguimos de lástima"
  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV
    editado septiembre 2022
    Es la paradoja de que el tiempo de la información masiva, globalizada, de acceso relativamente libre y gratuito, del desarrollo educativo, del progreso tecnológico y supuestamente social... esté resultando la época de la desinformación, la incultura voluntaria, la credulidad y las creencias.

    Guarda relación con el culto al yo, a la identidad (narcisismo) y el relativismo de los valores, que conducen al subjetivismo, la desconexión de la realidad, la fragmentación.

    No hay ya verdades objetivas, pretenderlo se confunde con el dogmatismo, la razón como medida está en descrédito... Las motivaciones primarias, sobre todo las emocionales, se imponen.

    Como dice Marcelo, porque es lo fácil, por pereza intelectual, porque las identificaciones simples e instintivas apelan con una contundencia que no permite el sentido crítico.

    Y está el papel de los medios de comunicación, de la cultura de masas y del ocio como agentes esenciales de una infantilización y atontamiento social crecientes. Se deseduca, se desinforma, hasta se fomenta la ignorancia.

    En lugar de evolucionar, se diría que estamos en el proceso de hacernos cada día un poco más susceptibles a la manipulación, un poco más tontos, crédulos, ignorantes, vulnerables, y en definitiva menos libres. 
  • Ariel GarcíaAriel García Gonzalo de Berceo s.XIII

    La tribu terraplanista, por agruparlos a todos, funciona así: nadie puede demostrarme nada contrario a mi creencia, la ciencia es una falsedad orquestada por poderes ocultos, etc.

    Concuerdo con tu visión, Marcelo. La tendencia a edificar argumentos sobre verdades que, según su criterio, han sido ocultadas a la mayoría (y descubiertas por un reducido grupo de perspicaces) alimenta la figura de una sociedad aún más cruel. No descarto que buena parte de estos amantes del complot combine ingenuidad y frenesí.

    Sarasvati dijo:

    Y está el papel de los medios de comunicación, de la cultura de masas y del ocio como agentes esenciales de una infantilización y atontamiento social crecientes. Se deseduca, se desinforma, hasta se fomenta la ignorancia.


    Con tu comentario, Sarasvati, he recordado otra vez a Baudrillard. Él describe a los mass media como «máquinas de producir fantasmas» que alimentan la expectativa de sus audiencias con ilusiones, construcciones gráficas y textuales tendenciosas, miedos y alertas, armados con pantallas en las que «el silencio ha sido expulsado». «Las imágenes mediáticas nunca se callan —dice—, suceden de manera continua, multiplicándose velozmente en las redes hasta desbordarse en una indiferencia que banaliza la comunicación».

    Gracias, Marcelo y Sarasvati por enriquecer el tema. Les dejo mi gratitud y saludo.


  • Marcelo_ChorenMarcelo_Choren Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    Ariel. al hilo de tu último comentario dejo una pequeña acotación que leí hace unos días: "Esta sociedad no permite el ocio".
  • A mi me parece más la época de la auto-verdades, así, en plural, es decir, cada uno define sus ideas según sus necesidades y propias preferencias. Me dices que te parece mi idea. 
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    Ariel. al hilo de tu último comentario dejo una pequeña acotación que leí hace unos días: "Esta sociedad no permite el ocio".

    "Esta sociedad no permite el ocio"

    Si Ariel y tú me lo permitís, voy a pronunciarme, opuestamente, sobre esa frase:

    Esta sociedad nos incita al odio 

    Felices Fiestas Navideñas

    Afectuosamente

    ACHL -SEVILLA


  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    Por cierto, Ariel, solicité tu libro El ángel de la ocarina a Amazon; y una de dos, o no han hecho suficientes provisiones, o se ha convertido en un best seller compulsivo



     :)
     
  • Ariel. al hilo de tu último comentario dejo una pequeña acotación que leí hace unos días: "Esta sociedad no permite el ocio".
    Yo en cambio pienso todo lo contrario, llenos de ocio tecnológico. 
  • Bueno, respecto a esto, estoy totalmente de acuerdo, pero me gustaria hacer una apunte. El ocio como forma de desinformación siempre ha existido, tan solo debemos recordar el circo romano, y perdón, por los futboleros, las grandes ligas. De hecho, no creo que el ocio sea realmente el problema, sino esa linea entre lo digital y la realidad. Recomiendo un libro, " No- cosas, quiebras del mundo del hoy " del filósofo Byung-Chul Han, interesantisimo el concepto de  la información que solo es una acumulucación  de datos y la relación con el yo y la identidad . Hace una observacion muy interesante respecto a la evolución del hombre en la actualidad; hemos pasado de ser Homo sapiens, a ser homo ocius. El valor del ocio no es lo que produce la satisfacción de realizar una actividad, con el consiguiente tiempo que requiere o paciencia para alcanzarlo, sino en el " tener formas de ocios constantes y su acumulación como forma de darnos valor". No creo que el ocio sea un problema, de hecho, lo considero necesario. El problema radica cuando se transforma en una angustia por  no cumplir las cantidades, las formas y las exigencias del mercado capitalista del ocio, que existe. Vamos, que ahora nadie puede decir que " pierde el tiempo" porque debe ser rellenado por cualquier actividad que otorgue valor al ser humano como manifestación narcisista de estatus y posicionamiento social. 
     Nuestro problema ahora radica es poder acceder a todas las formas de ocio que tenemos a nuestra disposición. En este caso, internet es el gran maestro  de esta crisis de selección, porque nos pone de manifiesto una angustia constante a la renuncia ( de lo que no podemos " ociar" , porque el tiempo es limitado y sigue siendo el mismo desde que el mundo es mundo. Digamos que la relación se invierte, ya el ocio no esta al " servicio" de nosotros sino que nosotros somos la materia prima que necesita este mercado brutal  Genera una impotencia del individuo y una falta de libertad que afecta a la esencia de cada uno. 
    Respeto a la perdida del método cientifico, si es cierto, que cualquier verdad es válida porque no deriba de datos concretos y medibles sino de subjetividades. Aqui si me gustaria apuntar ¿ no será que confundimos la terminología? Me parecio tambien interesante algo que leí hace tiempo, la diferencia entre a certeza y la verdad: la certeza es la convicción de un sujeto ( algo subjetivo) y la verdad un hecho objetivo. 
    En cuanto a los terraplanistas estos, ¿ que decir? Fantasias tenemos todos de alguna forma, pero aqui soy rotunda, internet le da altavoz a cualquier tonto. 
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