¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

Un "francés de lujo"

antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII



  • Un "francés" de lujo

    Seguramente hayas oído en infinidad de ocasiones eso de “hacer un francés”. De entrada, aporta a la práctica sexual sensualidad, exotismo. Y, sin embargo, no se trata más que de sexo oral. El que se practica a ellas (cunninlingus), a ellos (felación), o el que se proporciona una pareja mutuamente en la clásica postura del 69.

    El origen del concepto no está demasiado claro. Algunos lo atribuyen a que fueron las prostitutas francesas quienes lo pusieron de moda en tiempos modernos. Otros dicen que son los propios franceses los que llaman “beso a la francesa” a la felación.

    La explicación más sensata es la que aportaba el periodista especializado Josep Tomás en el blog “Cama redonda” de El Mundo. Decía que tradicionalmente en España se ha identificado lo francés con un erotismo fino, con una pasión intensa.

    Lo cierto es que en el país vecino se vive el sexo con mucha más libertad sexual desde antes. La estimulación vía oral de los órganos sexuales no formaba parte de los juegos de cama de una pareja hace no muchos años.

    Es más, puede que el término se comenzara a utilizar como algo despectivo, algo que generaba rechazo entre los adalides de la pureza y la castidad española en asuntos matrimoniales.

    Cómo hacer un buen francés

    El sexo oral forma parte indispensable de las prácticas sexuales de cualquier persona. Pensemos, por ejemplo, en el gran número de mujeres que asegura no tener orgasmos vaginales. La penetración formará parte del acto y será placentero, pero no tanto como aquello que realmente les haga llegar al orgasmo, como el cunnilingus. De hecho, sexólogos como el italiano Vicenzo Puppo han asegurado que el orgasmo vaginal no existe.

    Es posible que se trate de la técnica favorita de muchos hombres, pero está claro que no implica riesgo de embarazo y, para él y para ella, aumenta las posibilidades de alcanzar el ansiado orgasmo. Son muchas, por lo tanto, las ventajas del francés, y para alcanzar un resultado a la altura, te invitamos a tomar nota.

    Los preliminares

    Los juegos preliminares son fundamentales para que un encuentro sexual se salde satisfactoriamente. Si hay penetración, se puede incluir el francés entre los propios preliminares.

    Si hablamos solo de sexo oral, lo que es difícil de decir porque en el acto sexual gana la improvisación, habría que considerar otros parámetros. Determinado vestuario, por ejemplo, tiende a incitar y a aumentar el deseo sexual. En las mujeres, el vestido rojo escotado y ceñido es un clásico; en los hombres, el traje de chaqueta es de lo más masculino. Si se consideran otros registros, la sensualidad atribuida a los uniformes es indiscutible.

    Una propuesta es aprovechar la excitación de coger a la pareja desprevenida. Eso hará que la otra persona se sienta deseada, y su libido subirá como la espuma. La fogosidad se incrementa sustancialmente si se le suma el complemento de “montárselo” en un lugar poco común, como la oficina. Para quienes no quieran pasar ciertos límites, ponerse manos a la obra en la cocina cuando la otra persona está fregando los platos ya aporta ese toque espontáneo que buscamos.

    La postura ideal

    La postura ideal variará de pareja a pareja, por lo que la comunicación es muy importante. Si se trata de algo espontáneo, el hombre podría permanecer de rodillas, apoyado sobre una pared, mientras que quien va a proceder a la felación solo tendría que bajarle la bragueta. Es mejor, en todo caso, si se bajan suavemente los pantalones hasta la altura de las rodillas, como mínimo, para que entren también en juego los testículos.

    Una mujer, sin embargo, se sentirá más cómoda si está sentada. Será más fácil si lleva un vestido o falda, puesto que la otra persona solo deberá bajar sus medias (de tenerlas) y su ropa interior e introducir su cabeza bajo la prenda.

    De mutuo acuerdo, la pareja también puede elegir realizar la práctica del 69. Se han de situar en posición horizontal, tumbados uno boca arriba y otro, el que esté encima, boca abajo. Además, deberán estar al revés, es decir, con las cabezas en el lado opuesto para que se pueda llegar bien al órgano sexual del otro. Se trata de estimular de forma conjunta, dar placer mientras se recibe.

    La técnica

    Para ambos géneros, es importante escuchar lo que la otra persona dice, porque mientras a alguien le excita algo, eso mismo puede molestar a otra persona. No es preguntar cada acción, pero sí prestar atención a los sonidos cuando se está haciendo bien y cuando no.

    -Para él: para practicar una buena felación, lo mejor es combinar acciones. Vaya por delante que no se trata de chupar, de succionar. Se trata de lamer, de dar lengüetazos suaves a diferente ritmo en el glande, para ir subiendo y bajando por todo el pene. Si al hombre el gusta, también se pueden lamer los testículos de forma intermitente, sin perder de vista el glande.

    Se podría aumentar el placer si las acciones se combinan con la masturbación manual, rodeando con los dedos el pene. Moverlos mientras se lame el glande requiere de cierta destreza. Si no, se puede proceder mientras se aprovecha el momento para tomar una bocanada de aire.

    -Para ella: Si estáis desnudos por completo, ella se excitará mucho si antes de bajar, lames sus pezones mientras le toca el clítoris. A algunas les gustan incluso los mordisquitos suaves en los pezones. Procede a separar los labios menores para dar con el clítoris, ese protuberancia que está justo debajo del pubis. Se trata de lamerlo con lengüetazos largos o cortos, más o menos intensos.

    Combinar acciones también es aquí buena opción. Desde el clítoris se puede bajar a la vagina, también con la lengua, para lamer la zona que rodea su abertura e incluso introducir en ella la lengua. Si le gusta, también se pueden introducir dedos y ciertos objetos especialmente indicados como los denominados consoladores.

    Otras cuestiones a considerar

    Al margen de la técnica, que se adquiere con mucha práctica, hay que considerar otras cuestiones para tener un sexo oral seguro. Sobre todo si se hace con una persona desconocida, porque a través de él también se pueden transmitir enfermedades de transmisión sexual (ETS) como la sífilis, la gonorrea y los herpes.

    Para reducir los riesgos, se recomienda no realizar previamente ninguna actividad que pueda causa abrasión en la boca o pequeñas heridas, así que mejor optar por el enjuague bucal antes que por el hilo o el cepillo. También es aconsejable no tragar líquido pre-eyaculatorio, utilizar preservativos o barreras bucales y evitar técnicas como la garganta profunda, porque causar traumatismos en la boca.

    La higiene, por supuesto, también es fundamental. Ante pistas como un olor especialmente intenso, mejor recurrir a alternativas.

    -sigue y termina en página 2-




Comentarios

  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    • Coqueteo a la francesa

    • Lo de la seducción a la francesa tiene que ver con eso de atribuir especial sensualidad y erotismo a nuestros vecinos. En España, en cambio, ha habido demasiados corsés sociales hasta relativamente poco tiempo. De todas formas, lo de que son maestros en el arte de la seducción y en el romance es cuestión de fama internacional, no solo aquí.

      Para seducir al estilo francés hay que ser muy persuasivo. No se trata de imponer, por supuesto, sino de ser capaces de seducir a la otra persona. Para ello, hay que poder “derrotarle”, es decir, estudiar qué armas de seducción harían que la otra persona cayera rendida a tus pies. Una mirada, un gesto, una sonrisa tímida y sensual, o incluso un olor. Cualquier cosa puede sumar.

      El portal Meetic en su estudio “Amor y solter@as en Europa”, reveló a las francesas se les atribuía mayor iniciativa en materia de seducción. A ellas y, eso sí, también a las españolas. Tiene que ver con la asertividad y con la seguridad en una misma. En lo que sí resaltaban las francesas, junto a las inglesas, es en la posibilidad de irse a la cama en una cita. Y esto muestra que el coqueteo a la francesa pasa también por la liberación sexual, con el no autoimponerse límites, con desechar los prejuicios.

      La belleza y el estilo también tienen mucho que ver con este apartado, y lo cierto es que las francesas se tienen, por lo general, en alta estima. Y eso, en gran parte, es cuestión de moral, de autoestima. Después, están todos esos trucos que pueden ayudar a él y a ella: peinado, maquillaje, atuendo…

      Otras nacionalidades del sexo

      La francesa no es la única nacionalidad destacable en el mundo del sexo, que tiene toda una geografía. El griego, por ejemplo, hace referencia al coito anal, mientras que el ruso hace referencia al masaje de los órganos sociales con aceites.

      Lo que coloquialmente se ha llamado hacer una “paja a la cubana” es, en realidad, masturbación con los pechos, y se realiza con la introducción del pene erecto entre los senos para después frotar. Así se conoce en España, porque en Latinoamérica recibe otros nombres como “chaqueta rusa” o “paja rusa”.

      Menos conocidos son otros términos como el sexo polinesio, que conlleva todo un catálogo de prácticas que, al parecer, está ayudando a muchas parejas a salir de la rutina en lugares como Japón.




      LA CAJA DE MSICA 7 UN RINCONCITO PARA COMPARTIR  - Pgina 34 Fran10


      Antonio Chávez López
      Sevilla agosto 2000

Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com