Ay ese simple, un apacible y frío sonido a mi,
en la que temporada infantil - era:
todo lo que más quería,
Imaginaba espléndido...
En que el ave cantora me iluminaba los días
Y traía del otoño a la primavera,
Por toda la ciudad resonaba.
Ay, de cuándo me despedí,
Las maletas y las cajas pesaban.
Cuando volví
¡Todo feo, y vacío se encontraba!
Ninguna ave cantora trae de vuelta a tí
todo por lo que lloras.
Pero el ave bate aún sus alas, toma su rapidez y se aleja de mí...
Desde entonces, cuán lejos yace todo por lo que antes me entusiasmaba...