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Ella, él, el amor, el desamor...

antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


Ella, él, el amor, el desamor
 
Ella estaba profundamente enamorada de él, pero él no estaba enamorado ni pizca de ella.

Ella lo venía sospechando por detalles insignificantes, tan poco relevantes en realidad que no valían para convencerse del todo de que su amor no era recíproco. Tampoco era que él no la quisiese, no, no era eso; habían compartido juntos tiempo, gustos y experiencias. Pero esto no significaba que él estuviese enamorado de ella.

La cuestión es que un buen día, o un mal día, todo acabó. A ella le tocó sufrir, y a él le tocó huir de un sentimiento de culpa (en las cosas del querer, es aventurado decir cuando es un buen día o mal día para tomar este tipo de decisiones).

Y transcurrió el tiempo; y él, convencido de que todo el amargor de ella había pasado ya, se atrevió a pedirle su amistad, y ella, aferrándose al amor que todavía le profesaba, aceptó.

Pero es sabido que amistad no es lo mismo que amor, al menos no siempre, y, por supuesto, no en ellos.

Ella traducía cada mirada, cada gesto, cada palabra de él en una posibilidad de volver a estar juntos; él, simplemente, no traducía nada.

Una tarde, que nunca debió existir para él, él osó a contarle que estaba enamorado de otra mujer, y ella lo supo encajar, pero llorando por dentro y sonriendo por fuera; sin embargo, las miradas y los gestos de él la derrotaban, y por eso luchaba con todas sus fuerzas por no amarlo, por no verlo, por olvidarlo para siempre. Pero... no lo conseguía.

A cada llamada de él, que ella no pensaba responder, respondía. Cada vez que la citaba, ella, guapa y radiante aparecía, y se tragaba su orgullo, solamente por verlo, por hablarle, por estar con él…

Uno de aquellos días, llorando, le dijo que su nuevo amor lo había abandonado, pero ella, en lugar de alegrarse, le curó sus heridas y le dio lo que nunca supo darse a sí misma.

Una noche de vino, luna y clavel, él confundía la amistad. Ella quiso convencerse a sí misma de que por fin iba a “ocurrir” de nuevo. Y ocurrió. Hicieron el amor tiernamente, y salvajemente también. Más tarde, juntos, se reían de todo, como en los viejos tiempos Y durmieron abrazados el uno al otro, como hacían en un pretérito próximo.

A la mañana siguiente, ella se despertó primero, y enseguida se puso a mirar cómo dormía él. No hubiese cambiado nada, ni un miligramo de agonía por un segundo de la noche de derroches de amor de aquel día.
 
Pero el golpe definitivo, el más fuerte y final se produjo cuando ella lo escuchó musitar el nombre de la otra mujer, con una dulce sonrisa en los labios.
 
Entonces, ella, pacientemente, le cubrió el cuerpo desnudo, y, en ese momento, se prometió a sí misma no llorar nunca más por él.
 
El odio, aunque azucarado, que la invadía por la actitud de él, podía más que una posible reconciliación. Y aunque sabía que aún lo amaba, algo que por el momento no lo podía evitar, decidía que ya era hora de sacar su orgullo a relucir.

Así que cuando él despertó y ella ya había rumiado la verdadera realidad de la situación y después del intento de él de llorar en su cuello, tranquila, pero firme lo apartó y le dijo palmariamente lo que en adelante tenía que afrontar.
 
"Reaccionaste demasiado tarde, cariño Ahora tú estás empezando a enamorarte de mí, pero yo ya estoy terminando de estar enamorada de ti.



 
 
Antonio Chávez López
Sevilla enero 2003

 :(

 


Comentarios

  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV
    editado octubre 2021
    Siempre he pensado que este tipo de amistad es insostenible, porque la base desigual termina arruinando un vínculo aparentemente más sencillo.
    Hay que esperar a que no haya rescoldos; de lo contrario, el otro sufre. Y el peaje del dolor y del orgullo herido sale más caro a ambas partes.

    Un buen relato, muy bien escrito e hilvanado. Me ha gustado.

  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    Sarasvati dijo:
    Siempre he pensado que este tipo de amistad es insostenible, porque la base desigual termina arruinando un vínculo aparentemente más sencillo.
    Hay que esperar a que no haya rescoldos; de lo contrario, el otro sufre. Y el peaje del dolor y del orgullo herido sale más caro a ambas partes.

    Un buen relato, muy bien escrito e hilvanado. Me ha gustado.


    "¿Las cosas del querer?", uf, materia atravesada, que si fuese una asignatura, trabajito costaría aprobarla. En mi opinión, no solo con amor se estabiliza y prospera una relación amorosa, también son muy importantes, incluso decisivos, la amistad y el respeto.

    Gracias por leerme, y me gusta que te haya gustado.

     :)

     
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