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21 - Dioses y Monstruos

Arjona, mayo del año 2049.

Dos antagonistas de larga data finalmente se han encontrado cara a cara. Por un lado, Axtreion de Iota Polemistís, miembro del Clan de la Atlántida y patriarca de la Casa Velásquez, quien, al ver los reiterados fracasos de sus subordinados al hacer cumplir su voluntad, ha decidido tomar cartas en el asunto y hacer el trabajo él mismo, empezando por eliminar a la traidora en frente suyo, alguna vez conocida como «Juliana Velásquez de Iota», y que ha llegado al extremo de cambiar su nombre, como manifestación irrefutable de su desprecio hacia su vínculo de sangre con el nephila.

Por otro lado, está Xitlali J-30, nacida en Nicaragua y descendiente de Axtreion, quien en su anhelo por cumplir su sueño de tener una vida propia, tras la segunda oportunidad que recibió tras ser asesinada en Honduras hace más de 5 años, desertó de la Casa Velásquez, espió para la Orden del Libro Verdadero, asesinó a su familia el día de su boda, y terminó siendo acogida por la Casa Kuraikame, consolidando un cambio de lealtades que es alabado por sus actuales aliados, pero que le ha granjeado el odio eterno del Clan de la Atlántida.

—Me parece bien que hayas venido, Axtreion. Será la oportunidad perfecta para romper el último vínculo de sangre que me ata al Clan de la Atlántida —anuncia Xitlali mientras que el aura sombría que manifiesta su Magia de la Creación se hace más fuerte que nunca, retando a su enemigo a que haga el primer movimiento.

Pero, aunque él ya ha desatado su aura blanca, se toma su tiempo para iniciar el combate. Tiene otra idea en mente:

—Juliana, cuando tus padres te trajeron a mí, yo de inmediato supe que estarías destinada a cosas grandes. Viendo como destruiste a Misael, me enorgullezco de saber que no me equivoqué cuando una vez te llamé «mi mejor creación».

Xitlali levanta una ceja en señal de desconcierto. «¿Qué diablos está diciendo este maldito calvo?», son las únicas palabras que danzan en su mente.

»Sin embargo, cuando veo cómo te has mezclado con la escoria traidora de Protogión y su inmunda estirpe, ahora solo hay una palabra que puedo asociar contigo: «decepción».

—¿Decepción? —La sola palabra genera odio en Xitlali—. Yo siempre fui para vos un juguete al que podías descartar cuando quisieras. Ni siquiera mis padres quisieron apoyarme. Odia a mi tío Protogión todo lo que quieras, pero él y los Kuraikame han sido los únicos que me han tratado como una persona.

Axtreion ríe con insolencia:

—¿Y qué pretendías que hiciera? No podía dejar que tus poderes se desperdiciaran en aspiraciones estúpidas. ¿Ser científica? ¿Perder el tiempo en un laboratorio? ¡Ja! Juliana, tus estúpidos sueños no son más que basura.

Aunque no pueda exteriorizarla, la rabia empieza a apoderarse de Xitlali. Si bien su exterior de piel sintética y metal es frío e inerte, su consciencia arde como las entrañas del sol:

—Mis sueños no son estúpidos, Axtreion. Y mi nombre no es Juliana; es Xitlali.

El nephila, quien la conoce desde que era una niña, puede percibir cuando ella está molesta, y se ha dado cuenta de que llamar a su descendiente «Juliana» es el botón que desata su rabia. De hecho, la iracunda Xitlali hace más vívida su aura negra, acto que motiva a su enemigo a decir:

—Eres muy ingenua si crees que la Magia de la Creación te salvará. Te venceré, purgaré tu mente de esas ideas estúpidas y te convertiré en mi juguete favorito. ¡Y luego te enviaré a matar a esas aberraciones que haces llamar familia!

Incapaz de soportar su ira, pero sin poder exteriorizarla apropiadamente, Xitlali frunce el ceño y desaparece de su vista. Axtreion percibe su inocultable aura de odio detrás de él, y usa su guadaña de doble hoja para protegerse de las garras del pie derecho de su enemiga, quien de inmediato desata una descarga eléctrica buscando afectar al nephila. Pero…

»Eso no servirá conmigo.

Axtreion genera una ráfaga de viento, justo antes de que la electricidad entre por su cuerpo, provocando que Xitlali salga disparada muchos metros hasta estrellarse contra una casa abandonada que cae sobre ella.

Justo cuando él intenta atacarla, docenas de zombis usan sus armas láser y disparan contra él. Axtreion entonces usa su mitegia para crear una barrera mágica que lo protege de la ráfaga que proviene de todas direcciones.

Las armas láser de los zombis son HK616, rifles de asalto de fabricación alemana. A diferencia de otras armas de su tipo, usa cartuchos de mitegia con los que el arma dispara ráfagas mágicas sin importar si su usuario es hechicero o no. Considerado el equivalente mágico del AK47, se cree que fue diseñado por el propio Harkotian de Pi Idiofiyía y, al ser unos 5 centímetros más corto y más liviano que el emblemático rifle ruso, puede ser usado por cualquier persona, pero cuenta con una debilidad: al ser un arma de cartuchos, los tiradores tarde o temprano tienen que dejar de disparar para cargar y volver a atacar. Pero Axtreion olvidó un detalle:

»¿Por qué siguen disparando?

Resulta que los cartuchos del rifle alemán contienen suficiente energía como para poder disparar el arma ininterrumpidamente por alrededor de una hora. Tras un minuto de incesantes disparos, el nephila se aburre y extiende su barrera hasta formar una descarga de mitegia que destruye todo en un radio de cincuenta metros a la redonda.

Con su barrera desactivada, Axtreion intenta localizar la furiosa aura de Xitlali. No la encuentra en el suelo, así que mira al cielo y lo que ve, forma en él una expresión de sorpresa tan grande, que es digna de grabarse para la posteridad:

»Por el Emperador ¡¿Qué diablos es eso?!

¿Con ganas de saber más? Pasa por este enlace y no te quedes con las ganas: Blog de Gary D. Crowley: 21-DIOSES Y MONSTRUOS (gary-d-crowley.blogspot.com)

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