CAPÍTULO 3
Mientras se aproximaba el mediodía, Mark y Mina se encontraban sentados en su salón, cada uno en su sillón y
leyendo sus respectivos libros. De repente, unos golpes a la puerta los sacaron de la lectura.
—Tranquila, Mina —dijo pausadamente mientras se
incorporaba—, abriré yo.
Al abrir la puerta, la alegría del viejo comandante fue mayúscula.
—¡Cneo! ¡Máximus! —exclamó congran entusiasmo—. Dayana me ha contado que os conoció ayer, y estaba
deseando que os dejarais caer por aquí.
—Yo también me alegro mucho de verle, mi comandante —afirmó Cneo con un brillo de emoción en su
único ojo.
—¡Se acabaron los rangos, muchachos! Tuteadme y llamadme Mark. ¡Es una orden!
Y los tres hombres rieron. Con un gesto, les hizo pasar a su salón. Una vez los visitantes y su esposo tomaron asiento,
Mina decidió retirarse para que hablaran con más confianza.
—Has entrenado muy bien a tu hija, Mark —comentó Máximus con un tono ligeramente diferente a su frecuente
inexpresividad—. Puedes estar orgulloso.
—¡Ojalá pudiera entrenarla más! —afirmó con sincero pesar, aunque ún alegre por la visita— ¡Pero yo ya soy viejo y
a ella el trabajo le come todo el tiempo!
—Bueno, ayer redujo a Onara como si nada.
—¡A Onara le ha parado los pies varias veces! ¡Esa vieja violenta y borracha! Una noche, al volver de trabajar,
Dayana oyó a Onara en su casa golpeando y gritando a su marido. Forzó la cerradura y la noqueó —contó entre risas e
hinchando el pecho con orgullo—. Normal que ese señor tan desdichado quiera tanto a mi hija.
—¿Y pese a todo Onara sigue yendo a beber a la taberna donde trabaja Dayana? —preguntó asombrado
Máximus.
—El alcohol es lo que tiene, que borra memorias... En fin.
—¡A ella sí le has enseñado a forzar cerraduras! — exclamó Cneo divertido, fingiendo indignación.
—Dayana sería una buena espía. Como es pequeñita se la ve poco, y sabe ser sigilosa, abrir cualquier puerta y llevarse
lo que haga falta. Su punto flaco siempre ha sido la fuerza, pues una chica que mide metro y medio nunca va a ser como
vosotros...
—Pero has hecho todo lo que has podido, y es bastante fuerte para ser tan pequeña.
—¡Basta de hablar de esto! —se golpeó la rodilla con la palma de la mano— ¡Soy demasiado pesado cuando hablo de
mi hija! ¡Contadme qué ha sido de vosotros!
—¿Te acuerdas de Avril?
—¡Claro que me acuerdo, Cneo! Ibas detrás de ella siempre en la campaña de Calu y... ¡No me digas que es tu
esposa! —hizo una pausa al ver que Cneo asentía satisfecho—. ¡No pensé que lo consiguieras!
—¡Qué sincero has sido siempre, Mark!
—Y yo me casé con Claudia, la amiga de Avril —dijo Máximus.
—¿La chica rubia del lunar?
—¡Esa misma!
—¡Vaya bellezas! ¡Sois muy afortunados!
—¡Y están las dos embarazadas!
—¡Que alegría! ¿Y a qué os habéis dedicado en estos
tiempos de paz?
—Fundamentalmente hemos sido cazarrecompensas. Hemos participado en expediciones contra bandidos, piratas... En fin.
—¡Y ahora nos vamos a buscar las cinco cajas de Iramesoj III! —intervino Cneo sacando la caja de la mochila de
su compañero—. Hemos conseguido una de ellas en una campaña contra unos piratas.
—¡Vaya! —lanzó un grito de asombro— ¿Cómo sabes que esa caja es...? —preguntó señalando la caja con cierto
respeto.
—Nos lo ha dicho Gameno, mi coman... Mark. Hemos decidido que es una aventura que merece la pena. No conviene
que la gente sepa como son estas cajas, pero confiamos en ti como un padre.
—Basta, no soy de piedra —dijo emocionado.
—Partimos ahora mismo, pero antes, nos gustaría despedirnos de tu hija.
—Claro, id a tomar una última jarra antes de partir.
—Iremos ahora mismo. De todos modos hemos quedado que cada vez que consigamos una caja nueva
volveremos aquí para dejarlas en el templo.
—Pues tenéis las puertas de mi casa abiertas.
—Muchas gracias. ¡Adiós, Mark, nos alegramos mucho de verte!
Y tras este emotivo encuentro, entraron a la taberna. Dayana y Esther estaban visiblemente ocupadas, dado que a
esas horas muchos se tomaban un descanso, y les gustaba hacerlo allí. Cuando Dayana los vio, se apresuró a llegar hacia
donde estaban ellos.
—¡Hola! —dijo con una sonrisa nerviosa, tocándose la melena—. Apenas puedo parar ahora, pero os sirvo enseguida
lo que queráis.
—Más que a tomar algo, venimos a despedirnos —dijo Máximus—. Estábamos aquí de paso, pero nos alegramos
mucho de conocerte y de haber vuelto a ver a tu padre.
—¡Qué pena! —exclamó con sincera decepción—. Me hubiera gustado veros más.
—¡Seguro que volvemos! —exclamó Cneo a la vez que le daba un fuerte abrazo. El corpulento exsoldado levantó el
cuerpo de la chica y apretó tan fuerte que esta sintió que le faltaba el aire—. No puede ser que solo nos veamos esta vez.
—Pues... has... ta... otra —balbuceó Dayana sofocada—.
Cneo la volvió a dejar en el suelo, y Máximus lo fulminó con la mirada al ver como la joven, roja y visiblemente
mareada, se abanicaba con la mano derecha.
—Perdónalo, es muy bruto, pero es un buenazo.
—Lo sé —dijo con una mueca que pretendía ser una sonrisa—. Mi padre me contó cosas cuando le dije que os
conocí.
Comentarios
CAPÍTULO 4
Una vez caída la noche y cerrada la taberna, Dayana y Esther se afanaban en fregar la vajilla que se había usado ese día. De modo inesperado, alguien tocó a la puerta.
—¡Hola, soy Derek!
—¡Derek! —repitió Esther con una gran sonrisa— ¡Voy enseguida!
La joven fue corriendo a abrirle la puerta, se abrazaron y se fundieron en un beso, mientras Dayana continuaba fregando. Derek era el marido de Esther, un joven capitán que había sido destinado a Bosta, la ciudad más peligrosa del reino.
—¿Cómo ha estado mi chica? —le preguntó tras besarla, mientras mantenía sus manos sobre los costados de ella y la miraba a los ojos.
—¡Bien, pero te he echado mucho de menos! — exclamó con brillo en los ojos— ¿Tú que tal?
—Lo he pasado muy mal —adoptó un gesto sombrío—, pero al fin ya estoy aquí.
—¿Qué ha pasado?
—Estoy seco, si pudiera beber...
—¡Claro! —intervino Dayana efusiva—. ¿Que quieres tomar?
—¡Huy, hola! Perdona, no te había dicho nada —se disculpó incómodo. ¿Que tal?
—¡Tranquilo, no pasa nada! —sonrió quitándole importancia— Yo sin novedades desde que te fuiste. ¿Qué te pongo?
—Me vale con agua. Estoy cansado del viaje...
Una vez le sirvió Dayana, el joven apuró todo el líquido de un largo trago, y tras una exhalación comenzó a contar. —Bosta es la ciudad más inmunda. Las autoridades no mueven un dedo porque están compradas por los delincuentes y criminales. Por ello, los ciudadanos contratan a sicarios para que les libren de quienes les molestan, ya que nosotros no hacíamos nada para protegerlos.
—¿Tú tampoco hacías nada? —preguntó Dayana.
—Yo estaba a las órdenes de mi general, vendido entre los vendidos, que me ordenaba estar quieto mientras los del hampa le pagaban sobornos. ¡Menudo tipejo! Aparte de corrupto, estaba liado con Amalia, una ratera de mucho cuidado. Engañó a Amalia con otra chica, y dado que la ratera es brava y tiene contactos, pidió el traslado.
—¡Qué historia! —exclamó su esposa—. ¿Y vas a poder quedarte mucho aquí?
—Eso creo. Yo pedí el traslado para poder volver a mi hogar y me lo han concedido. El problema es que a mi superior también lo han trasladado aquí.
—¡Con lo bien que estábamos y nos traen gentuza! — exclamó con rabia.
—Quizá ahora esté más controlado. Fue a Bosta sin su mujer, con la excusa de que era peligroso para ella estar en semejante ciudad. Lo cual tenía fundamento, por otra parte... Ahora no ha tenido excusa y vienen los dos.
—¿Cómo se llaman? ¿Donde van a vivir?
—Se llaman Crepito Buffon y Medea. Han comprado la casa que está pegada a la ferretería. Como le sobra el dinero puede obtener lo que sea, y así se asegura de tener siempre las armas afiladas.
De repente, se oyeron unos rudos golpes.
—¡Abrid, sé que estáis! ¡Derek me ha dicho que iba a ver a su mujer aquí!
—Aquí lo tenéis —susurró Derek.
Esther se apresuró a abrir y se encaró con aquel hombre, calvo, ligeramente obeso y con expresión hostil.
—Está cerrado. Mañana te servimos encantadas.
—¿Me estás echando? —la fulminó con una mirada desafiante, cargada de rabia.
—Es solo que está cerrado.
—¿Y a Derek...?
—Derek es mi marido y no lo veía desde hacía mucho. Es normal que haga una excepción.
—Está bien —dijo con una expresión de odio—. Me voy.
Y tras decir esto, se dio la vuelta.
—¡Qué has hecho, Esther! —protestó un
apesadumbrado Derek—. No deberías desafiarlo. —¡No lo he desafiado!
—¡Para él si lo has hecho! ¡Y no conviene tener como enemigo a ese hombre!
—Chicos —intervino Dayana—. No discutáis nada más reencontraros. Vete a casa, Esther. Yo termino de limpiar lo que queda.
—Está bien. Gracias, pero otro día te devolveré el favor. Vamos, Derek.
Al irse, Dayana notó tensión en el joven matrimonio. Estaba claro que a Derek le preocupaba mucho lo que acababa de pasar.
Haciendo una leve pincelada sobre el desarrollo de este capítulo es digno de resaltar que está sobrado de imaginación.
Como tengo tiempo de sobra para completar mis respuestas, el capítulo 4ª lo comentaré más adelante.
Iramesoj
Matizando
Dije yo: "insertaré en negrilla cómo lo haría yo..."
Eso no quiere decir que esté mal del todo como lo haces tú, simplemente que me parece más correcto de la otra forma. Gracias
Un dato curioso es que mi libro también esta muy relacionado con el tema de los cuatro elementos (aunque no cuenta con ese quinto elemento de la "mente"), así que estoy expectante por ver como estos conceptos se van desarrollando, al igual que el "misterio" de las cinco cajas.
Antes de empezar a comentar mas en profundidad, me gustaría aclarar que yo soy bastante novato en esto de la escritura, así que mi comentario va a estar regido mas bien por "sensaciones", que por otra cosa. Como si fuese un lector random dejando una review, básicamente. Toda opinión es totalmente debatible y cuestionable, y no tiene que se tomada al pie de la letra. Bueno, empiezo:
Por un lado, de vez en cuando, siento que falta un poco de descripción del mundo que rodea a los personajes. Creo que dentro del genero de fantasía, el mundo pasa a ser un personaje más, un elemento que, a pesar de no participar manera activa en la novela, le agrega cierta "magia" o aire diferenciador. Entiendo que son los primeros capítulos y que, muy probablemente, esto cambie a futuro, pero es algo que no quería dejar de recalcar. Me he quedado con ganas de conocer un poquito mas sobre esa aspecto.
El ritmo que lleva la historia me pareció muy acertado. Las escenas de acción no se sienten aceleradas y las escenas que son más "calmadas", no se siente aburridas. Sin embargo, hay momentos puntuales en donde, como lector, siento que se me está revelando demasiada información de un tirón o de manera demasiado directa. Este punto va a ser mejor que lo muestre con ejemplos.
"—¡Claro que me acuerdo, Cneo! Ibas detrás de ella siempre en la campaña de Calu y... ¡No me digas que es tu esposa! —hizo una pausa al ver que Cneo asentía satisfecho—. ¡No pensé que lo consiguieras!
—¡Qué sincero has sido siempre, Mark!
—Y yo me casé con Claudia, la amiga de Avril —dijo Máximus"
"—Iremos ahora mismo. De todos modos hemos quedado que cada vez que consigamos una caja nueva volveremos aquí para dejarlas en el templo"
"Derek era el marido de Esther, un joven capitán que había sido destinado a Bosta, la ciudad más peligrosa del reino"
Todo lo demás me parece mas que positivo. Los diálogos, la singularidad de los personajes, esa sensación de que una aventura grande se está acercando, hace que la historia sea totalmente atrayente. Espero con ansias las próximas entregas!
Un saludo!
Por otro lado, aquí es cuando se empieza a ver cómo se irá desarrollando la historia, de qué va a tratar y quiénes van a ser, de momento, los protagonistas principales de la historia. Voy a estar pendiente de tus próximas entregas, ya que me gustan este tipo de historias.
PS: Me muero de ganas de ver los talentos de Dayana. Después de todo, es la protagonista de la historia.
Una pregunta Gary: ¿qué personajes te cuesta distinguir?
Te puede ayudar que tengan rasgos únicos, ya sea su forma de hablar, o algún hábito que tengan, danos algo que nos ayude a distinguirlos. Tienes talento, yo se que puedes.
A la vista de los comentarios de los demás compañeros que hasta ahora han comentado, me doy cuenta de que me he quedado en fuera de juego, con lo cual, si marcase un gol (entiéndase por gol expresarme con más hondura y básicamente sobre el argumento) no sería legal. Quiero decir dar a entender con este símil futbolístico que voy a proponerme leer la historia de Dayana desde el principio, incluido, por supuesto, lo que en su día leí y que ya hice mis comentarios al respecto. Lo otro hasta el capítulo 3 sólo lo leí de pasada, quizá sería porque ya no pertenecía a la LISTA por baja voluntaria.
Por lo tanto, Iramesoj, no tengas muy en cuenta mis impresiones acerca de adecuar los cambios de texto que he sugerido en el capítulo tercero, entre otras cosas porque no me considero un ortodoxo de la escritura; claro que me curé en salud cuando te dije: "como lo haría yo, que no quiere decir que tú lo hayas hecho mal".
Uf, el lío que me he formado para decir escribiendo un detalle que hablado se resolvería en un minuto
He cometido estos errores:
Error 1:
“Una vez le sirvió Dayana, el joven apuró todo el líquido de un largo trago, y tras una exhalación comenzó a contar. —Bosta es la ciudad más inmunda. Las autoridades no mueven un dedo porque están compradas por los delincuentes y criminales. Por ello, los ciudadanos contratan a sicarios para que les libren de quienes les molestan, ya que nosotros no hacíamos nada para protegerlos.”
Debería ser:
“Una vez le sirvió Dayana, el joven apuró todo el líquido de un largo trago, y tras una exhalación comenzó a contar.
—Bosta es la ciudad más inmunda. Las autoridades no mueven un dedo porque están compradas por los delincuentes y criminales. Por ello, los ciudadanos contratan a sicarios para que les libren de quienes les molestan, ya que nosotros no hacíamos nada para protegerlos.”
Error 2:
“—Aquí lo tenéis —susurró Derek.
Esther se apresuró a abrir y se encaró con aquel hombre, calvo, ligeramente obeso y con expresión hostil.
—Está cerrado. Mañana te servimos encantadas.”
Debería ser:
“—Aquí lo tenéis —susurró Derek.
Esther se apresuró a abrir y se encaró con aquel hombre, calvo, ligeramente obeso y con expresión hostil.
—Está cerrado. Mañana te servimos encantadas.”
Error 3:
“—¡Qué has hecho, Esther! —protestó un
apesadumbrado Derek—. No deberías desafiarlo. —¡No lo he desafiado!”
Debería ser:
“—¡Qué has hecho, Esther! —protestó un apesadumbrado Derek—. No deberías desafiarlo.
—¡No lo he desafiado!”
Lamento esos errores de formato, que han podido dificultar la comprensión lectora. Gary, sospecho que tus confusiones respecto a qué personaje habla, han sido debido a los errores 1 y 3. ¿Es así?
Es un detalle menor, pero cuanto más ayudes al lector, mejor
Creo que aquí hace falta una transición, ya que queda como muy "pegadas" las escenas, salen de la casa de Mark y ya están en la taberna.
Esto lo arreglas fácil con algo así:
"Y tras este emotivo encuentro se dirigieron a la taberna."
Bueno, eso nomás, espero que te ayude. Oye, estoy quedando atrapado en las "citas" y no sé cómo salir XD
Creo que tu lo has hecho con Máximus y Cneo, pero me parece que no con la suficiente contundencia. Esto lo tienes que hacer ni bien presentas los personajes. Pero tiene que ser algo fácil de recordar.
La cosa es sencilla, debes darles unas características especiales.
"Dante, cuyo cabello albino lo hacía resaltar en la tropa".
Si pasado un capítulo vuelves a mencionar a Dante, ayudas mucho al lector recordándole quien es:
"Dante entró a la taberna, y su pelo albino hizo que todos lo miraran".
Sé que es muy básico este recurso, pero es efectivo, y es fácil de incorporar en un capítulo ya escrito.
La cuestión es que si yo, que leí los primeros cap hace poco, no identifico alguna característica de Cneo o Máximus, posiblemente se deba a esto. Ojo, también puede ser que no estuve prestando atención, pero como escritor debes tener en cuenta que quien te pueda leer esté distraído, y es tu trabajo ayudarlo para facilitarle la lectura.
Y si para el anclaje utilizas una combinación, nada complicado:
"Dante, el de cabello albino y muy gruñón".
Tienes ya dos cosas para identificarlo y no te repites tanto.
Así que... voy a meterme con el estilo. No tengo idea de que tan útil sea eso; pero... es lo que tengo.
Resumiendo, eres demasiado directo. La escena de reencuentro en el capítulo tres, la veo como algo diseñado para hilar la información que pronto será útil en una situación animada, dónde todos se ponen medio nostalgicos a su manera y se lo pasan bien al compartir las novedades gratas... Pero no lo siento del todo.
La cosa es que no soy la persona correcta para recomendarte una mejor manera. Solo tengo teorías personales.
Por ejemplo:
—¡Se acabaron los rangos, muchachos! Tuteadme y llamadme Mark. ¡Es una orden!
Y los tres hombres rieron. Con un gesto, les hizo pasar a su salón.
Lo mismo con la parte dónde van a despedirse de Dayana y Máximo tiene que regañar a Cneo por estrujarla, aporta bastante sobre el físico Cneo, y la personalidad de ambos soldados.
¿Ves a lo que voy? Y no es porque haya más palabras en el segundo ejemplo; al contrario, incluyes mucho en un ligero intercambio, y si algo queda sin decir, es fácil omitirlo o incluso imaginárselo, según el lector.
Pero, lo curioso con el estilo, es que es dificil saber cuanto es tu estilo, cuanto es una tecnica copiada, y cuanto es un error. Y los fragmentos que te pongo de ejemplo, puedes dárselos a otras personas y te dirán lo contrario a lo que te dije. ¡Yo podría decirte otra cosa la semana que viene!
Igual te los dejo, por si te sirve para ir sacando tus propias conclusiones luego.
Veo más equilibrado el capítulo 4. Sólo que cuando llega Crepito, no hubiera quedado mal describir más como se ve enojado, no sólo soltar que lo está. De momento, uso la imaginación y a otros personajes enojados como referencia... y quizá eso es lo que quieres, que el lector asigne gestos que le son familiares; algunos quizá lo prefieran, otros lo encontrarán "simple". A mí no me afecta mucho, pero me da la impresión de que podría ser mejor.