Vivir sin razón de seguir, seguir sin razón de vivir. Todo quema a tu alrededor, tapando la herida con hielo, el cuál arde intensamente. Trozos de cristales rompiéndose en tu cara, espejos malditos y poca mierda en tu teatro sin fin. Observando una guerra interior, viendo que el enemigo vence y tú mueres. Donde yace el tiempo perdido y no hay cabida para las ilusiones. Tormentas mentales haciéndote perder el norte. Alma dañada, corazón muerto, sentimientos paralizados.
Te atraviesan espadas, y de la costumbre no sientes nada. Donde no hay compasión ni perdón, donde la vida se vuelve moribunda. Palabras desletradas y cielos sangrando bajo tus ojos. El olvido va cogiendo protagonismo y la luz se va oscureciendo. El miedo a la decepción se hace presente.
Traiciones repentinas cargadas de ansiedad. La peor, a uno mismo. Muerte en vida. Sufrimiento constante.
Eso es dolor. Quien lo probó, lo sabe.