¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

Los Zuccarelli- Capítulo 2 (parte 2)

-Señor Luzio. - le saluda la decana Bailey levantándose rápidamente.

Me quedo sorprendida por esta reacción. Primero, le ha dicho señor. Segundo, se ha levantado como si fuera un robot, como una reacción automática. Y tercero, el terror llena sus ojos. Interesada por su actitud, me levanto yo también.

-La señorita Brown ha sido muy amable conmigo cuando he tenido el placer de conocerla. - explica Grayson Luzio- Ha sido idea mía que le llevaran las maletas, no me quería quedar sin su compañía.

-Oh, ¡señorita Brown! - exclama la decana. - ¿Cómo no lo ha dicho antes? Me disculpo por las molestias causadas, señor Luzio.

-No se preocupe, Decana Bailey. Estoy seguro de que a partir de ahora tratará a la señorita Brown como si se tratara de la familia.

-Sí, señor.

-Gracias. - le dice en un tono formal antes de mirarme a mí. - Señorita Brown, le llevaré yo las maletas a su habitación, si le parece bien.

-Oh, sí, por supuesto. - acepto aún sin saber qué está pasando.

-Gracias. - me agradece él. - Me retiro para que puedan conocerse mejor. - anuncia- Decana Bailey, ¿le podría explicar a la señorita Brown sus horarios y las reglas básicas de su apartamento con todos los detalles?

-Por supuesto, señor Luzio.

-Me gustaría que también le explicara el funcionamiento del campus. Sé que habitualmente forma parte de la primera asignatura que cursan todos los estudiantes nuevos, Orientación al Campus. - me dice a mí al ver que antes he fallado al decir el nombre de la asignatura- pero la señorita Brown ya la tiene aprobada con una A+ desde partir de ese momento.

¿Qué? Y absolutamente: ¿qué? ¿Pero quién es Grayson Luzio? Igual todavía estoy en Florida y estoy soñando. Quizás esta universidad de cine ni existe. Y definitivamente tampoco es real el modelo más incomprensible del mundo.

-Sí, señor Luzio. - contesta la Decana Bailey.

-Gracias. Que tenga un buen día. - le desea antes de mirarme nuevamente- Un placer, señorita Brown.

-Igualmente. - respondo todavía muy aturdida.

Él se marcha divertido, aunque con el rostro muy serio todavía, y entonces la puerta vuelve a cerrarse con un fuerte golpe. Cuando me giro para ver la Decana Bailey, ella todavía está un poco sorprendida por la visita y le debo conceder unos minutos antes de preguntar:

- ¿Trabaja aquí?

-Empezaremos por su habitación. Queda absolutamente prohibido ...

Después elabora un perfecto discurso de normas, protocolo y más normas y más protocolo. Cuando termina y me despide entregándome la llave de mi habitación no se me escapa que no ha contestado mi pregunta.

 

Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com