Me aburro. Ayer estuve con Mari Pili, que me contó lo de la Sandi. También estuve con Fede, que me contó lo de los rezos a la virgen y lo de la batalla de Lepanto y lo de las putas negras. Mi hermano y yo, cuando estuvimos de paseo, también hablamos mucho de la profesión de maestro, que es un asquito. En casa, después de comer, salió a relucir lo de la herencia de mi padre, que se quedó sin ella por culpa de unos tíos desalmados. Se habló también de la casa de la abuela y del Valle de los Caídos y ese rollo de Franco. Luego, ya de noche, me encontré con Miguel el gitano y me metió un rollo de Hernández Gil y Camilo José Cela que era un vago y fue censor. Luego, la tumbarme en la cama, no podía dormir. Estaba excitado de tanta habladera. Me dieron las tres de la mañana. Hoy estoy como embotado y cansado pero mejor que ayer y el puto insomnio.