Un pájaro muerto,
estático
bajo las nubes de sueños volátiles.
De desordenadas plumas
en la decadencia de carencia de vuelo,
resecadas por un sol
bebiendo
agua de carne,
sediento de descomposición de vida.
Ojitos apagados,
borlas colgando de una cabeza con cuencas
deslizándose por mini abismos.
Alas calladas
en viento y cielo de olvido.
Anida en la tierra un negro canto.
Yace la altura en silencio,
el vertical ascenso, rígido
en la horizontal jaula de muerte
y una cruz, sobre la tumba,
hecha de aire estancado.
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