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Glotonería, lujuría y otros afrodisíacos

DragonDragon Lope de Vega s.XVII
editado julio 2013 en Narrativa
La glotonería es un camino recto hacia la lujuria y si se avanza un poco más, a la perdición del alma.
El sexo y la comida van tan unidos, que sería imprudente separarlos.No en vano está el dicho tan famoso que para conquistar a un hombre, primero hay que conquistar su estómago.Y a la mujer igualmente, porque seamos sinceras, ¿ quién de nosotras no se ha puesto tierna al ver a nuestro hombre en la cocina peleando entre cacerolas y sartenes, aunque después de todo su esfuerzo y una cocina por la cuál parece que han pasado los hunos, la comida no esté todo lo sabrosa que tuviera que estar?Todas.Todas nos ponemos tiernas, aunque el primer bocado de tan suculento plato extraído de la cacerola no esté todo lo tierno que tuviera que estar, nos ponemos tiernas, lánguidas, las hormonas trabajan a mil por hora y en un descuido del macho, lo llevamos a rastras hasta la cama y nos lo comemos de postre, saltandonos el primer y segundo plato.Esos, se enfrían en la mesa.

En el mercado de hoy en día, hay suculentas recetas, afrodisíacos, libros sobre erotismo, juguetes y un largo etcétera, con los cuáles, podemos sorprender a nuestra pareja sin caer en lo burdo y callejero, ( las sombras tenebrosas de Grey quedan fuera de toda cuestión ).
A mí particularmente, las recetas afrodisíacas me llaman poderosamente la atención, sobre todo los nombres de dichas recetas.
Las recetas tienen que tener productos que puedan ingerirse por vía oral sin peligro de muerte - al menos inmediata - y que además, sean sabrosas.El brócoli por lo tanto, está descartado.

El arte sensual de cocinar para la pareja y sus efectos de ejecuación amorosa como remate final, hacen de esta labor tan glotona, un placer gustativo.
Por tiempos memoriales, la humanidad , ( o más bien, la mujer ), ha recurrido a sustancias, actos de magia y juegos, que la gente seria y virtuosa se apresura en clasificar de perversiones, ( por suerte, son las menos ).Tal tarea hacemos, para estimular el deseo amoroso y la fertilidad, aunque esta última mejor la dejemos de lado, que ya hay muchos niños en el mundo.
Hay miles de conjuros y recetas para atraer al hombre y atarparlo entre los muslos lechosos.Uno que recuerde yo, es de las cortesanas griegas, que untaban antes de cada encuentro amoroso, un aceite enriquecido con violetas en sus zonas erógenas y perfumaban el aliento, que mezclado con el olor natural de la transpiración y las secreciones femeninas, aliviaba la melancolía de los viejos y sacudía sin pudor, el espíritu de los más jóvenes.

También en la antigua Gran Bretaña, la mujer se daba a la tarea de amasar harina, agua y manteca, salpicada con saliva y el resultante de la masa, lo metía entre las piernas para darle la forma y sabor de sus partes secretas para luego, hornearla y ofrecerla al objeto de su deseo.He leído en alguna parte, que en causas extremas, le añadían sangre menstrual y otros fluidos del cuerpo, fermentados en una calavera y si esta era de algún criminal muerto en el patíbulo, mejor que mejor.
También están las pócimas sobrenaturales, que están fuera del alcance de uno, como conseguir patas de koala, ojos de salamandra y orina virgen, tres especies en vías de extinción.

Para seducir al amante en ciernes, no hace falta ir en busca de lo más exótico o imposible de encontrar en cualquier supermercado normal y corriente, como la aleta de tiburón, testículos de babún o ovarios de serpiente.Si usted necesita recurrir a estos ingredientes para elevar la libido, le recomiendo encarecidamente que consulte con su psiquiatra o cambie de pareja.
Con un buen vino, un poco de queso y pan recién horneado, podemos seducirlo sin tener que investigar en pócimas extremas.

No nos podemos olvidar de la imaginación, que sin ella, no hay receta que se libre ni encuentro amoroso inolvidable.
El afrodisíaco es el puente entre la gula y la lujuria, algo perfectamente compatible y lo podemos combinar con juegos y frases, que quedan a elección del lector o lectora.
Mientras degustamos unos espárragos a la plancha con vinagreta, podemos leer un poema o relato corto erótico, aprendido de memoria para la ocasión, mirando al amante, ( intentar hacerlo sin quedar bizcas, el efecto no sería el mismo ).

Tal como hay métodos que incitan al deseo, también los hay que lo quitan y cuidado con eso.No queremos espantarlo con el mal aliento, ( enjuagarse la boca o comer unos caramelitos de lavanda o menta antes de, no viene nada mal ).
Otros antiadrodisíacos serían el resfriado, ( no estamos para tonterías con una nariz moqueante ), un hombre desnudo con calcetines o la mujer con rulos en la cabeza y mascarilla en la cara.Eso, más que levantar la libido, la baja al ver a su mujer, transformada por momentos en una alienigena, ( ellos jamás entenderán el porqué de esos rulos ni de esa mascarilla ).
Tampoco nos vale la valeriana, que sin querer, nos deja sumidas en un letargo a destiempo, las ideas se extravian y causa pasmo por tiempo indefinido.
Los baños de agua helada también están descartados.Si antiguamente se usaban para aturdir a los locos, imaginense que no hará con los cuerdos.
Tampoco vale rezar el rosario en la cama, que duerme al creyente y al enamorado.

No podemos olvidarnos del único afrodisíaco verdadero, sin estar seducido por la mente, que es el amor.Sin este elixir, ya podemos matarnos de cocinar, buscar hierbas aromáticas o instalar un trapecio en el cuarto, que si el amor no está presente, no hay nada que hacer.

Seguramente, este relato lleno de saltos, daría para mucho más, pero no quiero yo ser la causante de algún disgusto nupcial.Tan sólo he querido con estas palabras, hacer una pequeña alabanza a la lujuria y la glotonería, dos pecados capitales que deberían de estar exentos de ser pecados, pero que en esta sociedad que me ha tocado vivir, la han proclamado como tales, aunque exista una receta con nombre de seno de novicia.

Comentarios

  • IgnoriaIgnoria Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado febrero 2013
    Dragon escribió : »
    La glotonería es un camino recto hacia la lujuria y si se avanza un poco más, a la perdición del alma.
    El sexo y la comida van tan unidos, que sería imprudente separarlos.No en vano está el dicho tan famoso que para conquistar a un hombre, primero hay que conquistar su estómago.Y a la mujer igualmente, porque seamos sinceras, ¿ quién de nosotras no se ha puesto tierna al ver a nuestro hombre en la cocina peleando entre cacerolas y sartenes, aunque después de todo su esfuerzo y una cocina por la cuál parece que han pasado los hunos, la comida no esté todo lo sabrosa que tuviera que estar?Todas.Todas nos ponemos tiernas, aunque el primer bocado de tan suculento plato extraído de la cacerola no esté todo lo tierno que tuviera que estar, nos ponemos tiernas, lánguidas, las hormonas trabajan a mil por hora y en un descuido del macho, lo llevamos a rastras hasta la cama y nos lo comemos de postre, saltandonos el primer y segundo plato.Esos, se enfrían en la mesa.

    En el mercado de hoy en día, hay suculentas recetas, afrodisíacos, libros sobre erotismo, juguetes y un largo etcétera, con los cuáles, podemos sorprender a nuestra pareja sin caer en lo burdo y callejero, ( las sombras tenebrosas de Grey quedan fuera de toda cuestión ).
    A mí particularmente, las recetas afrodisíacas me llaman poderosamente la atención, sobre todo los nombres de dichas recetas.
    Las recetas tienen que tener productos que puedan ingerirse por vía oral sin peligro de muerte - al menos inmediata - y que además, sean sabrosas.El brócoli por lo tanto, está descartado.

    El arte sensual de cocinar para la pareja y sus efectos de ejecuación amorosa como remate final, hacen de esta labor tan glotona, un placer gustativo.
    Por tiempos memoriales, la humanidad , ( o más bien, la mujer ), ha recurrido a sustancias, actos de magia y juegos, que la gente seria y virtuosa se apresura en clasificar de perversiones, ( por suerte, son las menos ).Tal tarea hacemos, para estimular el deseo amoroso y la fertilidad, aunque esta última mejor la dejemos de lado, que ya hay muchos niños en el mundo.
    Hay miles de conjuros y recetas para atraer al hombre y atarparlo entre los muslos lechosos.Uno que recuerde yo, es de las cortesanas griegas, que untaban antes de cada encuentro amoroso, un aceite enriquecido con violetas en sus zonas erógenas y perfumaban el aliento, que mezclado con el olor natural de la transpiración y las secreciones femeninas, aliviaba la melancolía de los viejos y sacudía sin pudor, el espíritu de los más jóvenes.

    También en la antigua Gran Bretaña, la mujer se daba a la tarea de amasar harina, agua y manteca, salpicada con saliva y el resultante de la masa, lo metía entre las piernas para darle la forma y sabor de sus partes secretas para luego, hornearla y ofrecerla al objeto de su deseo.He leído en alguna parte, que en causas extremas, le añadían sangre menstrual y otros fluidos del cuerpo, fermentados en una calavera y si esta era de algún criminal muerto en el patíbulo, mejor que mejor.
    También están las pócimas sobrenaturales, que están fuera del alcance de uno, como conseguir patas de koala, ojos de salamandra y orina virgen, tres especies en vías de extinción.

    Para seducir al amante en ciernes, no hace falta ir en busca de lo más exótico o imposible de encontrar en cualquier supermercado normal y corriente, como la aleta de tiburón, testículos de babún o ovarios de serpiente.Si usted necesita recurrir a estos ingredientes para elevar la libido, le recomiendo encarecidamente que consulte con su psiquiatra o cambie de pareja.
    Con un buen vino, un poco de queso y pan recién horneado, podemos seducirlo sin tener que investigar en pócimas extremas.

    No nos podemos olvidar de la imaginación, que sin ella, no hay receta que se libre ni encuentro amoroso inolvidable.
    El afrodisíaco es el puente entre la gula y la lujuria, algo perfectamente compatible y lo podemos combinar con juegos y frases, que quedan a elección del lector o lectora.
    Mientras degustamos unos espárragos a la plancha con vinagreta, podemos leer un poema o relato corto erótico, aprendido de memoria para la ocasión, mirando al amante, ( intentar hacerlo sin quedar bizcas, el efecto no sería el mismo ).

    Tal como hay métodos que incitan al deseo, también los hay que lo quitan y cuidado con eso.No queremos espantarlo con el mal aliento, ( enjuagarse la boca o comer unos caramelitos de lavanda o menta antes de, no viene nada mal ).
    Otros antiadrodisíacos serían el resfriado, ( no estamos para tonterías con una nariz moqueante ), un hombre desnudo con calcetines o la mujer con rulos en la cabeza y mascarilla en la cara.Eso, más que levantar la libido, la baja al ver a su mujer, transformada por momentos en una alienigena, ( ellos jamás entenderán el porqué de esos rulos ni de esa mascarilla ).
    Tampoco nos vale la valeriana, que sin querer, nos deja sumidas en un letargo a destiempo, las ideas se extravian y causa pasmo por tiempo indefinido.
    Los baños de agua helada también están descartados.Si antiguamente se usaban para aturdir a los locos, imaginense que no hará con los cuerdos.
    Tampoco vale rezar el rosario en la cama, que duerme al creyente y al enamorado.

    No podemos olvidarnos del único afrodisíaco verdadero, sin estar seducido por la mente, que es el amor.Sin este elixir, ya podemos matarnos de cocinar, buscar hierbas aromáticas o instalar un trapecio en el cuarto, que si el amor no está presente, no hay nada que hacer.

    Seguramente, este relato lleno de saltos, daría para mucho más, pero no quiero yo ser la causante de algún disgusto nupcial.Tan sólo he querido con estas palabras, hacer una pequeña alabanza a la lujuria y la glotonería, dos pecados capitales que deberían de estar exentos de ser pecados, pero que en esta sociedad que me ha tocado vivir, la han proclamado como tales, aunque exista una receta con nombre de seno de novicia.

    Dragón, pero extiéndete, que a mí me ha gustado el tema que tratas!
    No hace mucho leía un relato en el que los polos ( hechos en cubiteras ) de semen de caballero eran los protagonistas de dicho relato lujurioso. No me preguntes más que soy muy pava para escribir sobre sexo y además que yo soy más de Frigodedo, jajaja. Por cierto, qué bien has escrito eso de "aliviar la melanconlía de los viejos"!
    Un abrazo.
  • Sandra PantocratorSandra Pantocrator Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado febrero 2013
    Oh! Me ha sorprendido sobremanera! Es un texto me ha levantado un monton de pequeñas sonrisas y desde luego, mucha curiosidad. Es un texto instructivo, juguetón y con una interesante dosis de humor.

    Mis respetos :3
  • Alejandro DumasAlejandro Dumas Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado febrero 2013
    La lujuria es el primer pecado capital, y la gula es el segundo, y ello no es casual. Yo añadiría el cuarto que es la pereza. ¿Quién no disfruta de regodearse con su amante tras una buena comida y un buen revolcón? ¿Quién no ha disfrutado del antes, el durante y el después de una buena siesta? Sin duda un servidor está condenado al fuego fatuo del averno. Ni tengo remedio, ni la más mínima intención de ello, y siempre que pueda gozaré de estos tres pecados capitales hasta la extenuación.

    Por otro lado, los otros cuatro no me interesan nada, lease: avaricia, ira, envidia y soberbia. Puede que el ser tan antipecador con este cuarteto de posibilidades, como asiduo lo soy al terceto anterior equilibre las fuerzas y me libre del infierno. Aunque pensandolo bien: ¿Qué haría un tipo como yo en el cielo?

    Gran reflexión Dragón. Y muy bien llevada. ¡Enhorabuena!
  • DragonDragon Lope de Vega s.XVII
    editado marzo 2013
    Gracias a los tres por responder.

    Ignoria, reina, hasta con el Frigodedo se pueden hacer virguerías.
    Sandra, me alegra que te sorprendiera y te levantar pequeñas sonrisas, que el sexo, sin sonrisas, no es nada.
    Alejandro, como no, tu por aquí, jejeje.
    Los pecados están expresamente impresos en algún papel y dictaminados por algún aburrido para eso mismo, para pecar y seguir pecando.
    Al cielo solo se vá por fugaces momentos y crees llegar incluso a ver las estrellas, ( que melosa me he puesto, pero me lo ha puesto a huevo ).
    Yo tampoco sé que haría una tipa como yo en ese cielo tan celestial.
  • Gracia GabrielGracia Gabriel Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado marzo 2013
    Dragon escribió : »
    La glotonería es un camino recto hacia la lujuria y si se avanza un poco más, a la perdición del alma.
    El sexo y la comida van tan unidos, que sería imprudente separarlos.No en vano está el dicho tan famoso que para conquistar a un hombre, primero hay que conquistar su estómago.Y a la mujer igualmente, porque seamos sinceras, ¿ quién de nosotras no se ha puesto tierna al ver a nuestro hombre en la cocina peleando entre cacerolas y sartenes, aunque después de todo su esfuerzo y una cocina por la cuál parece que han pasado los hunos, la comida no esté todo lo sabrosa que tuviera que estar?Todas.Todas nos ponemos tiernas, aunque el primer bocado de tan suculento plato extraído de la cacerola no esté todo lo tierno que tuviera que estar, nos ponemos tiernas, lánguidas, las hormonas trabajan a mil por hora y en un descuido del macho, lo llevamos a rastras hasta la cama y nos lo comemos de postre, saltandonos el primer y segundo plato.Esos, se enfrían en la mesa.





    En el mercado de hoy en día, hay suculentas recetas, afrodisíacos, libros sobre erotismo, juguetes y un largo etcétera, con los cuáles, podemos sorprender a nuestra pareja sin caer en lo burdo y callejero, ( las sombras tenebrosas de Grey quedan fuera de toda cuestión ).
    A mí particularmente, las recetas afrodisíacas me llaman poderosamente la atención, sobre todo los nombres de dichas recetas.
    Las recetas tienen que tener productos que puedan ingerirse por vía oral sin peligro de muerte - al menos inmediata - y que además, sean sabrosas.El brócoli por lo tanto, está descartado.

    El arte sensual de cocinar para la pareja y sus efectos de ejecuación amorosa como remate final, hacen de esta labor tan glotona, un placer gustativo.
    Por tiempos memoriales, la humanidad , ( o más bien, la mujer ), ha recurrido a sustancias, actos de magia y juegos, que la gente seria y virtuosa se apresura en clasificar de perversiones, ( por suerte, son las menos ).Tal tarea hacemos, para estimular el deseo amoroso y la fertilidad, aunque esta última mejor la dejemos de lado, que ya hay muchos niños en el mundo.
    Hay miles de conjuros y recetas para atraer al hombre y atarparlo entre los muslos lechosos.Uno que recuerde yo, es de las cortesanas griegas, que untaban antes de cada encuentro amoroso, un aceite enriquecido con violetas en sus zonas erógenas y perfumaban el aliento, que mezclado con el olor natural de la transpiración y las secreciones femeninas, aliviaba la melancolía de los viejos y sacudía sin pudor, el espíritu de los más jóvenes.

    También en la antigua Gran Bretaña, la mujer se daba a la tarea de amasar harina, agua y manteca, salpicada con saliva y el resultante de la masa, lo metía entre las piernas para darle la forma y sabor de sus partes secretas para luego, hornearla y ofrecerla al objeto de su deseo.He leído en alguna parte, que en causas extremas, le añadían sangre menstrual y otros fluidos del cuerpo, fermentados en una calavera y si esta era de algún criminal muerto en el patíbulo, mejor que mejor.
    También están las pócimas sobrenaturales, que están fuera del alcance de uno, como conseguir patas de koala, ojos de salamandra y orina virgen, tres especies en vías de extinción.

    Para seducir al amante en ciernes, no hace falta ir en busca de lo más exótico o imposible de encontrar en cualquier supermercado normal y corriente, como la aleta de tiburón, testículos de babún o ovarios de serpiente.Si usted necesita recurrir a estos ingredientes para elevar la libido, le recomiendo encarecidamente que consulte con su psiquiatra o cambie de pareja.
    Con un buen vino, un poco de queso y pan recién horneado, podemos seducirlo sin tener que investigar en pócimas extremas.

    No nos podemos olvidar de la imaginación, que sin ella, no hay receta que se libre ni encuentro amoroso inolvidable.
    El afrodisíaco es el puente entre la gula y la lujuria, algo perfectamente compatible y lo podemos combinar con juegos y frases, que quedan a elección del lector o lectora.
    Mientras degustamos unos espárragos a la plancha con vinagreta, podemos leer un poema o relato corto erótico, aprendido de memoria para la ocasión, mirando al amante, ( intentar hacerlo sin quedar bizcas, el efecto no sería el mismo ).

    Tal como hay métodos que incitan al deseo, también los hay que lo quitan y cuidado con eso.No queremos espantarlo con el mal aliento, ( enjuagarse la boca o comer unos caramelitos de lavanda o menta antes de, no viene nada mal ).
    Otros antiadrodisíacos serían el resfriado, ( no estamos para tonterías con una nariz moqueante ), un hombre desnudo con calcetines o la mujer con rulos en la cabeza y mascarilla en la cara.Eso, más que levantar la libido, la baja al ver a su mujer, transformada por momentos en una alienigena, ( ellos jamás entenderán el porqué de esos rulos ni de esa mascarilla ).
    Tampoco nos vale la valeriana, que sin querer, nos deja sumidas en un letargo a destiempo, las ideas se extravian y causa pasmo por tiempo indefinido.
    Los baños de agua helada también están descartados.Si antiguamente se usaban para aturdir a los locos, imaginense que no hará con los cuerdos.
    Tampoco vale rezar el rosario en la cama, que duerme al creyente y al enamorado.

    No podemos olvidarnos del único afrodisíaco verdadero, sin estar seducido por la mente, que es el amor.Sin este elixir, ya podemos matarnos de cocinar, buscar hierbas aromáticas o instalar un trapecio en el cuarto, que si el amor no está presente, no hay nada que hacer.

    Seguramente, este relato lleno de saltos, daría para mucho más, pero no quiero yo ser la causante de algún disgusto nupcial.Tan sólo he querido con estas palabras, hacer una pequeña alabanza a la lujuria y la glotonería, dos pecados capitales que deberían de estar exentos de ser pecados, pero que en esta sociedad que me ha tocado vivir, la han proclamado como tales, aunque exista una receta con nombre de seno de novicia.

    Dragón,
    ¡cuánto y cómo me he reído leyendo texto y los comentarios de después!
    Con el "frigodeo" me chorreaban las lágrimas en regueritos de rimmel y eyelinner...Se nos nota la vena meridional por "tos los laos".
    Después de leerte, valoro aún más tu apoyo hacia mis escritos en "Microrrelatos". Me he venido aquí, con vosotros pues un pajarito me ha dicho que me lo pasaré muy bien.
    Que disfrutes de la S. Santa. No sé si verás este año al Cautivo, o eres de las que huyen de los tambores y de las cornetas.
    Saludos,
    Gracia
  • DragonDragon Lope de Vega s.XVII
    editado marzo 2013
    Me alegro que te haya gustado y que encima, te haya hecho reír con el relato.
    La risa es muy importante en la vida:nos salen arrugas, nos ahogamos con ella, disfrutamos de una buena carcajada y hay algunas cosillas más.

    En cuánto al Cautivo y con todos los respetos hacia él, más bien es la criaturica la que huye de mí.
    Me toca trabajar ( nadie se lleva el bocadillo de calamares para ver los tronos;todo el mundo se saca las moneíllas de debajo del colchón ahumao y comen en restaurantes en honor de la virgen de turno ).

    Aquí entraría de nuevo la lujuria y la glotonería, que no siendo yo para nada perversa ni teniendo imaginación, me daría para otro tanto de escritura.
  • EduArdoREduArdoR San juan de la Cruz XVI
    editado marzo 2013
    Me ha gustado mucho. He disfrutado leyendo. Me encanta como escribes, Dragón :) Enhorabuena ;)

    La verdad es que después de leer esto cualquiera se fía si alguien lo invita a comer :D No he visto nunca el comer como algo erótico, pero imagino que no dejará de ser un fetichismo más :D
  • Gracia GabrielGracia Gabriel Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado marzo 2013
    ¡¡¡Vuelvo a reírme!!!
    Eres genial, Dragón.
    Me parece que "No es tan fiero el.... Dragón como lo pintan".


    ¡Cómo disfruto en este Foro, madre- mía-de- mi- vida!!!!!!!
  • DragonDragon Lope de Vega s.XVII
    editado marzo 2013
    Edu, rey moro mío, ¿ nunca al comer una ostra o mejillón te han entrado ideas estrañas, más allá de tragar dicho molusco ?Ay, ay, ay.....
    La próxima vez que te inviten a comer, ( dependiendo de quién te invite, di tú que te invita la mujer del jefe o el marido del jefe, que también se puede dar el caso y ahí, tenemos un problema ), al acercar el tenedor a la boca e introduzcas ese delicioso bocado que con tanto esmero nos han preparado, ( esto no lo hagas si la que te ha preparado la comida ha sido tu madre;no se puede tener ideas libidinosoas con la que nos ha parido ), dejatete llevar y piensa que eres un sultán rodeado de bellisimas mujeres tapadas con velos y estás, cuál Nerón en sus mejores momentos, agasajado por varios cojines de multicolores.....lo demás te lo dejo a ti, que tó masticao no puede ser hijo mío.
    ¿ Es que nunca has visto Nueve semanas y media o El último tango en París ?
  • EduArdoREduArdoR San juan de la Cruz XVI
    editado marzo 2013
    No, no he visto ninguna de esas dos ¿películas? :confused:

    Y tampoco he tenido esas ideas extrañas al comer moluscos :D ¿Debería de haberlas tenido? :p Pero hay que ver como está el comedor, voy a poner cuidado cuando coma en casa ajena :o :D
  • DragonDragon Lope de Vega s.XVII
    editado marzo 2013
    Si, son películas y mientras las ves, come un Frigodedo, que nunca está de más.
  • EduArdoREduArdoR San juan de la Cruz XVI
    editado marzo 2013
    Dragon escribió : »
    Si, son películas y mientras las ves, come un Frigodedo, que nunca está de más.

    El cine no es mi fuerte, Dragón, :( La lectura sí. ¿Hay algún libro para leer con un frigodedo? :rolleyes:
  • DragonDragon Lope de Vega s.XVII
    editado marzo 2013
    Una lástima que no te guste mucho el cine.
    La escena de la mantequilla en el Último tango en París es muy instructiva.

    En cuánto a literatura erótica, pues tenemos a Giovanni Bocaccio y su " Decamerón ", proezas de monjes y monjas y sus crucifijos.
    Otro memorable, Sade y de él puedes leer " Justine " o " Filosofía en el tocador ", ( no apto para corazones sensibles ).
    Otro, Pierre Brantone y " Vida de las mujeres galantes ".
    No te olvides del Frigodedo, :D:D:D.
  • EduArdoREduArdoR San juan de la Cruz XVI
    editado marzo 2013
    jajajaja ¡Gracias, Dragón! :) Tomo seria nota :p Apuntados están ;)
  • LindaukaLindauka Pedro Abad s.XII
    editado abril 2013
    Artisticamente adecuado :P me gusta el texto y me gusta la cocina. Reconozco que también a mi se me conquista bien por el estomago. Viva los pecados capitales

    tras leer el texto, debo confesar que no se si en un futuro me cuidaré mas de quien entra en la cocina y de cuanto tiempo pasa a solas. Dado que no hay huevas de serpiente en el mercadona, espero estar a salvo de eso, pero al respecto de la sangre menstrual, seguro que con las lentejas....


    PD: obligatoriedad de revisión psiquiátrica para cocineros/as
  • SuinaSuina Garcilaso de la Vega XVI
    editado julio 2013
    Pues de acuerdo en todo.
    Es usted un señor que sabe comer, sonreir, folgar y jugar.
    Y además sabe contarlo.
  • DragonDragon Lope de Vega s.XVII
    editado julio 2013
    Suina, corazón, está bien del trato correcto del " señor ", " señora", etc, etc, que a mi parecer, me eleva a tiempos feudales, pero no, no soy señor con sombrero de copa ni llevo bastón en la mano para espantar a los incuatos que se atreven a cruzarse en mi camino.
    Soy chica o eso era hasta hace cinco minutos.Voy a revisarme, por si algo ha cambiado en estos últimos instantes.
    De todos modos, gracias por comentar mis pequeños desvaríos culinarios y no tan culinarios.
  • SuinaSuina Garcilaso de la Vega XVI
    editado julio 2013
    jajjaa vaaale, muy bien, chica - señora, ya te acostumbrarás a mis multiples despistes si seguimos por aquí.
  • ZeildouxZeildoux Juan Boscán s.XVI
    editado julio 2013
    Cuantos más años cumplo, más puritano me vuelvo. No llego a la treintena y todo lo que tenga que ver con "sexo" me sonroja y a la vez disgusta. Desde luego no es país para gente como yo :D De todas maneras un texto muy a tu estilo. Felicidades.
  • DragonDragon Lope de Vega s.XVII
    editado julio 2013
    Vaya, vaya, vaya....¿ el "sexo" le sonroja y le disgusta, señor Zeidoulx ?Eso no es propio de alguien que desborda fantasía para escribir un libro.Es usted algo controvertido:puritano y a la vez, tatuado y defensor de los oprimidos.
    En todo caso, gracias por el comentario sobre el relato.
  • ZeildouxZeildoux Juan Boscán s.XVI
    editado julio 2013
    No hay nada que agradecer, sólo pago mi tributo foril a "aquella que no debe ser nombrada" :p

    Mi relación actual con el sexo es un tanto extraña. De "mozo" era muy Casanova, prefería los encuentros furtivos a los amores eternos, sólo me ataba de palabra, nunca de acto sincero y desinteresado, pero ahora... ay ahora. No soy la sombra de lo que antes fui. Me he convertido en un "modoso", al que le sonrojan cosas que antes le harían bostezar. En definitiva, no hay quien me comprenda :confused::confused:
  • DragonDragon Lope de Vega s.XVII
    editado julio 2013
    De mozos, tod@s preferimos los encuentros furtivos a las palabras eternas, salvo excepciones que no vienen al caso.

    No sabía yo que se pagaba tributos en un foro.Una vez más, voy en contra de la ley y por curiosidad, ¿ quién es aquella que no debe ser nombrada ?Tal vez el vodka no haga sobre mí, el mismo efecto que sobre vuestramerced, pero a estas horas de la madrugada, la cerveza si ha hecho algunos estragos en mi subconsciente y no lo he pillado.
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