Ella está hecha a semejanza de las cosas que amo. Se parece a la noche, o mejor: a una noche sin ausencias.
Me encanta como empieza.
Sueles dejar unos poemas con imagenes reconfortantes.
Permiteme algunas notas fuera de tono.. ese lado oscuro de la poesía que me atrapa.
He aquí que tú estás sola y que estoy solo... He aquí que tú estás sola y que estoy solo.
Haces tus cosas diariamente y piensas
y yo pienso y recuerdo y estoy solo.
A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio.
Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,
se me caerá la carne trozo a trozo.
Esto es lejía y muerte.
El corrosivo estar, el malestar
muriendo es nuestra muerte.
Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado
quién eres, dónde estás, cómo te llamas.
Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,
una mitad apenas, sólo un brazo.
Te recuerdo en mi boca y en mis manos.
Con mi lengua y mis ojos y mis manos
te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne,
a siembra , a flor, hueles a amor, a ti,
hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí.
En mis labios te sé, te reconozco,
y giras y eres y miras incansable
y toda tú me suenas
dentro del corazón como mi sangre.
Te digo que estoy solo y que me faltas.
Nos faltamos, amor, y nos morimos
y nada haremos ya sino morirnos.
Esto lo sé, amor, esto sabemos.
Hoy y mañana, así, y cuando estemos
en nuestros brazos simples y cansados,
me faltarás, amor, nos faltaremos.
(...) ¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas? ¿Y quién no posee un fuego, una muerte, un miedo, algo horrible, aunque fuere con plumas, aunque fuere con sonrisas? (...)
Necesito chica que sepa planchar mis labios con los suyos y tender su ropa eternamente junto a la mía y quitar las manchas de mi corazón con su mirada; yo pondré la mesa y la caricia en su ramo de lunas y trataré de andar muy despacio cuando ella no tenga prisa.
A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio.
Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,
se me caerá la carne trozo a trozo.
Esto es lejía y muerte.
El corrosivo estar, el malestar
muriendo es nuestra muerte.
Quizá dudo con más frecuencia que antes. Quizá entiendo de otro modo los conceptos de piedad y compasión que cuando me exaltaba Nietzsche con dieciséis años. Quizá te necesito.
Jorge Riechmann
Le falta algo a éste hilo,.... ¿no te parece, pepeto?
No sé, no doy con ello,... pero hay algo......
Un abrazo
Con ternura, con paz, con inocencia, con una blanda tristeza o el cansancio que viene a ser un perro fiel que acariciamos, estoy sentado en mi sillón y soy feliz, y soy feliz porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.
Con una fatiga que no es un desengaño, con un gozo que no alienta esperanzas, estoy en mi sillón, y estoy en algo que quizás sólo es amor.
Sé que floto y nada me parece sin embargo indiferente; sé que nada me alegra ni me duele y que sin embargo todo me enternece; sé que eso es el amor, o que quizá solamente es un dulce cansancio; sé que soy feliz porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.
Ausencia llamaré al murmullo del mar sobre tu cuerpo, al cielo gris, a la golondrina que busca tu pecho cada tarde, a tu silencio cansado de morir en las esquinas del mundo. Ausencia llamaré a las manos de tu voz quebrando el aire en busca de las alas de mi voz que a ti te llaman. Ausencia llamaré a tus labios que rozan los cristales del tiempo para clavar en mis ojos melodías de sangre.
A veces soy la voz del otro lado del teléfono, a veces un aliento, una ciudad enorme donde te encuentro a veces, por supuesto una fecha, un saludo que cruza el cielo velozmente, dos ojos que te miran, un café que te espera después de la llovizna, una fotografía, una mano en tu mano, desesperadamente una canción, etcétera.
Y siempre o casi siempre, nomás ése silencio, donde solés colgar tus prendas íntimas.
No te salves No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Te decía en la carta, que juntar cuatro versos no era tener el pasaporte a la felicidad timbrado en el bolsillo, y otras cosas más o menos serias, como dándote a entender que desde antiguamente soy tu cómplice; cuando bajas a los arsenales de la noche y pones toda tu alma y la respiración perfectamente controlada. Por mantener en pie tus rebeliones, tus milicias secretas a costa de ese tiempo perdido en comerte las uñas, en mantener a raya tus palpitaciones, en golpearte el pecho por los malos sueños, y no sé cuántas cosas más que, francamente, te gastan la salud cuando en el fondo sabes que estoy contigo aunque no te vea, ni tome desayuno en tu mesa, ni mi cabeza amanezca en tu pecho como un niño con frío, y eso no necesita escribirse.
Gonzalo Rojas.
"Te decía en la carta, que juntar cuatro versos no era tener el pasaporte a la felicidad ..."
"Un desconocido es mi amigo, uno a quien no conozco. Un desconocido lejano, lejano; por él mi corazón está lleno de nostalgia. Porque él no está cerca de mí. ¿Quizá porque no existe? ¿Quién eres tú que llenas mi corazón de tu ausencia, que llenas toda la tierra de tu ausencia? "
Es difícil decirlo, lo sé con la certeza de un puño que se rompe, del gesto torrencial que une ciertas estrellas.
Quiero saber por qué a pesar de todo hay ritmos que se agotan, en qué consiste el agua, la delgadez del mundo y el peso del plomo, o por qué las palabras se han quedado colgando sonámbulas, inútiles, aisladas y perfectas. Es difícil decirlo sin morderse por dentro la sonrisa, sin necesitar la absoluta densidad del cielo. Sin pedir a gritos un horizonte de agua que nos transmita dulcemente.
A veces extenderse es tan sólo tocar un mundo que no arde, o un conjunto de dioses que interpretan su música de vidrio sonando eternamente a girasol y a piedra. Tu explosión necesaria, tu pulso original es un acantilado de ternura, un punto de partida donde volver a hundirse hacia tu brevedad de mujer de gato. Porque es inevitable referirte una vez más al agua, a la perfecta serenidad de tus manos abiertas, al geométrico crepúsculo de tus dedos transparentes.
Mujer de arcilla y agua, planeta desnudísimo. Lo demás sólo es cielo. Déjame hablar, hundir las lanzas largas de la noche, ser una arquitectura de ceniza. Lo demás sólo es cielo, es inútil el mar contra las cosas, la sal contra las cosas. En las tardes, inevitablemente nos perdemos de tanto perseguir las longitudes, de tanto juntar barro con el barro. No te rompas. Defiende tus espacios, despedaza tu sangre por la tierra. No hay más que cielo detrás de las batallas. También la luz a veces se parte como un hueso.
La Bilis Negra De qué parte, de qué penumbra nació tu mano, de qué asilo se largó, para venir justo aquí a esta luz diminuta, al rayo de la tierra atravesada a pedir unos versos, por un paisaje, por nada. Alfredo Jaramillo
QUIZÁ DUDO Quizá dudo con más frecuencia que antes. Quizá entiendo de otro modo los conceptos de piedad y compasión que cuando me exaltaba Nietzsche con dieciséis años. Quizá te necesito. Jorge Riechmann
Ni muy feliz, ni triste. Como tantas, parecerá insensible a cuanto pueda ocurrir a su lado. Cada día andará iguales calles y las mismas sombras la mirarán pasar. No habrá ninguno capaz de distinguirla de las otras, así, a primera vista. Cada día se va muriendo un poco (no comulga con esa triste rueda de molino de la moderna mística; el trabajo, rutinario y vulgar —bien lo comprende— la embrutece y anula). Y qué remedio queda. Y qué remedio. Pero yo sé que guarda intacta esa frescura y delicada del corazón ardiente y una innata, joven curiosidad. Estará sola, como solos están los que, de un modo u otro, son acaso diferentes. Y no sospechará que hubo una tarde en la que fue dictándome un poema.
Ámame anarquista
frenéticamente
mientras desato y suelto
el pañuelo que sujeta
tu cabello
y libero a tu pecho
ya sin freno
ya sin sentido
siempre hacia la frontera
roja y negra
y violeta
ámame hacia la izquierda
cara a cara
hacia la noche
hacia ti
siempre hacia ti misma
Ámame anarquista
mismo contra mí mismo.
Cómo me hubiera gustado estar en la cama con Walt Whitman, beber en las cantinas de Malcom Lowry o “Bajo el Volcán”. Procesar a mi manera a Franz Kafka. Observar sigilosa y detenidamente a Francis Bacon. Estar con Salvador Dalí en una tarde de toros y tocarle el trasero mientras pensara en Gala o en Federico García Lorca.
Cantarle a Pablo Neruda mis poemas de amor y otras canciones desesperadas, repetirle “De Profundis” con todos mis secretos sexuales a Oscar Wilde y a su amante maldito. Cómo quisiera estarme riendo junto a Baudelaire con mis quince años en su cama. Tal vez me hubiera gustado cogerme a Hitler, a Calígula a Napoleón, a vos y a otros hijos de la gran _puta. Filmar con Pier Paolo Passolini un Decamerón diferente.
Estar acariciando y besando a Rabindranah Tagore. Hablar de amor con Juan Ramón Molina. Condenar sin clemencia a los Jesuitas Pederastas. Echarle en cara a Marlon Brando, el no haberme conocido. Perseguir a Felipe Buchard, a Ezequiel Padilla y a Simón, de cantina en cantina de barrio en barrio de santuario en santuario. Conspirar con la sangre latina de Gabriel García Márquez.
Desamar a un mílite como Fernando. Respetar a las mujeres de 1+1 mas no a todas - como dice María Ester con la venia de Leslie – Enojarme con Ramón Matta por no haberme invitado nunca a un pase. Quisiera mentarle la madre a tu padre, a Nietzsche, a Gorky, y a Simone de Beauvoir. Respetar aún a Marx, a Lenin, a la lucha de clases. Y reírme de los comunistas criollos pese a la Perestroika.
No comprender nunca las debilidades de Woody Allen Cortarle un huevo a Van Gogh y no la otra oreja. Romper a llorar, escribir mierdas bailar mambo, salsa y más salsa y jugar con muñecas aún siendo abuela. Pedirle perdón a mi mejor amiga, a Monseñor Santos y a otros Rodríguez, volver a ser buena, cursi y pendeja. Seguir soñando, amando y fornicando y contar chistes hasta llegar a la hilaridad. Volar y volar muy lejos hasta encontrar a ese todopoderoso que me hizo a su imagen y a su todo. Amén.
Pido la palabra previa. Quiero decir -¡y que de una vez se sepa! - que yo soy Yo, que soy el Centro, y el Árbitro.
Que todos vosotros, todos, -dandose bIen las cosas- sois mis coterráneos: parientes, vecinos, acreedores míos, prójimos míos propiamente dicho; que todos los demás, todos, buenos y malos -amarillos y negros, antípodas, gitanos- son, todo lo más, y ya es mucho, mis contemporáneos.
Sabed que: cuando os veo, de hecho os suscito, os resucito; y al pensaros os doy una esperanza.
Pero si os he perdido de vista, mientras os olvido u os ignoro, dormís el sueño de los justos, como suele decirse. No pasáis de potencias en la acepci6n más triste del vocablo.
Ya lo sé. Muchos esperáis con impaciencia el día de cantarme el responso. No os embaléis, por favor. En el mejor de los casos, cuando yo muera, todos, todos, buenos o malos, no seréis más que mis sobrevivientes.
Comentarios
1
Soy un hombre herido.
Y yo quisiera irme
y llegar finalmente,
piedad, a donde se escucha
al hombre que está sólo consigo.
No tengo más que soberbia y bondad.
Y me siento exilado en medio de los hombres.
Mas por ellos estoy en pena.
¿No sería digno de volver a mí?
He poblado de nombres el silencio.
¿He hecho pedazos corazón y mente
para caer en servidumbre de palabras?
Reino sobre fantasmas.
Hojas secas,
alma llevada aquí y allá...,
No, odio el viento y su voz
de bestia inmemorable.
Dios, ¿aquéllos que te imploran
no te conocen más que de nombre?
Me has arrojado de la vida:
¿me arrojarás de la muerte?
Quizá el hombre también es indigno de esperanza.
¿Hasta la fuente del remordimiento está seca?
El pecado, qué importa
si ya no conduce a la pureza.
La carne apenas recuerda
que tuvo fuerza una vez.
Loca y gastada está el alma.
Dios mira nuestra debilidad.
Queremos una certeza.
¿Ya ni siquiera te ríes de nosotros?
Compadécenos entonces, crueldad.
No puedo seguir amurallado
en el deseo sin amor .
Muéstranos una huella de justicia.
Tu ley, ¿cuál es?
Fulmina mis pobres emociones,
libérame de la inquietud.
Estoy cansado de gritar sin voz.
Giuseppe Ungaretti
(1888-1970)
A mí este hombre me conmueve mucho. Me sacude; me emociona
Me encanta como empieza.
Sueles dejar unos poemas con imagenes reconfortantes.
Permiteme algunas notas fuera de tono.. ese lado oscuro de la poesía que me atrapa.
He aquí que tú estás sola y que estoy solo.
Haces tus cosas diariamente y piensas
y yo pienso y recuerdo y estoy solo.
A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio.
Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,
se me caerá la carne trozo a trozo.
Esto es lejía y muerte.
El corrosivo estar, el malestar
muriendo es nuestra muerte.
Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado
quién eres, dónde estás, cómo te llamas.
Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,
una mitad apenas, sólo un brazo.
Te recuerdo en mi boca y en mis manos.
Con mi lengua y mis ojos y mis manos
te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne,
a siembra , a flor, hueles a amor, a ti,
hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí.
En mis labios te sé, te reconozco,
y giras y eres y miras incansable
y toda tú me suenas
dentro del corazón como mi sangre.
Te digo que estoy solo y que me faltas.
Nos faltamos, amor, y nos morimos
y nada haremos ya sino morirnos.
Esto lo sé, amor, esto sabemos.
Hoy y mañana, así, y cuando estemos
en nuestros brazos simples y cansados,
me faltarás, amor, nos faltaremos.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?
(...)
A. Pizarnik
Necesito chica que sepa planchar
mis labios con los suyos
y tender su ropa
eternamente junto a la mía
y quitar las manchas
de mi corazón con su mirada;
yo pondré la mesa y la caricia
en su ramo de lunas
y trataré de andar muy despacio
cuando ella no tenga prisa.
Pedro Casariego
Pero es un infierno..... cómplice.
¿Quién habla del amor? Yo tengo frío
y quiero ser diciembre.
Quiero llegar a un bosque apenas sensitivo,
hasta la maquinaria del corazón sin saldo.
Yo quiero ser diciembre.
Dormir
en la noche sin vida,
en la vida sin sueños,
en los tranquilizados sueños que desembocan
al río del olvido.
Hay ciudades que son fotografías
nocturnas de ciudades.
Yo quiero ser diciembre.
Para vivir al norte de un amor sucedido,
bajo el beso sin labios de hace ya mucho tiempo,
yo quiero ser diciembre.
Como el cadáver blanco de los ríos,
como los minerales del invierno,
yo quiero ser diciembre.
Luis García Montero
Es.... increíble. Dasgarro puro. Víscera, desesperación ... ¿o resignación, fatalismo?
Me encanta.
Quizá dudo
con más frecuencia que antes.
Quizá entiendo de otro modo
los conceptos de piedad y compasión
que cuando me exaltaba Nietzsche con dieciséis años.
Quizá te necesito.
Jorge Riechmann
Le falta algo a éste hilo,.... ¿no te parece, pepeto?
No sé, no doy con ello,... pero hay algo......
Un abrazo
Con ternura, con paz, con inocencia,
con una blanda tristeza o el cansancio
que viene a ser un perro fiel que acariciamos,
estoy sentado en mi sillón y soy feliz,
y soy feliz
porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.
Con una fatiga que no es un desengaño,
con un gozo que no alienta esperanzas,
estoy en mi sillón, y estoy
en algo que quizás sólo es amor.
Sé que floto
y nada me parece sin embargo indiferente;
sé que nada me alegra ni me duele
y que sin embargo todo me enternece;
sé que eso es el amor,
o que quizá solamente es un dulce cansancio;
sé que soy feliz
porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.
Gabriel Celaya
Los suspiros son aire y van al aire,
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, tú mujer, cuando el amor se olvida,
¿Sabes tú donde va?
Becquer
Ausencia llamaré
al murmullo del mar sobre tu cuerpo,
al cielo gris,
a la golondrina que busca tu pecho cada tarde,
a tu silencio cansado de morir
en las esquinas del mundo.
Ausencia llamaré
a las manos de tu voz quebrando el aire
en busca de las alas de mi voz que a ti te llaman.
Ausencia llamaré
a tus labios que rozan los cristales del tiempo
para clavar en mis ojos melodías de sangre.
Antonio J. Mialdea
Sigamos buscando entonces
Buenos días
A veces soy la voz del otro lado del teléfono,
a veces un aliento,
una ciudad enorme donde te encuentro a veces,
por supuesto una fecha,
un saludo que cruza el cielo velozmente,
dos ojos que te miran,
un café que te espera después de la llovizna,
una fotografía, una mano en tu mano,
desesperadamente una canción, etcétera.
Y siempre o casi siempre,
nomás ése silencio,
donde solés colgar tus prendas íntimas.
Boccanera
No te salves
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Ausencia de amor
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Tu pie. Tu mano.
Juan Gelman
Te decía en la carta,
que juntar cuatro versos
no era tener el pasaporte a la felicidad
timbrado en el bolsillo,
y otras cosas más o menos serias,
como dándote a entender
que desde antiguamente soy tu cómplice;
cuando bajas a los arsenales de la noche
y pones toda tu alma
y la respiración
perfectamente controlada.
Por mantener en pie tus rebeliones,
tus milicias secretas
a costa de ese tiempo perdido
en comerte las uñas, en mantener a raya
tus palpitaciones,
en golpearte el pecho por los malos sueños,
y no sé cuántas cosas más
que, francamente, te gastan la salud
cuando en el fondo
sabes que estoy contigo
aunque no te vea,
ni tome desayuno en tu mesa,
ni mi cabeza amanezca en tu pecho
como un niño con frío,
y eso no necesita escribirse.
Gonzalo Rojas.
que juntar cuatro versos
no era tener el pasaporte a la felicidad ..."
¿No es... precioso ?
"Un desconocido es mi amigo,
uno a quien no conozco.
Un desconocido lejano, lejano;
por él mi corazón está lleno de nostalgia.
Porque él no está cerca de mí.
¿Quizá porque no existe?
¿Quién eres tú que llenas mi corazón de tu ausencia,
que llenas toda la tierra de tu ausencia? "
Par Lagerkvist
lo sé con la certeza de un puño que se rompe,
del gesto torrencial que une ciertas estrellas.
Quiero saber por qué a pesar de todo
hay ritmos que se agotan,
en qué consiste el agua,
la delgadez del mundo y el peso del plomo,
o por qué las palabras se han quedado colgando
sonámbulas, inútiles, aisladas y perfectas.
Es difícil decirlo sin morderse por dentro la sonrisa,
sin necesitar la absoluta densidad del cielo.
Sin pedir a gritos un horizonte de agua que nos transmita dulcemente.
A veces extenderse es tan sólo tocar un mundo que no arde,
o un conjunto de dioses que interpretan su música de vidrio
sonando eternamente a girasol y a piedra.
Tu explosión necesaria, tu pulso original
es un acantilado de ternura,
un punto de partida donde volver a hundirse
hacia tu brevedad de mujer de gato.
Porque es inevitable referirte una vez más al agua,
a la perfecta serenidad de tus manos abiertas,
al geométrico crepúsculo de tus dedos transparentes.
Mujer de arcilla y agua, planeta desnudísimo.
Lo demás sólo es cielo.
Déjame hablar,
hundir las lanzas largas de la noche,
ser una arquitectura de ceniza.
Lo demás sólo es cielo, es inútil el mar contra las cosas,
la sal contra las cosas. En las tardes,
inevitablemente nos perdemos de tanto perseguir las longitudes,
de tanto juntar barro con el barro. No te rompas.
Defiende tus espacios, despedaza tu sangre por la tierra.
No hay más que cielo detrás de las batallas.
También la luz a veces se parte como un hueso.
Miguel Sánchez Gatell
De qué parte,
de qué penumbra nació tu mano,
de qué asilo se largó,
para venir justo aquí
a esta luz diminuta,
al rayo de la tierra atravesada
a pedir unos versos,
por un paisaje,
por nada.
Alfredo Jaramillo
Aquel niño
le pinchaba los ojos
a los pájaros;
y le gustaba ver salir
esa gotita
de aire y de luz,
ese rocío limpio
de mañanitas frescas.
Luego los echaba a volar
y se reía al verlos
chocar contra el muro
de su casa,
con un ruido muy triste.
Creció y fue de aquéllos.
Luis Pimentel
Quizá dudo
con más frecuencia que antes.
Quizá entiendo de otro modo
los conceptos de piedad y compasión
que cuando me exaltaba Nietzsche con dieciséis años.
Quizá te necesito.
Jorge Riechmann
Saludos, pepeto
¿De cuáles fue pepeto?
Creo que me he perdido.
Día Internacional del Euskera.
Iritsi dira notiziak
iritsi dira eskutitzak
baina ez zureak.
Igaro ziren hegazkinak,
erre zituzten zubi denak,
isildu bazterrak.
Galdetu diet hegaberei,
galdetu pago biluziei,
ez dakite ezer.
Canción de Octubre
Hubo noticias,
llegaron cartas,
pero no las tuyas.
Pasaron aviones,
quemaron los puentes,
acallaron rincones.
Pregunté a las avefrías
y a los robles desnudos,
nada saben, nada saben.
Kirmen Uribe
no le digas a nadie que he vuelto a tus jardines
escóndeme bajo tu cuello de ángel
en tu pelo de bruma
en tus ojos de marzo
vengo huyendo hasta la piel de tus murallas
la soledad me sigue muy de cerca
ocúltame bajo tu permanente desnudez
en tu mano profunda
en tu llanto perfecto
en tu saliva sabia
preguntan quién ha subvertido este infiel corazón
sé que no me hallarán:
la luz lo ciega todo
Gaspar Aguilera Díaz
Ni muy feliz, ni triste. Como tantas,
parecerá insensible a cuanto pueda
ocurrir a su lado. Cada día
andará iguales calles y las mismas
sombras la mirarán pasar. No habrá ninguno
capaz de distinguirla de las otras,
así, a primera vista. Cada día
se va muriendo un poco (no comulga
con esa triste rueda de molino
de la moderna mística; el trabajo,
rutinario y vulgar —bien lo comprende—
la embrutece y anula). Y qué remedio
queda. Y qué remedio.
Pero yo sé que guarda
intacta esa frescura y delicada
del corazón ardiente y una innata,
joven curiosidad. Estará sola,
como solos están los que, de un modo
u otro, son acaso diferentes.
Y no sospechará que hubo una tarde
en la que fue dictándome un poema.
Víctor Botas
Yo sé que existo
porque puse una mano sobre tu vientre
y sólo tú estabas dentro.
Claudio Rodríguez
Más allá
Cuando
nos abrazamos
vamos
a otro mundo
donde
nos abrazamos
y marchamos
a un trasmundo
donde
nos abrazamos
y donde tal vez sólo
nos abrazamos.
Claudio Rodríguez Fer
Un abrazo
Ámame anarquista
frenéticamente
mientras desato y suelto
el pañuelo que sujeta
tu cabello
y libero a tu pecho
ya sin freno
ya sin sentido
siempre hacia la frontera
roja y negra
y violeta
ámame hacia la izquierda
cara a cara
hacia la noche
hacia ti
siempre hacia ti misma
Ámame anarquista
mismo contra mí mismo.
De "Tigres de ternura" 1981
Me encanta
Cómo me hubiera gustado
estar en la cama con Walt Whitman,
beber en las cantinas de Malcom Lowry
o “Bajo el Volcán”.
Procesar a mi manera a Franz Kafka.
Observar sigilosa y detenidamente
a Francis Bacon.
Estar con Salvador Dalí
en una tarde de toros
y tocarle el trasero
mientras pensara en Gala
o en Federico García Lorca.
Cantarle a Pablo Neruda
mis poemas de amor
y otras canciones desesperadas,
repetirle “De Profundis”
con todos mis secretos sexuales
a Oscar Wilde y a su amante maldito.
Cómo quisiera estarme riendo
junto a Baudelaire
con mis quince años en su cama.
Tal vez me hubiera gustado
cogerme a Hitler, a Calígula
a Napoleón, a vos
y a otros hijos de la gran _puta.
Filmar con Pier Paolo Passolini
un Decamerón diferente.
Estar acariciando y besando
a Rabindranah Tagore.
Hablar de amor con Juan Ramón Molina.
Condenar sin clemencia
a los Jesuitas Pederastas.
Echarle en cara a Marlon Brando,
el no haberme conocido.
Perseguir a Felipe Buchard,
a Ezequiel Padilla y a Simón,
de cantina en cantina
de barrio en barrio
de santuario en santuario.
Conspirar con la sangre latina
de Gabriel García Márquez.
Desamar a un mílite como Fernando.
Respetar a las mujeres de 1+1
mas no a todas
- como dice María Ester
con la venia de Leslie –
Enojarme con Ramón Matta
por no haberme invitado nunca a un pase.
Quisiera mentarle la madre a tu padre,
a Nietzsche, a Gorky,
y a Simone de Beauvoir.
Respetar aún a Marx, a Lenin,
a la lucha de clases.
Y reírme de los comunistas criollos
pese a la Perestroika.
No comprender nunca las debilidades de Woody Allen
Cortarle un huevo a Van Gogh
y no la otra oreja.
Romper a llorar, escribir mierdas
bailar mambo, salsa y más salsa
y jugar con muñecas aún siendo abuela.
Pedirle perdón a mi mejor amiga,
a Monseñor Santos y a otros Rodríguez,
volver a ser buena, cursi y pendeja.
Seguir soñando, amando y fornicando
y contar chistes hasta llegar
a la hilaridad.
Volar y volar muy lejos
hasta encontrar a ese todopoderoso
que me hizo a su imagen y a su todo.
Amén.
Juana Pavón
Un luchador por la libertad y por la cultura
Zer esan du?
Zer egin du?
Semeentzat ogia eskatu du.
Eta poeta
etxean gelditu da,
ateak itxita.
Gizona zigorrez jo dute
Zer esan du?
Zer egin du?
Guziontzat egia eskatu du.
Eta poeta
kalean gelditu da,
begiak itxita.
Gizona kartzelan hantxen dago.
Zer esan zun?
Zer egin zun?
Justizia pixka bat eskatu zun.
Eta poeta
ixilik gelditu da
beldurrak eraginda.
Ai, poeta:
Gogorra izango da
zuretzat
askatasun eguna!
¿Qué ha dicho?
¿Qué ha hecho?
Ha pedido el pan para sus hijos.
Y el poeta
se ha quedado en casa
con las puertas cerradas.
Han pegado al hombre con un látigo.
¿Qué ha dicho?
¿Qué ha hecho?
Ha pedido el pan para todos nosotros.
Y el poeta
se ha quedado en la calle,
con los ojos cerrados.
El hombre está en esa cárcel.
¿Qué dijo?
¿Qué hizo?
Pidió un poco de justicia.
Y el poeta
se queda en silencio,
movido por el miedo.
¡Ay, poeta:
será duro
para ti
el día de la libertad!
Xabier Lete
Pido la palabra previa.
Quiero decir -¡y que de una vez se sepa! -
que yo soy Yo,
que soy el Centro,
y el Árbitro.
Que todos vosotros, todos,
-dandose bIen las cosas-
sois mis coterráneos:
parientes, vecinos, acreedores míos,
prójimos míos propiamente dicho;
que todos los demás, todos,
buenos y malos
-amarillos y negros, antípodas, gitanos-
son, todo lo más,
y ya es mucho,
mis contemporáneos.
Sabed que:
cuando os veo, de hecho
os suscito, os resucito;
y al pensaros
os doy una esperanza.
Pero si os he perdido de vista,
mientras os olvido u os ignoro,
dormís el sueño de los justos,
como suele decirse.
No pasáis de potencias
en la acepci6n más triste del vocablo.
Ya lo sé. Muchos esperáis
con impaciencia
el día de cantarme el responso.
No os embaléis, por favor.
En el mejor de los casos,
cuando yo muera,
todos, todos,
buenos o malos,
no seréis más que mis sobrevivientes.
Pere Quart (Poeta maldito)
Aquí está permitido
fijar carteles,
tirar escombros, hacer aguas
y escribir frases como:
Marica el que lo lea,
Amo a Irma,
Muera el…(silencio),
Arena gratis,
Asesinos,
etcétera.
Esto es un poema.
Mantén sucia la estrofa.
Escupe dentro.
Responsable la tarde que no acaba,
el tedio de este día,
la indeformable estolidez del tiempo.
Ángel González