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[LISTA] La venganza de Rudolf

GadesGades Garcilaso de la Vega XVI
Tenía intención de escribir algo por la noche de ánimas, pero el tiempo se me echó encima con cuidados de mi madre y traslado y mil cosas. Así que por no haceros esperar, os dejo este otro que nunca colgué por aquí.
Escribí este relato hace años y no he corregido algunas cosas que he visto después, por ejemplo las rayas de diálogo. Lo demás me iréis diciendo vosotros. Lo escribí para una actividad a partir de una imagen de este pueblo. 
Quedo a la espera de vuestras correcciones.




LA VENGANZA DE RUDOLF

 

-        301, 302, 303, 304…

-        ¿Padre, está usted seguro? ¿No serán imaginaciones suyas?

-        Déjame contar, Erik, o nunca saldremos de la duda y yo no podré quedarme tranquilo.

-        Es que no imagino cómo se podría quedar nadie tranquilo en este sitio. Y menos que vengan varias noches a robar aquí.- Un escalofrío recorrió su cuerpo.

-        ¿Por dónde iba? Ah sí, 305, 306…

 

…………..

 

El rumor del agua al son de los remos acompañaba los pensamientos de Johan. La noche pintaba mal. Si fuese de pesca pronto habría virado en dirección a la vieja cabaña y estaría ya durmiendo bajo una buena manta. ¡Qué silencioso estaba todo! Parecía que él fuera el único que se movía, el único que estaba despierto y sin embargo, podía sentirlo, había otros ojos que le observaban desde los bosques, seguro, esos malditos pájaros que nunca duermen. Y desde el lago, ¿se estarían burlando de él los peces? Todo el mundo presumía de la mucha pesca del lugar. Él debía tener las redes rotas o gafadas las cañas, pues era el pescador más desafortunado de la zona. Sería culpa de su padre que más tiempo pasó con una jarra de cerveza en la mano que enseñándole algo útil.

 

Encogió y estiró los músculos que pudo por ver que no se habían agarrotado y notó cómo la humedad se le colaba hasta la piel. Las brumas eran densas, aún no veía las luces del pueblo en la otra orilla y ya debía estar cerca. Arriba sólo un atisbo de la luna que parecía haberse asentado sobre una cumbre. Pero allí abajo, sobre las aguas, un lago más ligero rodeaba su cuerpo y lo abrazaba como si intentase sujetarlo, impidiéndole llegar a su destino. Tal vez fuese su madre, que desde el Más Allá estuviese intentando detenerlo. Pero ella no estuvo allí para abrazarlo antes, cuando las cosas empezaron a ponerse feas, cuando a su padre le abandonó la suerte y los amigos y cambió las redes por los puños. Por apartar al viejo lo apartaron a él. Pero se vengaría.

 

Empezaron a verse muy tenues las luces de Hallstatt, allí estaba, a su alcance. Se acercó al pueblo sólo por mantener a la vista la orilla, aún no debía tocar tierra. Lo haría más allá, donde las casas se apartaban del agua y podía pasar más tranquilo. Miraba a su derecha mientras seguía remando con cautela, temiendo ser descubierto por algún vecino. Pero el pueblo dormía tras la fiesta de la Asunción. Se habían dejado encendidos algunos farolillos del merendero frente al que pasaba. Toda la tarde estuvo escuchando la música y voces de la gente, deseando que terminase la juerga. Seguro que el alcohol les tenía ahora bien sedados. Un poco más adelante pensó que debía estar cruzando frente a la iglesia; podía ver el resplandor de algunas lámparas en las tumbas del viejo cementerio. No alcanzaba a ver la torre, no importaba, ya lo vería todo bien cuando bajase desde el cerro.

 

…………..

 

-        950, 951, 952, …

-        ¿Y para qué piensa usted que las querrán? Yo no le veo razón alguna.

-        Sólo Dios lo sabe, y quien sea que lo haga, maldito…

-        ¡Padre! - Se santiguó el sacerdote ante la alarma del sacristán.

-        Anda, ¿por qué no miras a ver si encuentras algo extraño y me dejas contar? 953, 954…

 

………….


Continúa


 


 

 

 


Comentarios

  • GadesGades Garcilaso de la Vega XVI

    Se acercó a tierra pasado el pueblo, junto a unos árboles donde no había embarcadero ni nada que se le pareciese. Sujetó la barca al tronco de un abeto que se tumbaba sobre el agua. Se echó al hombro una saca de tela y comenzó a caminar cumbre arriba, bordeando las casas y evitando acercarse más de la cuenta, por si algún animal le sintiera y al ruido despertase a sus amos. Pero ni perro que le ladrase encontró en su camino. Sólo se escuchaba el rumor de la pequeña catarata y el canal que les abastecía de agua potable. Hasta de eso presumían los idiotas. Era una maldita salmuera como la que trasladaban desde la mina a través de las montañas para enriquecer aún más a sus dueños. Esos también se arrepentirían de no haberle contratado. La fama de camorrista de su padre siempre le precedía. ¡Malditos los huesos del viejo!

     

    El frío y el esfuerzo montaña arriba le cortaban la respiración. Tenía que pararse a trechos a recuperar fuerzas apoyándose en algún árbol. El agua que por todas partes parecía venir a perseguirlo le hacía resbalar entre tanta vegetación, temiendo dar con su cabeza contra alguna roca. Aun así no tardó en alcanzar el punto en que giraba de nuevo hacia abajo, hacia la vieja capilla de las afueras, donde ningún vecino tendría oído ni vista de sus movimientos. Ahora sí podía ver la torre de la iglesia y las blancas paredes de aquellas casas perfectas. Pronto podría permitirse una de esas, o mejor, mucho mejor. Pero ahora tocaba ganárselo.

     

    Se halló al fin frente a la entrada. No le costó forzar el candado que habían puesto tras el anterior destrozo de la cerradura. Encendió la linterna. Allí estaban, esperando su visita semanal. ¿A cuál le tocaría esta vez? Eligió sin mucho miramiento y recolocó las que estaban alrededor para que no se notase el hueco dejado. Las miró a todas con una sonrisa burlona. ¡Qué ironía, tener tanto valor ahora!

     

    Con el trofeo en la saca se dispuso a desandar el camino. La bruma se había vuelto más espesa. Parecía que la niebla hubiera tomado posesión del bosque. Apenas veía el tronco de los árboles con los que casi chocaba. La luz de la linterna no lograba traspasar semejante muro de agua. Y así, tanteando el suelo bajo capas de vegetación empapada, avanzaba imaginando la fortuna que conseguiría.

    Esos chinos, locos falsificadores, le pagarían bien. Sólo a ellos se les podía ocurrir hacer una copia de aquel maldito pueblo. Y gracias a él podrían hacerla exacta. ¿Quién iba a notarlo? Son imitadores perfectos, nadie se imaginaría que en realidad tenían los originales.

     

    ………..

     

    -        1185, 1186…

    -        Padre, no cuente más. ¡Se han llevado al abuelo Rudolf!

    El sacerdote miró hacia donde señalaba su ayudante. Rudolf, el viejo duque que antaño protegiera el pueblo, debía estar allí, entre Magtalena y Theresia, luciendo la frente más bella e insigne de la historia, pero no estaba.

    -        ¿Quién nos cuidará ahora, padre?

    -        No blasfemes. Es Dios quien nos ha cuidado siempre.- Y aún así, miraba el párroco la ausencia con consternación.

     

    …………..

     

     

    El suelo cedió bajo sus pies, en vano fue el intento de sujetarse a algo. La humedad y el frío hacían sus manos inservibles. Soltó la saca y  agarró las plantas que en su descenso hallaba. Inútil, ya estaba en el agujero. La linterna iluminaba en su caída paredes blancas, brillantes estalactitas y estalagmitas de sal crecían a su alrededor, hasta que una de ellas…

     

    Arriba, entre helechos, ya fuera de la saca, la calavera de Rudolf observaba al borde del hoyo. La superficie pulida de su cráneo mostraba las bellas pinturas que le dieran categoría de personaje importante en el osario. Tenía las mandíbulas abiertas en una carcajada tan silenciosa como la noche. Y reía, reía mientras las nieblas se alejaban de su bosque.

     

     

  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    Tetricidad (un término en desuso pero yo lo uso) y comicidad. Ese puede ser mi mini resumen de tu texto.

    Le da un aire de suspense al texto el ir enumerando correlativamente las remadas. Las pausas que haces dan más de comer al suspense.

    Muy conseguido este párrafo

    Con el trofeo en la saca se dispuso a desandar el camino. La bruma se había vuelto más espesa. Parecía que la niebla hubiera tomado posesión del bosque. Apenas veía el tronco de los árboles con los que casi chocaba. La luz de la linterna no lograba traspasar semejante muro de agua. Y así, tanteando el suelo bajo capas de vegetación empapada, avanzaba imaginando la fortuna que conseguiría.

    Y esto es muy de la curia eclesiástica; que, por cierto, los ateos dicen que de obispo para arriba nadie cree en Dios. 

    No blasfemes. Es Dios quien nos ha cuidado siempre.


    El quid del relato no me ha dicho gran cosa, pero sí la redacción, que es impecable.

    Un abrazo, Ana



  • Pues yo voy a leerlo otra vez, de todas formas comento mi primera impresión, ya que a lo mejor importa.

    La redacción me parece impecable. El intrigante principio a mi se me hace demasiado largo, quiero decir que no sé quienes son, a donde van, con que motivo... Eso intriga pero a medida que la expedición avanza las informaciones como que no me sacan de todas las dudas. Incluso al llegar el repentino desenlace me quedo con ganas de conocer mas sobre la situación.

    A ver si la segunda vez lo aclaro un poco y vuelvo a comentar.

    Saludos
  • GadesGades Garcilaso de la Vega XVI
    Os dejo una aclaración: los puntos separan dos lugares, momentos y personajes distintos. Debí dejarlo más claro tal vez.
  • Aaaahhh, ahora tiene sentido todo. Muy bien montados esos saltos de espacio-tiempo, una vez explicado eso. Bonita historia. 

    Quizás sigo echado de menos un poco de descripción del escenario sobre todo en el momento del robo:

    Se halló al fin frente a la entrada. No le costó forzar el candado que habían puesto tras el anterior destrozo de la cerradura. Encendió la linterna. Allí estaban, esperando su visita semanal. ¿A cuál le tocaría esta vez? Eligió sin mucho miramiento y recolocó las que estaban alrededor para que no se notase el hueco dejado. Las miró a todas con una sonrisa burlona. ¡Qué ironía, tener tanto valor ahora!

    Supongo que se trata de la cerradura de una casa que roban una vez a la semana. Eligió y recolocó, ¿pero que son?, ¿joyas?, ¿cerámica fina?. La copian los chinos...

    Por otra parte no se que es lo que cuenta el sacerdote.

    ¿Me he perdido algo?, ayudaaaa
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    Gades dijo:
    Os dejo una aclaración: los puntos separan dos lugares, momentos y personajes distintos. Debí dejarlo más claro tal vez.

    Por eso hablo yo de pausas, que debí decir etapas

     :)

     
  • Bonita historia. Digo bonita por como está escrita, aunque en realidad es tétrica. Casi no he visto errores en cuanto al apartado técnico, solo algunas oraciones que podrían corregirse, en mi opinión.

    "Pero ella no estuvo allí para abrazarlo antes, cuando las cosas empezaron a ponerse feas, cuando a su padre le abandonó la suerte y los amigos y cambió las redes por los puños."

    No se entiende muy bien si los amigos lo abandonaron a él o si él decidió cambiar las redes y sus amigos por los puños.

    "El agua (coma) que por todas partes parecía venir a perseguirlo (coma) le hacía resbalar entre tanta vegetación, temiendo dar con su cabeza contra alguna roca."

    La ambientación es lo que más me ha gustado. Esa especie de niebla que aparece en casi todo el relato le da su toque de personalidad al pueblo. 

    Con respecto a la historia, me gustó y me intrigó hasta el final, aunque me pasó algo parecido que a Acuarelista. Me quedan varias preguntas y siento como si el relato no fuese autoconclusivo. ¿Qué era lo que el personaje estaba robando? Yo me inclino a que eran calaveras de personajes importantes del pueblo. Ahora, ¿por qué? ¿Por qué los chinos querrían hacer una copia del pueblo? A lo último, ¿el personaje cae en una trampa hecha por alguien o es la misma calavera de Rudolf la que lo hace "caer"? No nos podés dejar así, Ana, que ya me estaba comiendo las uñas, jaja. Fuera de broma, capaz que he sido yo que me he perdido de algo.

    ¡Saludos!
  • GadesGades Garcilaso de la Vega XVI
    Muchas gracias por tus apuntes, Kantos.

    Efectivamente parece que doy por entendidas y sabidas cosas en el relato que debería explicar o mostrar mejor. 

    Cae en una de las múltiples cuevas del lugar, cuevas salinas. En la zona, no sé si aún, pero antiguamente vivían de la sal en gran medida. Que Rudolf lo haga caer... solo la niebla lo sabe, jajaja
    Sí, roba calaveras. El pueblo tiene un osario que podéis encontrar fácilmente en internet. 
    El por qué de que los chinos quieran hacer un duplicado... Bien es sabido que son unos grandes imitadores o clonadores de todo aquello que no pueden tener. Les gusta hacer copias y este pueblo hermoso, famoso, turístico, histórico, o al menos la zona (primeros restos arqueológicos celtas), son motivo suficiente para querer "copiarlo". Solo que esta vez parece que querían añadirle algo real, sus calaveras o parte de ellas, y pagaban bien.

    Ya tengo trabajo: corregir errores, diferenciar mejor los dos escenarios del relato, justificar la cueva y el interés de los chinos, y dejar más patente la justicia ¿divina? ¿kármica? ¿de la naturaleza? ¿o fantasmal quizá? Algo ha de quedar a la elección del lector.
  • Me alegro de no haberme equivocado. Pensaba que se me había pasado algo por alto y no lo entendía por mi torpeza. También me alegro de haber contribuido un poco a mejorar la historia, creo que lo mejor de esto después de conversar con gente afín es la crítica constructiva para pulirnos e ir mejorando.

    Encantado
  • Hola Ana,
    ¡Gracias por compartir tu historia! Creo que ha quedado genial por las fechas de publicación.

    Afortunadamente, he llegado a tiempo para leer algunos comentarios y comprender mejor el hilo de los sucesos, dentro del juego del tiempo. Esto me ha permitido degustar las curvas por completo, aunque lo aclarado a Lucas, lo leí luego y le agregó más contenido a lo que imaginaba.

    Con este relato puedo asegurar que, el aura de misterio de esta historia me ha atrapado.
    Debo decir que la ambientación está muy realista y bien descrita, frases como: "Arriba sólo un atisbo de la luna que parecía haberse asentado sobre una cumbre" , permite visualizar el lugar nítidamente.
    Con la descripción justa para los aspectos psicológicos de los personajes.
    La  redacción limpia aunque un poco complicada de comprender por su estructura no sucesiva, sin aclaración.
    La gramática tiene algún que otro detalle, pero no interrumpe la lectura.

    Sugiero: podrías aclarar las secuencias de las historias con alguna referencia no reveladora. Por ejemplo: en pisadas del ejecutante - el conteo evaluador. Es mi humilde sugerencia; aunque no soy la reina del orden en mis historias, pues juego mucho con el tiempo y ambientes.

    Saludos.
  • GadesGades Garcilaso de la Vega XVI
    Tienes toda la razón, @Geraldinediazoficial. No es modesta tu opinión sino muy acertada.
    Y por lo que veo ahora en la frase que resaltas, debí quitar las tildes a "solo".

    Besos mil a ti y a todos.
    Ana
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