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El mundo liberado (H.G. Wells) y una visión del futuro

Mi nombre es Ana-Maria Cristea, soy traductora y soy aficionada a la literatura extraña (weird) y de ciencia ficción. Quería compartir con esta comunidad unos fragmentos de mi traducción del libro de H.G. Wells, El mundo liberado (The World Set Free). Es una obra famosa por anticipar la invención y el uso de la bomba atómica, pero, paradójicamente, es también una de las novelas menos leídas de la narrativa de Wells. Por lo tanto, me ha parecido interesante dar a conocer unos fragmentos que describen la visión utópica con la que la obra concluye y que contrasta fuertemente con el escenario apocalíptico que Wells construye inicialmente. Me interesa saber cómo se leen sus ideas en el contexto de las inquietudes actuales. En un mundo en el que estamos rodeados por distopías ficcionales y reales, ¿hay todavía lugar para utopías? ¿Es posible imaginarse un cambio/una evolución que no surja de eventos violentos?

[...] Durante un tiempo la conversación se centró en personalidades graciosas y los jóvenes se mofaron los unos de los otros bajo la mirada complaciente del viejo administrador. Después, uno de los jóvenes científicos dio otro rumbo a la conversación. Habló como quien estuviera a punto de rebosar de ideas. 

          —Sabe, señor, tengo la teoría —es difícil demostrar semejantes suposiciones— de que la civilización estaba ya al borde del colapso cuando las bombas atómicas sacudieron sus cimientos. Pienso que, si no hubiese sido por Holsten y la radiactividad inducida, el mundo se habría hecho añicos, tal como sucedió finalmente. Sólo que, en vez de conducir a una renovación, esta destrucción podía haber sido irresoluble. Parte de mi investigación supone examinar los aspectos económicos y, desde esta perspectiva, el siglo anterior a los experimentos de Holsten fueron unos cien años de creciente despilfarro. Este puede achacarse únicamente al excesivo individualismo de aquel período, a la falta de cualquier conciencia o propósito colectivo. La humanidad usaba sus recursos —descabelladamente. Habían agotado tres tercios de todo el carbón del planeta, habían usado la mayor parte del petróleo, habían arrasado bosques, y las reservas de estaño y cobre ya escaseaban. Los campos de trigo existentes ya no conseguían sostener aquel planeta sobrepoblado y muchas de las grandes ciudades tenían un nivel de agua tan bajo que cada verano atravesaban un período de sequía. Todo el sistema estaba a un paso de la bancarrota. Y año tras año invertían cada vez más poder y energía en los preparativos militares y aumentaban constantemente la deuda de la industria en capital. Las estructuras mundiales ya se estaban tambaleando cuando Holsten inició su investigación. La gente, por lo general, no sentía ningún peligro y no manifestaba ningún deseo de indagar. No creían que la ciencia los podría salvar ni intuían la necesidad de una salvación. No podían, no querían ver el precipicio que se abría a sus pies. Fue una gran suerte para la humanidad que una investigación científica estuviera en progreso en aquel momento. Tal como mencionaba antes, señor, sin la solución liberadora de las bombas, hasta ahora habríamos experimentado una revolución, pánico, desorden social, hambruna y —cabe imaginar— el caos total… Las vías férreas se habrían llenado de herrumbre por la falta de uso, los postes de teléfono se habrían podrido y desplomado, los grandes cruceros se habrían convertido en chapas de hierro en los puertos; los escombros de las ciudades desiertas serían meros escondites para las bandas de ladrones. Nosotros mismos habríamos sido bandoleros, tal vez, en un mundo destruido y empobrecido. Ah, puede que mi peroración les haga sonreír, pero esta clase de desastres ya ocurrieron en la historia de la humanidad. El mundo está salpicado con las ruinas de las civilizaciones desvanecidas. Hordas de bárbaros se refugiaron en la Acrópolis y la tumba de Adriano fue transformada en una fortaleza que guerreaba en las ruinas de Roma frente al Coliseo…     ¿Acaso estas posibilidades de reacción habían acabado ya en 1940? ¿Son esos tiempos tan remotos ahora?       

          —Se ven bastante alejados en este momento —dijo Edith Haydon.

          —¿Y hace cuarenta años?

          —No —dijo Karenin posando la mirada en las montañas—, creo que subestimas la inteligencia disponible en las primeras décadas del siglo veinte. A nivel político, es verdad, aquella inteligencia no parecía manifestarse —mas estaba presente. Y cuestiono tu hipótesis. Dudo que el descubrimiento podía haber sido aplazado. Ahora hay un tipo de lógica inevitable en el progreso de la investigación. Durante más de cien años, el conocimiento y la ciencia avanzaron por su propio camino, independientemente de los cambios en la vida cotidiana. Comprende usted —se liberaron. Si no hubiese hecho Holsten el descubrimiento, otro científico lo habría logrado. Si no hubiesen hallado la energía atómica aquel año, lo habrían hecho el año siguiente. En la Roma decadente, el avance científico acababa de empezar… Nínive, Babilonia, Atenas, Siracusa, Alejandría fueron los primeros lugares de rudimentaria experimentación que crearon un espacio seguro para el comienzo de la investigación. Los hombres habían de experimentar antes de saber por dónde empezar. Pero incluso hace dos cientos años seguía en una fase incipiente… Las políticas, las jerarquías y las guerras de los siglos diecinueve y veinte eran las últimas llamaradas del fénix de la civilización previa augurando la llegada de la nueva era. Cuyo espíritu guía nuestros pasos… El hombre vive en un constante amanecer. La vida es comienzo y nada más que comienzo. Comienza incesantemente. Cada paso parece más amplio que el anterior y sólo nos acerca para que juntos demos el siguiente. Nuestro Estado Moderno, que habría sido un milagro utópico hace cien años, es ya un lugar común. Pero al estar aquí soñando con el potencial de la mente humana, que ahora se puede realizar bajo la protección de la paz, estas grandes montañas me resultan ínfimas… [...]


Comentarios

  • Antes de presentar tus escritos, sería bueno que te dirigieras a la sección "presentémonos", y nos cuentes a todos un poquito sobre ti. Si llegas a la casa de alguien, debes primero presentarte ¿no te parece? 


  • Por supuesto, lo siento. Consideré que era suficiente incluir una breve presentación al principio de mi publicación, pero entiendo que es necesario hacer otra publicación por separado. Gracias por señalarlo, me iré adaptando a las normas del foro (poco a poco 😊).


  • Pues me parece muy interesante que hayas hablado e incluido este libro. Ahora me ha entrado la curiosidad y me gustaría leerlo. Muchas gracias por publicar este fragmento.

    Tengo que decir que no lo conocía y me gusta leer este tipo de libros.


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