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Mi primer intento de una novela

En primer lugar, buenas. Me registré en el foro hará cosa de cuatro horas y por ahora me está fascinando; espero aportar mucho a la comunidad mientras esté aquí.

Dicho eso, iré al grano. Después de escribir y leer a diario desde que tenía diez años empecé mi primera obra definitiva: algo que una editorial pueda considerar. Llevo trabajando unas dos semanas en esto escribiendo 500 palabras al día, y cuando termino un capítulo, mi madre (quiero mucho a esa mujer) lo lee. Suele decirme que le gusta, que ve calidad, pero aunque ella lee de todo un poco con regularidad no me fío de su opinión porque... bueno, es mi madre. Por eso decidí postear algunos fragmentos de la obra (una ópera espacia, sobre todo) aquí. Las personas de internet obviamente serán imparciales.

Fragmento del prólogo:

La puerta del hangar tenía tales dimensiones, que de píe frente a ella, Casimiro apenas se veía. El viento soplaba y las partículas de arena subían, atravesaban el aire y cortaban la piel. Afirmó el bastón, apoyando todo el peso, y esperó. El abrigo militar suntuoso ondeaba y las medallas chocaban y titilaban. Una mujer pasó a su lado y se paró un poco más lejos, entre él y el edificio. Dijo algo por la radio, y después de unos momentos se abrieron las puertas, moviéndose sobre sus rieles.

Pirro estaba de píe; tenía la mirada muerta y la expresión tan inamovible que todo el rostro parecía grabado en piedra. Llevaba un rato esperando, y cansado, repartía el peso en un píe y luego en el otro. Cuando las hojas de las puertas se abrieron levantó la cabeza y vio entrar a Casimiro. No había duda: aun conservaba la estoicidad del ejército. Avanzaba con la cojera acentuada al ritmo que se podía permitir.

Cuando ambos hombres, Pirro y Casimiro, estuvieron uno frente al otro, la imagen que proyectaron era igual, o incluso más extraña, que la primera vez que se vieron. Pirro era bajito y grueso. Iba envuelto en un traje sencillo que combinaba con el pelo negro pegado a la cabeza. Frente a él, el segundo era como una bestia altísima, pero la edad había encorvado al animal y había borrado la fiereza y los músculos. La barba como púas blancas había sido recientemente afeitada, pero rebelde, creció hasta una sombra. 

—Pirro— dijo Casimiro.

—Casimiro —dijo Pirro—. ¿Qué tal el viaje?

—Las naves comerciales… —dijo con tono despectivo— No puedo acostumbrarme.

Pirro asintió.

—Vamos al balcón para ultimar detalles.

Fragmento del primer capítulo:

Sara olfateó el aire. El olor a la cerveza y humo de cigarros se habían acumulado en la taberna hasta convertirse en una bruma irrespirable; ella olía un deje de aventura que la emocionaba. Se acomodó los lentes rebeldes, le dio un empujoncito a la mochila hasta llevarla donde no molestaba, y oteó desde la entrada. En la esquina un viejo borracho, dos mellizos y un gato en la mesa; al fondo dos mujeres apostaban al póker, otra miraba las cartas de ambas, y la última contaba las ganancias; en la mitad del saloncito esperaba una mesa vacía: se sentó allí. Los postigos estaban cerrados y la débil luz que brotaba del bombillo solo alcanzaba a Sara; el resto estaba casi en penumbras.

No sabía cuanto debía esperar porque ni siquiera conocía la hora de Caronte. Los lentes se desajustaron y los movió. Después, revolvió la mochila buscando material de lectura. El libro que sacó tenía dos recias tapas doradas, ambas duras, y el titulo se expresaba en letras negras moteadas de estrellas. Debajo, un rostro: el malvado canciller que se había apoderado de tres sistemas dos entregas atrás.

 




Comentarios

  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    Hola y bienvenido, FedericoAlonso 

    Tiene buena pinta lo que he leído de tu primera novela sin título. Sigue, sigue, pero haz lo posible por ir aumentando las quinientas palabras diarias, observación ésta que te hago, porque, como sabrás, no siempre la invención y sobre todo la inspiración nos acompaña.

    Efectivamente, la opinión de un familiar y más de una madre, no es totalmente objetiva, el amor por un hijo, en todos los aspectos, pone venda en los sentidos, pero tu señora madre no anda desencaminada en opinión acerca de tu forma de escribir. Me uno a tu señora madre, a mí también me ha gustado esos dos cortos fragmentos; sencillos, claros y definidos.

    Para ir integrándote poco a poco a este foro, te recomiendo leas el siguiente comunicado, que es una fase importante para ir conociéndonos mejor.

    Quedo a tu disposición

    Saludos cordiales




    Con el visto bueno de la señora moderadora de este foro (amparo bonilla), me permito hacer una recomendación destinada a los nuevos foreros que se vayan incorporando al mismo; y ésta es que sería conveniente que no sólo os limitéis a entrar en el foro para ofrecernos vuestros escritos o vuestros libros, facilitándonos para ello vuestros enlaces o vuestros blog, o vuestras web, sino que también os integréis a nuestro grupo de amigos virtuales e ir aportando comentarios sobre los escritos o los libros de los restantes compañeros.

    Existen en la portada de este foro 2 apartados que nos vienen de perla para la buena marcha de todo, como así también para una estrecha conllevanza entre todos los compañeros que lo componemos; y estos son: Grupo de lecturas, que es donde se leen y se comentan los libros que la señora moderadora vaya lanzando por turno, y Off Topic, en el cual hay ubicado un hilo titulado: De tortas y café, que es una especie de punto de encuentro para saludarnos y contarnos cosas, aunque sean banalidades, pero que, sin duda, nos irán sirviendo para irnos conociendo y tratando.

    Bienvenidos y saludos cordiales a todos




  • Por supuesto, participaré. He estado en grupos de facebook, sobre todo, donde el contenido es más bien spam; sé que no es agradable. 

    Dicho eso, gracias por la recomendación de las palabras. Por ahora seguiré seguiré con las 500, hasta que termine la obra y la corrija. Después, me pondré con las 1000 cuando escriba el borrador de una historia de fantasía que tengo en mente.
  • pessoapessoa Gonzalo de Berceo s.XIII
    A mí me gusta. Mezclas el estilo directo con detalles que encauzan la acción. La descripción es breve y no embarra la narración. Creas bien el ambiente.
  • pessoapessoa Gonzalo de Berceo s.XIII
    500 palabras... qué pasada

  • Sabes narrar y describir. Ahora todo depende de que sepas montar la historia, que sea buena y tenga interés. Suerte.
  • Muchas gracias por las críticas. La última especialmente. La historia es algo que sin duda tendré que trabajar más.
  • editado noviembre 2018
    Dejaré un fragmento del capítulo por aquí, para quien le interese.

    Cap 2

    Casimiro esperaba el llamado de Pirro en una salita de descanso. Con los brazos cruzados sobre le mesa, todo él era un aura de preocupación.

    Había pasado un mes desde la visita al hangar y ahora estaba ataviado con la ropa para la misión: un mono holgado de color rojo con una raya azul cruzada a lo largo del pecho. El calzado tenía el segundo tono; era sencillo y ligero para caber en el traje de vacío, si es que hacía falta usarlo. Todo era ignífugo y resistente, pero el espesor se mantenía escaso. 

    El carguero, con la KOI bien guardada en la bodega, se apartó del suelo con seis motores enormes y puso rumbo a la órbita. Los múltiplos de aceleración duraron algunos monumentos; después, la nave mantuvo la velocidad en la atmósfera.

    Cierta mano asomó y golpeó la puerta medio abierta. El cuerpo apareció después. Descubrió que Pirro llevaba un traje tan sencillo y gris como el anterior.

    El rostro de piedra, como era usual.

    —Mandé a Alejandro y Sara a cambiarse. Cuando terminen, irán a la bodega para que los conozcas y te presentes.

    Asintió.

    —Estoy… ligeramente nervioso.

    —¿Por conocerlos?

    Y del capítulo 3:

    Pirro no había estado allí jamás, porque momentos antes habló Alejandro en la rampa de entrada del carguero (Sara estaba indispuesta en ese momento) y después fue con Casimiro sin paradas intermedias. En consecuencia no esperaba que sus ojos se fueran a posar sobre el espectáculo que veía.

    Las curvas y líneas, impolutas y delicadas, eran, tanto como en el resto del carguero, gobernantes. Los armarios y los depósitos se integraban a las paredes en transiciones invisibles, y las grúas y los andamios negros colgaban y salían del suelo brillantes sin exhibir los intestinos de cobre y engranajes. La KOI, media remendada y media partida, existía sobre todo aquello destacando estoica y veterana entre las cuerdas que la levantaban del suelo. A Pirro le pareció maravillosa, y con el corazón avivado por el orgullo de un padre hacía su hijo, se sentía realizado… Lleno, podría decirse.

    Alejandro se acercó; el paso solemne y la mirada seria. Había cambiado el traje de etiqueta por el mono de la misión. 


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